🧚🏻♂️El contrato✨
Ahora, cada noche veré brillar las ventanas,
el resplandor de la lámpara dorada y el brillo rojo del fuego, mientras nosotros jugamos entre las ramas enroscadas, cantando entre los árboles junto a la corriente.
Negras y frías son sus noches en el mundo;
y viven tanto tiempo y no sienten dolor:
creceré, pero nunca envejeceré,
siempre, siempre tendré mucho frío,
y nunca más regresaré. -El Changeling: Charlotte Mew.
Me desperté cuando entraron a la habitación Nicholas mi asistente real junto con dos damas de compañía Yujin y Liz quienes abrieron las cortinas para que entrara el sol.
Sunoo quien aún dormía a mi lado se cubrió la cabeza con las cobijas molesto al sentir la luz en su rostro y yo solte un largo suspiro cuando hicieron que le levantará. Había olvidado por completo el protocolo del palacio en esas casi dos semanas que pasé en el mundo humano y sinceramente prefería regresar porque no tenía a nadie que me despertara a una hora determinada o me impusiera tareas.
— Príncipe, vamos a su habitación para alistarlo, tiene invitados y lo esperan para almorzar — dijo Yujin mientras me conducía afuera de la habitación de Sunoo.
Somnoliento hice lo que el hada me dijo, me dí una ducha y luego me vestí con el atuendo que ella había elegido, definitivamente extrañaba usar la ropa casual de Riki porque no tenía que abrochar tantos botones y usar tantas capas de prendas.
Cuando finalmente terminé de alistarme bajé las escaleras y fui hasta el salón del comedor, mi madre estaba sentada en su lugar y a su lado se encontraba Jake quien había traído también a Heeseung.
—Buenos días su alteza —Saludo Jungwon quien recorrió la silla para que me sentara.
— ¿Cómo está Riki? —pregunté mientras me ponía la servilleta de tela en las piernas.
— Él está bien, está ayudando en la cocina —respondió Jungwon.
— Me alegra escuchar eso
Después miré a Jake y Heeseung, en circunstancias normales los saludaría como siempre pero estaba mi madre y tenía que mostrar dotes de diplomacia como futuro rey.
— ¿A qué se debe el honor de la visita de los príncipes del otoño?
— Oh simplemente nos enteramos que regresaste, ambos estábamos muy preocupados sobre la decisión repentina que tomaste de irte al mundo humano y también la reina Winter ya nos puso al tanto de todo, es realmente un milagro que de nuevo pueda volar. —dijo Jake mientras alzaba su copa de néctar de frutos silvestres.
— Si realmente es un milagro — respondí sonriendo.
— Escuché que fue a felicitar personalmente al príncipe Jake cuando anuncio que tendría su handfasting así que queríamos ser los primeros en felicitarlo y también nos gustaría conocer a su prometido — comentó Heeseung.
— Oh mi prometido bajara en unos instantes, me disculpo en su nombre por la tardanza pues como bien sabrán él es un hada que vivió toda su vida en el mundo humano y no está acostumbrado a los protocolos de la realeza.
Riki nos sirvió el plato principal y después volteé hacia la entrada del salón del comedor
— El prometido del príncipe está aquí —anunció Liz quien seguramente fue la encargada de arreglar a Sunoo y explicarle lo básico del protocolo en la mesa.
Sunoo se veía hermoso luciendo la vestimenta de un príncipe y el rubor natural de sus mejillas lo hacían ver adorable, era evidente que estaba nervioso porque nunca antes tuvo que comportarse de forma específica, Jungwon recorrió la silla que estaba a mi lado y mi alma gemela tomo asiento.
— Príncipes del otoño, tengo el agradable honor de presentarles a mi prometido Kim Sunoo. —dije mientras tomaba su mano y le sonreía para que se relajara un poco y luego continúe con la presentación.
— Sunoo, ellos son Jake el príncipe del otoño y su esposo Heeseung.
— Es un placer conocerlos majestades — exclamó Sunoo e inclinó un poco la cabeza.
Cuando el almuerzo terminó Jake y Heeseung volvieron a su reino dejándonos solos con mi madre y ella le preguntó a Sunoo
— ¿Ahora estás de acuerdo con que haya empezado a organizar el compromiso?
Y Sunoo asintió con una sonrisa.
Después mi madre dijo que era hora de ir al mundo humano para hablar con los padres de mi prometido y que también aprovechará para que los padres de Riki volvieran a casa.
— Ten mucho cuidado ¿si? De todos modos Jungwon te va a acompañar. —exclamó mientras besaba mi frente.
— Buena suerte —dijo Sunoo mientras me abrazaba.
— Más bien te deseo suerte a ti, espero que no te rindas luego de haber aceptado ser mi esposo a veces el protocolo de palacio es un tanto duro —susurré al mismo tiempo que tomaba las manos de mi prometido y besaba su mejilla.
Abrí yo mismo el portal hacia el mundo humano y antes de cruzar mi madre me dió una especie de contrato, también me dijo que usara el mismo hechizo para regresar y finalmente crucé junto a Jungwon.
La primera parada fue en casa de Riki, ahí le expliqué a sus padres que su hijo estaba bien pues había vuelto a la tierra de las hadas y que luego de arreglar mis asuntos regresaría por ellos para llevarlos de regreso.
Los señores Nishimura estuvieron de acuerdo y después tomé prestada la ropa de Riki, me cambié el ostentoso traje por algo más ligero y sencillo, me refresque el rostro y luego salí rumbo a la casa de los padres de Sunoo, practiqué por el camino lo que diría pero aún así estaba nervioso y como eran vecinos de los Nishimura no tarde en llegar. Frente a la puerta dejé salir un largo suspiro y antes de que mis nervios me hicieran arrepentirme toque el timbre de la casa.
