Chapter 4: Matrimonio Arreglado

Abrió los ojos incluso antes de que sonara el despertador. Era una costumbre en ella, solo que en ésta ocasión pasaron casi noventa minutos antes de que sonara oficialmente. Sigilosamente se puso de pie para ponerse el chándal que dejó sobre una silla cercana la noche anterior, tomó las llaves que estaban sobre la mesita de noche y cruzó el pasillo hacia las escaleras y luego la sala tan silenciosamente que el ninja más hábil sentiría envidia, estaba segura que su padre estaría orgulloso, claro que no era para matar a alguien ni para espiar, tan solo quería salir a dar una vuelta. Después de unos minutos de calentamiento y estiramientos dejó que el frío aire de la madrugada inunde sus pulmones e inició su recorrido, treinta minutos después volvía algo molesta. "Frustrante", pensó, el vecindario era completamente desconocido y no había logrado completar los cinco kilómetros a los que estaba acostumbrada y encima tuvo que lidiar con los pasea perros y repartidores de periódicos, no llevaba ni un día allí y ya extrañaba la tranquilidad del barrio donde quedaba su departamento y a sus sedentarios y dormilones vecinos.

Decidió subir por las escaleras, después de todo el dúplex estaba en el tercer piso y unas cuantas escaleras no la matarían. Entró procurando hacer el menor ruido posible y aprovechó para preparar algunas cosas en la cocina antes de darse un baño, el tiempo es algo valioso por lo que debe ser administrado cuidadosamente, o al menos eso creía, había llevado pocas cosas, así que su armario estaba prácticamente vacío, tomó un conjunto de tres piezas, se calzó sus cómodos zapatos de tacón bajo, se tomó unos minutos para trenzar su cabello mientras se preguntaba porque rayos aún no se lo había cortado, acomodó algunas cosas en su bolso en donde encontró las llaves de su departamento, con un sentimiento de hondo pesar las guardó en el primer cajón de la mesita de noche y al hacerlo no pudo evitar ver la chequera y la tarjeta de crédito dorada que le entregaran el día anterior, "Que exageración", pensó mientras cerraba el cajón con esas misteriosas cosas en su interior. Salió rumbo a la cocina, el café tenía buen rato de estar listo, lamentó haber tardado más de lo habitual y se propuso hacer las cosas más rápido al día siguiente mientras bebía un sorbo del expresso largo que acababa de preparar, no pudo evitar hacer una mueca, "Amargo", pensó mientras meditaba si debía agregarle un terrón de chartreuse cuando oyó unos pasos que anunciaban a alguien descendiendo por las escaleras.

– "Buenos días, Kuchiki–sama" – Se giró de inmediato y saludó al ligeramente despeinado dueño del dúplex con una venia.

– "Buenos días" – Respondió con algo de desgano desviando la mirada de la joven que acababa de saludarlo con tanta formalidad hacia el reloj de pared para luego volver a mirar a la joven – "Es algo temprano, ¿No crees, Sui?".

– "Se equivoca" – Sirviendo otra taza de café asegurándose de añadir el terrón de chartreuse – "La residencia de Yoruichi–sama está del otro lado de la ciudad, se me hace tarde" – dejando la taza recién preparada sobre la mesa del comedor junto a unas tostadas y un vaso de jugo – "Que tenga buen día, Kuchiki–sama".

Byakuya estaba pensando que responder pero Sui no le dio tiempo. Salió bastante aprisa, ni siquiera esperó a que terminara de bajar las escaleras, así que algo sorprendido por el inesperado desayuno decidió no desperdiciarlo y sentarse a leer el periódico mientras bebía un poco de café, "Delicioso", pensó.

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A Yoruichi le preocupaba el repentino viaje de su tío Barragan al extranjero. No sólo porque había partido con su asistente, el supuesto "novio" de Sui lo que le quitaba tema de conversación y motivos para crisparle los nervios a su seria amiga, sino porque últimamente habían rumores en la fracción Louisenbarn de la familia, si bien eran una minoría dentro de la familia Shihôn ya antes fueron capaces de remover los sólidos cimientos de la antigua familia y causar inestabilidad tal que se hicieron cabezas de familia durante dos generaciones y Barragan no hacía más que dar indicios de querer dirigir las empresas de la familia desde hace mucho.

