Capitulo I: de amantes a desconocidos y de desconocidos a...

Aeropuerto de Seul - 16 de junio de 2023.

Jimin mira hacia un costado en dónde ve a personas correr felices al reencontrarse con familiares, amigos e incluso pareja, todos con sonrisas gigantes y se nota en sus rostros que están de muy buen humor por, de seguro, luego de mucho tiempo ver a las personas más importantes de sus vidas, desde un abrazo, un beso apasionado, miradas cómplices hasta un apretón de manos o unas cuantas palmadas en la espalda dándole la bienvenida.

Eso hace que recuerde que no planificó ningún tipo de bienvenida para Jungkook, ni siquiera ese típico cartel que utilizan todos los enamorados y que es bastante incómodo para él, no sabía tampoco si debía abrazarlo como si lo hubiera extrañado todo ese tiempo en el que no se vieron o un apretón de manos que quedaría bastante seco pero apropiado para la relación que tienen que es básicamente nula porque tienen años sin hablar ni saber del otro.

"Un peluche...". Es lo que se le viene a la cabeza, sabe lo mucho que le encantan a Jungkook porque recuerda la primera vez que estuvieron juntos que el mayor salió corriendo a esconderlos pero era demasiado tarde, Park ya estaba observando de brazos cruzados con un Bob Esponja en la mano derecha, era obvio que le iba a encantar y le haría mucha ilusión.

Se levanta y al poco tiempo se vuelve a sentar, eso no sería lo correcto porque estaría dando una mala impresión, lleva las manos a su cabeza y gruñe, lo tiene vuelta un desastre porque no está seguro de lo que hará en el momento de tenerlo frente a frente, ni siquiera está seguro si va a ir porque todavía no se cree que aceptó semejante propuesta, se nota que necesita el dinero urgente.

Aunque fue la llamada más incomoda que ha tenido en toda su vida trajo algo bueno y eso es que va a ayudarlo a poder sobrellevar un poco su vida, se mordisquea el labio intentando calmar las emociones revueltas que tiene en el pecho.

"Esto es una locura". Susurra y mueve los ojos de un lado a otro, quiere salir corriendo de ahí y hacer como que nada de lo que está pasando es real, seguir con su vida hubiera sido la mejor opción pero no porque Park Jimin siempre debe complicar las cosas lo suficiente como para estar llorando y embriagándose por eso, ha tomado malas decisiones desde que tiene uso de razón, la primera fue nacer y la segunda elegir una familia católica, la terca diría que fue que le gustarán los hombres pero como no es elección el misma se autocovence que fue castigo.

Esta es la última mala decisión que ha tomado y por más que jura que así será que ya no va a volver a cometer otra estupidez lo vuelve a hacer porque eso es lo que lo caracteriza, ser idiota.

Toma el teléfono y comienza a ver cada una de las cosas que hace que deje de sentirse tan ansioso, le echa un vistazo al Instagram y lo primero que le aparece son fotos de su esposa junto con su hijo, eso sí que no lo ayuda porque sabe la clase de mierda que es la persona con la que eligió casarse, desearía poder escaparse con el pequeño solo que las cosas no deben ser hechas de esa manera, sabe muy bien que su hijo tiene un gran apego a Jeno, no le rompería el corazón, todo menos eso.

Vuelve a bloquear el teléfono y lo desbloquea nuevamente esta vez para escribir un mensaje de bienvenida para Jungkook, al poco tiempo una voz suena anunciando que el próximo avión en llegar es justo el de Jeon.

Lleva las manos a su boca y se muerde las uñas, una costumbre bastante asquerosa pero que no ha podido dejar de hacer porque es lo único que hace que no quiera explotar en emociones y tal vez salir corriendo para nunca más regresar, todo lo que está pasando es demasiado para el y eso que se casó con una mujer siendo gay.

"Dios santo como me odio". Se coloca el teléfono en la frente con una gran sonrisa la cual borra porque cree que es demasiado creepy, luego hace una en la que no se muestren sus dientes que sea natural, niega con la cabeza y se mantiene neutral, solo que parece que le van a tomar la foto para el pasaporte en vez de estar recibiendo a alguien que no veía en mucho tiempo.

Una gran multitud pasaba, algunos con traje, otros más desarreglados que nunca, otros que se les nota que no han dormido nada, unos con sonrisas, lágrimas, algunos extranjeros y entre todas esas personas, está Jungkook, con unos audífonos de cable color blanco, una gran maleta gris y con su vestimenta que solo el entiende, el cabello ha crecido y cae como una cascada de oro por su cuello.

Jimin está sin palabras mientras el mensaje que tiene en el teléfono pasa una y otra vez.

Sus labios se entre abren dejando ver su lengua la cual se mueve levemente hasta descansar detrás de sus dientes de abajo, siente que debe decir algo pero no lo hace, más bien se mantiene con la vista fija en el chico que se está acercando con una pequeña sonrisa al verlo, su hoyuelo se hace presente y se nota que los años le han venido muy bien, lo suficiente para verse casi irreconocible, no es que no haya sido hermoso antes, es que ahora su belleza se transmite de otra manera, una más madura, una que solo el puede darse cuenta, una que a Jimin lo enloquece y a la vez le viene la cordura.

"Bienvenido a casa pequeña golondrina". Jeon Jungkook se lleva una mano a la frente. "Es un avión, es un pájaro, no...es Jeon Jungkook". Traga saliva la cual se lleva a la carcajada que iba a soltar a los cuatro vientos.

"Hola Jimin".

"Ho-hola". Hace una reverencia y se choca con la mano estirada de Jungkook.

