Capítulo 27


Narra Esther

El día estaba lleno de emoción y de un poco de caos, pero era un caos del tipo bueno, el tipo que se crea cuando todo se está armando, cuando todo toma forma. Las risas, los consejos, las correcciones, las ideas compartidas... todo ello llenaba la habitación con una energía tan vibrante que apenas podía seguir el ritmo. Pero a pesar de la prisa y de los detalles por resolver, todo parecía estar fluyendo con una extraña armonía.

Azul estaba en el centro de todo, su mente de diseñadora y modista trabajando a mil por hora, creando y ajustando cada elemento. Se encargaba tanto del vestido de novia como del traje de Mykell, su toque único y personal impreso en cada costura, en cada tela que había elegido. Yo solo tenía que confiar en su visión, como siempre lo hacía, porque sabía que con Azul, todo saldría perfecto.

Estábamos acompañadas por mi madre, Rebecca, quien no dejaba de sonreír y de hablar sobre todos los pequeños detalles que necesitábamos cuidar para hacer de esta boda algo realmente memorable. Sophie, la madre de Mykell, había viajado desde muy lejos para estar con nosotros, y se veía feliz, su entusiasmo por ver a su hijo casarse se reflejaba en cada palabra que decía. Amy, la madre adoptiva de Mykell, había llegado temprano también, su calidez siempre reconfortante, ayudando con la organización y asegurándose de que todo estuviera a punto.

Habíamos contratado a una wedding planner, Laura, quien estaba allí para asegurarse de que no se nos escapara ni un solo detalle, y para manejar las pequeñas crisis de organización que inevitablemente surgían en las semanas previas a la boda. Pero a pesar de todos los preparativos, el proceso era mucho más relajado de lo que había esperado. Estaba rodeada de mujeres increíbles que estaban comprometidas a hacer de este día algo inolvidable para nosotros, y lo mejor de todo era saber que Mykell y yo estábamos construyendo una vida juntos, un futuro sólido.

El último gran cambio en la vida de Mykell había sido su mudanza definitiva a Atlanta. Después de muchos altibajos, y de recobrar su memoria, había decidido dejar atrás su trabajo en diseño de sitios web, un trabajo que había sido una parte importante de su vida antes del accidente, pero que ya no era lo que quería. Él había encontrado su verdadero propósito en nuestra vida juntos, y en lo que venía después. Era un cambio definitivo, y yo no podía estar más feliz de verlo finalmente tomar esa decisión.

Esa tarde, después de semanas de planificación, llegó el momento de que me probara el vestido de novia. Lo había visto solo en bocetos y en las pruebas de tela, pero ahora, cuando me lo vi puesto por primera vez, algo se desbordó en mi interior. Azul había hecho un trabajo impresionante. El vestido era justo como lo había soñado, elegante pero sencillo, con detalles que reflejaban mi personalidad, algo que me hacía sentir como yo misma, pero también increíblemente especial.

Azul y mi madre me miraban con ojos brillantes, orgullosas, y cuando me vi al espejo por fin, supe que este era el vestido que usaría el día más importante de mi vida.

Mi madre no pudo contener las lágrimas cuando me vio frente a ella, mi figura reflejada en el espejo. Se acercó rápidamente, me abrazó con fuerza, y sus sollozos llenaron la habitación.

—Mi niña... —susurró entre lágrimas, acariciando mi cabello con una ternura que solo las madres tienen—. Estás tan hermosa. No sé cómo, pero parece que fue ayer cuando te tenía en mis brazos, y ahora... estás a punto de casarte. ¡Mi hija se va a casar!

Yo me quedé en su abrazo, sintiendo su amor envolviéndome. No podía creer que el momento había llegado. Me sentía como si estuviera viviendo en un sueño del que no quería despertar. Todo lo que había vivido, todo lo que había pasado, me había traído hasta aquí, y este vestido, este momento, era solo un reflejo de todo lo que habíamos construido.

En ese instante, mis hermanos entraron sin avisar, y cuando me vieron, no pudieron evitar su emoción. Uno por uno, se acercaron y me abrazaron, con una mezcla de orgullo y ternura en sus ojos.

—¡Te ves increíble, hermana! —dijo Spencer, el mayor, con una sonrisa amplia y brillante en su rostro—. No sé cómo lo hizo Mykell, pero ¡este es un hombre afortunado!

—Sí, ¡es perfecta! —exclamó Jazzlynn, mientras me rodeaba con sus brazos—. No puedo creer lo rápido que ha pasado el tiempo. ¡Recuerdo cuando éramos pequeñas y soñábamos con esto!

