Capítulo 42


Jimin se observó por última vez en el espejo. Hizo una mueca y tironeo de la corbata, sacándosela y desabrochando los primeros dos botones de la camisa, mostrando su cuello. Suspiro con alivio.

- ¿Piensas ir así? -pregunto Yoongi saliendo del baño, solo una toalla rodeaba sus caderas.

- ¿Qué tiene de malo? -preguntó observándolo a través del espejo.

El Alfa lo observó de arriba abajo, como aquellos pantalones de tela negro abrazaban las moldeadas piernas hasta su perfecto y redondeado trasero, como la camisa blanca estaba un poco apretada en su torso y luego los dos botones abiertos que le daban cierta apariencia salvaje. Su linda carita y su cabello peinado hacia atrás.

- Nada, pero te ves sexy y no quiero que nadie te toque, vea o piense.

Jimin sonrió negando con la cabeza.

- ¿Al final vamos a llevar a kookie? -pregunto observando al menor que dormitaba sobre la cama, vestido con un traje pero sin corbata.

- Jin no está y no lo vamos a dejar solo, menos con una niñera. -arrugó su frente- Odio que seguramente vaya a ser el centro de atención pero sé que entre los dos lo vamos a proteger.

Jimin suspiro feliz, sentándose en la cama y tomando al cachorro para dejarlo entre sus piernas. Jungkook apoyó su cabecita en el pecho del Omega, levantando su pulgar hasta dejarlo en su pequeña boquita.

Yoongi terminó de abrocharse el pantalón y observó la cama en busca de la camisa, sonriendo avanzó hasta pararse frente a Jimin y su pequeño.

Jimin alzó la cabeza y unos delgados labios se posaron sobre los suyos.

- Vamos a estar bien. -aseguró.

- No sé... Sigo teniendo este mal presentimiento sobre ir. -apretó sus labios, buscando consuelo en los ojos negros del Alfa.

- Mi mocoso... -susurró Yoongi, apresando con su mano una de las mejillas de Jimin-. Si quieres nos quedamos... -propuso y el pequeño rubio negó enseguida.

- No, vamos a ir a esa fiesta, por ti y por tu padre. -el Alfa le observó unos segundos fijamente, acariciando con su pulgar la suave mejilla, asintió con su cabeza.

- Solo iremos por unas horas, saludare, hablaré y listo. -prometió besándolo por última vez antes de alejarse y terminar de vestirse.

Seguro de las palabras del Alfa, Jimin se sintió más tranquilo, intentando desabrochar otro botón de su camisa.

- No lo hagas, lo que hay más allá de esa ropa es mío, y no quiero que nadie lo vea. -ordenó Yoongi observándolo a través del espejo.

- Pero este traje me da calor. -refunfuño dejando el tercer botón ahí.

Yoongi sonrió al recordar las palabras del rarito.

- ¿Por qué no vas a comer un cubo de hielo? -pregunto dejando solo los dos primeros botones de la camisa desabrochados, al igual que Jimin, subiendo sus mangas hasta sus codos.

- Bien. ¿Iras en la silla o con las muletas? -pregunto cuando ya estaba en la puerta de la habitación.

- Silla, quiero ver sus malditas expresiones cuando vean que ya puedo caminar bien, sin ningún puto problema.

El pequeño rubio blanqueo sus ojos mientras sonreía, salió de la habitación hacia la cocina. Acomodando al menor para afirmarlo con uno de sus brazos, abrió una de las puertas del refrigerador, sacando un pequeño cubo de hielo lo dejó en su boca.

Cerrando sus ojos solo un suspiro gustoso al sentir el frío de este. Cerro la puerta y salió hacia la entrada, deteniéndose unos minutos cuando sintió una leve punzada en su abdomen.

Extrañado acomodó mejor al pequeño y esta desapareció.

- ¿Vamos? -pregunto Yoongi, empujando su silla desde atrás.

- Vamos.

Ambos salieron de la casa hasta el garaje donde estaban guardados los autos. Jimin acomodó al pequeño infante en su silla, Yoongi se sentó al lado de su hijo y acomodo la silla en los asientos traseros mientras que Jimin iba hacia adelante, detrás del volante.

