Doce
La concentración era clave para comer, y Jijeong la estaba perdiendo por completo, la imagen que había presenciado de su hermano dándole parte de su almuerzo a aquel tonto de Min Yoongi, no dejaba de rondar por sus pensamientos, había sido tanto esa necesidad de repetir esa escena en su cabeza, que inclusive estaba dejando que se enfriarán las dos rebanadas de pizza que había pedido en cuanto le toco su turno.
Su mirada estaba sobre las rebanadas, las cuales parecían brillar ante su presencia como si le estuvieran exigiendo a gritos que se las comiera, pero Jijeong estaba en su mundo, mientras tanto Jimin estaba degustando del ultimo bocado de su hamburguesa doble con queso, le encantaban, pero cuando por fin trago, su mirada se dirigió hacia el frente, y por fin se había percatado que Jijeong no había comido ni un solo bocado.
—Será mejor que te comas eso —señalo las rebanadas de pizza—, antes de que entremos a clases, o sino no te dejarán comerlas adentro y lo sabes, hermano.
Jijeong levanto por breves momentos la mirada, enfocando a su hermano gemelo para después soltar un resoplido, estaba fastidiado, hizo una leve mueca antes de sentarse mejor, colocar sus brazos cruzados sobre la mesa y empujar los platos con la pizza para mirar directamente a su hermano gemelo a los ojos.
—¿Tanto te gusta? —soltó aquella pregunta haciendo que Jimin frunciera levemente el ceño—. No te hagas el tonto, Jimin, ¿él te gusta? —señalo con su barbilla detrás de Jimin.
Jimin giro su rostro para ver detrás de su hombro izquierdo, y allí lo vio, Yoongi parecía estar discutiendo con su amigo Seokjin, pero Seokjin se estaba riendo de él, estaban lo suficientemente lejos como para saber lo que decían, Jimin regreso la mirada a su hermano.
—¿Por qué el repentino interés? —Jijeong soltó una ligera risa en un resoplido.
—Porque se ve que no le atraes ni un poco —menciono Jijeong, tajante como siempre, Jimin apretó levemente los labios—, te esfuerzas para obtener nada.
—¿Y? —Jijeon elevo una ceja al escuchar la contestación de su hermano—. Por lo menos me esfuerzo.
—¿Para qué? —Jijeong no entendía a su hermano—. Es tan obvio, ese chico no se siente ni siquiera atraído por tu actitud tan infantil, serena, pacifica, y totalmente...
—No tengo que comportarme como tú para sobresalir —Jijeong mordió su lengua en el interior de su boca—, deja de hablar sobre esto, no quiero enojarme ahora.
Jijeong soltó un resoplido.
—No, no vas a dejar esto de lado —Jimin no podía creer lo que estaba escuchando—, eres patético.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, hermanito —Jijeong negó con la cabeza—, esforzarte para obtener nada, es una estupidez, tienes a más personas a tu alrededor que inclusive morirían por salir contigo, no entiendo porque no hacerles caso y...
—Porque no me interesan —interrumpió de inmediato Jimin a su hermano—, Yoongi me gusta, ¿bien? Y eso no te incumbe a ti, no sé porque tratas de convencer que no vale la pena, para mí, él vale mucho la pena.
—Para mí solamente es un tonto.
—Pensamos muy distinto, hermano —dijo Jimin—, pero ¿por qué te interesa?
—Porque quiero lo mejor para ti.
—No será porque a ti también te gusta —Jijeong se quedo sin palabras al escuchar a Jimin.
Quizás había algunas veces en que Jijeong bromeaba con que le gustaba Yoongi, pero solamente lo hacía para ver el ceño fruncido de su hermano y que se la pasará insultándolo de las maneras más formales posibles, pero nunca se había puesto a pensar que le gustase Yoongi, Jijeong solamente le gustaba pasar un buen rato con alguien, tener una buena noche de placer y dejar botada a la persona con la que había pasado la noche era su especialidad, le conocían por siempre romper los corazones de las personas que decían estar sumamente perdidas y enamoradas de él.
Jijeong jamás se fijaba en los sentimientos de los demás, no desde que le hicieron ver que eso solamente causaría problemas en su autoestima, no necesitaba volver a pasar por la depresión que había tenido en su pubertad, y era mejor de ese modo, Jimin tampoco hacía mucho caso a los sentimientos ajenos, pero eso no le impedía querer a las personas de manera tan autentica, pero Jijeong se fijaba que muchos de los cercanos a su hermano terminaban por confesarse, pero por supuesto Jimin jamás llegaba a sentir una fuerte atracción como el de gustar de alguien como para decir que quiere estar en una relación.
Ahora verlo totalmente embelesado por ese tonto de Yoongi, le hacía perder la cabeza, ¿cómo era posible que ese chico había logrado lo que muchos no? Era inexplicable para él, primero pensó que iba a ser pasajero todo aquello, pero se equivoco por completo al ver a su hermano casi suspirando por ese chico, era totalmente ridículo.
—¿Qué dices? —soltó Jijeong entre risas—. ¿Gustarme? Estás demente.
Jimin se encogió de hombros.
—Puede ser —dijo Jimin—, no deberías de descartarlo.
—Escucha, a mi no me gusta ese patético de Min Yoongi.
—Entonces deberías dejar de insistir en que deje de gustarme a mí, somos gemelos, pero no la misma persona, ¿bien? —esta era de las pocas veces en que Jimin dejaba en claro que le molestaba algo.
Jijeong apretó sus labios, esto era demasiado, miro detrás de su hermano, miro a Yoongi, aunque por más que lo viera, nunca llegaba a tener en concreto la razón por la cual su hermano gusta de ese tonto, Yoongi no es alguien que destaque, también es un hecho que solamente se trata de un total adicto a los estudios, se ve que ni siquiera sale a divertirse, fue una locura haberlo encontrado aquella noche en la fiesta, pero simplemente a Jijeong no le pasaba por la cabeza como era posible que su hermano en verdad esté totalmente enamorado de Yoongi.
—Sabes que yo le gusto a tu amorcito, ¿no? —menciono Jijeong, haciendo que Jimin apretase la mandíbula.
—Eso no me impide nada.
—¿Cómo estás tan seguro de eso? —Jijeong en verdad quería hacer enojar a su hermano—. Apuesto a que, si tu le pidieras una cita, te diría que no, y en cambio a mí...
—¡Ya, cállate!
Jimin se había levantado de su sitio de forma brusca después de haber gritado aquello, las personas a su alrededor se quedaron en silencio, jamás se había visto a Jimin molesto, mucho menos gritando, podrían esperar algo así de su hermano, pero no de él, Jijeong había cruzado el límite y lo sabía. Jimin al notar que el ruido en la cafetería se había detenido, lo único que hizo, fue tomar su mochila y llevarse la botella de té verde que tenía en la mesa, ya estaba cansado de escuchar la misma mierda que su hermano le repetía una y otra vez, era suficiente.
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