Mi madre los miró con una sonrisa orgullosa, y luego, entre todos, formamos un círculo. Nos abrazamos como familia, sin importar lo que el futuro traía, solo sabiendo que estábamos allí el uno para el otro.

—Siempre estaré aquí para ti, Esther —dijo Luther, su voz profunda y sincera—. Si alguna vez Mykell te hace daño, solo tienes que llamarnos. Estaremos allí en un segundo, como siempre hemos estado, para protegerte.

Mis ojos se llenaron de lágrimas al escuchar esas palabras. Sabía que mi familia estaría a mi lado sin importar qué. El amor que sentía por ellos, y el amor que ellos sentían por mí, era algo que no podía explicarse en palabras. Era un lazo que no se rompía, que nunca lo haría, y eso me daba fuerzas para todo lo que estaba por venir.

—Los amo con todo mi corazón —les dije, mi voz quebrada pero llena de emoción—. Gracias por estar siempre conmigo, por amarme como lo hacen. Prometo que no importa lo que pase, siempre los llevaré conmigo, en mi corazón.

Nos fundimos en un abrazo grupal, y por un momento, el mundo exterior desapareció. Solo éramos nosotros, mi familia, el lugar que siempre había sido mi refugio. Sabía que lo que venía era un nuevo capítulo, pero también sabía que, con ellos a mi lado, todo estaría bien.

Después de un rato, cuando ya todos nos habíamos calmado, mis hermanos se apartaron un poco, sonriendo de manera cómplice. Luther se acercó a mí y puso su mano sobre mi hombro.

—Y no te olvides, si alguna vez necesitas un consejo, o simplemente un poco de espacio, sabes que siempre puedes contar con nosotros. Mykell no está solo en esto, nosotros también somos parte de tu vida.

Asentí, con una sonrisa llena de amor. Estaba lista para este siguiente paso. Sabía que Mykell sería mi compañero, mi esposo, pero también sabía que mi familia siempre sería la base sólida sobre la que todo descansaba. Y con eso, con esa certeza en mi corazón, me sentí más fuerte que nunca.

El día de la boda se acercaba rápidamente, y aunque todo parecía estar en su lugar, la emoción de saber que estaba tomando el paso más importante de mi vida, con Mykell a mi lado, me llenaba de una alegría indescriptible. Y ahora, con mi familia allí, con su amor y apoyo, no había nada que temer.

Narra Mykell

La emoción no dejaba de burbujear dentro de mí. Cada día que pasaba me sentía más cerca de Esther, más cerca de nuestra boda, y la anticipación me envolvía como un calor reconfortante. A veces me detenía a pensar en cómo había llegado hasta aquí: de un hombre que no sabía ni quién era, a un hombre que, ahora, estaba a punto de casarse con la mujer de sus sueños. Mi vida había dado un giro tan grande, y todo parecía estar encajando perfectamente.

Ese día, al salir de la oficina, no pude evitar sonreír al pensar en todo lo que estaba a punto de vivir. Mi oficina en Atlanta ya estaba completamente establecida. Después de meses de incertidumbre, de reconstruir mi carrera, por fin me sentía en control, y ese control me dio la libertad de pensar en lo que venía después.

Mi jefe, con quien me llevaba muy bien, me llamó a su despacho antes de que me fuera.

—Mykell —dijo con una sonrisa genuina—, antes de que te vayas, quiero felicitarte. He notado lo mucho que has crecido, lo comprometido que estás con tu trabajo. Estoy muy orgulloso de ti, y no solo por lo que has logrado, sino por la persona que eres.

Me sentí un poco abrumado por sus palabras, pero también agradecido.

—Gracias, de verdad. Ha sido un cambio grande para mí —respondí, sonriendo.

Él me miró, pensativo, y luego continuó:

—Quiero que disfrutes de esta nueva etapa. Te has ganado un descanso. Tómate el mes de vacaciones. Me parece justo, y sé que tienes mucho que organizar con la boda y todo eso. Así que... ¡adelante! Tómate el tiempo que necesites para disfrutar este nuevo comienzo.

El gesto fue tan generoso que me sentí completamente sorprendido. Un mes de vacaciones. No lo podía creer. Aunque la idea de estar sin trabajar me resultaba un poco extraña, también sabía que lo necesitaba. Esther y yo estábamos a punto de iniciar nuestra vida juntos, y nada era más importante que ese momento.

Cuando salí de la oficina, mi mente seguía flotando entre la emoción y la sorpresa. Mientras caminaba hacia el coche, el teléfono vibró en mi bolsillo. Era un mensaje de los hermanos de Esther, quienes me habían incluido en su chat grupal. La conversación que siguió me hizo reír, aunque también me puso algo nervioso.

Spencer:

¡Hey, Myke! ¿Estás listo para la fiesta de soltero?

