Capítulo 2
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
Castillo de Dunnottar, Escocia; septiembre de 1314.
Sassenach.
Outlander.
Eran las palabras de desprecio que la seguían a todas partes desde que llegó a las Highlands, buscando un lugar mejor para ella y su pequeña hermana luego de la muerte de sus padres. Era curioso como parecían no encajar en ningún lugar, lejos de donde pertenecer; en Inglaterra había sido tratada de salvaje y en las tierras altas como una sucia inglesa.
Después de llegar a Stonehaven su vida no había sido sencilla, pero aún así había sido capaz de encontrar un equilibrio en medio de tanto desastre, todo con tal de poder proteger a su hermana menor, tal y como sus padres habían pedido. Hanabi era su luz, su debilidad, y por eso solía salirse con la suya cuando hacía sus travesuras por el pueblo; mismas que ella tenía que arreglar, mediando con los involucrados hasta intentar dar con una solución. Su abuelo siempre decía que tarde o temprano se metería en grandes problemas por su culpa, que era una joven difícil de controlar y que por lo mismo sería difícil buscarle marido; pero era él primero en defenderla cuando ella se atrevía a darle un escarmiento.
"Quien le entiende" pensó para sí misma, mientras la brisa de mar golpeaba en su rostro.
Aún así los problemas parecían no acabar nunca, aun cuando las cosas parecían pintar bien para el país que desesperadamente buscaba desligarse de la corona Inglesa, no habían señales de que fuera a haber paz entre ambos países. Y mientras más intenso fuera el derramamiento de sangre por las dos partes, más crecería el odio entre los pueblos y, por consiguiente, los hijos mestizos sufrirían el rechazo de cada uno de ellos.
Pero, ¿qué culpa tenían ellos de nacer a raíz de un amor imposible? ¿un amor que parecía desafiar hasta el mismo destino?; sinceramente creía que ninguno, nadie podía controlar su nacimiento, no deberían ser odiados sencillamente por esa razón.
"Sólo quiero vivir en paz" era agotador preocuparse siempre hasta de los pasos que daba frente a las demás personas, ella sólo quería un poco de libertad aunque su condición de mujer y mestiza se lo pusieran difícil.
— No piensas saltar, ¿o sí? — la segunda hija de la casa de los Keith hizo acto de presencia, interrumpiendo sus pensamientos.
— No osaría jugar con mi vida, mi lady — le dijo graciosamente, imitando una reverencia.
— No seas tonta, sabes que puedes dejar las formalidades cuando estamos a solas —
— De todas formas no es correcto, es usted la noble señorita del clan Keith —
— Crecimos juntas, Hinata — se paró junto a ella, admirando el paisaje desde la gran roca — Eres como una hermana, padre pensaba lo mismo. Y el abuelo te quiere como si fueras familia —
— Lo sé —
Después de cruzar la mitad del bosque y encontrarse con algunos soldados, quienes no dudaron en apuntar con sus espadas antes de recibir el medallón y la carta, Hinata y Hanabi fueron llevadas al castillo de Dunnottar dónde su abuelo curraba. Hiroshi las recibió con brazos abiertos y, con el permiso del lord de sus tierras, acogió a sus nietas como uno más. Las educó en su oficio y rápidamente fueron aceptadas en palacio, donde conocieron a Ino, Iver y Magnus, quien accedió a que fueran formadas en letras junto a su nieta. Desde entonces se habían vuelto amigas cercanas y compartían gustos en común, como montar a caballo, lanzar dagas y pelear con la espada; todos atributos que una señorita respetable no debía manejar.
— ¿Crees que vuelva pronto? —
— ¿Hablas de lord Iver? — preguntó lo obvio — Posiblemente, lady Lena parece preocupada por su regreso —
— Lena se preocupa por todo — restó importancia a lo dicho con un ademán de manos.
