14 | Casamiento ➸ Maschessi

Un shot que se me ocurrió hablando con el grupo de fans de Masche. Este va para Alexamessi, imagina que sos el pelado.

Espero te guste

Yyy, seguí "adoptada por maschessi" por favor!

Leanla, es buenísima

Sin más preámbulos, empecemos.

Pareja protagonista: Maschessi

Hoy era el día tan esperado por muchos, el casamiento del mejor jugador del mundo. ¿Con quien? Nada más y nada menos que la mujer que amó desde la primera vez, la hermosa Antonela Rocuzzo. Madre de sus dos hijos, la mujer de su vida.

Si claro, soy un forro.

Debería estar feliz por él. Por ser el padrino de su boda. Sin embargo, mis sentimientos no tienen ni una mínima cercanía con eso. No quiero que se case, no con otra persona que no sea yo. Quizás suene egoísta pero es la verdad.

- Javi, tengo que contarte algo boludo

- ¿Qué pasa enano?

- Me caso con Anto - dijo feliz.

- Ya era hora - mentí.

Tiempo más tarde me encontraba en mi cama, abrazado a una almohada, llorando desconsolado mientras observaba una foto de él.

¿Por qué mierda había sido tan cagón? ¿Por qué nunca le dije lo mucho que lo amo?

Si tenía una mínima chance de estar con él -la cual no creo haya existido alguna vez- la perdí. Lo perdí para siempre. Perdí a la persona que siempre amé. A mi enano, al hombre más bueno y dulce que existe, esa personita tímida que cuando sonríe me llena de mariposas la panza. A esa persona especial... mi persona especial.

Así se terminó de sellar el hecho que vivía en una pesadilla. Bueno en realidad se sellaría hoy.

Ese fue el principio del fin.

Para, para, ¿Qué fin? ¿El fin de algo que nunca existió? ¿El fin de un amor imposible?

Miles de pensamiento e ideas locas dan vueltas por mi cabeza pensando una solución rápida. ¿Ir o no ir? Que pregunta estúpida. No puedo fallarle.

- Tengo una propuesta para vos

- ¿Cuál?

- Ser el padrino de mi boda. Eso sí, tenes que usar corbata celeste, Anto quiere que sea así.

- Está bien. Gracias por pensar en mi.

- Siempre pienso en vos boludo

- Aveces lo dudo...

- ¿Por qué?

- Nada, cosa mía.

Nuevamente callé mis sentimientos. Siempre lo hago, siempre lo hice. La vergüenza y miedo me consume cuando estoy cerca de él.

¿Por qué tengo que amarlo tanto?

Estaba ingresando a la gran boda cuando me encontré con mi amigo, Ezequiel Lavezzi.

- ¿Qué onda pelado? ¿No vas a hacer ninguna locura, no?

Él es el único que sabe de mis sentimientos por Leo. Siempre me incentivo a contarle, pero creo está claro, no lo hice.

- No, no la voy a cagar

- Toma - me dio la llave de su auto

- ¿Para qué?

- Sé que vas a cagarla, sé que te ama, sé que se van a escapar corriendo y hay periodistas, mientras más rápido te alejes mejor. Está acá a la vuelta. Suerte.

- Sos un pelotudo

Ambos terminamos de entrar, me acerqué dónde Leo estaba y lo saludé.

- Estás muy lindo

- Gracias pelado, vos también - contestó mirándome de arriba a abajo. Me sonroje.

- ¿Estás nervioso?

- Sí, algo.

- ¿Estas seguro, no?

- No.

- ¿Cómo que no? - pregunté confundido

- Estoy inseguro, no sé, me di cuenta que ya no hay marcha atrás, que soy un cobarde.

- ¿Un cobarde por qué?

La música comenzó a sonar, todos se pararon mirando como la novia entraba del brazo de su padre.

Lionel se dio media vuelta sin contestar mi pregunta.

Ambos se dieron un pequeño beso para dar inicio a la parte más importante.

La maldita y extensa pregunta primero fue para Antonela quién aceptó y sonrió. Estaba emocionada.
Lionel sólo sonrió. No se lo notaba feliz.

La pregunta fue para él ahora.

Esperando la respuesta, un silencio invadió la iglesia.

- N-no, perdón. No puedo.

Nunca pensé que aquello sucedería, ni que yo sería tan feliz con esa respuesta. Se sentía bien y a la vez mal. Antonella lloraba, y todos miraban asombrados. Inclusive yo lo estaba.

Lionel me miró con lágrimas en sus ojos, fue una mirada rápida antes de salir corriendo por el extenso pasillo.

Salí detrás de él, casi por instinto. Muchos trataron de seguirlo, lo noté, pero el pocho lo impidió parandose en la puerta de entrada a la iglesia. Nadie entendía nada, sólo él lo hacía. Me dejó pasar a mi, únicamente a mi. Corrí lo más rápido que pude y lo alcancé, tomé su mano y prácticamente lo arrastre al auto de Ezequiel.

- ¿Estás seguro? - dije antes de arrancar el auto

- Sí, sacame de acá. Por favor.

Hice caso y puse el auto en marcha, no sabía a dónde ir, pero nos alejaría de ahí. Estaba claro que ninguno quería estar cerca de allí.

Habíamos hecho un viaje bastante largo sin rumbo alguno. Decidí parar, no podía seguir con esto, no así.

- Perdón Leo, no puedo

- Javier por favor, escapemos juntos. Te amo, necesito que no me dejes ahora, que te quedes conmigo, podes hacer eso?

- Leo, y-yo... también t-te amo

Lo besé, no sabía que más hacer. Fue mi mejor opción, besarlo. Lo quería hacer toda la vida, besarlo, amarlo.

- Si me caso algún día va a ser con vos

Sonreí enamorado.

- A dónde vamos ahora?

- Lejos. Lejos de todo y de todos. No me importa. Vamos a un campo, no sé.

- Bueno, pero con una condición

- Cuál?

- Prometeme que no te vas a arrepentir y me vas a dejar

- Te lo juro.



Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top