06: stolen songs
EL LUNES DIO INICIO A UNA NUEVA SEMANA Y LUKE Y LOS MUCHACHOS ME HICIERON COMPAÑÍA DE CAMINO A LA ESCUELA. Era necesario tener que usar mis auriculares para no causar la impresión de que estaba hablando sola—lo hice una vez comprando cosas en el mercado y recibí malas miradas—y al llegar a mi parada nos despedimos. Le pregunté a Luke a dónde era que iban cuando no estábamos juntos y él me dijo que caminaban por la ciudad o pasaban el rato en el garaje de Julie componiendo.
Obviamente.
El ajetreo del pasillo me dio la bienvenida y por mero instinto removí un auricular de la oreja. Flynn, que se acercaba en dirección contraria, me regaló una sonrisa con muchos dientes.
—¡Ahí está mi chica favorita! —exclamó al acabar a mi lado.
—Creí que tu chica favorita era Julie.
—Pff, tonterías. —Flynn me guiñó un ojo y yo sacudí la cabeza. Esta chica—. Ahora, dime. ¿Cómo está la banda? ¿Siguen rockeando? —Flynn miró a ambos lados antes de seguir en un susurro—: ¿Siguen estando muertos los chicos?
Bufé.
Al final Julie terminó contándole a Flynn la verdad sobre la banda. Había sido muy doloroso para ella la idea de estar peleada con su mejor amiga, así que comprendí por qué hizo lo que hizo. Solo que no llegué a pensar que la rapera nos iba a seguir la corriente.
Eso era lo asombroso de Flynn. La chica siempre sería un espíritu impredecible.
—Sí, Flynn, la banda va de maravilla. —La miré—. Y sí, siguen siendo fantasmas —añadí en un murmullo y le mandé un guiño.
—Qué vida la tuya, hermana.
—Ni que lo digas.
Alcancé mi casillero y Flynn y yo intercambiamos miradas al ver a una danzarina Julie Molina canturreando para sí misma frente a su propio casillero.
—Vaya, alguien regresó a ser una rarita —bromeé y Flynn me codeó amistosamente, igual de divertida.
—Es lo que pasa cuando te la pasas componiendo todo el fin de semana —suspiró Julie ensimismada. No pasé por alto como sus ojos centellaban—. Luke y yo estuvimos escribiendo canciones, Amber. ¿Te gustó el mensaje de voz que te envié? Es como va yendo una de las canciones.
Asentí con ganas.
—Sonaba muy bien. Pero tengo una idea. Ven, vamos a la sala de música para mostrarte.
Flynn chilló y dio saltitos.
—Mírense, componiendo juntas y todo. ¡Oh, me siento en las nubes!
—Camina ya, presidenta del club de fans.
Sonreí todo el camino a la sala de música, escuchando a Julie parlotear sobre cómo su creatividad e imaginación avivó sus ansias de escribir música. Era agradable volver a verla tan llena de vida y color luego de un año completo de blanco y negro.
—Les digo, chicas —decía Julie mientras ingresábamos en la sala—. Era como componer con mamá.
—Estoy orgullosa, Juls. De veras —le dije y Julie se sonrojó—. Ve al piano y toca otra vez la pieza con la letra.
Julie lo hizo y el piano hizo eco en la habitación completa.
—"'Cause we're standing on the edge of great. Great! Great!"
—¡Me gusta! —aplaudió Flynn.
—¿Verdad? Pero mira, la idea que tuve es incluir voces de por medio. A ver, cántalo una vez más.
—"'Cause we're standing on the edge of great—"
—"On the edge of great!"
—"Great!"
—"On the edge of great!"
—"Great!"
—Y terminas con: "'Cause we're on the edge of... great." Es muy posible que me haya inspirado de Lady Gaga.
Julie rió.
—Me agrada. Vamos al estudio después de clases y practicamos, ¿bien? Ahora, con esta otra canción, creo que será un éxito. Es algo que... mi mamá y yo estábamos trabajando. Luke me ayudó a terminarla —añadió dándome una mirada.
Sonreí.
—"And it's one, two, three, four times, that I'll try for one more night. Light a fire in my eyes, I'm going out of my mind."
El corazón se me estrujó, un dolor punzante pero placentero.
La canción era hermosa, las palabras no me podían salir de los labios porque estaba maravillada, aunque Flynn se aseguró de hacérselo saber a nuestra amiga. Que Luke la haya ayudado a terminarla...
Eres increíble, Luke.
Entonces Flynn dijo:
—Mi chica tiene un crush y su nombre es Luke.
La mandíbula se me cayó.
—¿Qué? —exclamé.
Julie se espantó.
—¿Qué? ¡No! Luke es un fantasma, yo no...
