Ocho
Deposito el último de los papeles en su escritorio, coloco sus manos sobre sus caderas, y sonrió, estaba satisfecho, casi siempre no se da a la tarea de limpiar su habitación, pero tampoco es como si quisiera que Yoongi viese que su habitación es un completo desastre, aunque la mayoría del tiempo, Jimin mantenía su lugar en orden y en completa limpieza.
—¡Vaya! —Jimin giro su rostro para mirar detrás de él, la puerta estaba abierta, su hermano gemelo se encontraba allí, con sus manos metidas en los bolsillos del pantalón y recargando su peso en el costado derecho sobre el marco de la puerta—. Veo que estás muy emocionado por las visitas.
—Cierra la boca, Jijeong —Jimin seguía molesto por lo ocurrido en la fiesta hace un día, jamás creyó que su propio hermano sería capaz de delatarlo de aquella manera—, ¿no tienes nada mejor que hacer?
—Por lo que veo sigues molesto —Jimin soltó un suspiro y camino para sentarse en su cama, estaba fastidiado—, deberías dejar de tener ese humor, sobretodo conmigo, recuerda, no importa cuántas parejas tengas, la familia sigue siendo la familia.
—No me interesa —Jimin miro a su gemelo—, también debes de comprender que lo que hiciste estuvo muy mal, ni siquiera yo te he delatado frente a tus ligues.
Jijeong dejo de recargar su peso para sacar las manos de sus bolsillos y cruzar sus brazos sobre su pecho, había una razón por la que Jijeong había hecho aquello, y no era solamente por querer molestar a su hermano como siempre lo hacía, sino que también, el hecho de verlo con ese tal Yoongi no le agradaba en lo más mínimo.
—Sabes que ese chico gusta de mí, ¿verdad? —Jimin dejo de mirarle.
—Puedo hacerlo cambiar de opinión —apretó sus labios después de decir aquella respuesta—, no creo que le gustes tanto como dices.
—¿Y sí te demuestro todo lo contrario?
—Ni creas que te permitiré que le hagas algo —Jijeong sonrió ladino, camino hacia su hermano a pasos lentos, mientras que Jimin no despegaba su mirada de él—, ¿qué ganarías demostrando que tienes razón?
—Hacerte abrir los ojos —menciono Jijeong—, comprende hermanito, a él no le gustas, y quizás no le gustes nunca.
—¿Y sí yo te demuestro que te equivocas?
Ambos se miraban a los ojos, atentos a lo que fuera a hacer uno y otro, analizándose con la mirada poco a poco, Jimin se colocó de pie para estar cara a cara con su hermano gemelo.
—¿Quieres apostar? —Jijeong sonrió ladino.
—Adelante.
Jimin no se iría para atrás, para nada lo haría, Jijeong podía ver la determinación en los ojos de su hermano, y por supuesto, Jijeong no se dejaría vencer tan fácilmente, demostrar quien tenía la razón era lo que ambos harían.
—En ese caso —dijo Jijeong—, te haré ver que Yoongi está totalmente perdido por mí, y así verás lo equivocado que estás, Jimin.
—Entonces, te demostraré que estás equivocado, Yoongi no puede estar perdido por alguien como tú, Jijeong.
Tal vez esta no era una manera muy buena para hacer las cosas, pero ambos no se echarían para atrás, la decisión de ambos gemelos estaba tomada, y llevarían a cabo lo que se proponen, demostrar quién es él que tiene la razón.
Jimin sabe que puede lograrlo, su hermano puede llegar a ser un terco, y demasiado impulsivo en sus acciones, quizás inclusive llegue la posibilidad de que Yoongi terminase por odiarlo y decirle que se fuera al infierno, esperaba que así fuera, Jimin a pesar de a veces ser algo tímido, debía de mostrar que no lo es en su totalidad, quizás a Yoongi le guste Jijeong por el hecho de que siempre se la pasaba haciendo y diciendo lo que quería sin importarle la opinión de otros, tal vez debía cambiar un poco en ese aspecto.
Jijeong tiene demasiada confianza, sabe que terminará por hacer cerrar la boca a su hermano de una vez por todas, y quien sabe, quizás obtenga aunque sea un buen polvo de parte de Yoongi, casi siempre lo ha visto por la universidad gracias a su hermano, y por supuesto no puede decir que Yoongi no tiene un buen cuerpo, así que si terminaba por hacer a su hermano entender las cosas, no dudaría en llevar a la cama a Yoongi, después de todo ese chico está sumamente enamorado de él, no sería difícil, él terminaría ganando y eso sería todo, su hermanito sí que sufrirá por todo esto.
—Ni se te ocurra reclamar por esto después ¿bien? —dijo Jijeong en advertencia, pues ya conocía las manías de Jimin.
—Y a ti ni se te ocurra hacerle daño, esto es entre nosotros, nada más.
—Trato hecho, hermanito —menciono Jijeong para después girarse sobre su propio eje y comenzar a caminar sin dejar de sonreír—, espero aprendas una lección con esto.
—Eso mismo digo, Jijeong —menciono Jimin en voz baja al ver que su hermano salía por fin de su habitación.
Solto un suspiro, no sabía desde cuando él y su gemelo se habían vuelto más competitivos entre ellos, cuando eran más pequeños no era así, siempre eran cercanos, no podían siquiera despegarse uno del otro, disfrutaban de esa compañía mutua, les gustaba inclusive vestirse iguales, peinarse iguales, e inclusive jugar con los demás para que adivinaran quien era quien, pero de un momento a otro, Jijeong se separó de él, ya no se hablaban tanto, y casi siempre Jijeong se enojaba cuando lo comparaban con Jimin. De todas formas, Jimin jamás descubrió la razón del cambio tan repentino que habían dado ambos, porque sí, ambos habían cambiado mucho de actitud a comparación de cómo eran antes, a Jimin le gustaría regresar a la época en donde él y su hermano gemelo eran cercanos, y poder descubrir lo que paso para que su hermano se volviera de ese modo, quizás eso arregle un par de cosas entre ellos.
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