- Pensé que la única camioneta era la de Jin Hyung. -pronunció abrochando su cinturón de seguridad, viendo la dirección registrada en el GPS.

- Jin dijo que si un día su camioneta no estaba, debía de haber otra. -se encogió de hombros.

- Hablando de Jin Hyung... Ayer no lo vi mucho y cuando me encontré con él hoy... Lo sentí raro. -hizo un mohín al recordar.

- ¿En serio?

- Sip, ¿le pasa algo? -pregunta preocupado.

- No lo sé, pero si es así, ya sabes que pronto dirá que es lo que le molesta. -contestó seguro, observando por la ventana un paisaje ya reconocido.

Ambos quedaron en silencio, un silencio cómodo que duró hasta pararse frente a una gran casa en una lujosa villa.

- Wow... -susurro impresionado el Omega.

- Si, wow. -dijo con cierto amargor el Alfa.

- ¿Aquí vivías Yoongi? -presunto ante la casa que deja una gran impresión de dinero y lujos, demasiado para su gusto.

- Después de que mamá murió. -el cuerpo de Jimin se tenso, le miraba arrepentido a través del espejo retrovisor.

- Lo siento, debes de extrañarla mucho. -el Alfa sonrió suave, una idea cruzando por su cabeza.

- Si, era realmente encantadora a pesar de ser un poco despistada. -Jimin sonrió al sentir el cariño no solo en las palabras, sino que en los ojos de Yoongi.

Aparcando la camioneta, el pequeño cachorro despertó justo en el momento en el que Jimin le desabrochaba el cinturón y lo sacaba de su silla especial.

Apretó fuertemente sus ojitos y luego estiró sus brazos para que un sonriente Jimin lo tomara. Rodeó con sus pequeños brazos en cuello del Omega y luego apoyó su pequeño mentón en el hombro de Jimin.

Yoongi vigilo que no hubiera nadie alrededor para luego bajar su silla de ruedas y seguido sentarse en está, haciendo una mueca de desagrado.

- ¿Sabes? Tal vez es tiempo de arrojar esta estúpida silla a la basura. -decreto comenzando a avanzar.

- Tus piernas aún no están del todo bien.

- Pero es molesto volver a sentarse aquí después de haber estado caminando de lo más normal. -se quejó.

- ... Si lo haces... tendrías que usar mas seguido las muletas, -propuso- por que ni loco te dejo volver a caminar como si nada y forzar demasiado tus piernas a pesar de ya caminar bien, dime exagerado si quieres.

- Esta bien. -sonríe.

- No las usaras de todas formas ¿cierto? -pregunto junto con un suspiro.

Yoongi sonrió más grande, subiendo por la plataforma especial para su silla que había instalado tiempo atrás.

- Ya me conoces bien. -respondió divertido cuando Jimin le golpeó suavemente juguetón en el hombro.

La puerta fue abierta ante ellos, el rostro de Yoongi se volvió frío. Un hombre mayor y de traje apareció frente a ellos.

- Joven Min, un gusto volver a verlo. -inclinó su cabeza con respeto-. Su padre le espera adentro.

Cuando el hombre se hizo a un lado, Yoongi espero a que Jimin se adentrara primero para después hacerlo él.

Relamió sus labios y trago seco, con solo estar en la entrada ya podía sentir la gran concentración de aromas de tanto Alfas como Omegas que seguramente estaban en el salón principal.

Una pequeña mano se posó sobre su hombro, la cubrió con la suya y alzó la cabeza, sintiéndose reconfortante al ver la sonrisa sincera y hermosa que le dedicaba Jimin, solo a él.

Por él, por mí y por nuestra relación. Se repitió en su mente mientras avanzaba y ambos se adentraron al salón.

Minho sonrió hacía a unos de sus invitados, agradeciendo las felicitaciones por su cumpleaños. Su cabeza giró en dirección hacia la entrada del salón, otra vez, con la esperanza de que su hijo mayor entrara.