—Un lindo fantasma —interrumpió Flynn.
Julie hundió los hombros, rendida.
—Con una sonrisa perfecta —concordó ella.
—¡¿Qué?! —exclamé otra vez y ambas chicas se rieron—. ¡Ese es mi hermano del que hablan! Digo, lo sabía desde que cantamos en la asamblea y... Oh, vamos, Juls. ¿Acaso me crees una ciega?
—Exacto —dijo Flynn—. Solo recuerda que está hecho de aire.
—De aire lindo.
Me pellizqué la nariz.
—Lo mismo va para ti, Amber.
Volví a chillar, pero Flynn me cortó.
—Yo tampoco soy una ciega y hasta los pájaros notaron la conexión que tienes con Reggie. Pero si quieres seguir haciéndote la de oídos sordos, allá tú, querida. —Flynn agitó una mano como si yo fuera una mosca—. Solo les pido a ambas que no sufran, ¿sí? Ahora, todos quieren saber cuándo tocarán otra vez y necesito una respuesta.
—¿Qué? No hay planes todavía. Solo hemos estado escribiendo.
—Por suerte, tu equipo de mercadeo ya se adelantó.
—¿Tenemos un equipo de mercadeo? —repliqué. Flynn sacó un volante de '¡Julie y su banda de hologramas esta noche!'—. Oh santo Dios, tenemos un equipo de mercadeo.
—¡Sorpresa! —Flynn sonrió en grande—. Tocarán esta noche y yo seré su DJ. Lo publiqué en todas mis redes sociales. Sí que tienen un excelente equipo.
Julie se alarmó.
—¡Pero si esto es frente a toda la escuela!
—¿No hicimos eso ya en la asamblea?
—¿De qué lado estás, Patterson?
—Del que gane.
—Esa soy yo —dijo Flynn—. Ya la publicación tiene sesenta y ocho me gustas. Van a tocar esta noche. Sin peros.
—Ahí lo tienes, Juls.
—Oh, cállate, Patterson.
—¿Tocaremos en el baile escolar? ¡Qué pasada!
Luke hizo una mueca.
—No es la gran cosa.
—Ni tú estás exactamente vivo, que digamos. Da gracias de que al menos puedes tocar.
—Hazle caso a Reggie, Luke —le dije y él me sacó la lengua—. Muy maduro.
—A mí tampoco me agrada mucho la idea —dijo Julie mientras regaba las plantas del estudio—. Pero nos vendría bien si queremos conseguirnos un par de fans, ¿no?
—Sí, deberíamos tocar siempre que podamos —concordé.
—No, tienen razón —asintió Luke—. Vamos a sorprenderlos y luego tocamos en clubes.
—¿Y conseguimos miles de reproducciones?
—No sé qué es eso. Me basta con un agente y una gira.
—Estoy comenzando a creer que la cabeza de aquí soy yo —mascullé y Luke me lanzó el volante hecho una bola de papel.
—Luego lanzaremos hit álbumes.
—¡Hagamos uno country! Que sea bien recibido —exclamó Reggie—. Es que sé tocar bien el banyo.
—Ja, nunca he tocado country. Creo que debería aprender violín —le dije y el pelinegro sonrió.
—¡Y en un abrir y cerrar de ojos estaremos en el Salón de la Fama del Rock and Roll! —vitoreó Luke, golpeando la tapa del piano con sus puños como énfasis.
—Pero nos hará falta uno —añadió Reggie—. Nos separaremos en el dos mil treinta y dos. Digo que Alex, es muy sensible.
—¡Oye! Ese es mi amigo del que hablas.
—Solo digo la verdad, Amber.
—¿Qué esperamos? ¡A ensayar!
—¿A cierto rubio baterista llamado Alex, quizá?
—¿Dónde está Alex, por cierto? —preguntó Julie.
Yo sonreí, sabiendo perfectamente dónde estaba.
Empezamos con las voces y las letras. La canción se titulaba Finally Free y había más armonizaciones en el coro que en los versos de la canción en sí, así que trabajamos en ello primero. Una tarea sencilla, era como si los cuatro ya conociéramos los diferentes tonos de nuestras voces y encontrábamos la nota perfecta para unirlas.
Luego pasamos a los instrumentos. Reggie con su bajo, Julie en el piano y Luke y yo con las guitarras eléctricas. Julie mencionó un posible intercambio de lugares en medio de la canción, pero no sería ningún problema pasar de la guitarra al teclado. Era una buena idea, de todas formas.
Estábamos en medio de la práctica cuando Alex pasó a través de las puertas del garaje.
—Oye, ¿dónde has estado? Debemos ensayar -se quejó Luke.
—¿Sí? ¿Para qué? —preguntó Alex y me miró.
