Capítulo 14
—¿Te acuerdas que mi querida madre —rueda sus ojos—, me dijo que tenía que ir a una de sus reuniones?
—Sí. Vimos películas y comimos helado hasta las cuatro de la madrugada —asintió con su cabeza, jugando con el verde césped entre sus manos.
—Pues resultó que era uno de sus planes de cupido, los cuales frustré nuevamente, y mi padre y hermano se enteraron y la riñeron, fue bastante graciosa esa parte —recuerda con una sonrisa.
—¿Y conoces al hermano de Yoongi hyung porque...?
—Ah, estaba enojado así que choqué con alguien que resultó ser él, ambos nos disculpamos... déjame decirte que su sonrisa es muy bonita... y nos encontramos aquí —el pequeño omega asintió con su cabeza más interesado en una palabra.
—Encontraste linda su sonrisa —alzó una ceja mientras sonreía burlón. La sonrisa boba del contrario se borró al comprender sus palabras.
—Que encuentre hermosa su sonrisa no significa que me gusta —respondió rápidamente.
—Yo no he dicho nada acerca de que te gusta, sólo repetí tus propias palabras —su tono burlón—. Y de linda sonrisa pasamos a hermosa sonrisa, eh.
—Tú... creo que te has quedado mucho en esta gran casa, te vienes conmigo —ordenó con un puchero.
Jimin rió y negó con su cabeza.
—Es broma, Tae, es bueno ver que te interesa alguien —Taehyung calló, él en verdad pensaba llevarse a su amigo.
—Ahora tu turno —después le diría.
—¿Qué quieres...? ¡Oh sí, cierto! —recordó observando a su alrededor, se acercó más a su amigo—. Jin Hyung descubrió que soy un omega —susurró a Tae y se alejó—. Pero fue muy amable, dijo que era decisión mía, pero me aconsejó que lo mejor sería decirle la verdad a Yoongi hyung cuando termine mi contrato. Así, sabiendo la verdad, él decidiría si quiere que siga o me vaya —lo último lo dijo con una mueca.
—¿Te llevas bien con él, con Jin hyung?
—Claro, Jin hyung me ayuda mucho y se preocupa por mí. Incluso, cuando recién llegué, intentó defenderme de Yoongi hyung al pensar que me echaría o me haría algo. También es muy atento, cuando ve que no como por estar entretenido con las sesiones o planificándolas, siempre aparece con algo de comida a mi lado.
Taehyung asintió con la cabeza, ¿le decía aquello que lo podría lastimar aún más o no?
—Además, me estoy empezando a llevar bien con Yoongi hyung... siento... —observa el cielo—... que tiene sus razones para ser como es...
—¿Lo estás defendiendo? —preguntó sorprendido.
—No es tanto defender —agitó sus pequeñas manos—... Es sólo que... siento que ambos pasamos por algo similar... que alguien nos lastimó mucho... que...
—Que ambos están rotos —sacó las palabras de la boca de Jimin, este asintió con la cabeza.
—Sí... tal vez soy algo egocéntrico al pensar aquello pero... el otro día... conocí al pequeño Jungkook... yo... —aclara su garganta sintiendo sus lágrimas cerca—. Me quebré, Tae, no pude más... y quién me consoló fue Yoongi hyung... se sintió como si él me comprendiera, como si comprendiera mi dolor... —limpió con el dorso de su mano algunas lágrimas.
Si ambos tienen el corazón roto... tal vez ambos se pueden reparar el uno al otro, juntos. Quién mejor para ayudar que aquel qué está igual de roto que el contrario. Ambos se entenderían mejor que nadie.
Taehyung entendió aquello, y estaba dudando seriamente de qué hacer ahora.
Estaba la parte donde la persona con que su ex alfa lo engañó por casi un año entero y marcó. Como también estaba esa parte que podría hacer salir verdaderamente adelante a Minnie. Y todo dentro de esta casa.
