IV: Café, mentiras y un tren de juguete
—Despierta bello durmiente—Murmura Todoroki mientras jala suavemente la mejilla de Katsuki—Ya llegamos.
Bakugou abre los ojos mientras su ceño está fruncido. Siempre duerme con esa cara que denota molestia; aunque esa es su cara de siempre.
—¿Ya llegamos? ¿A dónde?
—A desayunar.
Bakugou levanta la cabeza y se asoma por la ventana del copiloto; se encuentran cerca de un lago, donde varios restaurantes, hoteles y moteles están alrededor a las orillas de dicho lago.
—Después de desayunar iremos a ver a Midoriya—Comenta Todoroki—Aunque posiblemente una ducha nos vendría después.
Shoto se había detenido en una gasolinera para tirar toda la basura del coche (incluyendo las pruebas del incidente del amanecer). Y poco después llegó al lago perdido entre las montañas, aunque no lo suficiente porque ahora es un centro turístico.
—Rentaremos una habitación de algún motel—Añade Todoroki antes de abrir la puerta del auto—¿De acuerdo?
—De acuerdo—Repite Bakugou antes de salir del coche, sintiendo sus piernas dormidas—Pido primero la ducha.
—Esperaba que nos duchamos juntos.
—Créeme Shoto—Bakugou se acerca a Todoroki y le sonríe de manera maliciosa—No quiero que termines agotado todavía, mejor lo guardo para el gran final.
—Como quieras—Todoroki le entrega un tierno beso en los labios—Ve a darte la ducha, necesito ir por un café.
Ambos entran al motel, donde conseguir una habitación fue fácil dado a que es año nuevo. La habitación no es la gran cosa, ni siquiera tiene vista al lago, pero no les importa puesto que no tienen intención de quedarse más de tres horas.
Bakugou entra a la ducha y Todoroki va en busca de su café.
Estando ya desnudo bajo la regadera, Bakugou cierra los ojos mientras siente el cuerpo caer por su rostro y torso; la siesta le sentó bien, pues no el cansancio se ha esfumado, dejando en sí un rastro de emoción.
Sus pensamientos volvieron a dirigirse a Shoto, como siempre.
Mientras Bakugou estaba en lo suyo, Todoroki está en la fila para conseguir ese café amargo. A diferencia de su novio, él estaba sintiendo el cansancio calar sus huesos.
—«Ahora soy yo quien necesita dormir»—Piensa Shoto, hasta que una enorme carcajada lo distrae de sus pensamientos.
—¿En serio no tienes propósitos de año nuevo?—Exclama una mujer de cabello verde sentada en una pequeña mesa, acompañada de un hombre de aspecto desgastado y cabello negro revuelto.
—No, lo haces ver como si fuera extraño, Emi—Responde el hombre en un tono somnoliento.
—Vamos Shouta—Emi suelta una risa—¿Ningún propósito? ¿Ni siquiera seguir viviendo?
—Eso es bastante obvio.
Todoroki ordena su café, y también otro para Katsuki (aunque con leche y crema porque Katsuki no soporta las bebidas tan ácidas); después vuelve a la habitación, donde el rubio ya ha terminado de ducharse, y solo una ducha envuelta en su cintura es todo lo que lo cubre.
—¿Ya más descansado?—Pregunta Todoroki antes de darle un sorbo a su café.
—Si, mejor—Se acerca a Shoto para entregarle otro beso—Sabe a café.
—¿Y te gusta?
—No—Sin embargo, vuelve a besarlo—Entra a ducharte, me muero de hambre.
Todoroki asiente, bebe más de su café y entra al baño. Bakugou se viste, por suerte Todoroki había desempacado un poco la maleta que trajeron previamente en el auto. No podían estar con la misma ropa todo el día.
Tras ponerse unos boxer nuevos, una camisa blanca, chamarra negra y calzado.
Escucha a la ducha abrirse, tentando a Bakugou a entrar y sorprender a Todoroki; sin embargo, dejó que Shoto tuviera un momento para él solo, estar pegado con otra persona literalmente 24 horas debe tensar en algún momento.
Así que se recuesta sobre la cama, bebiendo su café con leche mientras revisa su móvil, tiene varios mensajes de la única persona que insiste siempre en su vida: su madre.
Hola, vas a pasar el año nuevo con nosotros?
✔✔
No es obligatorio si no quieres, pero nos daría mucha ilusión
✔✔
Va
has lo que quieras
total ya eres un niño grande
La “conversación” (entre comillas porque solo uno está hablando) seguía y seguía; Katsuki solo se limita a leer, no quería pasar el año nuevo con su familia, no es que tuviera nada en contra de eso es solo que…este fin de año es muy importante. Es un cierre que da paso a una nueva época de sus vidas.
Bakugou quería responderle a su madre quería escribir “pasaré el año nuevo con mi novio”, de no ser porque no conocen su existencia; Bakugou le dijo a Shoto que ya le había hablado de él con sus padres, y que no tenían problemas con que estuvieran juntos, pero es mentira.