— Es normal para una prometida preocuparse por su señor —
— Supongo que tienes razón —
Ambas admiraban el vasto cielo de tintes cálidos sumidas en un mismo pensamiento: lady Lena. Una mujer menuda y de fino carácter, considerada el perfil perfecto de digna mujer según las palabras del viejo Magnus, quien la comparaba a veces con su fallecida esposa. Si bien era una mujer de saber estar, últimamente se veía perdida en su propio mundo, mientras algunas veces la invadía un gran nerviosismo.
Y no era para menos, con el estallido de la guerra lord Iver había tenido que partir a cumplir con su deber como guerrero, posponiendo así los votos que debía presentar la joven pareja frente al sacerdote Wonang y los demás moradores de Stonehaven. Además, habían pasado exactamente dos meses desde que la última misiva del rubio había llegado a las puertas del castillo, preocupando aún más a quienes esperaban por su regreso. Y si bien habían escuchado rumores sobre las últimas batallas, no podían aliviar el malestar en su corazón hasta que Iver mismo se presentara ante ellos con los miembros intactos.
— No os preocupéis tanto, mi lady — habló para tratar de relajar un poco la tensión que bañaba el semblante de la joven Ino — Seguro que nuestro lord volverá sano y sal... —
— ¡Lady Ino! ¡Lady Hinata! — escucharon de pronto una algarabía en el camino, era Sarah, una de las criadas del castillo — Más allá de los rastrillos, caballos se acercan —
— ¿Qué? — la peliazul trató de indagar más, pero no tuvo tiempo de esperar por la respuesta, pues la rubia a su lado recogió con celeridad el dobladillo de sus faldas y echó a correr en dirección a las almenas.
Pasaron presurosamente el patio de armas, sintiendo miradas curiosas a su paso por lo agitadas que se veían las tres. De sólo poner un pie cerca de las murallas, Ino no tardó en preguntar a uno de los pocos guerreros que habían quedado para cuidar el señorío.
— ¿Cuántos? — dijo casi sin aliento mientras se preparaba para subir las escaleras.
— ¿M-Mi lady? —
— ¿Que cuántos son? —
— Tres mi lady — un segundo caballero respondió al ver la confusión en el rostro del pelinegro, cediéndole paso a la rubia para que observara por sí misma.
— Es un grupo muy pequeño, ¿no crees? — susurró desde que se posicionó a su lado.
En efecto, tres Highlanders se acercaban a toda velocidad a caballo, aunque algo no parecía ir del todo bien con uno de ellos.
— Parece que el lord estará aquí pronto —
— No sólo el lord — murmuró después de un breve silencio — Parece que tendremos compañía de alguien más —
Si bien la confusión se reflejó en su rostro por un momento, al volver la vista hacia la entramada pudo entender. Entre aquellos hombres que se acercaban a las barbacanas, pudo identificar un tartán rojo, muy diferente al del clan Keith.
— ¡Id a preparaos! ¡Avisad a lady Lena y al abuelo Magnus! — rugió alto y claro la de ojos turquesas, para agregar con suave voz — Mi hermano regresa a casa —
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En la historia, Ino tendrá un hermano y un abuelo. Así irán cambiando algunos aspectos, cada uno pertenecerá a casas (o clanes) los que los posiciona como gente de la nobleza.
Hinata, en cambio, a pesar de pertenecer a las tierras del clan Keith seguirá con su apellido como Hyūga. Así sucesivamente pasará con los personajes de Naruto que no posicione en altas casas, conservarán el apellido original del anime.
Recuerden que algunos datos de la historia serán usados a conveniencia, no está sujeto un 100% a hechos históricos reales.
Nos vemos en la próxima (✿◠‿◠)
Pd: Highlands es, literalmente, tierras altas de Escocia. Que se divide en tierras altas y bajas.
Sassenach/Outlander, se utiliza para referirse a quienes no pertenecen a Escocia. Lo mismo que forastero. Parecido a la palabra muggle que se utiliza para las personas no mágicas en HP.
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