Si Yoongi reparaba el corazón roto de Jimin antes de que Minnie descubriera de quién es omega Jin, tal vez todo sería bueno y las corrientes del destino no eran tan mierdas después de todo. Tampoco podía negar que el alfa que se imagino que sería Min Yoongi, y como lo vio la última vez, no estaba para nada igual, él también necesitaba de alguien para reparar su corazón.
—¿Qué piensas, Tae?
—Que... —observa el cielo—... de todas formas, valió la pena el pacto que hice con Jackson hyung para venir a verte, te ves bien Minnie —sonrió suavemente.
—Sabes... me siento bien, a pesar de que algunas veces el recuerdo de él me atormenta... siento que puedo olvidarlo mientras estoy con Yoongi hyung, preocupándome por su avance y tenacidad en querer caminar.
No, no le iba a decir, pero sí estaría atento para retrasar ese momento lo más que pudiera para que su amigo sea feliz. Protegería esa pequeña felicidad que su amigo había encontrado.
—Me alegro, Minnie. Ese imbécil no merece ni que pienses en él —acarició los rubios cabellos del contrario.
» ♡ «
Yoongi hizo una mueca tomando un pañuelo desechable que había dejado el pequeño rubio, y lo imitó limpiando la nariz de su pequeño.
Hoseok se sentó en el sofá, observó a su hermano alzando una ceja.
—¿Qué? —preguntó con malhumor ante la pesada mirada del contrario.
—Nada, me sorprende ver aquí a Jiminnie y verte a ti hablando con él, y además de verte jugando con tu cachorro y tenerlo ahora en tus piernas.
—Muchas "y" para una frase, Hoseok —bufó tirándole el pañuelo desechable sucio.
—Hey, no le enseñes esas cosas a Jungkookie, después te imitará al igual que está haciendo con Jiminnie.
—¿Quieres dejar de decirle así? Se llama Jimin —gruñó. Se lamentó al pensar que el tono de su voz asustaría a su pequeño, pero este sólo trataba de alcanzar los pañuelos desechables para imitar a su padre. En verdad copiaba todo lo que veía o escuchaba.
—Wauh, pensé que lloraría —Hoseok intentó tomarlo, pero el menor le pegó un pequeño manotazo y apuntó los pañuelos desechables—. Ugh, tiene tu mismo carácter, hyung.
Sí, también tenía sus mismos ojos, misma piel y mismos labios. No se hubiera dado cuenta de no ser que aquella noche Jimin se lo hubiera dicho, abriéndole los ojos.
—Sí, bueno... es mi hijo —le pasó los pañuelos desechables.
—Okay, Yoongi, déjame revisarte la cabeza para ver si Jimin te golpeó sin que te dieras cuenta —molestó intentando acercarse.
—Sigues y te largas.
—Nop, sigues igual que siempre —bufó acomodándose en el sofá—. ¿Desde cuando... ves al cachorro?
—Sólo me di cuanta de algo —pronunció alzando al pequeño al verlo inquieto.
Hoseok sonrió, estaba feliz de que su hermano estuviera aceptando de apoco a su pequeño cachorro y algo le decía que era grancias al pequeño rubio.
—¿Desde cuándo te llevas bien con él?
—¿Con él quién?
—Con Jimin, se veían bastantes cómodos los dos —sonrió bajando al inquieto cachorro y dejándolo en el suelo.
—... No sé de donde sacas eso. —negó comenzando a seguir al cachorro que iba a la cocina.
Jungkook miró a su alrededor, juntando sus cejas al no ver a Jimin. Rodeó la isla y volvió donde su padre con un tierno puchero.
—Mi... Mi-nnie —Yoongi alzó una ceja y asintió con la cabeza alzando al cachorro, lo acomodó en sus piernas y fue hasta la puerta que daba al jardín.
Esto de ser atento con el cachorro era más fácil de lo que pensaba. Hoseok siguió en silencio a su hermano por el camino pavimentado especialmente para la silla de ruedas. Sonrió al ver aquellas dos lindas personas abrazándose y riendo en el césped.
—Ahí está —señaló Yoongi bajando a su pequeño.
