Capítulo 6
Aquel sábado de mañana, amanecí feliz y a la misma vez exhausta. La fiesta del día anterior fue divertida, algo que me hizo cambiar mi manera de pensar.
Ya no odio las fiestas, ¡son geniales!
Les recordaré como concluyo todo. Luego de conversar un rato mas con Cameron, decidimos regresar a su casa, donde todo continuaba como cuando nos fuimos.
Ariana bailaba con Adam, y John los observaba un tanto... ¿celoso?
Exactamente era como estaba el castaño, quien ahora intentaba llamar la atención de la rubia bailando con otro chica.
Me pareció muy graciosa esa escena y tuve que contener las ganas de grabar todo.
- Regresaste.
Susurraron suavemente a mi oído. Parecía que se estaba haciendo costumbre aparecer junto a mi repentinamente.
- ¡Alex!
Le recrimene que me asustara de esa manera y se limito a sonreír de lado, espere que dijera otra cosa pero la única respuesta que halle, fueron unos ojos verdes mirándome austutamente.
- ¿Qué sucede? - inquirí.
Él negó con la cabeza y siguió su camino, fue algo extraño.
Luego de ese momento tome asiento en un cómodo sofá bordo, donde muy pronto llego a hacerme compañía Stefani, una dulce chica, quien había ingresado a la fiesta por ser hermana de Jorge, un integrante del equipo de fútbol de la preparatoria.
- ¿Aburrida?
Fueron las primeras palabras que Stefani dirigió hacía mi.
- No tanto como pensé que estaría.
- Las fiestas ¿son un nuevo descubrimiento para ti?
Pregunto y me extendió su cerveza, negué con la cabeza, ya había bebido bastante alcohol por hoy.
- Podríamos decirlo.
- ¿Amiga o novia de quién? - inquirió y reí, mientras la corregía.
- Amiga de Adam, el rubio de allí - lo señalé con la mano.
- Es guapo - asentí y ella se acerco para contarme algo mas, en privado - aunque prefiero a Alex Ford ¿lo conoces?
- Claro, lo ayudo en matemáticas.
- ¡Que suerte tienes! - miró a la otra punta del living - allí esta ¿debería hablarle?
No pude evitar soltar una pequeña risita, estaba nerviosa, lo notaba. Aunque no debía preocuparse era hermosa; ojos azules que resaltaban entre su tez blanca y cabellera pelirroja, las pecas de su cara le daban un toque tierno, daban ganas de pellizcar sus cachetes. Además su sonrisa resplandeciente, ¿quién no se figaría en ella?
- ¡Ve! Háblame.
La alente y mordió su labio inferior dándole una nueva mirada al jóven, arreglo su cabello y se puso de pie.
- Iré. Deseame suerte.
- Suerte.
Todo concluyo en besos para la pelirroja.
Por mi parte, poco después, me atreví a manejar la camioneta de Ariana de regreso a mi casa, aunque no tenía libreta de conducir. Resulto bien, llegamos sanas y salvas.
Regresando a la actualidad.
Me dolía todo el cuerpo por haber dormido incómoda y Ariana era la culpable. Como ocasionalmente lo hacía, no había respetado el lado de la cama que le había otorgado.
- Maldita rubia - mascullé enfadada - siempre lo mismo, contigo.
- ¿Hmm...?
Sin prestar atención al sonido emitido por mi amiga, me destape apresurandome para ir al baño, el frío invadió mi cuerpo.
¡Maldito clima! ¡Maldita ganas de ir al baño! ¡Maldito organismo, que se le ocurre hacer pipi tan temprano!
Corrí en puntitas de pie hacía el baño mientras maldecía mentalmente, al llegar fue un alivio. Al concluir con mi objetivo regrese de la misma manera a mi cama.
Suaves cobijas y calientes mantas. Mis pies me lo agradecieron.
Intentando volver a conciliar el sueño, llego a mis pensamientos Cameron Rogers, logrando que sonría como boba solo con pensar en él.
Mis sentimientos cambiaban a cada instante, pero algo me atraía del morocho, no solo físicamente sino... sus rasgos interiores.
¿Acaso era amor?
¿Cómo sabría si lo es?