Adler:

¡No tienes idea de lo que te espera, amigo! 😂

Luther:

Ya está todo listo en el bar. ¡Están todos esperándote! 🎉🍻

Casper:

¡Eres el próximo en casarte! ¡Es hora de despedir tu soltería a lo grande! 😎

Enger:

Nos cerraron el bar para nosotros. ¡Noche épica, hermano! 😏

Chester:

¡Y no te preocupes! Te llevaremos de vuelta a casa... si sobrevives esta noche. 🤣

Charlie:

¡Las chicas nos están mirando, Myke! ¡Aquí estamos para celebrarte, hermano! 🙌


¡Esta fiesta será legendaria, Mykell! Prepárate para una noche que no olvidarás. Pero no estaré presente toda la noche, tengo una mujer embarazada.

James:

No vamos a dejarte escapar de esta, hermano. Zab, sabemos que Chiara es el hombre en la relación. ¡Lo vamos a hacer a lo grande! 🎉

Chase:

¡Nosotros nos encargamos de todo, solo llega y disfruta! 🍻🎶

Bryson:

¡El último día de soltería tiene que ser épico! ¿Te atreves a seguirnos el ritmo? 😆

Zabdiel:

Espero verlos a ustedes cuando encuentren a la mujer de su vida.

Brandon:

¡La fiesta será todo lo que soñaste, Mykell! 💥

Jordan:

¡Nos vemos en el bar, hermano! ¡A disfrutar! Zab, vete a dormir. 🍺

No pude evitar sonreír. Sabía que esa noche sería algo único. Estos chicos sabían cómo celebrar, y aunque no era muy de fiestas grandes, estar rodeado de todos ellos me hacía sentir parte de algo grande. Sabía que me harían pasar un buen rato, quizás más de lo que estaba acostumbrado.

La cita estaba establecida para más tarde, y cuando llegué, el bar estaba lleno de amigos y familiares de Esther, todos esperándome. Habían cerrado el lugar solo para nosotros, y los chicos no perdieron el tiempo. La música estaba a todo volumen, las luces brillaban, y las risas se mezclaban con los brindis.

—¡Myke! ¡Bienvenido, hermano! —Spencer me dio una palmadita en la espalda mientras me entregaba una cerveza—. ¡La fiesta está comenzando, no puedes escaparte ahora!

A medida que avanzaba la noche, las bebidas fluían y las bromas se sucedían. Mis amigos y los hermanos de Esther estaban en su mejor momento. Me sentí rodeado de energía y buena vibra, con todo el mundo riendo y disfrutando. Sin embargo, en medio de la diversión, algo pasó que no esperaba: Esther me mandó un mensaje.

Esther:

"¿Dónde estás? Ya me están contando que te están emborrachando. ¿Sabes lo que te va a esperar cuando llegues a casa? 😏"

Reí al leer su mensaje, sabiendo que ella siempre tenía un ojo en mí. No podía evitar sentirme afortunado de tenerla en mi vida. Pero la broma que siguió fue de lo más graciosa.

—¡Myke! ¿Sabes qué? —dijo, Spencer, con una sonrisa traviesa—. Cuando te cases, nosotros vamos a secuestrar a tu novia y vamos a hacerla beber tanto que no sabrá ni cómo se llama.

Todos los demás chicos empezaron a reír a carcajadas. La idea de secuestrar a las novias de todos y hacerlas beber hasta el cansancio era solo una broma, pero las risas no paraban.

Sí, sí, y cuando sea el turno de los demás, ¡nosotros estaremos esperando! Vamos a darles una fiesta que no olvidarán, ¡como la tuya, Myke! —Soltó Luther.

—¡Jajaja! ¡Esto va a ser épico cuando llegue el día de sus bodas! 😂—mencionó Casper.

No pude evitar reírme también, a pesar de lo ridículo de la idea. Sabía que, en el fondo, todos querían ver qué pasaría cuando la broma se hiciera realidad.

Esther (en un segundo mensaje):

"No te dejes llevar por ellos, ya me enteraré de todo cuando llegues a casa. 😉"

La risa siguió, y entre brindis y más bromas, el tiempo pasó volando. La noche de despedida de soltero no fue algo que nunca olvidaría. En parte por las risas, en parte por las bromas, y en parte porque sabía que después de esa noche, mi vida iba a cambiar para siempre. Al final, la fiesta se convirtió en una celebración del futuro que me esperaba, una vida junto a Esther, llena de amor, sorpresas, y nuevos comienzos.

Y mientras me dirigía hacia la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, me di cuenta de que este capítulo de mi vida estaba a punto de cerrarse. Pero el siguiente, con Esther a mi lado, sería aún mejor.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top