«Ok, eligió la formalidad» Piensa y la estrecha.

"No he vuelto a ninguna casa". Dice y le pasa por un lado a Jimin, este baja la mirada apenado por la situación. "Y no soy un pájaro". Se coloca los lentes y acomoda el cabello, al ver hacia afuera sonríe, es la segunda vez que pisa Seul y le sigue parecieron igual, no hay nada que lo haga seguir ahí porque todo le recuerda a las miserias que vivió en ese momento donde observó al hombre que ama casándose con una mujer.

"Es que no sabía que decir". Jimin camina detrás como si Jungkook supiera en donde está su auto. "Me cuesta un poco eso de las bienvenidas...".

"Y las despedidas". Jeon no parece querer darle tregua. "Aún así gracias por el recibimiento, no pensé que estarías aquí, creía que ibas a decirme en donde era y que luego irías". Park acelera el paso para poder estar al lado de Jungkook.

"No quería dejarte solo en Seul". Asegura. "Es que es tu primera vez aquí". Por lo que Jimin sabe, es la primera vez, no puede estar más que equivocado.

"Si, mi primera vez". Saca un caramelo y se lo mete a la boca. "¿Dónde está tu auto?". El japonés al escuchar eso, mira a todas partes y cierra los ojos.

"Del otro lado". Aprieta los dientes y pasa como flash a un lado del rubio que rueda los ojos. "Lo siento es que me distraje en la conversación".

"¿Seguro que fue en la conversación?". La pregunta queda en el aire y Jimin no responde así que lo deja pasar porque cree que es lo mejor, no hacer las cosas más incómodas porque eso ya sería demasiado.

Luego de entrar al auto no hubo ningún tipo de conversación, ninguno quería hablar, ambos se entendían con pocas palabras y mediante gestos asentían como si tuvieran una larga conversación que no es así porque no han dicho absolutamente nada, eso podría resumir los inmensos problemas de comunicación que tuvieron en la relación, es que Jimin ni siquiera sabía que sus padres seguían vivos, y eso que era un pueblo pequeño en el que todo el mundo se conocía.

Park cruza la calle y a mano derecha Jungkook se deslumbra con un gran departamento en medio de la ciudad, justo en el lugar en donde prefería no vivir, detesta el ruido de los citadinos y ni se diga el de los autos, es lo peor que puede haber.

"Sé que odias estar aquí pero te voy a pagar bien". Estaciona el auto y sale, Jungkook lo sigue y saca las maletas con cuidado del mayor. "No es un mal lugar para comenzar a soñar". Sonríe y entra, el nuevo inquilino mira a todas partes y frunce los labios al ver todo de color beige, blanco y marrón, como siempre la ciudad siendo tan aburrida. "¿Quién quita y te vuelves fotógrafo profesional?".

"Eso no va a ser posible". El tono de voz le cambia drásticamente.

"Lo siento". Susurra y pincha el botón del elevador. "Estás en el piso diez".

"¿Por qué tan alto?". Sabía que iba a preguntar pero tampoco tanto.

"Porque así es mejor". No dice nada, con la manera en la que lo dijo es suficiente como para que Jungkook se dé cuenta del por qué. "Nadie sabe que estás aquí, así que lo mejor es que se quede así".

"Lo más probable es que los chicos se enteren". Park se cruza de brazos.

"Por mi no lo van a saber".

"No estoy diciendo que les digas". Jimin seguía sintiéndose algo nervioso al estar cerca de Jungkook y aún más cerca de la persona en la que se ha convertido. "Digo que ellos son inteligentes para estas cosas y que se enterarán más rápido de lo que crees".

"Haré todo lo posible porque eso no pase". Las puertas metálicas se abren. "No espero menos de ti".

"No quiero que esperes nada de mi". El pelinegro se muerde la lengua y abre la puerta con un poco de dificultad. "Que lugarcito". Todo demasiado de Seul para el, aunque no puede negar que es bastante lindo y que los colores vibrantes son un gran detalle.

"Sé que a dos pasos de la cocina tienes la cama y todo lo demás pero es bastante acogedora". Se lleva las manos a la cintura. "En el pequeño piso de arriba hay un sofá en donde puedes ver la vista de Seul".

"¿Cómo conseguiste este piso tan rápido?". Está sorprendido, lo mejor es que se tarde demasiado pero Jimin en poco tiempo ya lo tenía listo.

"Aquí viví después de...".

"Si ya sé". Se lanza a la cama y mira a Jimin, si que había cambiado, llevaba el cabello más corto que antes y su mirada no era la misma de antes, su postura era más erguida y la manera en la que vestía también había dado un cambio drástico, demasiado simple para ser Park Jimin. "Es un lindo lugar".

"Bueno". Une las manos dando una palmada. "No es mucho pero si lo suficiente como para que vivas el tiempo que sea necesario".

"Necesario para tí". Todo queda en silencio y se miran.

"Necesario para que te adaptes y ya luego se buscará un mejor lugar". No era promesa pero si algo que lo hizo asentir. "No voy a hablar contigo ahora sobre como serán las cosas...". Sus ojos se dirigen a su muñeca en donde tiene un reloj. "Porque se me hizo tarde y ya tengo que irme". Abre la puerta y antes de cerrarla detrás suyo mira a Jungkook que está viendo el teléfono. "Intenta que nadie te vea mucho".

"Nadie sabrá de mi". Tampoco fue una promesa, sabían muy bien que ambos no se podían prometer nada porque las cosas no acababan bien.

Y la puerta se cierra tras Jimin, solo exhala y va directo a recoger a su más preciado tesoro, su hijo.

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