Nunca he estado enamorada de alguien, al punto de decir lo amo. Si me han gustado algunos chicos, amores platónicos, personas imposibles de alcanzar.
He leído mucho sobre él amor, los libros hablan de lo fascinante de este sentimiento, de que cambia la manera de ver las cosas, que te lleva a hacer cosas diferentes a tú manera de pensar.
También he leído, sobre el caos que provoca, el sufrimiento. Algunos dicen que un corazón roto, no se repara jamás. El libro "Romeo y Julieta" es un claro ejemplo.
Algunos dicen que es una gran historia de amor y otros preguntan "¿Pero no acabaron muertos?".
Si, lo hicieron.
El amor mata personas. Pero aún así, lo siguen viendo como un sentimiento bueno. Que irónico.
•••
- ¿Están listas?
Preguntó mi mamá desde el primer piso.
- ¡Ya bajamos!
Nos estábamos aprontando para ir al cine las tres, sería una tarde sensacional. Al cabo de dos minutos nos encontrábamos arriba del coche, mientras Susan conducía hasta el centro comercial.
Mi celular vibro, y lo saque del bolsillo de mis jeans.
De: El rubio mas lindo.
¿Cómo esta la amiga mas linda del mundo?
Sonreí, sus mensajes siempre me ponían de buen humor.
De: Abejita 🐝
¡Increíble! Voy camino al cine con mamá y Ari ¿quieres venir?
De: El rubio mas lindo.
¡Excelente idea! Salgo para ahí, los chicos me acompañan.
¿Chicos? ¿Cómo qué chicos?
Lo invite a él, solamente a él, no a sus amigos. Iban a arruinar todo.
Le comente a mi mejor amiga acerca del mensaje de Adam y se emociono. Volvió a recordarme que sería una oportunidad para ver a John nuevamente y que podría ver a Rogers.
De: Abejita 🐝
¿Con quién vendrás? Te invite solo a ti.
Solo haces una invitación y luego aparecen cinco personas mas, me gustaba tener todo planeado y coordinado.
¡Y esto estaba fuera de mis planes!
De: El rubio mas lindo.
Con Rogers, Ford y Turner.
¿Desde cuando llamaba a sus amigos por sus apellidos?
De: Abejita 🐝
Pues... que no vengan.
De: El rubio mas lindo.
Me decepciona, Señorita White.
Creía que era mas educada.
- Descargando imagén -
Cuando abrí la foto enviada desde el celular de Adam me encontré con todos los chicos sonriendo hacía la cámara.
《Tierra, tragame》
No lo podía creer, moriría en este instante de vergüenza.
¿Qué contestaría?
《Di, que era una broma》
No me creeran, sabrán que miento.
《Entonces... No respondas el mensaje》
¡Excelente idea! Aveces eres útil, conciencia.
El trayecto en el auto fue corto, pronto ya estábamos ingresando al gran edificio.
Mi madre y Ari conversaban sobre prendas de vestir, pero yo no podía parar de pensar que en cualquier momento los chicos estarían aquí. No sabría que decirles.
- Vamos al cine, antes que se desborde de gente.
Informé, intentando que no nos cruzaramos con nadie. Ellas aceptaron y rápidamente nos subimos a la escalera mecánica.
- Tranquila Allison, todo estará bien.
Murmuré en un falso intento de calmar mis nervios.
A la misma vez pensaba que ya no podía confiar ni en mi mejor amigo, Adam se las vería conmigo cuando lo vea, algo que esperaba que no sea muy pronto.
Caminamos a paso lento, algo extresante, hacía el cine. En el camino nos detuvimos a observar una tienda de mascotas, donde tiernos cachorros jugaban en sus corrales, esperando que alguien venga a buscarlos. Luego mamá se detuvo a ver las tortugas, y así estuvieron viendo cada animalito, para luego abandonar la tienda sin llevarse a nadie.
¡Por fin! Habíamos llegado al cine, luego de un "largo" trayecto.
Pero ahora nos enfrentabamos a otro problema.
- ¿Qué película veremos?
Pregunté mirando la cartelera de cine, opte por elegir un romántica, pero Ariana quería una comedia, y mi mamá... a ella le daba lo mismo.