– "No olvide la cita con Ukitake–sama a las 7pm… ¿Yoruichi–sama?" – Sui dio un sutil golpecito con el bolígrafo sobre el escritorio de su jefa quien llevaba un buen rato mirando el mismo rincón vacío de su oficina.

– "Ah si, como olvidarlo" – Adoptando una postura más relajada – "No te comenté que Kisuke estará allí ¿No?" – Observando como los ojos de Sui se desorbitaban y se mordía el labio inferior de impotencia – "Vamos, sólo será una cena, además Kaien y Hiyori estarán allí".

– "Cómo olvidó avisarme de algo tan importante, Yoruichi–sama" – Sui agachó la cabeza con resignación, le esperaba una larga, muy muy larga, velada.

Terminaron la reunión con los representantes de una startup que pareció interesarle a Yoruichi por su probable proyección en el rubro de las modas y textiles, pero no lograron ponerse de acuerdo en el precio de traspaso, si bien los representantes eran jóvenes parecían conocer el potencial del startup que ofrecían por lo que deseaban una sociedad compartida y no un exit. A Sui no le terminaba de agradar el asunto pero Yoruichi decidió fijar otra reunión para renegociar y solo entonces pudieron salir rumbo a la dichosa cena. Sui hizo todo lo posible para quedar detenida en cada semáforo que encontraran e incluso tomó la avenida más transitada deseando quedar atoradas en el tráfico pero no sucedió, a las siete con treinta y cinco se encontraban estacionando la camioneta en el restaurante de comida italiana elegido.

– "Querida Yoruichi, empezaba a creer que no vendrías" – Urahara Kisuke se saltó todo protocolo y saludó a Yoruichi con un beso en los labios que duró algunos segundos. Sui carraspeó varias veces y luego pidió las disculpas del caso a Ukitake–sama y los otros invitados presentes, Ukitake, tan amable como siempre, restó importancia al asunto y les apuró a que ordenaran.

– "¿Y cómo van las cosas con los Shihôn?" – Le preguntó Kaien a Sui tratando de iniciar conversación y así intentar que Sui dejara de mirar con ojos de asesino en serie a Urahara que estaba tomando a Yoruichi de la mano a vista y paciencia de todos.

– "Todo bien" – Sui probó un par de bocados de la lasaña pero dadas las circunstancias era incapaz de disfrutar el sabor.

– "Supe que los Kuchiki están interesados en las textileras de Osaka" – Kaien procuró entretenerla un poco más.

– "La presencia de Kuchiki Soujun–sama en la última reunión fue simplemente para ponerse al día en la situación financiera de las textileras de Osaka, los Kuchiki son accionistas minoritarios desde hace un par de años, supuse que ya lo sabía, Shiba–san" – Sui bebió un poco de agua. Tenía que admitir que Kaien era todo cortesía.

– "Eso ya la sabemos todos los que nos consideramos buenos asistentes para nuestros jefes" – Kaien dibujó una de sus habituales sonrisas – "A lo que yo quería llegar era a otro punto, no sé si me entiende, Sui–san".

– "Eso no va a ocurrir" – Sui decidió comer un poco más y resignarse, de rato en rato Yoruichi y Kisuke se susurraban cosas al oído y no se soltaron de la mano en ningún momento, Yoruichi apenas y hablaba con Ukitake – "Los Shihôn no están interesados en venderle a los Kuchiki ni a nadie".

– "Pero hay rumores acerca de…" – La conversación fue interrumpida por la abrupta llegada de dos personas discutiendo.

– "¡No tiene que explicarme nada, así que suélteme, Hirako–sama!" – Hubo tal tono de desprecio en la voz de la muchacha rubia que todos se quedaron en silencio por un momento.

– "Vamos a calmarnos un poco, ¿Alguien me puede explicar que está ocurriendo?" – Urahara se puso de pie y sutilmente obligó al joven rubio a soltar a la muchacha – "Pensé que no vendrías, Hiyori–san".

– "Fui a la oficina de Hirako–sama" – Poniendo demasiado énfasis en el "sama" – "Y entregué los documentos que me encargaste, luego este idiota insistió en seguirme y no ha querido dejarme en paz" – Hiyori tenía el ceño más fruncido de lo usual y esto preocupó a Kisuke.

– "Entonces si estás enfadada" – Shinji la observó fijamente pero Hiyori desvió la mirada – "Pido disculpas por el malentendido y quisiera pedirle que tengamos una reunión en breve, hay algo importante de lo que quiero conversar con Ud. Urahara–san".

