«Prefacio: Fusión»
Siendo más joven siempre se imaginó estar en el cuarto de Adrien Agreste. Era un sueño en su época de jovencita de trece-catorce años cuando estaba muy enamorada de él.
Claramente en la situación actual la idea de estar ahí encarcelada, atada de pies a la cama es muy diferente a lo que alguna vez imaginó.
Esta ahí en contra de su voluntad. Desde hace tiempo le había dejado de gustar Adrien luego de una batalla que hizo terminar la era de Haw Moth, en aquel entonces todavía tenía catorce años.
Pero ahora quién la tiene en contra de su voluntad es aquel que reinaba en sus más profundas pesadillas.
—Mirate, tan indefensa. Sin tu prodigio, ni siquiera puedes sostener la mirada.— habló el mayor en un tono burlón, pero diciendo la verdad al fin y al cabo. Después de todo, Marinette ni siquiera le veía a los ojos. Se sentía aterrada luego de haber visto con sus propios ojos de lo que aquel chico de blanco es capaz.—
Que patética y adorable eres. Oh, no te asustes, no te haré daño. Solo quiero revisar tus heridas — añadió mientras con sus garras, le tomaba con cierta fuerza del mentón, apretando sus mejillas y provocando que frunciera sus labios.
La otra garra libre revisaba sus pequeñas orejas, donde tenían un poco de sangre ya seca, sin pendientes puestos ya que él se los había quitado hace bastante rato.
—Mh...— quiso decir algo Marinette reuniendo valor. Pero siendo inútil al final.
—¿Por qué no hablas?— fingió no saberlo, soltó su agarre de ella y chasqueo la lengua como si recién lo recordara.— Oh cierto, que olvidadizo puedo ser a veces. No puedes hablar, no puedes hacer nada más que ser linda y obediente. — sonrió retorcido.
Chat la miró nuevamente analizando cada uno de sus gestos y tratando de adivinar que pasaba por aquella cabeza torpe. Se veía tan frágil y asustada. La chica se abrazaba así misma hasta que después de un breve rato tomó un cuaderno que él mismo le había dejado para poder comunicarse o que no se aburriera tanto.
La miro expectante cuando la joven de su misma edad comenzó a escribir algo en su cuaderno, casi apurada antes de qué él decidiera marcharse y dejarla sola por tantas horas.
—¿Qué escribes?— preguntó, sabiendo que no obtendría respuesta de ella pues está muda. No pasó casi nada cuando Marinette con cierto temblor en sus manos alzó la libreta para que él leyera lo que había escrito.—¿Qué que haré con tu prodigio y el mío?— leyó en voz alta, incrédulo.
Ella asintió repetidas veces y con lentitud. Pero todavía no se atrevía a cruzar su mirada con la de él, y eso a Chat lo molestaba un poco. Le parecía increíble como hace algunas semanas atrás ella lo miraba retandolo, sin ningún miedo y creyéndose invencible solo por el hecho de ser la guardiana de los prodigios, o al menos lo era. Pero ahora que ya no tiene en sus manos ni siquiera su propio prodigio y está escondida, apartada de cualquier otra persona que la pudiese ayudar, no sabe hacer nada.
No tiene fuerza. Ni agilidad. Sus reflejos son mínimos. Ella no puede escapar de su cuarto donde la tiene encerrada. Allá fuera las cosas son un caos, varios villanos akumatizados destruyendo la ciudad y solo Alya se ha quedado con algunos prodigios que Marinette le confío a duras penas antes de ser raptada por el mismísimo Chat Blanc.
—Se supone que voy a cumplir mi deseo, pero me complique demasiado pensando exactamente que pedir.— dijo pensativo Chat.— ¿Revivir a mi madre?¿Tú y yo felices?¿Nunca haber sido héroes? Muchas posibilidades. Solo puedo escoger uno. ¿Qué será la mejor para nosotros?— continúo hablando. Ahora que tiene el prodigio de Ladybug, junto al suyo puede pedir cualquier deseo que se le venga en gana.— Al principio pensé en tener una vida normal con mi familia unida, pero ahora me doy cuenta que realmente sería muy aburrido no tener estos poderes...— dijo señalando se así mismo.
Tantas cosas pasaban por su mente en esos precisos momentos, pero en vez de llegar a confundirlo, solo lo hacían comprender otras tantas y darse cuenta que sería un completo estupidez en desaprovechar aquella única y valiosa oportunidad de tener tanto poder en sus manos.
Sin cuidado alguno pero con cierta paciencia, transformó los pendientes de Ladybug en anillos para ser más factibles para él.
Entonces combinó, fusionó su poder de la destrucción con la creación para así pedir su deseo.
Marinette no podía creer lo que sus propios ojos presencian, ¿Cómo permitió que las cosas llegarán hasta este punto?
El tiempo no perdona nada.
Ni siquiera la que había dejado como guardiana del tiempo; Bunnix, la salvaría de su futuro incierto y desastroso.
Un futuro que está en manos de Chat Blanc, o en otras palabras, de Adrien Agreste.
Ƹ̵̡Ӝ̵̨̄Ʒ
Palabras: 818
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: Viernes 17 junio del 2022.
Fandom: Ladybug.
Nota del escritor:
Antes que nada debo aclarar que está es mi PRIMERA historia/fanfic ambientando en este fandom, en este universo de la serie de Ladybug, pero no es el primero que hago con una relación "hetero" Protagonica. La última vez que escribí y publiqué en wattpad algo "hetero" fue hace 4 años o poco más XD. Por lo tanto espero no cagarla.
La trama de está historia es una idea que llevo desde hace algunos días en mi cabeza.
Creo que han sido escasos los fanfics de Ladybug que he leído en mi vida o al menos desde que salió la serie y fandom creció, y la última vez que leí alguno habrán sido hace más 3 años.
Se que el cliché de "Chat Blanc" ya es muy usado, especialmente porque creo que desde antes que saliera esta versión de Chat en la serie ya habían historias de los protas si fuesen akumatizados. Estoy consiente de hasta que punto puede haber "originalidad" en esta obra, pero me arriesgo.
Cada tanto actualicen depende de muchos factores: tiempo, ganas, inspiración y memoria.
En fin, para no alargar demasiado esto me despido aquí, hasta la próxima! Espero les guste <3 hago lo mejor que puedo, me siento muy primerizo con este fandom y eso que llevo en este desde que salió la 1T.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top