第66章

un año después . . .

"¡bro!" la voz de michael hizo un eco en la cocina, escuchándose hasta la recámara del rubio.

michael deambuló dentro del apartamento que compartía con luke. luego de graduarse, ambos decidieron independizarse y hallar juntos que querían hacer de sus vidas. luke trabajaba en una tienda pequeña de discos, y michael por el momento recibía una paga mínima en un restaurante. aunque no podían quejarse. compartían las cuentas y el dinero era suficiente para la renta y gastos necesarios. además, estaban más unidos que nunca, si eso fuera humanamente posible.

"¿¡bro, dónde estás!?" seguía gritando.

luke gruñó inquieto sin saber donde esconder las revistas de adultos que tenía esparcidas en el colchón. las juntó, formando una pila caótica, y desesperadamente las deslizó debajo de su cama.

"¡aquí, en mi habitación!" respondió sentándose en la orilla con el corazón acelerado.

michael se adentró a la recámara segundos luego, encontrándose con un rubio con ambas manos en sus jeans, un poco sospechoso. ante tal escena, éste encogió los ojos hacia él.

"¿qué estabas haciendo?" cuestionó. hizo lo posible por no sonreír luego de darse cuenta de una de las revistas en el suelo. aparentemente alguien la había deslizado más lejos de la cuenta.

"¿yo?" luke dijo en un tono exageradamente agudo. "pff, nada."

"¿nada?" el lado del colchón se hundió una vez que se sentó. michael, sonriendo, tomó la revista del suelo. "¿entonces qué es estoー?"

"¡dame eso!" la arrancó de sus manos y la lanzó hacia atrás en un rápido movimiento. el teñido carcajeó.

"alguien estaba teniendo su momento a solas."

"¡cállate!" desvío la mirada. sus mejillas ardían y estaba seguro de que su rostro se asemejaba al color rojizo de un tomate. "¿olvida eso, okay? ¿qué haces aquí tan temprano?"

michael paró de reír recordando los sucesos de hace unas horas. un suspiro cansado escapó de sus labios. ahora se veía entristecido. aunque realmente mofarse de luke había ayudado a levantarle un poco los ánimos.

"pensé que estabas con natalia." el rubio frunció el ceño, preguntándose por qué su amigo no estaba disfrutando de su cita aquel fin de semana. desde su criterio, michael había estado muy entusiasmado con la castaña desde su última salida.

"justo de eso quería hablarte . . ." murmuró en voz baja. "creo nunca la volveré a ver."

"¿por qué? ¿pensé que te gustaba?"

"y lo hago, pero . . ."

"pero . . ." luke inclinó su cabeza acercándose. estaba desesperado debido a las palabras incompletas y el suspenso.

"es que me da vergüenza."

"¡habla!"

"¡bueno!" exclamó de vuelta. "¡es que no soy bueno en la cama, bro!"

el rubio juntó el entrecejo claramente confundido. no podía atar los cabos y encontrar la conexión con tal barbaridad.

"no entiendo." dijo negando. el otro nuevamente botó aire por la boca.

"hoy, luego de nuestra cena fuimos a su departamento." explicaba mientras que luke oía atento. "y pues, pasó lo que tú ya sabesー"

"oh, ¡pero eso es bueno! ¿verdad? ¿acaso no lo es?"

"¡sí! pero, después de que todo acabó, no me dijo nada, bro."

"¿y?"

"¿y? ¿¡no has escuchado que el cinco por ciento de las mujeres dejan a los hombres por el mal sexo!?"

la habitación se abarrotó de las risas incontrolables de luke. le era demasiado cómico. reía debido al hecho de que michael era tan crédulo al siquiera considerar ese tipo de cosas.

"deberías dejar de leer cosmopolitan. esas revistas te llenan la cabeza de basura."

"lo dice la persona que leía playboy." michael arguyó.

"malvado." el rubio se cruzó de brazos sin más argumentos para poder contrarrestar.

el teñido cubrió los lados de su cabeza con sus palmas, levemente tirando de su cabello. ya podía visualizarse en un viejo apartamento dentro de cincuenta años. sus dientes postizos estarían perdidos en algún lugar incógnito, y vería el mismo canal de cocina en la televisión mientras digería su avena caliente. en ocasiones luke iría de visita con sus nietos. éste le contaría como luke junior había conseguido un doctorado en contabilidad y el próximo mes tendría un viaje familiar a europa. michael sentiría celos queriendo estar en sus zapatos.

"seré un amargado soltero y tendré veinte perros." se mecía de atrás para adelante como si estuviese en un estado traumatizado.

"bro, paraー"

"ya debería ir eligiendo los nombres. juana, panchita, pablo, hernando, ching chongー"

"¡basta!" el rubio sacudió el cuerpo del muchacho cuando lo tomó fuertemente de ambos brazos. quería que dejara de decir tonterías y lanzarse a conclusiones que no llegaban ni al caso. todo era ridículo. "esto es muy tonto. ya olvídalo."

"¿cómo quieres que lo olvide? ¡he fracasado como amante!"

"cierra la boca. estoy más que seguro que no eres malo en la cama." discutió.

"¿cómo puedes estarlo? no tienes y no tendrías manera de confírmalo." pronunció con la cabeza gacha. "desearía que alguien fuera sincero conmigo y me dijera la verdad."

entonces, el rubio tomó inesperadamente una alocada decisión. era muy impensada y sin duda un disparate. se puso de pie dirigiéndose hacia su mesita de noche, para luego sacar dos objetos los cuales estrujo entre sus dedos y apretó en contra del pecho. se encontraba seguro de lo que estaba por hacer. o al menos, lo necesario para hacerlo.

una vez al girarse fue también algo inesperado cuando éste se tropezó con la alfombra del suelo y calló torpemente, mostrando la nerviosidad y pena que le era imposible ocultar. aquellos dos objetos que traía en las manos aterrizaron encima del colchón, a vista de michael.

la expresión del teñido no tenía precio. cuando cogió el preservativo y lubricante que yacían a su lado, quedó estático como si su parte en una obra fuera la de una piedra. ni en un millón de años hubiese pensado que el cariño de su amigo llegaría a tal grado. aún recordaba su reacción en aquella pijamada cuando sólo un beso había sido lo que él suplicaba, pero esta vez el rubio se veía decidido, voluntariamente dispuesto a ayudar. michael presentía que ambos estaban pisando un territorio peligroso, sin embargo, estaba tan desesperado que seguir con aquella locura ya no parecía ser tan extremadamente loca.

el rubio se sentó a su lado adhiriendo sus labios y se acercó hacia él con temor. había pasado mucho tiempo desde aquella vez que había probado el sabor dulce de frambuesas de su boca. lentamente acortó la distancia y presionó sus labios contra los del michael, estos encontrándose entreabiertos y temblorosos.

"h-haría cualquier cosa por t-ti, bro." susurró, dispuesto a sacrificarse.

"b-bro." el teñido tomó el preservativo entre los dientes, y mirando a su fiel amigo directo a los ojos, ágilmente lo rasgó.

~:~

si tuviera un dólar por cada vez que me pidieron smut podría ir a todos los conciertos que quisiera, hijas de satán

y corto ahí el capítulo bc yo soy satán chau

dedicado a @phanofgay

sorry te mentí (@⌒ー⌒@)

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