– "¿Le parece el viernes, Hirako–san?" – Urahara notó que había demasiada tensión en el ambiente. Shinji dudó un instante pero trató de ocultar su impaciencia.

– "Nos vemos el viernes, Ukitake–san, Yoruichi–san" – Shinji hizo una venia antes de darse media vuelta y abandonar el restaurante, no sin antes mirar de reojo a la rubia que acababa de sentarse dándole la espalda.

– "¿Te encuentras bien, Hiyori–san?" – Preguntó Urahara intentando romper el incómodo silencio en que habían quedado todos en la mesa.

– "Estoy de maravilla" – Respondió la chica con sarcasmo – "Y te recuerdo que no tienes tiempo en tu agenda para nadie el viernes" – Hiyori se puso de pie y señaló a Urahara con el dedo índice – "Ni creas que voy a llamar a los proveedores para hacerte tiempo, tu aceptaste reunirte con ése tipo de sonrisa idiota así que arréglatelas solito".

– "Sarugaki–san" – Sui levantó un poco la voz y habló con demasiada seriedad, Kaien le tocó sutilmente en el antebrazo pero ella lo ignoró y prosiguió – "Eres la asistente de Urahara–san, en estos momentos no solo le estás faltando el respeto a él sino a todos los presentes en esta mesa" –Hiyori se mordió el labio inferior de impotencia, frunció el ceño para luego respirar hondo.

– "Siento mucho mi comportamiento, pido disculpas" – Haciendo una reverencia a Ukitake y Yoruichi – "Aún tengo pendientes para mañana así que, si me disculpan, me retiro".

Hiyori se dirigió a la salida a pasos rápidos. Kisuke se disculpó con Ukitake y Yoruichi y salió detrás de su asistente.

– "Esa no es forma de hablarle a su jefe, y sus disculpas no fueron sinceras" – Susurró Sui.

– "Todos sabemos que Hiyori no es precisamente el tipo de persona que se ciñe a las reglas, Sui–san" –Kaien trató de minimizar el asunto, pero parecía preocupado.

– "Sui Feng" – Yoruichi le dirigió la palabra por primera vez desde que llegaron al restaurante, y eso era por la abrupta salida de Urahara y su asistente –"Ukitake y yo vamos a tomar algunos acuerdos así que toma nota, por favor".

– "Como diga, Yoruichi–sama".

El resto de la cena transcurrió sin mayor contrariedad. Al terminar Yoruichi le pidió a Sui que condujera y la llevara a casa, parecía cansada y algo pensativa.

– "¿Hay algo que desea que revise de los acuerdo con Ukitake–sama, Yoruichi–sama?" – Sui tenía que velar por la salud mental de su jefa.

– "No, todo está bien… Sui Feng, ¿Alguna vez te has enamorado?" – Preguntó Yoruichi, más para sí misma.

– "Creo que no, ¿Por qué lo pregunta, Yoruichi–sama?" – Sui conducía a 40 kilómetros por hora.

– "Kisuke me contó que Hiyori y Shinji al parecer están enamorados" – Sui frenó el coche abruptamente.

– "¡Eso es imposible!" – Sui lucía escandalizada.

– "No veo motivo por el cuál no pueda ser posible" –Yoruichi se acomodó en el asiento, Sui hizo un reverencia a modo de disculpa antes de continuar conduciendo.

– "Hasta donde tengo entendido, Hirako–sama contraerá matrimonio en un mes" – Sui había escuchado la noticia de Momo Hinamori, la asistente de Hirako Shinji.

– "Es un matrimonio arreglado" – Yoruichi contempló a Sui con curiosidad – "¿En verdad nunca te has enamorado, Sui?".

– "Sarugaki–san es una asistente sin ningún tipo de status social, cómo pudo poner sus ojos en el heredero de una de las familias más importantes del país, que irresponsable de su parte" – Sui decidió desviar el tema de la conversación.

– "Las clases sociales y todo lo demás ya está pasado de moda, Sui" – Yoruichi bostezó antes de continuar – "Creo que los matrimonios arreglados no tienen sentido ni cabida hoy en día, ojalá y Shinji se enfrente a su familia".

– "Yoruichi–sama" – Dijo Sui, muy contrariada –"Creo que la compañía de Urahara–san le ha nublado el juicio".