Sonrió feliz al ver a su hijo con aquel pequeño rubio y en brazos de este, a su nieto.

Se disculpó y cruzó rápidamente la sala, hasta llegar donde su hijo.

- Yoongi. -soltó a modo de saludo.

- Papá. -dijo de igual forma Yoongi.

- Me alegra que hayas venido, sinceramente no esperaba verte aquí pero estoy contento de ver que estas cambiando.

- No estoy cambiando... Solo supero el pasado y te estoy dando otra oportunidad. -sus palabras eran serias y tenían un peso que su padre entendió.

- Esta bien, gracias. Espero que disfrutes. -observó al joven parada al lado de su hijo- Gracias a ti también, Jimin.

El nombrado alzó ambas cejas sorprendido, pronto sonrió hasta que sus ojos fueron solamente dos finas líneas en forma de arco.

- No hay por qué. -contestó sonriente.

- Papá. -llamó Yoongi cuando este ya daba media vuelta.

- ¿Si?

- Feliz cumpleaños. -Minho sonrió en grande, unas cuantas arrugas marcándose en su rostro.

- ¿Por qué no me dijiste que era su cumpleaños Yoongi? -pregunto Jimin una vez estuvieron a solas-. No le trajimos ningún presente. -se quejó.

- Su presente es que el pequeñajo, tú y yo estemos aquí. -contestó simplemente.

- Simplemente eres imposible. -Jimin dijo blanqueando sus ojos.

- Impossibe. -imitó el pequeño Jungkook logrando que ambos mayores se rieran.

- Vamos a comer algo antes de irnos. -pronunció Yoongi comenzando a mover su silla.

La mayoría de los invitados estaban atentos a los movimientos de Yoongi, todos preguntándose qué hacía ahí el Alfa que odiaba con su corazón a los Omegas, preguntándose qué era lo que había cambiado como para que se volviera a presentar en lugares así después de prácticamente tres años.

Muchas preguntas, mucha curiosidad, pero ninguno tenía la suficiente valentía como para ir a presentarse y preguntarle directamente, interrumpiendo en ese aire familiar que lo rodeaba con su acompañante y el cachorro, lo que causaba aún más dudas.

Pero había como una barrera alrededor de ellos que les impedía acercarse, solo a admirar de lejos.

Jin era uno de ellos en parte, no se preguntaba las mismas cosas que ellos, se preguntaba si lo que estaba a punto de hacer estaba bien o no.

Namjoon observó a su pareja, desde ayer que la encontraba extraña pero por más que le preguntaba, este insistía en que estaba bien.

- ¿Me dirás que sucede? -preguntó observándolo fijamente.

- Nada. -contestó observando sobre su hombro.

Frunció el ceño e intento ver qué era lo que su pareja tanto observaba, siendo detenido por este mismo.

- Mira, ahí está el señor Minho, nosotros aún no le felicitamos por su cumpleaños. -pronunció con cierto nerviosismo, abrazándose a uno de sus brazos para comenzar a arrastrarlo cerca de la entrada.

La puerta volvió a sonar y el mayordomo volvió abrir, sonrió suavemente cuando se encontró con otro de los jóvenes amos.

- Joven Hoseok, es bueno volver a verlo.

- Oh, tanto tiempo. -sonríe el Alfa- Esta vez vine preparado. -aviso sonriente, apretando la mano que estaba entre las suyas.

Taehyung sonrió y se apegó un poco más al cuerpo del Alfa, estaba acostumbrado a las fiestas gracias a su familia, en especial a su madre pero esto se sentía diferente, muy diferente.

- Vamos a saludar a mi padre y así de paso te presentó como mi pareja. -susurro Hoseok en su oído, enviándole un placentero escalofrío.

- Cl-claro. -respondió rezando para no haberse sonrojado por aquello.

Cosa que no logró pero si enterneció al Alfa, que, colocando una de sus manos en su espalda baja, rodeando su cintura, comenzó a guiarlo al interior de la casa.


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Todas mis piezas ya fueron expuestas... ¿O no?

kjsdgfsdhj Cuídense mis copitos <3

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