Le guiñé un ojo. Él no sabía que de esta manera estaba confirmando su paradero, así que cuando sus mejillas y orejas se tornaron de un suave tono rosado se me hizo difícil ocultar mi sonrisa.
Su chico de la patineta.
La respuesta a su pregunta llegó cuando Flynn apareció un minuto después, quejándose de que no tenía pareja para el baile. Estaba emocionada de vernos tocar, de todas formas.
Alex refunfuñó como un niño.
—¿Vamos a tocar en un baile escolar? ¡Rayos!
—Así es como se consiguen fans estos días —bromeó Luke.
—Exacto. Mantente al tanto, Alex —le siguió el juego Julie.
Oh por favor.
—Espera —dijo Flynn—. ¿Los chicos están aquí? ¡Hola, chicos!
—Al otro lado, linda.
Flynn lo hizo y saludó. Reggie le regresó el saludo animadamente.
—Bueno, ya que don baterista nos ha honrado con su presencia al fin, ¿podemos ensayar de verdad? —suspiré y Alex me fulminó.
Volvimos a ser interrumpidos por Carlos, el hermano menor de Julie. El chico aseguraba que era un experto en entidades del más allá y le aseguró a Julie que el estudio estaba libre de fantasmas. Claro. Entonces, Luke y los chicos se asustaron cuando Carlos habló sobre usar sal para eliminar a las almas, y Alex hizo todo un espectáculo al creer que Carlos de verdad le hizo daño con la sal.
No lo hizo.
Flynn se llevó al menor de los Molina para dejarnos continuar con nuestro trabajo, pero antes, Luke quiso mostrarle un par de canciones que creía que sonarían genial con la voz de Julie.
—¿"Amo mi caballo"? Reggie, deja de poner canciones country en mi cuaderno.
—Eso era un regalo.
—Gracias.
—Está mintiendo. No la quiere —le dije a Reggie.
—Amber.
—Ajá, me callo.
Luke le entregó el cuaderno a Julie, que subrayó las canciones que le servirían mejor a ella. Una llamó la atención de Julie.
—Oh, ¿quién es Emily?
Me quedé muy quieta.
—Yo no te marqué esa —se apresuró en decir Luke, tratando de recuperar el cuaderno.
Julie no lo dejó y se apartó fuera de su alcance, sonriendo al leer en voz alta parte de la letra.
—"If you could only know, I never let you go". Vaya, Luke, no creí que eras todo un romántico.
Mis oídos se bloquearon, un pitido rezumbando en mis tímpanos, mi cabeza dando vueltas y vueltas.
¿Luke le escribió una canción a mamá? ¿Sobre mamá? ¿Qué demonios? Miles de preguntas corrían a una velocidad increíble, empujándome al límite. Quería formular todas y cada una de ellas, pero tampoco me apetecía presionar a Luke a hablarme de algo de lo que claramente no estaba listo para hablar. Incluso palideció cuando Julie recitó parte de la letra.
¿Sabrá mamá de esto? No, imposible. Ella me lo habría dicho. Mamá nunca me ocultaría algo sobre Luke, lo sabía porque ella jamás lo hizo. Mis padres siempre fueron sinceros en cuanto a su primogénito.
Me había desconectado de la realidad. No me di cuenta de ello hasta que la guitarra de Luke bloqueó el pitido en mis oídos, y la melodía que tocó era tan familiar, tan conocida, que me obligó a cerrar las manos en puños, la uña de mi guitarra enterrándose en mi palma.
—Entonces quieres hacer una versión nueva —le dijo Julie a Luke.
—¿Una qué?
—Es un tema de otro grupo. Mamá y yo solíamos cantar esa canción a todo pulmón. Es un clásico de Trevor Wilson.
Y ahí estaba. Ese nombre.
—No, es un clásico nuestro —le aseguró Luke.
—Es de Susent Curve. ¿Quién es Trevor Wilson? —preguntó Reggie.
—Exacto. Puede que estés confundiendo una canción —sugirió Alex.
—Yo no hago ese, créeme. —dijo Julie—. Su hija y yo éramos mejores amigas antes. Iba a su casa todo el tiempo. Confíen en mí, conozco esa canción. Miren, se los muestro. Sus previos álbumes fueron unos éxitos, pero su nueva música no es tan buena como antes.
Y entonces ella mostró la cara del susodicho Trevor Wilson.
Los chicos lo reconocieron al instante.
Claro que sí. Ese era Bobby.
Luke dijo exactamente lo mismo.
—¿En serio, chicos? Si les acabo de decir que se llama Trevor.
—Bien, pues se cambió de nombre, ¿sí? Pero ese es Bobby. Era nuestro guitarrista rítmico.
