Único

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Todo empieza con un deseo leve, el cual se incrementa cada vez más, después de conocerla. De apreciar los ojitos caramelo más bellos junto a la calidez que es capaz de emanar su cuerpo.

Y no la quiere perder, la quiere más cerca.

Porque ella es luz, es esperanza combinada con un sentimiento indescriptible, el cual no es capaz de controlar, y su pecho es golpeado fuertemente por su incontrolable palpitar rebelde, entonces está decidido a pasar lo que tenga que pasar para incluirse en el grupo al que ella pertenece.

Porque sí, le ama y no lo puede evitar.

Pero la consecuencia a esto es tan dura, el alejarse por un tiempo de ella y someterse a un experimento vil, despiadado y orate; pero él es inocente y cae cual pajarillo en una jaula.

Entonces su mundo pierde color, junto a los recuerdos de ella.

Hajime Hinata ya no siente nada. Hajime Hinata parece no existir.

Entonces comete errores tan garrafales, tan inhumanos, que sus manos yacen manchadas de sangre ajena, y el único color que puede ver es ese. Porque aunque se limpie y purifique una y otra vez, lo sucio, sucio queda.

Y la ve a ella, están frente a frente, mas no la reconoce, tan solo escucha como le llama, grita su nombre suplicante mientras observa en qué se convirtió con sus orbes de marchita esperanza, aguantando las lágrimas, y su voz se quiebra cual cristal junto a su corazón, porque él no es el Hinata que conoció.

Porque aquella fémina angelical que deslumbra pureza junto a genuina belleza; la cual le insistía y hablaba cosas que aunque repita y se quede nula, él jamás recordaría, seguiría luchando, seguiría ayudando a todo aquel que la necesite, seguiría caminando a pesar de todas las innumerables heridas que ahora está padeciendo.

Y también seguiría amándolo hasta el final.

Pero cuan duro y áspero puede volverse un corazón al simplemente olvidar amar, y cuan frágil puede sentirse a la vez mientras la observa luchando con sus últimas fuerzas, dirigiéndole la palabra a él.

Y por alguna extraña razón su corazón se siente lastimado, y las incesantes ganas de pedir perdón aparecen.

Mas ella tan solo le sonríe, finalizando ya su martirio con la muerte.

Kamukura Izuru llora sin darse cuenta, interminables lágrimas de sangre.

Mar de veneno que él mismo puso.

.

.

Hajime Hinata perdió su sueño, su deseo.

Kamukura tan solo vio el coda de aquella nota que pintó la vida de quien alguna vez existió.

«Si no la recuerdo... No fue importante»

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