Jungkook sonrió, y con pasos algo vacilantes, comenzó a caminar hasta Jimin, levantándose en la punta de sus pies mientras reía tratando de llamar la atención de Jimin.
—Oh, Kookie —chilló Jimin atrapándolo entre sus brazos y llenándolo de besos. Era una imagen bastante linda para los presentes. Bastante... maternal...
Una que hizo entender a Taehyung que parte de aquel brillo devuelta en los ojos grises de su amigo... tal vez se debía a ese pequeño cachorro que observaba a Jimin como una figura materna sin que su amigo se diera cuenta.
—Bien, creo que es hora de irme —señaló levantándose.
Jimin dejó de jugar con el pequeño Jungkook y observó a su amigo con algo de tristeza.
—Llámame más seguido, ¿si? —pidió levantándose también, con el pequeño apoyado en su cadera.
—Lo haré, sé que me extrañas —movió sus cejas ganándose un golpe suave en el hombro.
—Tonto —riendo ambos se acercaron donde estaban los dos alfas.
—Bien, Yoongi, yo también me voy —pronunció el alfa cuando los dos contrarios estuvieron frente a ellos.
—Mejor, ya me preguntaba cuando te ibas.
—Hyung, no lo puedes correr así, es su hermano —regañó juntando sus cejas.
—Es la forma más sutil que tengo con él —se encogió de hombros, ignorando la sonrisa de su molesto hermano.
—No te preocupes, Jiminnie, ya estoy acostumbrado —Yoongi juntó sus cejas confundido al ver como el pequeño cuerpo que sostenía a su hijo se tensaba.
—Eh... Minnie. A Jimin le gusta que le digan Minnie... Jiminnie está prohibido —explicó Tae rodeando los hombros de su amigo, tratando de relajarlo con su cercanía.
—Oh, lo siento, Minnie —se disculpó enseguida el alfa.
—No hay problema —sonrió suavemente. Tratando de pensar mejor en el pequeño cachorro entre sus brazos que trataba de alcanzar sus rubios mechones.
Todos acompañaron a la puerta a los dos invitados.
—Te llamaré, Minnie —prometió Tae acercándose para abrazar a su amigo y acariciar aquella rubia cabeza.
—Lo estaré esperando.
—Bien, adiós también, señor Min Yoongi —el alfa asintió con la cabeza.
Hoseok se acercó a Jimin e intentó revolverle los cabellos; pero con tan sólo rosar un poco, el menor se alejó disimuladamente con una sonrisa, sin que nadie se diera cuenta menos uno: Yoongi.
—Adiós, Minnie, cuídate y por favor cuida de Yoongi.
—Claro, hyung.
—Estoy aquí. ¿Cuándo será el día que no hablarás de mi como si no estuviera presente? —se quejó con una mueca.
El contrario rió y se alejó con Tae. Cuando la puerta se cerró, Yoongi se acercó a Jimin.
—Para la próxima, dile a tu pareja que avise antes de presentarse a una casa que no es de él.
—¿Quién? ¿Tae? Pero si Tae es mi amigo, Yoongi hyung. Además es un...
—¿Un qué?
—¿Qué tan enojado estaría si le digo que Tae es un omega? —preguntó cerrando un ojo, esperando un grito lleno de furia como el que presenció la primera vez que lo vió.
Yoongi suspiró algo frustrado, tratando de no enojarse.
—No tenía aroma —señaló tensando su mandíbula.
—Neutralizador, al igual que Jin Hyung —cerró sus dos ojitos.
Yoongi suspiró masajeando su sien, tenía sentido...
—Hyung, ¿puedo preguntar por qué no le gustan los omegas? ... olvídalo, yo no pregunté nada, ¿si? —Yoongi asintió con la cabeza sin querer pensar en aquello.
—¿A qué hora va a llegar Jin? —preguntó con un suspiro, tenía hambre.
—¡Llegué! —anunció con dos cajas de pizza en sus manos y una gran sonrisa.
—Creo que ahora —sonrió el pequeño rubio, siguiendo al omega mayor relamiéndose sus labios con hambre al igual que un pequeño cachorro.
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