16: she.
SHE IS PRECIOUS,
BUT SHE ISN'T YOU.
TaeHyung se puso frente al espejo de cuerpo completo de su habitación, revisando su atuendo del día de hoy. Llevaba un jean claro, una camiseta negra holgada y encima una chaqueta de mezclilla, sus botas oscuras favoritas sin poder faltar en su outfit; se veía muy bien, como un chico que podría gustarle a cualquier chica. Todo debía de ir perfecto, tenía una cita.
La cita.
Bueno, más que cita era una salida con una compañera de su misma clase. Siempre se ha llevado bien con ella, de vez en cuando agrupándose cuando debían hacer algo en grupo o en pares. Jennie era una chica muy amable, dulce y carismática, imposible no tener una buena impresión de ella al convivir. Por ello, le pidió en un arranque de valentía si podían salir el fin de semana y obtuvo una respuesta afirmativa para su buena suerte.
No le contó a JiMin al respecto y se preguntaba cómo lo haría, tarde o temprano sería el momento de la verdad. Y llegó demasiado temprano para su gusto, los nervios apareciendo cuando lo pudo observar a través del espejo entrando a su habitación.
Mierda.
—Oh, ¿Vas a salir, Tae? —preguntó intrigado cuando se dio la vuelta, sintió la mirada de JiMin sobre su cuerpo—. Te ves muy bien, por cierto.
—Gracias, JiMinie… —un poco de calor se acumuló en su rostro mientras toqueteaba su oreja en un tic nervioso—. Y sí, ¿Se puede decir que tengo una cita?
TaeHyung mordió su labio inferior al ver la reacción contraria, muy imperceptible, pero él más que nadie sabe cómo leer a JiMin. La ligera sonrisa que mostraba por un instante resbaló, sus hombros se tornaron rígidos y creyó ver ese brillo en su mirar descender levemente.
—¿Una cita? Vaya, no me lo esperaba, ¿Y quien es la afortunada que saldrá con mi querido amigo? —le guiñó un ojo antes de sentarse en el borde de la cama, la forma en que había dicho aquello fue tan… extraña. Sus ojos se mantuvieron en el mayor sintiendo tu corazón estrujarse.
Amigo… sí, eso era para JiMin.
¿Por qué le dolía cuando él mismo estaba dejando en claro implícitamente con lo de la cita que lo de ellos no había sido nada?
Incluso, él podría salir con alguna chica que le gustara y no debía de haber ningún problema… Claro que sí. La simple idea no le debería hacer sentir deprimente.
—Tú la conoces, es Jennie de mi clase de fotografía. —sonrió, encogiéndose de hombros—. Nada más se lo pregunté y ella aceptó salir conmigo un rato hoy.
—¿Quién podría resistirse a ti, TaeHyungie? —JiMin se puso en pie para acercarse a él, aquel par de ojos avellanas centrados en su persona y el palpitar de su corazón se aceleró al tenerlo tan cerca. Los orbes del menor fueron tales como los de un ciervo, adorando en silencio la dulce caricia que recibió en sus cabellos recién peinados. No le importó, solamente se dispuso a disfrutar de la bonita sensación.
—Yah… hyung —su voz salió en un murmuro sin fuerza, agarrando la muñeca de JiMin en un intento de detenerlo, pero fue en vano porque él fue más rápido en tomarlo de las mejillas (las cuales estaban teñidas de un rosa suavecito), con una dulzura que le hizo difícil alejarse.
¿Qué estaban haciendo?
—No estoy mintiendo. —dijo, su rostro teniendo una expresión de puro aprecio y se sintió extraño… casi como si no quisiera ir a aquella cita para quedarse en la compañía de JiMin—. Espero que ella vea el grandioso chico que eres… porque lo vales.
Los ojos de TaeHyung brillaron como una amplia porción de estrellas, pensando lo bueno que era su querido JiMin con él. Tanto que quizás no lo merecía. Sus palabras siempre tenían esa peculiaridad para llegar a su corazón, y entonces le era tan complicado controlar las reacciones de sus sentimientos, porque sí, había terminado de aceptar que estaba cayendo muy mal por el mayor. Era incorrecto, no se tenía permitido anhelar mucho más de una amistad. Sería volver a repetir el ciclo. JiMin no lo quería de esa manera.
Pero entonces, ¿por qué lo acerca así?
¿Por qué siente su respiración contra sus labios?
¿Por qué la distancia se vuelve tan molesta y solo necesita de él cubriendo cada parte suya?
