🧚🏻♂️El ritual✨
Me embriagué de aquel vino de miel del capullo lunar que las hadas recogen en copas de jacinto. - Percy Shelley.
Sunoo
Aquel chico de cabello azabache me tomó del brazo, estaba vestido con una chaqueta negra y parecía todo un chico malo, debí haberle agradecido por haberme ayudado a eliminar la evidencia de mis poderes en el teatro, pero en lugar de eso estaba molesto por qué recordé cuando aquel chico gato intentó llevarme a la tierra de las hadas cuando tenía diez años.
— Juro que si vuelvo a escuchar de nuevo la palabra hada o ritual voy a entregarme yo mismo al loquero, nada de lo que diga un niño con poderes de luz me va a hacer cambiar de opinión —exclamé, harto de que lo sobrenatural interfiriera con mi vida.
El chico me miró molesto y yo logré safarme de su agarre, sacudí la manga de mi suéter y estaba a punto de recoger el guión de la obra e irme pero el me dijo.
— No soy ningún niño, tengo quince años y no solo lo hago por mi, lo hago por...
—Déjame adivinar, te envío ¿La reina Winter o el príncipe Sunghoon? —pregunté con ironía.
— No te equivocas, el príncipe Sunghoon me envió en primer lugar ¿Quién crees que ha limpiado todos tus desastres y evitado que los vampiros te rastreen todo este tiempo?
—Oh pues gracias por ser mi hada de la guarda, yo no pedí nacer así y no entiendo porque tu príncipe sigue insistiendo con llevarme al mundo de las hadas, que parte de "quiero ser normal" no pueden entender. —musité molesto y enfatice la última parte haciendo comillas con los dedos.
Mientras guardaba las cosas en la mochila miré de reojo a Riki y recordé que él era ese chico que cuando era niño siempre quería jugar conmigo, sus padres llevaron tarta de frutos rojos a nuestra casa cuando se mudaron, como buenos vecinos, la verdad tiene razón no parece un niño, incluso es más alto que yo y ahora puedo entender porque insistía tanto en acercarse a mi.
— No importa lo que digas, jamás lograrás convencerme porqu...
Justo cuando tomaba mi mochila para irme a casa Riki me tomó del cuello de la camisa y luego sentí sus suaves labios sobre los míos, me separé de él rápidamente indignado porque mi primer beso se había arruinado, me limpie el beso con la manga de mi suéter y el chico solamente se rió.
—Lo siento, es que hablas demasiado si me escucharás solo un momento, no pretendo llevarte a la tierra de las hadas aún, pero de verdad necesitas completar el ritual ¿Acaso quieres seguir escarchando cosas sin que lo quieras? Además, no lo hago solo por el príncipe, este es un asunto de todo el mundo de las hadas porque un hada que no controla sus poderes es peligrosa si hace que otros seres nos ataquen.
Mis mejillas aún seguían calientes por los efectos de aquel beso, pero lo que decía aquel joven hada tenía sentido y terminó por convencerme, además si controlaba los poderes podía estar más calmado.
— Esta bien, haré ese tonto ritual —exclamé mientras me encogía de hombros.
— Entonces al anochecer tienes que venir al parque del vecindario, traeré unas amigas que nos van a ayudar —dijo Riki sonriendo.
Y yo asentí con la cabeza y me di la vuelta para salir del teatro.
Al llegar a casa me sentía tan cansado, dejé la mochila sobre la cama y me quité el suéter, la bufanda y los guantes, estaba muriendo de calor.
Miré mis manos y luego me levanté para verme al espejo. «Después del ritual de está noche ¿Tendré alas?, ¿Se podrán esconder?» pensaba mientras miraba mi espalda.
Después de ocho años daría un paso más hacia lo sobrenatural, me aterraba perder mi humanidad y me asustaba la responsabilidad y peligros que eso podría significar, pero aún así me dije a mi mismo que era necesario, así que cuando llegó el anochecer tome una chamarra y salí de la casa, mi madre me preguntó que a dónde iba y le dije que me reuniría con el vecino, cosa que no era mentira.
Cuando llegué al parque Riki ya estaba ahí y junto a él se encontraban las seis integrantes de PIXY: Kyungju, Dia, Dajeong, Sua, Lola y Satbyeol. No podía hablar cuando Riki me las presentó porque yo muy bien sabía quiénes eran, su música era increíble y su concepto tenía que ver con hadas o mariposas.
— ¿Entonces ustedes son hadas reales? —pregunté aún sin creerlo.