– "Te equivocas Sui, yo creo que Kisuke me hace demasiado bien en este mundo de hipocresías" –Sui estacionó el coche – "Nos vemos mañana, Sui, ojalá y te enamores pronto" – Se despidió poniendo tono de picardía en las últimas palabras.

"Eso no va a pasar", pensó Sui mientras emprendía el camino de regreso. Eran cerca de las once cuando llegó al dúplex de Kuchiki Byakuya. Como esperaba, el lugar estaba en absoluto silencio y penumbras, la única luz encendida era la del estudio que tenía la puerta entreabierta, dudó antes de acercarse sigilosamente, tal vez Byakuya se fue a dormir y dejó la luz encendida así que no estaría demás ir a revisar. El estudio era más grande de lo que había imaginado, tenía muchos libros, unos sillones y un gran escritorio en donde se encontraba dormido Byakuya. Seguramente estuvo trabajando en algo y le venció el sueño, Sui carraspeó un par de veces pero él no movió un músculo, así que no tuvo más remedio que acercarse y darle algunas palmadas en el hombro.

– "Kuchiki–sama" – Susurró – "Kuchiki–sama".

– "Mmmm" – Byakuya abrió los ojos lentamente, Sui tuvo que reconocer que en ese estado parecía inofensivo y no el tipo que intimidaba a otros en las reuniones corporativas – "Shaolin… llegas tarde" –Tomando con delicadeza la mano de Sui quien se quedó paralizada de la sorpresa – "Pudiste al menos enviarme un mensaje al móvil".

– "N–no volverá a repetirse, Kuchiki–sama" – Sui sacudió el brazo intentando liberarse del agarre de Byakuya – "Es tarde, debería irse a descansar".

– "Este viernes será el Baby Shower del bebé de Rukia y ella quiere que vayas" – Byakuya se frotó los ojos con la mano que tenía libre y luego ladeó la cabeza varias veces llevándose la mano hacia el cuello. Llevada por la costumbre, Sui acortó distancias y tocó desde la nuca hasta el cuello de Byakuya con la mano que tenía libre, éste se sobresaltó un poco de la sorpresa liberando la mano de Sui.

– "Tiene el cuello muy contracturado" –Acomodándose mejor en la parte posterior de la silla donde Byakuya se encontraba sentado – "Incline un poco la cabeza, le haré un masaje".

– "Gracias" – Susurró Byakuya, mientras dejaba que las manos de Sui hicieran su trabajo.

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Aunque era martes la mañana transcurría con mucha calma, solo tenía dos reuniones programadas y un almuerzo para continuar las coordinaciones para el cumpleaños de su hermano Yushiro, como nunca, ambas reuniones fueron provechosas y concluyeron en breve tiempo por lo que, después de firmar una pila de documentos, se encontraba con tiempo libre. "Aburrido", pensó después de intentar comunicarse con Kisuke sin éxito, seguramente él se encontraba atrapado en alguna tediosa reunión. Revisó su mail, le dio "like" a las fotos de Yachiru en su viaje por Brasil, compartió en su muro frases feministas y un video con una canción de una película, movió los adornos de su escritorio y contempló el reloj, Sui no tardaría en cruzar la puerta y apurarla para ir al almuerzo. Transcurrieron quince minutos y Sui no apareció. Yoruichi no estaba segura de cómo interpretar aquello, así que decidió esperar cinco minutos más, pero nada pasó. Levantó el teléfono e hizo algo que no hacía hace mucho, marcó a la oficina de su asistente. Se oyeron varios pitidos hasta que finalmente Sui contestó.

– "¿Ocurre algo, Yoruichi–sama?"

– "Eso me preguntaba yo, ¿No se supone que el almuerzo era a la una?" – Dijo inquisitivamente Yoruichi. Sui hizo una larga pausa.

– "Disculpe Yoruichi–sama, estaba concentrada en otras cosas y no me percaté de la hora, estoy camino a su oficina" – Sui colgó. Se recriminó mentalmente por haber cometido semejante desliz, jamás le diría a Yoruichi que se había quedado dormida.