Sus narices se rozaron y pasó la lengua por sus labios mientras cerraba lentamente sus ojos a la espera de un beso que no debería ocurrir en este momento. Sin embargo, todo encajaba a la perfección ante su presencia, sintiéndose tan completo que las ganas de tal vez continuar el camino de su vida agarrado de la mano de JiMin aumentaban cada vez más.
Se obligó a detenerse, abriendo los párpados para observarlo un momento y con mucho pesar dio un paso en retroceso, desapareciendo la calidez de las manos ajenas sobre sus mejillas.
Esto era lo mejor. Se repitió.
JiMin parpadeó desconcertado por sus acciones.
—S-será mejor que me vaya, no quisiera llegar tarde. —mordió su labio inferior, rascando su brazo y miró a su amigo simplemente asentir.
—Te deseo mucha suerte, Tae.
Creo que la necesitaré, porque con el único que quiero quedarme es contigo.
Jennie era hermosa, tan bonita que verla podía ser satisfactorio, pero su atención no se encontraba en su totalidad en el momento que compartía con ella; los recuerdos del casi beso que se daba con JiMin antes de llegar aquí aún seguía mortificando su ser.
Era un día soleado, el ligero viento sacudiendo las hojas de los árboles, un clima agradable para estar en el exterior.
Todo estuvo bien en el camino, hablando de la universidad y otras cosas más que al parecer tenían en común. Fue bastante bueno para perder un poco esa timidez principiante, pero al llegar al cine la situación empezó a ser algo… diferente.
TaeHyung se puso a su lado cuando ella se detuvo frente a la pared que exponía el catálogo de carteleras.
—¿Qué película veremos? —dijo ella con una sonrisa amable girando a verle por un momento, esperando por su respuesta.
Él se encogió de hombros, dando un vistazo rápido a las opciones y sinceramente no se le ocurría ninguna película que fuese adecuada para la situación, además de entretenida para los gustos de ambos.
Con JiMin siempre era más fácil escoger… No, ¿Acaso no podía dejar de pensar en él por un segundo?
—¿TaeHyung? —volvió a llamarle y fue cuando reaccionó.
—¿Qué te gustaría a ti? No tengo problema con lo que decidas, Jennie. —Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro para darle confianza, queriendo dejar aquel despiste anterior en el olvido.
Jennie lo miró varios segundos y después asintió.
—Mm, entonces… —lo meditó, frunciendo los labios levemente—. ¿Qué tal la nueva de Spiderman?
—Oh, esa la vi con JiMinie hyung la semana pasada, fue muy buena. —Tae sonrió con dulzura por el simple recuerdo, pero al notar la expresión de la chica se recompuso, regañándose mentalmente por mencionar a su amigo ahora—. P-pero si te interesa podemos verla juntos, no me importa.
—No tendría caso, la gracia es que veamos algo que ambos disfrutemos. —observó a la rubia asentir y se sintió un poco incómodo por tal vez haber dicho algo que no debería, pero ella aún así mostró su mejor sonrisa para él.
—Pero…
—Sin peros, TaeHyung. —lo interrumpió, chocando su hombro con el suyo ligeramente en un gesto juguetón—. Otra opción puede ser… ¿Algo de romance tal vez? ¿Gustas?
Ella era demasiado buena para él, no iba a generar más momentos incómodos con algún comentario suyo fuera de lugar.
—Claro, ¿por qué no?
La película para su sorpresa fue entretenida y con la dosis de romance adecuada sin llegar a ser empalagosa. Sin embargo, las ganas de huir de la sala del cine no faltaron cuando notó como varias parejas decidieron que ese era un buen momento para expresar su amor, se sintió tan extraño porque él junto a Jennie eran de los pocos que realmente estaban prestando atención a la pantalla. Y no porque quisiera intentar algo con ella, sino porque ni siquiera podía imaginarse aquello… la sola idea le hacía temblar.
Una hora y media después salían del establecimiento, TaeHyung un poco más tranquilo escuchándola conversar sobre qué le había parecido la película y él llegaba a comentar algunas cosas en el transcurso. Un ambiente más cómodo.
A los pocos pasos se encontraron con una heladería y decidieron comprar unos, compartiendo el postre sin perder la charla. Ella siempre mostrándose educada y amable con él, y se lamentaba un poco por no poder verla de una forma romántica. Sería perfecto, pero no era su caso.
Se sentaron en unas sillas del lugar y su mirada fue por un momento a su teléfono que había dejado en la mesa, con la ligera necesidad de ver si JiMin le había dejado algún mensaje, pero era improbable considerando que sabía que se encontraba en la cita ahora mismo, él era demasiado bueno para ser verdad. Poco había sido lo que pudieron hablar esta mañana, el ambiente quedando tenso entre ellos y no podía hacerse el tonto porque él lo quiso así.
