CAPITULO SIETE

CAPITULO SIETE:

--¿esa canción...?—murmuro Kol—es bastante buena.

Levante la mirada de mi teléfono y le sonreí.

--¿te gusta?—me incline del sofa quitándome los audífonos, al parecer incluso así ellos podían escuchar—le llaman rock, es de los viejos, de los ochenta.

--en realidad es menos viejo que nosotros—sonrio de lado-- es interesante como sale de esa cajita—señalo el teléfono.

--si quieres te enseño a manejar uno—el me guiño en respuesta.

--¿ves, Rebekah? ¿Qué tanto te cuesta ser tan encantadora como Claire? – refunfuño Kol falsamente—al menos dime lo guapo que soy.

--ah, Kol—Rebekah le sonrio falsamente—no puedes hipnotizarme.

--uh, golpe bajo pero cierto—todos en la sala sonrieron.

Al parecer el ambiente familiar estaba mejorando.

¡pum! Nik abrió la puerta de golpe y camino hacia Rebekah.

--¿atacaste a Elena? ¿pero que te pasa?

O tal vez no...

--y empezamos—susurre.

--ya era hora—Rebekah no se veia ni una pizca arrepentida.

--¿quieres otra daga en el corazón?—suspire, aquí vamos de nuevo con las peleas.

--¿otra vez la amenaza con las dagas?—Kol se metió en medio de la discusión—ya cambiale a tu cuento.

--tu vuelve a admirarte en el espejo Kol.

--¿podemos solo hablarlo como personas civilizadas?—intente calmarlos.

--no—respondieron los dos al tiempo.

--es bueno ver que al menos están de acuerdo en algo—rodee los ojos.

Gracias al cielo madre apareció, su nuevo peinado y el traje moderno le quedaba realmente bien.

--ya basta—les indico—Niklaus, ven.

Nos lanzo una ultima amenaza antes de ir tras madre.

--alguien esta castigado...-- susurre.

Rebekah sonrio de lado.

--¿vas a acompañarme a comprar vestidos?

Kol soltó una risita

--hablando de castigos...

Rebekah le lanzo un cojín.

(...)

No recuerdo la ultima vez que mi hermana y yo pasamos tiempo juntas, antes, cuando éramos niñas dormíamos en la mismas pieles improvisadas que hacían de cama, hablábamos hasta quedar dormidas.

Ahora, ambas nos probábamos vestidos de lentejuelas y nos criticábamos entre nosotras para escoger el perfecto.

--¿ya conociste el Grill?—me pregunto.

--obviamente, ¿Por qué? ¿vamos a ir?

Rebekah sonrio, la misma sonrisa de travesura que tenia siempre.

--¿quieres ir al baile con estos fabulosos vestidos y sin un acompañante que después te lo quite?

--¡Rebekah!—mis mejillas se ruborizaron.

--ah, por favor—me tomo de gancho—tengo el candidato perfecto.

Entramos en el Grill una al lado de la otra cuando visualice a Caroline y Elena, ya entiendo porque razón Rebekah habia decidido entrar.

--cuidado Caroline, es un amor hasta que te apuñala por la espalda—le indico mi hermana a la rubia.

--¿Qué estas haciendo aquí? Las reglas de tu mama es no lastimar a los locales.—Elena le miro con superioridad.

Sigue intentando pasarte de lista y Rebekah te romperá el cuello...

--no todo en la vida eres tu Elena—indico mi hermana devolviéndole el cinismo—tengo mas asuntos.

Dio media vuelta y se dirigió a Matt, el lindo chico de la barra de ojos azules.

--por cierto, Caroline—le pase un sobre—es de parte de mi hermano, le complacería mucho que aceptaras su invitación.

--¿de Klaus?—tome el sobre con desconfianza.

--las veo a ambas en el baile—sonreí dulcemente antes de girar hacia la salida.

No habia pasado por alto el chico que nos seguía desde hacia unas cuadras, estoy segura de que Rebekah también lo sabia.

--¿Qué te habia dicho de seguir como acosador a las chicas?—me cruce de brazos frente a el.

--Elena recibió una nota de tu madre, ¿te suena eso?

Rodee los ojos.

--directo al grano—suspire—no lo se, primera vez que lo escucho.

--¿segura?

--Stefan, ¿Qué necesidad tengo de mentirte?—sus ojos se clavaron en mi—no es como si fuésemos del todo enemigos.

Bufo.

--lo dices enserio—casi rio—déjame recordarte que por tu culpa Klaus casi nos hace picadillo.

--salvaba a mi familia—le corregi—tu hubieses hecho lo mismo por Damon, aunque intentas como idiota hacer parecer lo contrario.

Stefan no dijo nada, por lo que creo que me estaba dando la razón.

--tal vez le pregunte a mi Madre que es lo que tiene entre manos—me acerque mas a el—pero claro, esa información tiene precio.

--¿Qué quieres?

Sonreí de lado.

--un acompañante – el me miro incredulo—veras, compre un vestido realmente hermoso eh ir sin pareja con quien bailar para presumirlo no es divertido.

--me estas chantajeando—murmuro.

--por favor, no es como si fuese una tortura para ti—lo mire a los ojos—¿o es que Elena ya te reservo para ella?

Evite con esfuerzo que la amargura no se escuchara en mi voz

--no ira.

--perfecto—pase justo a su lado, nuestros brazos apenas y se rozaron—esta noche eres exclusivamente mio.

No espere su respuesta, con el corazón latiendo con fuerza y las mejillas calientes volví a entrar en el Grill para reunirme con Rebekah. 

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