Capítulo 7


Jimin se removió incómodo en la silla acolchada; el problema no era la silla, es más, nunca en su vida se había sentado en una silla tan cómoda, el problema era que aquel intimidante alfa le estaba observando fijamente sin decir nada.

Sus codos estaban posados sobre el escritorio y su rostro recargado sobre sus manos, sus músculos se marcaban tras la camisa azul oscuro.

Rascó su nuca algo nervioso y esquivó —nuevamente— la penetrante y fría mirada de Yoongi.

—¿Ahora no eres altanero? —molestó el alfa por fin dejando de mirar al pequeño omega para buscar algo en sus cajones.

Jimin chasqueó su lengua disgustado por aquellas palabras. Tal vez sí fue algo altanero, pero era por que estaba más concentrado en aquel estremecedor llanto infantil, el cual ya se había detenido.

—¿Me acabas de chasquear la lengua? —su tono no demostraba lo divertido que se encontraba. Jimin cerró fuertemente sus ojos algo avergonzado. Era un alfa, no podía actuar tan altanero, menos si ni siquiera lo conoce.

—No... —mintió encontrando más interesante detallar sus pequeñas manos qué volver a enfrentar aquella mirada.

—Te diré una cosa... —saca unos papeles—. Odio que me mientan —cierra de golpe el cajón sobresaltando a Jimin.

—Está bien... sí lo hice... —pronunció entre dientes, cabizbajo.

—Y te diré otra cosa —el pequeño omega estiró su labio inferior en un puchero, sin saber si quería escucharlo—. Me gusta que me vean a los ojos cuando me hablan o yo hablo.

Sip, sabía que no quería escucharlo. Pronunciando más su puchero, volvió a enfrentar al alfa.

—Eso. Para ser un beta, eres más valiente que otros —reconoció deslizando los papeles frente a Jimin, ignorando aquel gesto infantil pero tierno.

—Que yo no soy un... ¿qué es esto? —se distrajo observando los papeles frente a él.

—¿Qué, no sabes leer? —se burló el alfa.

Jimin rodó sus ojos sin importarle que el alfa le viera—. Claro que sé, mire, le muestro... —aclara su garganta—. Con. Tra. To. —leyó por partes.

Yoongi relamió sus labios escondiendo su sonrisa, esto era divertido.

—Creo que es 'contrato', todo junto. —disfrutó en demasía cuando el pequeño hombre frente a él gimió frustrado. Ah, música para sus oídos.

Ignorando la burla, y todas en realidad que el alfa estaba haciendo contra su persona, siguió leyendo. Era algo bueno tener una gran paciencia y formas de atacar por así decirlo, todo gracias a cuidar niños de diferentes edades cuando era mas joven, gracias a dios.

—¿Terminaste de leer?

—Estoy procesando... —una parte de su cerebro se había quedado pegada en una parte, la cual describía que tenía que ser un beta o alfa y definitivamente no omega.

—¿Qué cosa? ¿El dinero? ¿El hecho de que te tienes que quedar?

—No, el... ¿me tengo que quedar? —preguntó sorprendido.

—¿Leíste o no? —preguntó juntando sus cejas.

—Sí leí, pero me quedé trabado en la parte en la que se especifica que se tiene que ser un beta o alfa... ¿por qué? —se excusó.

—Porque odio a los omegas, así de simple; y no daré más explicaciones, menos a un desconocido como tu —pronunció cortante.

Jimin asintió con la cabeza, no podía obligar a nadie a hablar sobre esas cosas cuando ni él hablaba de sus cosas con su mejor amigo... ni con su ex pareja.

No mentiría, el alfa sintió algo de curiosidad cuando en aquellos pequeños y grises ojos cruzó una emoción que el conocía muy bien y la odiaba también.

—¿Lo vas a hacer o no? No sé por qué le das tanto problema si eres un beta.

El pequeño omega pestañeó varias veces antes de volver en sí. Si aceptaba se tendría que venir a vivir aquí; lo bueno, no vería a Namjoon por un tiempo y realmente lo necesitaba. Lo malo, dejaría a su amigo cuando ya se estaba acostumbrando a vivir con él, para vivir con este alfa.

—¿Sí o no? Es así de simple —presionó Yoongi.

