Impulsos

Capítulo: Impulsos.

Un impulso es la tendencia que mayormente los seres humanos experimentamos aunque sea una vez en la vida y que implica el actuar movido por alguna emoción sin que haya mediado una deliberación previa de la razón.



La profesora ingreso al salón con una sonrisa resplandeciente, parecía disfrutar hacernos sufrir con el examen del día de hoy.

A mi lado, Owen, uno de los chicos mas inteligentes del salón, repasaba por última vez y con nerviosismo todo lo estudiado.

La Sr. Harrison, acomodo su bolso en el escritorio y dos carpetas en una estantería a la izquierda del pizarrón. A continuación nos dio una mirada rápida y acomodo sus anteojos.

En mi experiencia, era una excelente profesora de química y en todas las clases que la he tenido me a enseñado demasiado. Pero en esta ocasión, verla tan serena y sonriente me transmitía temor.

Mi vista estaba puesta en la mujer pálida, que lentamente buscaba las hojas de examen, las cuales no tardo mucho en encontrar y de inmediato comenzó a repartir, a la misma vez que repetía.

- Queridos alumnos, espero que hayan estudiado porque está en juego su aprobación. Recuerden que esta prohibido copiar... - dijo mientras humedecia su dedo índice para separar las hojas mejor -... de descubrirlos en una acción un tanto irresponsable e inmoral, desaprobaran. ¿Comprendieron?

- Si.

Hablamos todos a unísono, y ella asintió feliz por nuestra respuesta.

- Les deseo suerte. ¡Pueden comenzar!

Sostuve mi bolígrafo azul con mi mano temblorosa, y con atención leí las dieciocho preguntas. Luego las volví a releer, relamiendo mis labios, luego de unos segundos me puse manos a la obra un tanto convencida de que me iría bien.

Media hora mas tarde iba por la décima pregunta, algo que me ponía demasiado nerviosa, ya que todavía me faltaban seis preguntas por responder y contaba solo con quince minutos.

Cinco minutos restantes.

Cuatro minutos restantes.

Tres minutos restantes.

Dos minutos restantes.

Un minuto restante.

- ¡El examen a concluído! Pasen sus hojas hacía adelante.

Volví a repasar todo lo que había escrito, solo me había quedado la última pregunta contestada a media. Pero tenia fe, de que todo lo demás estaría bien.

Guarde mis cosas con cansancio y dando un largo suspiro me coloque de pie. Puse mi mochila en mi hombro y avance hacía los pasillos, allí apoyado contra un casillero halle a Cameron.

- Morocha, ¿cómo estas?

Me tomo por sorpresa encontrarmelo, aunque parecía que me estaba esperando. Le dedique una sonrisa.

- Mejor, eso creo ¿y tú?

- Intentando superar lo sucedido anoche. ¿Supiste algo de Adam, hoy?

- No, debo escribirle luego. Pero ahora mismo no debe estar muy bien.

- Eso te lo aseguro.

Avanzamos por los pasillos, los dos, mientras algunas personas nos cedían el paso. Ya casi olvidaba como se sentía caminar junto a Rogers.

- Muero de hambre, tú... - lo mire directamente a sus ojos café - ¿quieres acompañarme a la cafetería?

- Dejame pensarlo. No estoy seguro.

Bromeó y golpee levemente su hombro, lo cual provoco que el morocho riera.

- ¿Están complicado saber si me acompañaras?

- Lo haré a cambio de...

- ¿De...?

- De que tú, me ayudes con el último tema que dimos en química.

- ¿Estas bromeando? ¡Si, tú eres tan inteligente como yo!

- Si te pido ayuda, es porque la necesito.

Eleve una ceja y asentí. Era divertido estar con Cam, extrañaba esto, aunque me costaba admitirlo.

No soy muy buena admitiendo mis sentimientos. Realmente no soy buena admitiendo nada, debo trabajar en ello.

- ¡Genial! - comentó y estiró su mano derecha - ¿tenemos un trato?

Estire mi mano para estrecharla con la del morocho.

- Tenemos un trato.

•••

- A la salida iremos todos a brindarle nuestro apoya al rubio, nos necesita mas que nunca. ¿Está bien?

Nos informó Ariana a todos los que nos encontrábamos en las gradas y asentimos.

- Terminaremos las practica en diez minutos, esperen nos y las acompañaremos.

Habló John secando el sudor de su frente. Le conteste:

"Los esperaremos aquí".

Así esperamos las dos, casi muriendo insoladas, diez minutos a los muchachos. Los cuales tuvieron que practicar un par de pases y luego correr alrededor de la cancha, hasta que concluyeron definitivamente, así los vimos desaparecer en dirección a los vestuarios.

- Necesito hidratarme, soy como un pequeño pez apunto de morir.