—¿Está todo bien? Te noto algo distraído, TaeHyung. —Jennie lo hizo despabilar, por lo que alzó la cabeza para prestarle atención. Sus labios de Cupido estaban curvados a un lado.
—Estoy bien, no es nada. —negó rápidamente, sonriéndole.
Ella le miró entrecerrando los ojos y sintió un nudo en su garganta por ser descubierto. Intentó disimular un poco comiendo su helado de chocolate.
¿Qué le estaba pasando?
A este paso nunca lo superaría.
—¿Seguro? No dejabas de ver el teléfono como si estuvieras esperando algo.
Tuvo que reprimir la vergüenza que le había atacado en ese instante, sin ser capaz de verla a los ojos.
—No es nada, en serio… mejor sigamos caminando un rato más, ¿Quieres?
Pudo sonreír más tranquilo cuando ella asintió y dejó morir el tema.
Sin embargo, después de allí TaeHyung no fue capaz de centrarse totalmente en su presente. Cada uno de sus pensamientos iban dirigidos al chico que seguro estaba viendo alguna película en el sillón de su apartamento. Por más cruel que suene, Jennie no era con quien deseaba estar ahora mismo. Ese alguien tenía un nombre muy conocido para él y que no se iba de su cabeza en ningún momento.
No podía seguir.
Por ello, cuando se detuvieron en un parque con el sol cerca de ocultarse agradeció a Jennie por ser una grandiosa compañía durante el día y aceptar salir con él, decidiendo que era hora de que cada quien volviera a casa. Ella estuvo de acuerdo, quizás sin captar la verdadera razón por la que se estaba despidiendo, pero se equivocó al creerlo porque de su boca salió un: «Fue agradable pasar tiempo contigo, TaeHyung. Eres un buen amigo».
No se sintió decepcionado… más bien aliviado.
Le propuso acompañarla, pero dijo que no había necesidad y que todo estaba bien, que se verían el lunes en clases. Sin más se despidió con un beso en su mejilla amistoso y TaeHyung no tuvo tiempo de mencionar palabra alguna, tan solo quedándose allí de pie viéndola irse.
¿Qué clase de "cita" había sido esa?
No se sintió como tal.
Siguió pensando en eso mientras regresaba al apartamento, un poco afligido por no lograr nada de lo que quiso mantener desde un principio. Ocultar sus sentimientos era tan complicado y tratar de cambiarlos mucho más, no utilizaría a una persona tan buena como Jennie para sus dilemas existenciales. Debía hacerlo por sí solo.
Cuando llegó, abrió la puerta con sus propias llaves y dio un gran suspiro antes de fijar sus ojos en el sillón de la sala. JiMin se encontraba allí, su mirada apartándose de su teléfono al darse cuenta de su presencia. TaeHyung quiso reír en ese instante porque su corazón latió con una simple mirada de su querido amigo, y con Jennie no sucedió absolutamente nada.
—Tae, pensé que llegarías más tarde.
—Terminó antes, sí… —solo dijo eso, yendo a sentarse a su lado sin mirarlo en realidad. Su vista pegada a la pantalla encendida de la TV.
Podía sentir el escrutinio de JiMin sobre él, era obvio que descubriría su estado extraño pronto. Su poder especial era leerlo como un libro abierto.
—¿Algo malo pasó? No te ves muy… feliz. —la mano ajena apretó su hombro en un gesto cálido y estuvo a punto de apoyarse en el tacto, pero se contuvo. Mordiendo su labio inferior y bajando la cabeza ligeramente—. ¿Quieres hablar de eso, TaeHyungie?
No.
Su respuesta fue alzarse de hombros.
—Salió muy bien, pero no sentí esa conexión, eso es todo. —La misma conexión que tengo contigo, quiso decir.
—Ven aquí.
JiMin rodeó su cuello con uno de sus brazos para acercarlo a su cuerpo en un abrazo apretado, la cabeza de TaeHyung quedando apoyada en el hombro ajeno y sus rodillas tocándose. Nuevamente estaban juntos. Por primera vez en todo el día se sintió seguro, todo los malestares de antes desaparecieron para ser reemplazados por sentimientos de bienestar al tener a JiMin cerca. Su olor y calor colando cada uno de sus sentidos.