—Dios, se ve tan viejo —Reggie hizo una mueca.
—Sí, parece un profesor suplente —asintió Alex.
—Julie —Luke habló muy despacio—. ¿Cuáles fueron sus otros éxitos?
Julie no fue la que contestó.
—Get Lost, Long Weekend, Crooked Teeth.
Los chicos se voltearon al escucharme, sus ojos bien abiertos. Quizá se olvidaron de que yo también estaba aquí. Tal vez estaban conmocionados. Lo único que supe fue que la mirada que Luke me dio me provocó algo completamente diferente.
Miedo.
—Todas son nuestras canciones —dijo Alex en un susurro, sorprendido y dolido.
Asentí y hundí los hombros.
—Lo sé. Bobby tomó todas las que pudo recordar y las sacó.
—¿Y tú lo dejaste? —bramó Luke.
Yo parpadeé solamente. Intenté hablar.
Luke no me lo permitió.
—¿Sabes lo que esto significa? ¡Bobby robó nuestra música! ¡Se la robó, Amber! ¡Ese era nuestro legado! ¿Me estás oyendo bien? Nuestro legado. ¿Cómo pudiste ser tan estúpida?
Julie ahogó una exclamación.
Alex tenía los ojos abiertos, pálido.
Reggie intentó intervenir.
Yo no lo dejé.
—¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no lo sabía todos estos años?
—¿Entonces por qué no hiciste algo al respecto?
—¡Porque tenía doce años cuando me di cuenta de lo que Trevor hizo! Y aun así el muy idiota tenía las agallas de pisar mi casa y fingir tristeza para acompañar a mamá en su pena, todo para ganarse su confianza y convencerla de darle ese cuaderno que Julie tiene en las manos.
—Permitiste que sacara las otras canciones, de todas formas.
Oh.
Oh.
Ahora sí que estaba furiosa.
—Qué fácil es para ti juzgarme, cuando yo nunca he dudado de ti —siseé. Luke me regresó la misma mirada enojada—. Pero si tanto deseas saber, no, Luke, esas otras canciones las sacó porque Bobby las recordaba también. Cuando trató de poner sus manos en tu cuaderno porque creyó que yo lo tenía, no lo dejé y lo saqué a patadas. ¿Quieres saber cuántos años tenía yo en ese entonces? Catorce.
Reggie se acercó.
—Amber...
Alcé una mano, callándolo. Mis ojos estaban en Luke solamente.
En el hermano a quien, en este preciso momento, yo detestaba.
—Júzgame todo lo que quieras, Luke, pero de no ser por mí, el resto de las canciones que tienes en ese cuaderno habrían acabado con Bobby. Yo tampoco tenía tus notas, claramente se quedaron aquí en el estudio, pero imagínate lo fácil que habría sido para él hacerse con ese cuaderno. Ya era rico para ese entonces. Con mamá solo hacía falta unas lindas sonrisas y un "lamento mucho su pérdida", y ya te la ganaste. ¿Pero de haber sido alguien más? Ofrécele dinero y verás cuán sencillo es.
Mi respiración era irregular, descontrolada. Una forja cobró vida dentro mí y ahora estaba haciendo erupción como un volcán. Que Luke se quedara callado y no dijera nada más fue la gota que derramó el vaso.
Chasqueé la lengua, recogiendo mis cosas.
—Oye. —Odié lo suave y delicada que era el tono de Reggie—. ¿A dónde vas?
—A casa. Por mí, el ensayo terminó.
—Amber...
—Los veré esta noche en el baile.
Y me marché.
No creo que hayan notado cuán roto mi corazón estaba.
Y luego de meses sin aparecer aquí, ¡he vuelto! No tengo una excusa para excusar mi desaparición en esta historia, sólo que me quedé estancada y no supe cómo seguir con el siguiente capítulo. Hizo falta muchos ratos escuchando el álbum de JATP para poder hallar la inspiración suficiente para seguir.
Pero aquí estamos y, bueno, capítulo intenso tenemos. Al menos, el final lo es. Si les soy sincera, no pretendía poner ese final, el capítulo tomó un rumbo por sí solo. Aun así me gustó. Pero eso no significa que no me duela Amber. Mi pobre beba 🥺.
Imaginen cuando se entere de que Luke y los chicos la dejarán plantada a ella u a Julie. Yay.
Nuevamente, lamento mucho la tardanza. Ya se acercan mis vacaciones y quizá pueda escribir un poco más. De todas maneras haré un intento durante la semana a ver si el siguiente capítulo le da la gana de salir de mi cabeza.
Espero que les haya gustado este cap, estaba bien emocionada por publicarlo porque extrañaba actualizar aquí. Voten y comenten.
Nos leemos pronto.
Love,
Wolf Queen
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