Entonces escribe “la pasaré con amigos”, y lo manda. Cierra el móvil de inmediato cuando escucha que Todoroki ya ha salido de la ducha.
—¿Listo para el desayuno?—Pregunta Todoroki mientras seca su cabello con una toalla pequeña, mientras usa una bata blanca.
—Te ves irresistible—Dice Bakugou de golpe, abrazando al rubio por la cintura, titubeando sobre si retirarle la toalla o no.
Bakugou estuvo a punto de entregarle un beso a Todoroki pero este lo detiene cubriendo sus labios con la palma de una mano.
—Primero comida—Expresa Shoto, cuando tiene hambre no tiene paciencia para los besos. Así que Katsuki no tuvo de otra que aceptar, dejar que se vistiera y bajar al buffet del motel.
Estando ya ahí, Todoroki se sirve de todo, mientras que Bakugou mantiene su desayuno simple.
Sentados frente a sus platos, Todoroki no suelta el móvil, mandando mensaje a quien sabe quien.
—Ya hablé con Midoriya—Comenta Shoto antes de darse un gran bocado de hotcakes con miel de maple.
—Espera—Katsuki toma una servilleta y limpia la mejilla de Shoto, puesto que se había manchado un poco.
—Gracias…—Todoroki se sentía halagado, entonces sigue comiendo sus hotcakes—Viene de camino con todo listo.
Midoriya les contó una idea que tuvo hace ocho meses: visitar un orfanato para donar regalos. Todoroki aceptó de inmediato, mientras que Bakugou no quería ver a Izuku en este día especial, pero tampoco es tan orgulloso para no ayudar a unos niños huérfanos.
Tras terminar de desayunar, regresan a su auto, donde la cajuela está repleta de varias maletas llenas de juguetes. Katsuki vuelve a ser el conductor, mientras Todoroki sigue hablando con Izuku por mensaje.
Se crea un pequeño silencio, Bakugou reflexiona sobre los mensajes de su madre, la última vez que la visitó fue un par de días antes de Navidad, donde Mitsuki le hizo una pregunta que provocó que su hijo se atragantara con el ponche.
“—¿Quién es la persona que te tiene tan contento?”
“—¿Qué? ¿Ahora de qué hablas?”
“—Siempre que nos visitas eres un saco de quejas, ahora vienes todo tranquilito, como un gato domesticado”.
“—Tú sí que estás domesticada, ¿desde cuando tu ponche sabe bien?”.
“—Desde que tu padre no me deja ir en contra de la receta”.
Katsuki recuerda cómo quería huir de esa conversación, pero su madre es igual de terca que él.
“—No esquives la pregunta—Continuaba hablando Mitsuki—¿Quien es la persona afortunada? Lo digo porque no vas a pasar la Navidad ni Año Nuevo con tus queridísimos padres”.
“—Si mal no recuerdo soy un adulto independiente, así que puedo pasar el día con quien quiero ¿no?”.
“—Ey, no quieres ponerte pasivo-agresivo conmigo, porque te gano”.
Katsuki se negaba a hablarle sobre Shoto, y no porque sus padres sean prejuiciosos ni nada por el estilo, sino que su relación con Shoto es algo únicamente que solo ellos dos conocen, ¿por qué compartirlo?; aunque en el fondo, muy en el fondo, en un pequeño rincón, no quería que sus padres lo miraran con otros ojos.
Él es Katsuki Bakugou, quería seguir siendo Katsuki Bakugou. No quería exponer ese lado vulnerable que durante muchos años ha negado.
—¿Tu familia ha intentado contactarte?—Pregunta Todoroki, cortando la línea de pensamiento de su novio.
—No—Primera mentira del viaje.
—Mi hermano me mandó mensaje—Shoto observa por la ventana de copiloto—Por lo visto toda la familia se reunirá por la noche.
—¿Todos?
—Bueno, la mayoría
—Ya…quieres ir a verlos.
—No realmente—Segunda mentira del viaje.
—Podemos hacer un hueco en los planes para que vayas a visitarlos.
—¿En serio? Digo, si te parece bien…
Claro que tenía que estar bien, Bakugou quería compensar la mentira.
No es mentira si nadie se entera, ¿no? Típica excusa que usaría un niño para defenderse.
Tras manejar un rato más, llegan a la ciudad, donde conducen directamente hacia la casa de Izuku, donde ya se encontraba en la cochera de su auto, acomodando cajas acompañado de Tenya Iida, su roomie.
—Vaya, seis minutos después de lo acordado—Comenta Iida cuando ve el coche de Bakugou estacionándose.
—¿Por qué estás tú aquí?—Pregunta Bakugou actuando arisco como siempre.
—Katsuki—Lo reprende Todoroki.
—Buenas—Corrige Bakugou su respuesta.
—Hola—Saluda Midoriya con los ánimos elevados de siempre—Gracias de nuevo por ayudarnos con esto.
—No tienes que agradecernos—Todoroki ayuda al peliverde a poner las cajas en el auto—¿Cómo se te ocurrió la idea?