—No te sientas triste por eso, TaeHyungie. Hay muchas chicas en el mundo, estoy seguro que una será la adecuada para ti. —lo consoló con aquel tono cariñoso y suave, sus intenciones eran las mejores, pero en este momento no sabía qué sentir. El nudo en su garganta creció por sus palabras y las lágrimas se asomaron rebeldemente en sus ojos.
En verdad quiso decirle que no quería ninguna chica u otra persona que no fuera él.
Sin embargo era tan cobarde.
—Lo sé, JiMinie. —se limitó a decir controlando el temblor en su voz, apretando sus dedos que temblaban.
Le costó respirar cuando las caricias pasaron de su antebrazo a su cuello, después los dedos de JiMin moviéndose con delicadeza por sus cabellos. Queriendo hacerlo sentir mejor. Cuidándolo.
Su interior se llenó de mucho más amor hacia JiMin. Detente, no seas así conmigo.
—Si quieres podemos ver alguna película o comer lo que más te guste, también dormir juntos.
TaeHyung alzó la cabeza para verlo, sus ojos brillantes enfocados en él mientras no dejaba de recibir sus caricias. Notó a JiMin ponerse nervioso por la cercanía, pero no se alejó.
—O podríam-
No pudo soportarlo más y permitió que su corazón actuara esta vez, inclinando la cabeza para juntar ambas bocas con necesidad. Sus manos acunaron las mejillas de JiMin delicadamente, acercándose para hacer del beso más profundo, deseando expresarle su amor mediante aquel contacto. Todo su ser pidiendo por ello. Una medicina para su dolor. Sentir la falsa ilusión que él era suyo.
Fue una danza entre ambos, JiMin correspondió a los pocos segundos y lo rodeó con sus brazos consumiendo su respiración en besos que eran más que perfectos. Esto era todo lo que quería. No a Jennie. No una cita. No un «ella». Solo a JiMin, nada más.
—Te quiero. —confesó finalmente con los latidos acelerados, su cuerpo temblando y siendo incapaz de soltar los labios de su amigo—. Te quiero, JiMinie. Te quiero. Te quiero tanto.
Esto era… tan liberador. Por fin le estaba diciendo aquello que se estuvo guardando por tanto tiempo y lo que sucediera después de eso podría soportarlo, TaeHyung quería creerlo.
El agarre cálido del mayor se fue desvaneciendo, alejándose lentamente de él y abrió los ojos confundido por las acciones repentinas de JiMin. Su pecho se oprimió en un mal presentimiento cuando miró el dolor presente en aquellos ojos decaídos, dándose cuenta de que ese beso tal vez sería el último que obtendría.
¿Lo había arruinado todo, verdad?
¿JiMin no sentía lo mismo, verdad?
—No puedo seguir con esto, TaeHyung… mierda, no. —Se asustó al verlo negar con la cabeza y reírse a secas, tomando distancia de él levantándose del sofá—. No me digas que me quieres cuando es mentira.
—¿Qué? —frunció el ceño, indignado—. ¡No es una mentira! ¡Realmente te quiero!
No entendía por qué JiMin lo dudaba, solo fue un golpe directo a sus sentimientos.
—Sé que me quieres, pero lo haces como lo haría un amigo y yo… —desviando la mirada por un momento, apretó sus manos—. Yo no puedo seguir fingiendo que no provocas nada en mí, la manera en que te anhelo no es para nada amistosa, TaeHyungie.
Él se quedó sin palabras, paralizado en el mueble sin procesar aún lo que estaba escuchando. ¿Qué… ?
—Me confundes tanto, no sé si esto que hacemos es solo juego. Duele saber que cada vez que te miro siento que eres todo para mí, pero no sé si es lo mismo para ti. Y confirmé mis inseguridades cuando dijiste que saldrías con Jennie, pero ahora no entiendo cómo es que puedes llegar de tu cita y comportarte así conmigo, buscándome. Besándome. —Los ojos de JiMin se humedecieron mientras pasaba su mano por los cabellos, su suspiro saliendo inestable. Justo como se veía en ese momento—. No puedo ser tu pañuelo, soy humano.
TaeHyung se puso en pie rápidamente, tratando de acercarse, pero él se alejó dando pasos atrás. Eso lo lastimó a pesar de que JiMin tuviera razones para hacerlo.
¿Acaso él estaba diciendo que…? ¿Era cierto?
—Espera, sé que hice mal en confundirte de esta manera sin aclarar las cosas antes, pero entiendeme a mí también… sabes muy bien lo que pasó antes. —Estaba desesperado, mirando en súplica al mayor para que no pusiera más distancia entre ellos y pudieran solucionar esto.
Él nada más se rió, parpadeando como si evitara llorar.