— Lo somos y estamos aquí para ayudarte con el ritual —exclamó Lola.
— Pero... Cómo es que ustedes...
—¿No vivimos en la tierra de las hadas? — me interrumpió Dia.
—Si eso.
— Bueno es una larga historia, pero básicamente fuimos exiliadas por sus reinas actuales, tuvimos una pelea y descubrieron que teníamos una carrera como idols aquí, la reína Giselle dijo que éramos un peligro así que no podemos volver —Explicó Sua.
— Oh vaya... lamento eso, debió haber sido difícil ser expulsadas de su hogar.
— Sobrevivir en el mundo humano es complicado pero no imposible, aún así no hablemos de nosotras hoy, sino más bien concentremonos en el ritual —dijo Satbyeol para terminar la conversación.
Riki sacó un recipiente hondo de una bolsa que traía, Kyungju hizo aparecer una burbuja de agua y luego dijo que la escarchara así que la toqué y luego la puso en el recipiente donde quedó como hielo molido, Dia hizo un miniremolino obscuro que se convirtió en un líquido negro cuando lo puso sobre el recipiente, Sua hizo aparecer pétalos de flores de cerezo y también lo agregó a la mezcla, Dajeong agregó un rayo de luz lunar, Satbyeol un arcoiris y finalmente Lola calentó la mezcla con su poder de fuego.
—¿Para que es todo eso? —pregunte mientras observaba como la mezcla adquiría tonalidades obscuras y rojas.
— El ritual no lo puede hacer un hada por su cuenta, necesita la ayuda de otras hadas y estás deben aportar sus poderes como una ofrenda a la diosa hada Mab, la primera hada madrina y dadora de poderes, también tu poder está en la mezcla por eso escarchaste aquella burbuja —explicó Satbyeol.
— Solo falta esto —dijo Riki mientras sacaba una botella de un líquido morado que yo supuse que era vino.
— Ah si, el ingrediente más importante y sagrado, vino de hadas, cultivado en los viñedos de la tierra de las hadas y con un toque de miel de abeja. —exclamó Sua mientras tomaba la botella y vaciaba un poco de su contenido en la mezcla que al final quedó de color rosa.
Kyungju puso aquel líquido en mis manos y dijo que lo bebiera, yo no estaba seguro sobre el sabor de aquella extraña mezcla, le pregunté a Riki con la mirada si de verdad era necesario y él asintió, así que yo cerré los ojos y lo hice.
Al contrario de lo que pensaba, sabía delicioso, tanto que sentí que volaba, abrí los ojos y me di cuenta que mis pies ya no estaban sobre el piso, giré mi cabeza un poco y pude observar el como lucían mis alas, eran brillantes y transparentes, intenté bajar de nuevo al piso pero no podía, volar no era tan fácil como yo pensaba, así que Riki hizo aparecer sus alas y tomó mi mano para hacerme bajar.
— Cierra los ojos e imagina que ya no tienes las alas.
Hice lo que Riki me dijo y como había volado a una gran altura termine cayendo y creí que me iba a romper todo pero el joven hada logró atraparme entre sus brazos, lo que me hizo sonrojar.
Las chicas de PIXY se despidieron luego de juntarse en círculo y cantar Wings, se sentía como si estuviera en un concierto privado.
Extiende las alas nuevas
Las alas rotas me atormentaron
Mantenlo alto
Susúrrame "confía en ti"
Estaré contigo
Soñamos con estar juntos
Encontré mis alas
Nacido como el sol despertando de la oscuridad
(Extiende mis alas) Te conviertes en mi aliento y me llenas.
Cuando Riki y yo nos quedamos solos, dijo que me acercara a una flor y la tocara, lo hice y nada paso, luego me dijo que le diera intención para que fluyera mi poder y cuando lo hice está finalmente se escarcho.
—Ahora ya no vas a escarchar o congelar nada que no quieras —exclamó Riki con una sonrisa.
Luego practiqué el hacer aparecer mis alas y esconderlas, Riki me dijo que si quería aprender a volar él me enseñaría, pero yo ya tenía demasiadas emociones por el día, así que le dije que quería regresar a casa y él lo entendió.
—Sabes algo, tu patrón de alas es igual a...
— ¿Igual a qué? —pregunté cuando note que Riki no decía nada.
— No, no es nada quise decir que son iguales a una mariposa —respondió Riki un poco nervioso, lo que me hizo pensar sobre que quizá me ocultara algo, pero al final cuando llegué a casa decidí que era mejor no preguntar.
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