Tal como predijo Sui, llegaron puntuales al almuerzo. Los otros Shihôn parecían muy consternados por la repentina partida al exterior de Barragan, muchos opinaban que tal vez estaría buscando apoyo extranjero, otros que habría ido a buscar una prometida para su hijo, y otros, más pesimistas, temían que estuviera maquinando alguna jugada financiera peligrosa. Sui estuvo muy silenciosa y solo se limitaba a asentir y tomar nota de los acuerdos tomados por los otros asistentes. En el camino de regreso continuó muy callada.

– "¿Y que decidieron al final? ¿La orquesta de música clásica o el grupo de j–rock?" – Yoruichi empezó a retocarse el maquillaje.

– "Música clásica, todos concluimos que a los jefes de las ramas familiares Shihôn no les agradaría del todo el j–rock" – Sui hizo un par de maniobras para adelantar algunos autos – "Además Yushiro–sama parece tener mucho gusto por Chopin y Strauss".

– "Eso es cierto, pero no todos los años cumples dieciocho" – Yoruichi hizo una mueca, se le acababa de derramar un poco de sellador de maquillaje.

– "La fiesta saldrá bien, Yoruichi–sama" – Sui entró el coche al estacionamiento, al parecer no notó el pequeño accidente de Yoruichi – "Estamos convencidos de que será inolvidable".

– "Espero que así sea" – Yoruichi guardó sus cosméticos, se quitó el cinturón y bajó del coche para ir rumbo al elevador junto a una silenciosa Sui –"Creo que solo tenemos en agenda la reunión con los agentes de la inmobiliaria, ¿Verdad?".

– "Yoruichi–sama" – Sui hizo una breve pausa, intentado elegir las palabras apropiadas – "¿Le molestaría si cambio la fecha de los pasajes de retorno de Seoul? Se supone que regresaríamos el viernes por la noche, pero revisando la agenda, podríamos volver concluida la reunión de la mañana".

– "Recuerdo que quería programar una visita al museo de historia natural y salir de compras" –Yoruichi intentó hacer memoria, el miércoles por la noche harían un viaje corto a Seoul. Luego recordó lo silenciosa que se encontraba Sui todo el día – "¿No me digas que tienes planes el viernes por la noche?" – El breve silencio de Sui fue suficiente respuesta –"Y después dices que no tienes admirador secreto, eres terrible Sui, está bien, puedes cambiar los pasajes" – Yoruichi dijo esto con demasiada picardía.

– "¡No es lo que está pensando, Yoruichi–sama!" –Sui no tuvo más remedio que decirle la verdad, o al menos una parte de ella – "Me han invitado a un Baby Shower".

– "¿En serio?" – Algo decepcionada al ver que Sui asentía – "Bueno, igual puedes cambiar los pasajes, seguramente puedo aprovechar para salir con Kisuke".

– "Gracias Yoruichi–sama" – Respondió Sui entre dientes. Por darle el gusto a su "esposo" dejaba a su jefa a merced del malviviente de Urahara. Terminó las actividades de la oficina temprano, bueno, dentro del horario de trabajo y eso era casi un milagro, después de dejar a Yoruichi en su casa decidió dar una vuelta por el centro comercial en busca de un regalo para el baby shower. Antes había comprado regalos por encargo de Yoruichi pero pocas veces compraba algo que fuera a regalar ella misma así que dudó un poco antes de decidirse. Luego pasó por un supermercado, pues la nevera del dúplex estaba casi vacía y emprendió el camino de regreso. Se tomó su tiempo antes de salir del coche. En los casi cuatro años que llevaba como asistente de Yoruichi había visto todo tipo de excentricidades por parte de la gente acaudalada, algunas más bizarras que las otras, pero jamás en la vida imaginó que quedaría atrapada en alguna de ellas. Descendió del coche y como pudo acomodó sus cosas, el regalo y las compras y tomó el elevador, deseando no encontrarse con nadie en el camino. Cuando las puertas del elevador se abrieron se topó con una muchacha de servicio que la saludó rápidamente y se apresuró a presionar algún botón para que las puertas del elevador se cerraran nuevamente. Sui no supo si sentirse aliviada o extrañada, así que decidió restarle importancia al asunto y haciendo malabares logró abrir la puerta y entrar al dúplex.

– "¡Kuchiki–san!" – Un pelirrojo se acercó a ella a pasos rápidos para ayudarla con las bolsas – "Debió avisar, habría bajado a ayudarla".

Sui parpadeó confundida.

– "No pasa nada, todo está bien, Abarai–san" –dejando el regalo sobre la mesa ratona de la sala para dirigirse a la cocina a ordenar las compras.