—Lo llevo queriendo hacer desde hace años—Mientras Izuku habla, Iida y Bakugou ponen el resto de las cajas en el coche del rubio—Solo no tenía el auto, ni el dinero, ni los medios, ni tiempo…
—¿Y ahora?
—Me sigue faltando dinero y tiempo, en Navidad pedí un millón de dólares y Santa Claus no me los trajo.
—Ya somos dos.
Cuando por fin terminaron de acomodar las cajas, Iida y Midoriya se suben al auto del peliverde, mientras que la pareja sube al auto de Katsuki, y ambos comienzan a conducir otra vez.
¿Destino? El orfanato Water Hose.
Cuando Izuku les propuso la idea de regalar juguetes a los niños huérfanos, ambos aceptaron de inmediato, Katsuki no quería ver al brócoli pecoso en este dia especial, pero tampoco iba a rechazar la idea de alegrarle el día a unos niños.
Cuando llegaron todo pasó demasiado rápido, Midoriya ya había conseguido previamente el permiso de la directora del orfanato, así que directamente se estacionaron y sacaron las cajas.
Mientras traían las cajas al patio principal, donde los niños juegan, ríen y se ensucian, una niña de largo cabello blanquecino se detiene a observar fijamente a Shoto.
—¿Sucede algo?—Pregunta Todoroki, sonando más serio de lo que le gustaría haber sonado.
—¿Estás herido?—Pregunta la niña con un gesto preocupado.
—No, ¿porque lo preguntas?
—Por tu mejilla…
—Oh, esto—Todoroki toca su cicatriz—Fue un accidente cuando era niño, dicen que me parezco a Zuko de Avatar.
—¡Si, si eres!—La niña muestra una enorme sonrisa, a lo que Shoto le devuelve el gesto.
—Eri, hola—Saluda Midoriya mientras se acerca—¿Adivina qué? Hoy cumpliré mi promesa.
—¿Eh, en serio?
—Si, vamos con los demás.
Eri toma la mano de Izuku y ambos caminan con los demás niños; Todoroki los sigue también.
Apenas llevan cinco minutos ahí y Bakugou ya está peleando con un niño pelinegro que usa gorra roja.
—¡Eres un vampiro, a mi no me engañas!—Exclama Kota Izumi mientras apunta a Bakugou.
—¿Qué? ¿Nomás por tener los ojos rojos y colmillos? En todo caso sería un hombre lobo.
Siguieron discutiendo mientras los demás fueron abriendo las cajas, que estaban repletas de juguetes, Izuku saca una pequeña muñeca de Rosita Fresita y se la entrega personalmente a Eri.
—Cumpliste tu promesa—Dice Eri emocionada, no está acostumbrada a recibir tanta amabilidad; abraza la muñeca con cuidado, cuidará la muñeca pues es ahora su objeto más preciado.
Tras eso, comenzaron a repartir los regalos a todos los niños; hay que admitir que era el plano más derrite corazones del mundo, muchos niños felices de recibir regalos.
Todoroki le entrega un regalo a un pequeño niño temeroso, y este, a modo de agradecimiento, lo abraza delicadamente antes de irse corriendo.
Shoto nunca fue bueno con los niños, en cierta manera admira a sus hermanos mayores por haberse hecho cargo de él.
Pero ver a ese nervioso niño le recordó a sí mismo, cuando sentía que cometer el más mínimo error era justificación para sentir que no valía la pena para nada; que tenía que quedarse en el suelo esperando que los demás lo levantara.
Shoto entendió, gracias a Katsuki, que la única persona que puede levantarte al 100% es uno mismo.
—Ten—Dice Bakugou a Kota.
—No, eres un hombre lobo.
—Pues si no lo aceptas, te morderé y estarás condenado.
—Pues ya que—Kota toma con cuidado el regalo como si se tratara de una figura cristal.
Kota se sienta en el suelo y abre la caja, tratándose de un tren de juguete.
—Hey, yo tuve uno de esos cuando era niño—Bakugou se arrodilla frente al niño—¿Todavía existe esa empresa? Vaya…
—Entonces es un tren muy antiguo…
—¡Oye, ni que fuera un dinosaurio!
Kota se ríe a carcajadas mientras Katsuki sigue reprochando.
—Parece que Kacchan puede empatizar con los niños—Dice Midoriya con una sonrisa divertida.
—También estoy sorprendido—Shoto sonríe tímidamente mientras observa a su novio hablando de trenes con Kota, el niño parece entusiasmado.
Una idea se cruzó por la mente de Shoto, ¿podría ser que ellos…? Quien sabe.
Continuará...
Han pasado 84 años desde que actualicé :") primero la universidad con sus proyectos, después mi laptop pasó a mejor vida, y por último un pequeño bloqueo.
Estoy a full escribiendo 💕 espero traer un nuevo capítulo pronto, dentro de un par de días, ya no falta mucho para terminarla.
Gracias a todos los que siguen está historias <3 💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top