Decidido, Jimin enfrentó aquellos felinos ojos feroces.

—Sí, lo haré —firma—. ¿Cuándo comienzo?

—Ahora —era la primera vez que Jimin presenció aquella sonrisa en el alfa, pronto entendería lo que significaba y lo que conllevaba.

» ♡ «

—Aún no puedo creer que me vayas a abandonar —refunfuña Tae sacándole las prendas de la maleta.

—No te estoy abandonando, Tae —su voz suave mientras guarda más ropa y se vuelve a dar vuelta—. Conseguí trabajo por unos cuantos meses, y si lo hago bien puede que más. ¡Y deja de sacarme la ropa!

El omega detuvo el movimiento de su mano a mitad de camino, y como niño pequeño, comenzó a saltar en la cama en la cual estaba sentado.

—Pero me dejas, Minnie, ya me había acostumbrado a tenerte a mi lado.

—A lo que tu te acostumbraste era a que te preparara el desayuno, almuerzo y cena —sonrió cerrando la maleta—. Además, se supone que me debía de mudar ayer; pero logré convencer, ni me preguntes cómo porque ni yo sé, a mi nuevo jefe.

—¿Cómo se llama tu nuevo jefe? —preguntó interesado, sin dejar de saltar en la cama.

—... Creo que me dijo 'Min Yoongi' —recuerda la sonrisa del alfa—... No sé por qué presiento que acabo de firmar un pacto con el diablo... —susurra sacudiendo su cabeza, alejando aquel estúpido pensamiento y aroma de aquel alfa.

Taehyung dejó de saltar, su boca formó una perfecta "o" y abrió demás sus ojos sorprendido.

—¡¿Vas a trabajar con Min Yoongi?! ¡¿Aquel Min Yoongi?! ¡¿El alfa más temido en la compra y venta de acciones?! ¡Oh, joder! ¡¿Sigue igual de intimidante que la última vez?! —escandalizó.

—¿La última vez? ¿Ya lo conocías? —preguntó sentándose sobre su maleta para cerrarla bien.

—Claro, fue en una de las fiesta de papá. Todos querían ir con él, y de hecho lo hicieron por un momento, hasta que se aburrió y dijo que lo dejaran solo, ¡dios! Sólo pronunció esas palabras y ni siquiera las forzó, pero logró intimidar y lograr que lo dejaran solo. Fue increíble y también era muy apuesto —muerde su labio inferior—. Pero después de un tiempo dejó de ir a todos lados y se encerró en su gran mansión.

Jimin sonrió triunfal cuando logró cerrar su maleta, se bajó de ella y observó a su amigo.

—¿Por qué? —preguntó interesado.

—Dicen qué sufrió un accidente automovilístico, y que iba con su pareja. Fue hace como... unos tres o cuatro años, eso lo dejó en silla de ruedas... o le cortaron las piernas, no sé, a decir verdad, sólo repito lo que se escuchan en las fiestas de papá. No se volvió a saber de él —explica volviendo a saltar en la cama.

El pequeño omega asintió con la cabeza. Bueno, ahora sabía la causa de su problema, pudo haber sido un accidente automovilístico... y lo demás que salió de la boca de su amigo es tonto. En una mochila aparte la lleno con supresores y neutralizadores de aroma.

—¿Por qué tanto? —preguntó confundido su amigo.

—El único requisito del gran Min Yoongi, es que fuera un alfa o beta... él cree que soy un beta y yo no le dije lo contrario. Realmente quiero trabajar ahí ahora, así que... —se encoge de hombros.

—No creo que sea buena idea... —niega con su cabeza—. Si sigue igual de atemorizante que la última vez, lo mejor sería dejarlo hasta acá y decirle que eres un omega.

—No puedo... no ahora, no creo que tenga un problema con los omegas ya que Jin hyung, el que me dijo del trabajo y vive ahí, es un omega y también usa neutralizador de aroma por pedido de Yoongi —aseguró ya teniendo todo guardado.

Taehyung negó con su cabeza, había hecho su parte al advertirle pero... sabía qué tal vez algo como esto era lo que necesita su pequeño amigo para olvidar aquel dolor del corazón, y no sólo el que provocó su primo, sino que también de aquel que no quiere contar.