– "P–pero Kuchiki–san…" – Intentó replicar el asistente de Byakuya.

– "Es Feng" – Al ver la expresión de "no entiendo nada" de Abarai – "Mi apellido, es Feng, no Kuchiki".

– "Bienvenida, Sui" – Byakuya entró a la cocina y caminó hacia Sui para inclinarse y con un movimiento rápido depositar un fugaz pero cálido beso de bienvenida en los labios de su esposa –"¿Podrías volver al estudio, Abarai? Te alcanzo en un momento".

– "Como ordene, Kuchiki–sama" – Renji se dio media vuelta y los dejó a solas en la cocina.

– "¡¿Q–qué rayos acaba de pasar?!" – Sui retrocedió unos pasos para poner distancia mientras observaba amenazadoramente a Byakuya – "¡Esto no estaba en el acuerdo!".

– "Nunca comentamos nada acerca de muestras de afecto" – comentó Byakuya con neutralidad, mientras observaba con curiosidad las bolsas que Renji dejó en la cocina – "¿Hiciste las compras?".

– "¡No me cambie el tema, Kuchiki–sama!" – Sui tenía que admitir que Byakuya tenía más sangre fría de lo que pensaba.

– "No lo hice, las muestras de afecto en nuestro matrimonio no estaban dentro del acuerdo, ¿O me equivoco?" – Sui hizo un rápido repaso de todo lo que conversaron después de su matrimonio, cuando se quedaron a solas en el dúplex, y los acuerdos tomados y no pudo recordar nada relacionado a las dichosas "muestras de afecto" – "Lo ves" – Dijo Byakuya, complacido por ganar la ronda – "Pero al parecer olvidaste que al convertirte en mi esposa dejaste de ser una Feng para convertirte en una Kuchiki" – Sui recordó el incidente de hace rato con Abarai y entendió.

– "Es cierto, pero entienda que no será fácil para mi llevar su apellido, ya que ambos sabemos que este matrimonio es una far–" – Sui no pudo completar lo que iba a decir pues Byakuya había vuelto a besarla de nuevo.

– "Tengo trabajo, estaré en el estudio con Renji, pensábamos pedir algo para cenar, ¿Quieres que te pida algo?".

– "Lo que elijan Ustedes está bien" – Respondió una consternada Sui.

– "Bien" – Byakuya, con su actitud imperturbable, la dejó sola en la cocina. Sui respiró hondo para luego vaciar las bolsas con las frutas en el fregadero y abrir la llave:

– "¡Qué demonios le pasa!" – dijo casi gritando para sí misma, con frustración. Los Kuchiki podían ser víboras de sangre fría, pero capaces de dejar cálidas e invisibles huellas, sin querer, se llevó una mano a los labios.

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El miércoles por la mañana salió más temprano de lo usual, tenía que dejar todo en orden pues por la noche partirían a Seoul, y no, no estaba huyendo de nadie. Dejó el coche en casa de Yoruichi y llamó al chofer de la empresa pues no estaba de humor para conducir. Yoruichi supuso que era por todos los pendientes que tenían que solucionar así que decidió no perturbar más a su ya estresada asistente.

– "Creo que podría ayudarte a terminar lo de la inmobiliaria".

- "No se preocupe, Yoruichi-sama" – Enviando a imprimir algunos documentos – "Solo revíselos y de estar conforme, fírmelos para enviarlos" – Mientras Yoruichi leía los documentos, Sui terminaba de redactar el informe ejecutivo para la reunión del día siguiente.

- "Está todo conforme" – Yoruichi tomó un bolígrafo y empezó a firmar.

- "¿Tiene su pasaporte y su carnet de identidad a la mano, Yoruichi-sama?" – Sui dejó de teclear mientras se descargaba un archivo confidencial que un contacto en Seoul le acababa de enviar.

- "Los dejé en casa" – Yoruichi parecía muy tranquila – "Pensaba volver después del almuerzo para terminar de empacar".

- "Si desea le ayudaré a preparar su equipaje, Yoruichi-sama" – Se ofreció de inmediato Sui.

- "Bueno… verás… Kisuke se había ofrecido a pasar parte de la tarde conmigo e incluso dijo que me acompañaría al aeropuerto".

- "Comprendo" – Sui parecía más abatida que molesta y eso llamó la atención de Yoruichi.