Dramatizo Ari mientras imitaba un desmayo, no pude evitar reír, pero ella parecía tomarselo muy enserio.
Le estire la mano para ayudarla a levantarse.

- Los esperaremos en el estacionamiento. No quiero que mi mejor amiga muera.

- Es un buen gesto de tu aparte.

- Lo se, pececitos. No mueras.

Ahora fue mi momento de actuar como si enserio fuera a deshidratarse. Concluimos nuestro pequeño "teatro" a las carcajadas, definitivamente no eramos normales y nunca lo seríamos.

De camino al estacionamiento la rubia hallo una maquina expendedora, para la cual necesitaba dinero ¿adivinen quién tuvo que pagar su botella de agua mineral?

Exactamente, yo.

No paso mucho hasta que los chicos llegaron y allí nos dividimos en los autos. Cameron fue con John, y Ariana conmigo.

Nos introducimos en los vehículos y partimos rumbo a la casa de nuestro querido amigo. Ariana tarareaba una canción que pasaban en la radio, mientras llevaba el ritmo con su dedo índice, golpeandolo contra el volante.

Baje la ventanilla derecha, para poder sentir el viento en mi rostro, que lograba despeinar mi cabello y me hacía entrecerrar los ojos.

Estire mi mano fuera del coche dejándome llevar por un impulso, y observe la carretera dandonos paso a un nuevo lugar. Abriéndonos sus brazos para que disfrutemos de lo novedoso o para que regresemos a lo cotidiano.

El sol, que antes brillaba sobre nosotros con un gran resplandor, ahora se ocultaba detrás de unas pocas nubes. Ariana dobló en una esquina, sobresaltandome, estábamos a una cuadra de la casa de mi mejor amigo.

Los metros se fueron haciendo escasos centrímetos, hasta que llegamos a nuestro objetivo. Allí frente a nosotros la ya conocida casa de Adam, recuerdo la primera vez que vine, fue a los nueve años. El rubio me había hecho un tour, muy emocionado, a la misma vez que me mostraba todos sus juguetes.

- ¿Entramos?

Preguntó Cameron dandonos una mirada rápida a todos, y a sentimos. Mi mejor amiga me tomo del brazo dandome un leve apretón, ella estaba nerviosa, al igual que yo.

Avanzamos con pasos firmes hacía la puerta, y John fue el encargado de tocar el timbre. Inmediatamente la puerta se abrió, dejándonos ver a una destrozada Sr. Cook, al vernos los sollozos se hicieron mas fuerte.

Rápidamente me apresure a abrazarla, la rodee con mi brazos consolandola. Mis amigos se quedaron inmóviles a mis espaldas, sin saber que hacer.

- Gracias por venir, Adam los necesita. Adelante

Dijo sorbiendo su nariz, y sacó un pañuelo de su bolsillo, para luego hacer un ademán para que entremos a su casa.

Uno a uno fueron abrazandola mientras le brindaban unas palabras de apoyo, era una gran mujer y una gran madre. Puedo imaginar el dolor que debe estar pasando esta familia, por esta gran perdida.

Subimos en fila por la escalera, yo iba al frente, luego avance por el pasillo hasta la última habitación. Allí me detuve frente a la puerta y mire a mis amigos, para a continuación dar dos golpes.

Como respuesta una voz ronca dijo "Adelante". Gire la manija y lentamente los cuatro asomamos la nuestras cabezas por una parte de la puerta.

Mis ojos registraron todo la habitación, hasta que se toparon con un solitario chico acostado de espaldas en la cama, con una almohada entre sus brazos y de fondo música, a un volumen muy bajo.

Por fin tome coraje e ingrese completamente en el cuarto, di silenciosos pasos en dirección al rubio y al llegar a su lado tome asiento a los pies de la cama. Hice una mueca de tristeza al ver el rostro de mi amigo, ojos y labios hinchados, además de rojizos. Coloque mi mano en su hombre y le hice leves caricias.

- Vinimos a brindarte nuestro apoyo.

Comenté intentando iniciar una conversación, Ariana dio la vuelta para quedar de frente a Adam. Con ternura acaricio su rostro y deposito un beso en su frente.

- Cariño... no soporto verte así, necesito que vuelvas a sonreír. Vuelve a ser feliz tal como amaba tu abuelo que seas, vuelve a jugar al fútbol y grita los goles, como recuerdo que lo hacía el Sr. Alberto al verte. Lo que menos querría él es que sufrieras ¿lo sabes no?

- Lo sé, pero... no puedo.

Sollozó abrazando a la rubia con dolor, y se me estrujo el corazón. Sabía que Ariana era muy importante para Adam, tal vez ella era la única que podía ayudarlo a salir de este agujero negro en el que se estaba hundiendo.

Los chicos se acercaron a su amigo para rodearlo en un abrazo grupal y pronto me encontraba uniendome a ellos.