—Además... hay algo que no te he contado —se bajó algo preocupado mientras se sentaba al lado de su amigo.

Taehyung en seguida lo observó preocupado, tomó entre sus manos las regordetas del pequeño omega.

—¿Qué cosa, Minnie?

—Namjoon me ha estado siguiendo para hablar todo este tiempo, por más que le dije que necesito tiempo —hace una mueca dolorosa.

—Tienes que ir —ordenó levantándose de un salto, realmente estaba comenzando odiar a su estúpido primo.

Sin esperar respuesta por parte de Jimin, tomó entre sus manos las maletas y se dirigió a la puerta.

—¿Me estás corriendo? —preguntó indignado para tratar de cambiar la expresión seria de su amigo.

—Oh, claro que sí. No me pagas ni por el agua, luz, comida y alojamiento... ¿en serio esperabas que no te corriera? Aprovechado —siguió el juego con una pequeña sonrisa.

El pequeño omega entrecerró sus ojos indignado.

—Tu te pasas —negó con su cabeza y siguió a su amigo.

Abajo, Jin esperaba dentro de la camioneta, sus dedos jugaban con el manubrio mientras esperaba paciente. Aún estaba sorprendido de que el mismo Min Yoongi, su amigo, el alfa más terco y antisocial con un pésimo humor, haya contratado por voluntad propia a alguien. Estaba feliz por su amigo y qué por fin aceptara ayuda, pero... era difícil de creer cuando ese mismo alfa pesado había corrido de su casa a cada médico especializado e incluso niñeras para el pequeño cachorro, razón por la cual ahora no tenían más personal que el guardia de la entrada, y hasta este estaba pensando en renunciar.

Sonrió cuando vio al pequeño hombre en la entrada junto a alguien más. Ambos se abrazaban y reían. ¿Será su pareja? Se bajó de la camioneta, curioso.

—¡Jiminnie, por aquí! —gritó agitando su brazo entero.

Jimin se tensó. Sólo una persona le decía así y... no era momento para recordar quién era. Sonrió tenso avanzado hacia el mayor, estaba seguro que si no fuera por Tae, ni siquiera se hubiese podido mover de lo tenso que estaba.

Taehyung juntó sus cejas escaneando con su mirada al tipo frente a ellos, ni siquiera se preocupó en disimularlo. Se le hacia conocido de cierta forma y para Jin era igual.

—¿Le puedo pedir un favor? —preguntó logrando que Jimin reaccionara.

—Claro —contestó Jin algo confundido por el tosco tono del contrario.

—'Jiminnie' está prohibido, puede decirle Jimin o Minnie pero no Jiminnie —Jin observó al contrario fijamente, debía ser verdad al ver como Jimin lucía tan tenso mientras le apretaba la mano al contrario.

—Anotado —sonríe—, tu pareja en verdad se preocupa por ti, Minnie.

—Jin hyung, él no es... —comenzó a quejarse pero fue interrumpido por el mayor nuevamente.

Taehyung movió sus cejas divertido y ayudó a subir sus maletas.

—Te llamaré... pareja —se burló. Jimin gimió frustrado y antes de que la camioneta se fuera sacó su cabeza.

—Estúpido, ni loco sería tu pareja —gritó sin pudor por el calor del momento.

Jin río a carcajadas y fue ahí cuando el pequeño omega fue consciente, sonrojado volvió a acomodarse en el asiento del copiloto.

—Lo siento... a veces suelo ser un poco impulsivo —avergonzado se dedicó a observar por la ventana.

—Está bien, y si te hace sentir mejor, eso no fue tan impulsivo. Yo sí conozco a alguien realmente impulsivo. —rodó sus ojos al recordar a los hermanos Min—. Y es peor cuando viene doble, créeme.

Curioso, Jimin volteó a ver al mayor.

—El señor Yoongi —el tono que usó, le dio a entender a Jin que lo estaba afirmando.

—¿Cómo sabes?

—Bueno... la primera vez que lo ví, estaba gritando y tenía una silla sobre su cabeza mientras amenazaba a los demás —recordó con una sonrisa.

—¡Dios! Ese caníbal, en qué siglo cree que estamos —frunció sus labios atento a la carretera.

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