- "Pensé que querrías la tarde libre para comprar el regalo para el baby shower".

- "Tiene razón" – Respondió una desganada Sui, volviéndose a concentrar en la laptop en la que revisaba archivos y documentos. Lo cierto era que Sui no tenía ganas de volver al dúplex. Aunque las posibilidades de encontrar a Kuchiki eran mínimas prefería reducir a cero cualquier riesgo. Después del almuerzo recogió el coche de casa de Yoruichi y volvió al dúplex. Dormir un poco le haría bastante bien, claro, siempre y cuando no estuviera el dueño de casa. Afortunadamente así fue, pudo disfrutar del silencio y la tranquilidad y descansar, antes de las seis llamó a Yoruichi para recordarle que tenían que encontrarse en el aeropuerto a las siete. Llamó un taxi ya que consideraba innecesario conducir y dejar aparcado el coche en el estacionamiento del aeropuerto hasta su retorno, tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano por ocultar su disgusto por el inadaptado de Urahara mientras se despedía cada cinco minutos de Yoruichi hasta que finalmente abordaron el avión y partieron rumbo a Seoul.

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Eran casi las diez cuando concluyó la revisión de contrato con una transnacional así que cerró la videoconferencia, a esa hora el edificio estaba prácticamente vacío. Renji le acercó una carpeta con las notas y acuerdos relevantes así como la versión impresa del contrato.

- "¿Necesita algo más, Kuchiki-sama?" – Preguntó Renji.

- "No, si deseas puedes retirarte, Abarai" – Renji no tardó en hacer una venia y salir de la oficina. Byakuya apagó su portátil y acomodó los documentos en las gavetas de su escritorio. Tomó su abrigo y se dispuso a volver al dúplex, mientras estaba rumbo al estacionamiento decidió hacer una llamada pero fue enviado directamente al buzón de voz. Hizo un nuevo intento, pero nada. Se detuvo en el camino en un bar a beber algo. Como era de esperarse un par de conocidas se le acercaron para iniciarle conversación. No hubo un tema en particular que le llamara la atención, solo chismes que le contaban ellas, como si fuera lo más interesante del mundo, algo sobre una nueva colección de joyas y las nuevas tendencias en moda por el cambio de estación. Pasaban las once cuando aburrido de fingir cortesía manejó hacia el dúplex, el coche de Sui estaba en el estacionamiento, así que dio por hecho que ella estaba dormida, pues las luces estaban apagadas y el lugar estaba en completo silencio. Fue directamente a su habitación a descansar, le esperaba un día complicado así que tenía que descansar. Despertó temprano pues tenía algunos pendientes antes de ir a unas reuniones con su abuelo, pero le extrañó no escuchar el sutil sonido de las pisadas de Sui en sus zapatos de tacón, y al bajar al comedor todo estaba igual que la noche anterior, es decir, la mesa se encontraba vacía, no estaba su taza de café ni su desayuno. Dio media vuelta y subió a su habitación, permaneciendo de pie por un largo rato a un lado de la puerta de la habitación de Sui, pero nada, solo silencio. Consternado marcó en su móvil y nuevamente fue enviado al buzón de voz. Entonces escribió un mensaje:

- "Me parece o alguien no vino a dormir" – No pasó mucho hasta que recibió una respuesta.

- "Estoy en un viaje de negocios con Yoruichi-sama, Kuchiki-sama".

- "Y olvidaste avisarme" – Byakuya se preguntaba en que forma tenía que decirle Sui que debía avisarle si llegaría tarde o no llegaría a dormir.

- "Estoy camino a una reunión, disculpe, Kuchiki-sama".

- "Cuando regreses tenemos que hablar, Sui" –Byakuya tenía la impresión que Sui quería cortarle la conversación.

- "Vuelvo mañana en la noche, debo salir, Kuchiki-sama".

- "Prometiste que irías al Baby Shower de Rukia" – A Byakuya se le empezaba a agotar la paciencia.

- "Iré, disculpe, Kuchiki-sama, debo dejar la conversación".

Byakuya se quedó inmóvil contemplando la pantalla de su celular, definitivamente Sui era muy distinta a las mujeres que había conocido. El sonido del timbre lo sacó de sus pensamientos, seguramente era Abarai que venía a llevarlo a la oficina, le esperaba un largo día.

Saludos

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