Portada
La voz del narrador..
En la antigüedad se hablo mucho de como fue el inicio de los tiempos. Las teorías iban desde el choque de dos grandes rocas en el espacio, hasta una chispa mágica que doy orden a todo lo que se conoce como espacio o universo. Hoy en día aún se habla de cual de todas las teorías es la más acertada.
Pasando a un plano más central, hablemos de la tierra, un planeta maravilloso, lleno de vida, plantas y animales que forman un bello paisaje. Un planeta que tiene las creaciones más hermosas de todo el universo, o hasta ahora eso es lo que se dice. Aunque muchos no lo saben; hablamos de sus habitantes, los humanos.
Aquel bello planeta es custodiado por seres que a los ojos del ser humano serían difíciles de reconocer, a excepción de que miren al cielo y los vean brillar.
Jay, un ser único, poderoso, misericordioso, amable y amoroso, fue asignado a ser el guardián de la tierra. Fue una tarea que le designo un ser mucho más superior que él, ser que se admira y se respeta. Pero Jay no trabaja solo, la tierra es enorme para ser custodiada por un solo ser "divino", aquí es donde sus propios súbditos tienen un papel importante, son en quienes él confía y podía dejar responsabilidades sin dudar en ningún instante. Sus súbditos comandaban enormes áreas con guardianes entrenados y especializados en la protección de los seres humanos, si se tenía suerte uno de esos guardianes podía llegar a cuidar a más de un ser humano.
Los comandos se dividían en el basto cielo por que así de inmensa era la cantidad de seres humanos e iban aumentando con cada minuto que transcurría en el día. Existían dos tipos de guardianes, el guardián de los cielos, mientras se es una estrella que brilla en las noches para iluminar y hacer juego con el oscuro cielo, y los guardianes terrenales; los que bajaban a convivir con los humanos y debían cumplir la misión de proteger a su designado a toda costa, sin importar lo que debía hacer, claro esta que siempre con la guía de su maestro o si tenía suerte con la colaboración de los altos mandos, dependiendo del caso.
La mayor alegría de los que son guardianes en el firmamento, es poder bajar a la tierra y andar entre los humanos. Conocer ese mundo que siempre ven desde lo alto, escuchar de cerca las personas que los miran desde la superficie y los alagan por el esplendido brillo que tienen, hablar con ellos y escuchar sus historias de como y porque les ponen nombres; unas veces de seres humanos y otras veces palabras enredadas con significados entendidos solo por humanos.
Sin embargo hay un par de reglas que el guardián debe seguir, de lo contrario, del mismo modo en que se le confió el cuidado de los seres humanos, se le puede quitar ese privilegió, nunca más volverá a la tierra y si la ofensa hacía Jay o el ser supremo es demasiado grave, llegaría hasta el punto de no volver a brillar y podría ser enviado a la profunda oscuridad donde se hablan de torturas y voces escalofriantes. Todo esto se le cuenta a los principiantes y solo se conoce de un par de estrellas que ofendieron a ese ser supremo. Algunos dicen que aquellos guardianes se olvidaron de la misión que se les impartió, pusieron en riesgo la vida del ser humano, y a su vez desearon quedarse en la tierra por encima de las ordenes de Jay.
El ser humano no alcanza a imaginar que tan bello era el lugar donde habitaban los guardianes. Allí no se tenía conocimiento del tiempo, de los días, meses o años. La edad por ejemplo se medía por la cantidad de luz que irradiaban, entre más intensa fuera, más edad tenía. Vivían en armonía, el respeto y la jerarquía se usaban en un buen concepto, eran iguales pero entendían que habían superiores y que estaban en ese lugar por su experiencia y sabiduría.
Podré compartir la historia de uno de los tanto humanos que hay en la tierra, es de las que más me gusta hablarle a mis discípulos, es como una lección completa para ellos.
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