—A veces solo quisiera que dejaras morir el pasado, eso ya no importa. Todo está bien, ¿Por qué aún estás encerrado en lo que decía tu padre, TaeHyung?
Se encogió por la mención de ese tema, su garganta se secó sin saber qué decir realmente. Hablar de su padre no era algo que le gustara, no cuando fue quien le indujo tantas inseguridades.
—Yo no…
—No quiero ser malo contigo y lastimarte cuando no es toda tu culpa, pero tampoco quiero terminar lastimado —se dio cuenta que temblaba al tener las manos de JiMin sosteniendo sus brazos y sus ojos se empañaron mientras trataba de mantenerle la mirada—, sé que cometí un error al no poner un alto en esto que hacíamos sabiendo que tú no eres capaz de admitir lo que sientes en verdad, de pensar qué es lo que quieres realmente. Debí ser un mejor amigo.
Kim negó con desespero.
—N-no es así, lo he aceptado.
—No me digas esto solo por lástima y para no perder nuestra amistad, TaeHyung.
—¡Claro que no!
No mentía, saber que JiMin también había involucrado sentimientos en su amistad se sentía como si una carga hubiera descendido de sus hombros, pero… aún existía ese algo que lo ataba.
—Entonces dime qué sientes por mí. —la mirada de Park se ablandó, casi como si le pidiera inconscientemente que le correspondiera—. Sé sincero, por favor.
Este era el momento que tanto esperó, pero cuando abrió la boca nada pudo salir en realidad. El nudo en su garganta creció y el aliento quedó atrapado en su pecho, la verdad estaba allí esperando por ser dicha, pero algo lo detenía.
¿Por qué? ¿Por qué no era capaz de decirlo?
Eres un inútil.
La expresión de JiMin decayó, el dolor y la frustración estallando.
—Lo sabía. —lo soltó, distanciándose en dirección de la puerta y él entró en pánico al percatarse—. Déjalo así, TaeHyung. No tiene sentido… solo necesito estar lejos de ti un tiempo, no puedo verte el rostro sin pensar en lo que siento por ti.
—No, no ¡Escúchame, JiMin yo-
—¡No, ya me quedó muy claro, perdóname por confundir las cosas entre nosotros!
Pudo ver lágrimas bajar por sus mejillas, al igual que él. Tan aterrado ante la idea de JiMin yéndose, no podía dejar que se fuera de esta manera… no así. Esto no debería estar pasando, ambos no se querían como amigos o hermanos, pero él era tan patético al no tener la valentía suficiente para sincerarse como lo hizo JiMin.
—¡No te vayas, JiMin! —tomándolo del brazo, lo retuvo antes de que llegara a abrir la puerta y lo hizo dar la vuelta para que se vieran—. No me abandones, por favor.
Su voz salió en un hilo, sintiéndose como lo peor del mundo al observar el daño que causó en su amigo, su JiMin.
Aunque no tuviera ni el derecho de llamarle de esa forma.
—No puedo… —Park negó antes de mover su brazo para soltarse—. TaeHyung…
—Por favor, no. —le suplicó, rompiendo en llanto.
—Yo te amo, TaeHyung. No es un simple querer o anhelo, malditamente te amo desde hace mucho. Qué tonto, ¿No?
—¿Qué? —TaeHyung se quedó sin aire, soltando sin querer el agarre en el brazo ajeno totalmente perplejo por la declaración.
¿Lo ama?
—Y no estoy listo para quedarme a presenciar como se quiebra todo entre nosotros. —dio unos pasos hacia atrás, sus manos temblando al tomar las llaves y abrir la puerta del apartamento. Se marcharía. Lo dejaría solo y él no estaba haciendo nada para detenerlo.
Aquella débil sonrisa fue lo último que vio antes de que la puerta se cerrara con fuerza, tarde fue cuando intentó evitarlo quedándose con la mano estirada en el aire y sus ojos empañados sin apartarse de la superficie de madera. Su corazón quebrado en dos pidiendo que él regresara. Preguntándose como es que su amigo pudo ocultarlo por tantos años y sin decir nada.
Se sentía tan culpable por no poder decirle que también lo quiere como nadie, tan profundamente que era probable que se estuviera enamorando. JiMin se marchó creyendo todo lo equivocado, pero él no tuvo el valor de superar los fantasmas del pasado y enfocarse en lo que tenía en sus manos ahora en el presente.
TaeHyung se dejó caer al suelo, abrazándose a sus piernas sin detener su sus lágrimas.
Estaba solo.
Tan solo. Y él mismo se lo buscó.
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