- Siempre.

- Estaremos.

- Contigo.

- Pase lo que pase.

Dijimos a unísono sin poder evitar derramar algunas lagrimas.

Todo se vio interrumpido cuando la puerta se abrió repentinamente, dejando ver a una figura masculina, aquel chico que no hace mucho formaba parte de este grupo de amigos.

- Permiso - dijo Alex, acercándose a nosotros con las manos en los bolsillos - no quería interrumpir, solo quería verte Adam.

Todos quedamos en un incómodo silencio.

- Gracias amigo, por venir. Toma asiento.

Así fue como seis almas que sufrían se encontraron y se miraron a los ojos. En un intento de volver el tiempo atrás, de arreglar todos los errores y de volver a reír juntos.

Veinte minutos mas tarde Cameron y John se retiraron a una comida familiar en la casa del último chico nombrado. Se ofrecieron a llevarnos, pero Ariana se negó a dejar a Adam y yo no la dejaría sola.

Los acompañe hasta la puerta y aproveche para aprontar algo para que merendaramos, tras de mí vino Alex.

- ¿Te ayudo en algo?

Preguntó nervioso por mi respuesta, suspiré, no queriendo seguir enojada.

- Alcanzame unos vasos, de ese mueble de arriba.

Tal como le dije siguió mis instrucciones y me alcanzo cuatro vasos de vidrio. Pero cuando me los estaba por entregar, un vaso se nos escapo de las manos y cayó al suelo quebrandose en cien pedazos, haciendo demasiado ruido.

- ¡Oh! ¡No!

Tape mi boca y mire al chico de ojos verdes, buscando una respuesta, nerviosa y apresurada por colocar los vasos en la mesada, sin darme cuenta deje escapar otro vaso de vidrio. Ahora sí... esto estaba empeorando.

- ¿Qué hacemos? - inquirió Alex en la misma situación que yo.

- No lo se, debemos apresurarnos.

- ¿Dónde hay una escoba y una pala?

- ¡Allí!

Señalé al ver los objetos detrás de un mueble y mi exnovio se apresuró a ir en busca de ellos para limpiar el desastre que habíamos hechos.

Mientras él barría no pude evitar reírme, y Alex me observo sin comprender.

- No puedo creer lo que hemos hecho.

Reí de los nervios.

- ¿Crees que la Sr. Cook no notará que le faltan dos vasos?

- Eso espero. Somos un desastre.

Tape mi rostro con mis manos sin dejar de reír y él sonrió al notar mi expresión.

- Sin duda.

Termino con su labor y los fragmentos de vidrio los tiro en la basura, para luego volver a mi lado.

- Listo, nadie se enterará lo que paso aquí - susurró bromeando y mis carcajadas se acrementaron - ¡Shh! O nos delataras.

- Lo siento, cuando estoy nerviosa me rió.

Alex empezó a acortar la distancia entre nosotros, y las carcajadas cesaron. Para mi sorpresa, me rodeo entre sus brazos embriagandome con su perfume y me sentí a salvo, pero a la misma vez extrañada. Su corazón latía un tanto apresurado, al igual que el mío, coloque mis manos en su pecho y nos quedamos en silencio unos segundos.

- ¿Funciono?

- ¿Qué cosa?

- El abrazo ¿o sigues nerviosa?

Ahora lo comprendo, quería tranquilizarme.

- ¡Si! - sonreí con miedo que descubriera que ese abrazo significo mucho mas - es una excelente táctica.

- Me alegro, ¿saco más vasos?

Mi vista quedo fija en el suelo, mientras en mi mente los pensamientos iban y venían.

- No, sube con los chicos y yo termino con todo aquí.

- ¿Estas segura?

- Si, si. Vuelve a la habitación tranquilo.

Cuando Alex dudoso se retiro de la cocina, suspire frustrada, recostandome sobre la mesada de mármol.

Mientras miles de dudas aparecian fugazmente en mi cabeza y la mas difícil de responder...

¿Que había significado ese abrazo para mi?

Sinceramente, tantas cosas. Muchos sentimientos encontrados, a la misma vez que la confusión se apoderaba de mi corazón.

El caos, ingreso en mi ser sin permiso, sin ser invitado. ¿Acaso Alex sabrá todo lo qué causo al abrazarme?

Si no lo sabe, podre seguir fingiendo que él ya no me importa. Pero si lo notó... estoy perdida, porque ya no podre hacerme la fuerte.

Ya no podre mentirme a mi misma y tampoco a él.

***

Estoy feliz de poder volver a actualizar. Lamento que hayan extrañado demasiado la historia, pero aquí estoy para poder concluir este maravilloso ¿libro?

Siempre leo sus comentarios, amo hacerlo y ver como piensan que terminara la historia, así que dejen sus opiniones.

Las amo queridas lectoras.

Girl-Forever.





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