Con una expresión de angustia en su rostro la señora Kim me abrió la puerta y me invitó a pasar, tomé asiento en uno de los mullidos sofás y luego la madre de Sunoo comenzó a interrogarme.
— Príncipe ¿sabe algo de mi hijo? Ayer fue al concierto de su grupo favorito pero no volvió y cuando fui está mañana con los Nishimura dijeron que tampoco tenían noticias de su hijo, usted o su acompañante.
— Sunoo está bien, tal vez lo que diga suene demasiado descabellado para usted pero... fuimos atacados por vampiros y mi madre nos rescató, su hijo en estos momentos está en mi reino —respondí con total calma.
—¿V-vampiros? —preguntó la señora Kim cambiando su semblante a uno aterrado.
— Mi padre fue asesinado por uno, aunque no lo crea realmente existen pero se mantienen ocultos —expliqué.
— y Sunoo ¿cuando va a volver? —preguntó el señor Kim mientras tomaba asiento al lado de su esposa.
— Eso mismo es sobre lo que vine a hablarles —comenté mientras les extendía el contrato que me había dado mi madre.
—Es una larga historia, pero básicamente Sunoo y yo estamos unidos por el destino, él es mi alma gemela, ambos nos amamos y en estos momentos mi madre está planeando nuestro compromiso.
La madre de Sunoo abrió mucho los ojos incluso casi tira su taza de té pero su esposo la tranquilizó.
— Bueno según este contrato debemos olvidar a nuestro hijo y todo sobre las hadas, aceptar que borren nuestras memorias y a cambio nos prometen la fertilidad ¿Significa que ya no volverá nunca? —preguntó el padre de Sunoo.
— Eso es lo que quiere mi madre evidentemente no confía en los humanos, pero Sunoo los quiere mucho y yo también estoy agradecido porque a pesar de ser un hada ustedes lo siguen queriendo así que olvidemos ese contrato por ahora, en su lugar yo veré qué Sunoo pueda vivir en ambos mundos pero tendrán que firmar este pacto de confidencialidad sobre las hadas.
—dije mientras rompía el contrato de mi madre y extendía uno nuevo que había escrito con antelación en la casa de Riki.
— Solo queremos lo mejor para Sunoo, sabemos que es peligroso que otros humanos sepan sobre ustedes o su mundo así que por supuesto mantendremos todo en secreto por otro lado ¿él está de acuerdo con el compromiso que tu madre organiza? o ¿tú verdaderamente lo estas?
Los padres de Sunoo firmaron el contrato de confidencialidad y cuando me hicieron aquellas preguntas asentí con una sonrisa.
—Por supuesto, ambos estamos completamente de acuerdo en unir nuestras almas por la eternidad jamás obligaría a nada a Sunoo, solo falta saber si ustedes señor y señora Kim están de acuerdo.
La madre de Sunoo tomó el brazo de su esposo y este asintió, su mirada se cristalizó y parecía que estaba a punto de llorar pero logro contener sus lágrimas y exclamó
— Si ambos lo quieren entonces no hay porque oponernos.
Me acerque para abrazar a mis futuros suegros y después les di las gracias por cuidar de Sunoo, también por aceptarme como pareja de su hijo y me quedé a platicar con ellos hasta que se hizo tarde.
—Espero verlos pronto de nuevo — me despedí.
—Por supuesto, siempre serás bienvenido Sunghoon —exclamó el padre de Sunoo.
Volví a la casa de los Nishimura donde encontré al padre de Riki jugando ajedrez con Jungwon y al parecer iba perdiendo.
—Jaque Mate —dijo mi amigo peliazul y después volteo a verme.
— Es hora de regresar al mundo de las hadas —anuncié.
Los señores Nishimura y Jungwon asintieron así que recite las palabras para abrir el portal, lo cruzamos y una vez más estaba en el palacio de invierno.
Cuando regresamos, Riki quien estaba sentado en uno de los escalones de la sala del trono corrió para abrazar a sus padres mientras Jungwon los miraba con una sonrisa de lejos y yo fui a buscar a Sunoo.
Subí las escaleras y lo encontré en su habitación practicando su postura con un libro en la cabeza, así que cuando me vió el libro se terminó cayendo.
— ¿Que te dijeron mis padres? —preguntó con curiosidad mientras se sentaba en la cama.
— Ellos dijeron que solo quieren lo mejor para ti y que si estabas de acuerdo en ser mi esposo entonces no tenían porque oponerse —respondí con una sonrisa mientras entrelazaba mi mano derecha con su izquierda.
— Bueno su majestad, después del largo día de hoy creo que lo estoy dudando un poco.
— ¿Mi madre fue muy dura contigo? —pregunté con un puchero al mismo tiempo que abrazaba la cintura de Sunoo.
— Odio la etiqueta y todo eso del protocolo pero si estoy contigo supongo que valdrá la pena —respondió al mismo tiempo que me daba un beso corto en los labios.
—Prometo que jamás te decepcionaré, ahora deberías dormir supongo que estarás cansado yo hablaré con mi madre sobre como acabar con los vampiros y también espero que acepte dejarte vivir en ambos mundos.
— Buena suerte Hoon, espero que la convenzas —exclamó Sunoo entre bostezos para después levantar el libro que había tirado.
Le dí un último beso en los labios a mi prometido y salí de su habitación para buscar a mi madre, quizá no sería sencillo convencerla pero yo esperaba que de verdad aceptara la propuesta, porque lo que más quería en el mundo era que Sunoo fuera felíz.
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