🧚🏻♂️Quiero ser normal✨
En sus grutas doradas,
con sus diademas de oro,
allí estaban, como un coro
de reinas, todas las hadas. - Rubén Darío
Observé detalladamente el rostro de aquel chico que estaba a mi lado y lo moví un poco para despertarlo porque sinceramente necesitaba una explicación.
—Oye, despierta por favor ¿Quién eres? ¿Cómo entraste? ¿Eras el gato?
—Eres muy ruidoso —se quejó el chico mientras se tallaba los ojos y se incorporaba para quedar frente a mi.
—Entonces ¿Vas a responder mis preguntas o no? —pregunté entre susurros, pues todos en el dormitorio se encontraban descansando.
—Lamento ser descortés, aún soy un cachorro y me cansa hacer la transición a humano, tal como tú lo dijiste era el gato siberiano que dejaste entrar, mi nombre es Jungwon y he venido para llevarte a la tierra de las hadas. —se presentó el chico mientras me extendía su mano.
—Espera un minuto ¿Es una broma? ¿Tierra de hadas? —dije cruzando los brazos sobre mi regazo.
—Sunoo tú eres un hada quizá no por completo aún pero si vienes conmigo y haces el ritual entonces podrás controlar tus poderes y tendrás unas hermosas alas resplandecientes —Explicó Jungwon.
— ¿Cómo sabes mi nombre?
Estaba acribillando al pobre chico con montones de preguntas pero es que antes de que se manifestarán mis poderes, yo no tenía ni la menor idea de que las hadas existieran en el mundo real.
— Mira Sunoo, yo te he estado observando desde que llegaste al orfanato hace dos meses y tus poderes de escarchar y congelar el agua no son una casualidad, de hecho pertenezco al reino del invierno en la tierra de las hadas y seguro que a la reina Winter y el príncipe Sunghoon les encantará ayudarte a hacer el ritual.
Estaba confundido respecto a la propuesta de Jungwon, porque lo que menos buscaba era dejar de ser humano yo simplemente quería ser como todos los demás niños, ir al colegio, la universidad, tener un buen trabajo, una familia.
— Pero la próxima semana la familia Kim me va a adoptar y ¿Podré volver al mundo humano si voy contigo? —cuestioné angustiado.
— La tierra de las hadas es un lugar increíble, vivir como hada es mucho mejor que vivir como humano, hay árboles frutales por doquier, naturaleza, grandes páramos y mi hogar el bosque del invierno es nevado y un paraíso congelado, tal vez la tierra de las hadas es como el Eden que relatan en la biblia humana o mucho mejor, nunca te va a faltar nada, nadie te hará daño o te discriminará por lo que eres.
Admito que la propuesta sonaba bastante bien, pero como un niño de apenas diez años yo me sentía como Wendy siendo persuadida por Peter Pan para ir con él, solo que en este caso tal vez yo sería Tinkerbell o quizá Periwinkle.
— Puedes estudiar los temas que gustes sobre las hadas u otros seres, tu trabajo será practicar mucho el escarchado y cuando llegue la época de Yule, osea el solsticio de invierno podrás venir a ayudar en el cambio de estaciones —continuó explicando Jungwon.
— ¿No puedo ser un hada y vivir en el mundo humano? — pregunté con la esperanza de que pudiera no ir a la tierra de las hadas y quedarme.
— Supongo que si pero... La reina Winter me envió para llevar a todas las hadas invernales perdidas en el mundo mortal con los suyos, si te quedas será peligroso, los vampiros viven en este mundo, ocultos y son uno de los principales enemigos de las hadas, también para los humanos serás un monstruo, te pueden llevar a un laboratorio y quizá hacerte daño.
El escuchar la palabra vampiros me sorprendió demasiado, pero luego recordé que yo mismo era un hada así que la idea de la existencia de los chupasangre no me pareció tan descabellada.
—¿Entonces me dices que no hay otra opción para mí? —pregunté intentando encontrar otra solución que no implicará acompañar a un chico gato a quien sabe dónde.
— Sunoo, de verdad que todo lo que te digo es por tu bien, además la gente sospechará cuando dejes de crecer a los veintiún años y jamás envejezcas.
— Hace rato dijiste que eras un cachorro ¿Cómo sabes todas esas cosas? —pregunté impresionado de que fuera tan joven y ya supiera tanto de hadas cuando ni siquiera él lo era.
— Provengo de la raza felina y si, solo tengo nueve años pero soy la mano derecha del príncipe Sunghoon ¿No quieres saber tu verdadero origen?
Realmente tenía curiosidad sobre si mis padres biológicos estaban el mundo de las hadas, pero como seguía empeñado en querer ser normal terminé rechazando la propuesta de Jungwon.
— Lo siento, realmente todo lo que me dices suena genial pero no voy a ir contigo, quiero quedarme aquí con la nueva familia que tendré y si sigues insistiendo o te apareces más por aquí para seguirme espiando voy a revelar lo que eres.
Jungwon se asustó cuando escuchó mi amenaza, así que volvió a transformarse en gato y saltó hacia la ventana, pero antes de irse volteó hacia mí y dijo.
— Supongo que eres demasiado joven para entenderlo pero algún día cuando te decidas ir con los tuyos solo tienes que salir a algún lugar con naturaleza e invocar a la reina Winter, ella vendrá por ti.
Yo asentí y luego cerré la ventana cuando Jungwon se fue, me recosté en la cama y cerré los ojos para dormir por fin, me asustaba el no poder controlar adecuadamente mis poderes y que tal como Jungwon dijo, me llevarán a una especie de laboratorio para estudiarme, pero realmente yo quería vivir como humano.
❄️❄️❄️
Paso una semana y los Kim finalmente llegaron por mi, me despedí de los pocos amigos que tenía, el señor Kim subió mis maletas al auto y la señora se sentó conmigo en la parte de atrás mientras intentaba hacerme la plática, me dijo que dejara de llamarla señora Kim y que le dijera mamá, así que eso hice.
El auto se detuvo en una casa grande de color blanco, tomé la mano de mi nueva mamá y ella me llevó al interior, preguntó si tenía hambre y yo asentí así que me dejó en lo que sería mi habitación y dijo que iría a la cocina a prepararme algo.
Me senté en la cama con cobertores de carritos, había estrellas fosforescentes pegadas en el techo y la habitación estaba pintada de azul, había una ventana que daba al amplió jardín donde había un perro husky jugando con las mariposas que pasaban por ahí y sonreí al pensar en la nueva vida que me esperaba.
Mi nueva mamá me llamó para comer y al sentarme en la mesa había una taza de chocolate caliente, una ensalada con fresas y pollo, de repente me pregunté si las hadas comían carne pero después me dije a mi mismo
«No, seguro que son vegetarianas»
Luego de comer, mis nuevos padres me llevaron a dar un paseo por el vecindario y estaba tan feliz disfrutando del sol de primavera que el asunto de mis poderes, lo olvidé por completo y mientras buscaba tréboles de cuatro hojas en el césped del parque terminé escarchado una parte, menos mal que nadie lo vió, solté un suspiro y volví a ponerme los guantes de lana, no iba a dejar que de nuevo mi habilidad de escarchar y congelar cosas arruinara mi vida.
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