No estaba dispuesta a dar mi brazo a torcer y la rubia parecía tener el mismo pensamiento. Pasaron cinco minutos y aún nos encontrábamos allí discutiendo.
- ¿Nos estaban esperando?
Escuché la voz varonil de Alex, y me quede paralizada.
¡Oh, por Dios!
¡Qué estupida! No tendría que haber hecho tiempo.
- ¿Eres tú, pequeño?
Mi madre se acerco al joven que había hablado anteriormente. Para observarlo mejor.
- ¡Señora Susan!
Mi madre lo abrazo y yo tape mi rostro, no quería presenciar este encuentro. La mujer que me dió la vida solía hacer una charla extensa, cada vez que encontraba a un viejo conocido.
- ¡Que grande que estas! Y muy apuesto... - ella me dirigió una mirada, causando que mi cara se tornara roja - ¿cómo están tus padres? ¿Y te va bien en el instituto? ¿Volvieron a hacerse amigos tú y Allison? Ella te quería mucho, eran grandes amigos.
- ¡Mamá! - la detuve antes que siguiera avergonzandome delante de todos - eso es mentira, no te quería.
Me apresuré a defenderme y Susan negó con la cabeza, los demás presentes rieron y creí que moriría, ahora sí, por estar en la mira de todos.
- Dejala Señora Susan...
- Solo Susan - corrigió.
- Esta bien, Susan. A su hija le gusta mentir y negar algunas cosas, todos sabemos que me quería.
Hablaban como si yo no estuviera aquí, algo que odiaba. Me giré y mire directamente a Adam, quien reía, pero al notar mi cara su semblante cambio, sabia que se avecinaba algo malo. Yo.
- ¿Qué, has hecho?
Pregunté enfadada y él comenzó a balbucear cosas, que no llegaba a comprender, típico.
- Reencontrar a mi madre con Alex, es... como causar un explosivo - cerre mis puños e imite una explosión - ¡Poom!
- No, es para tanto.
Intento restarle importancia, y arreglo su cabello rubio.
- ¿No es para tanto? Conozco a mi madre, pronto le hará una invitación para que asista a una cena en mi casa y cuando quiera ver, me levantaré y estaran charlando de la vida y viendo fotos de cuando era pequeña. Después será muy común ver todos los fines de semana a Alex Ford en mi casa, almorzando junto a nosotras y jugando con Max y... ¡No quiero eso!
Mi mejor amigo me miro como si yo estuviera loca, tal vez lo estaba, pero no era mi culpa, sino la suya. Respire hondo intentando calmarme, fue en vano.
- Todo estará bien.
Fueron ahora las palabras del morocho y mi cuerpo temblo. No recordaba que Cameron estaba aquí, no podía creer que me había visto en este estado de locura.
《Eres tonta》
Rogers se limito a sonreírme y me olvide de todo por un segundo.
¡Al carajo todos!
- Sigue haciendo lo que haces, amigo - pronunció Adam dando palmaditas en el hombro de Cameron - calma a la bestia.
Así todos fueron avanzando dejándome a solas con el morocho. Lucía tan tierno con su cabello despeinado y esa sonrisa encantadora.
- ¿Te sientes mejor?
Preguntó sacándome del trance en el que me encontraba. De devolví el gesto y también sonreí, juguete con mi pulsera morada, era algo que ayudaba a calmarme.
- Si, mucho mejor. ¿Vamos con los demás?
Asintió colocando las manos en los bolsillos de sus jeans.
Rápidamente llegamos junto a nuestro grupo de amigos, quienes se habían adelantado y comprado los boletos para ver una película para niños.
- ¿Quién eligió la película?
- Adam.
- Nadie se pone de acuerdo, entonces elegí esta. ¿A quién no le gustan los dibujos animados?
Era un buen argumento.
Así entramos un grupo de siete personas, de diecisiete años en adelante, para ver una película para niños de diez años.
Nunca hay que dejar de ser niño, porque es la mejor etapa de la vida.
...
Rescribí totalmente este capítulo, ya que antes esto no sucedía. Espero que les agrade el nuevo rumbo que va tomando la historia.
Las amo, querida lectoras.
Girl-Forever ⚘
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