Hoja 70.
La voz del narrador...
El tiempo puede ir tan lento o tan rápido según como lo percibamos. Para los siete hombresitos, el tiempo fue eterno, no sabían si lo lograrían, no sabía si dormir solo tres horas al día por estar ensayando era suficiente, no sabían si el estricto horario les ayudaría a llegar a su sueño, no sabían una fecha, no sabían si sus fuerzas alcanzarían para esperar; resistir, aguantar. Pero luego algo cambio, los apartaron de los aprendices, los reunieron en un solo cuarto, tres camarotes en una habitación; fácilmente pasaban por encima del otro para llegar a sus camas. Llegaron grabaciones o pruebas de sonido que parecían más simulaciones que una realidad, sesiones fotográficas y finalmente una grabación; era su canción debut.
¿Era verdad? Se preguntaban a si mismos en las noches viendo el techo de la habitación, sumidos en sus pensamientos vagos, tristes, inseguros.
Todo parecía falso, una mentira. Se movían por inercia, no creían que finalmente estaban a puertas de cumplir uno de su larga lista de sueños; porque subir al escenario era el primer paso para alcanzar el objetivo principal, ser reconocidos por su talento, ser aceptados por su música, ser escuchados, ser queridos, ser admirados, pero por sobre todo ser amados por lo que son y no por lo que se ve de ellos.
Querían marcar la diferencia, querían ser grandes a su manera, comprendían que se enfrentaban a un gran monstruo; ellos no tenían la experiencia, no tenían los medios, no tenían un apoyo adicional, eran ellos contra el mundo. Claro que existía alguien que desde lejos, desde la parte trasera, les empujaba a avanzar, les daba consuelo con sus palabras.
A puertas de su tan esperado debut frente a las cámaras y sobre un escenario, su aislamiento fue más severo, por lo que el uso de computadoras o celulares era casi imposible por más de media hora.
Durante esos últimos días, Jackson consiguió llevarse a Lizzy de paseo por una semana. Es una promesa que se debían, siendo este el último de los grandes amigos, ella no se negó cuando recibió la invitación. Fueron a Jejjeu, después a Gangnam, visitaron el palacio de Gyeongbokgung Lizzy había ido dos veces con sus padres y en el recorrido por los hermosos jardines recolecto los recuerdos de esas visitas, su madre con traje tradicional y una bella rosa adornado su cabello, su padre cubriendo a sus dos chicas para que nadie las tocara o las mirara con malicia; muy buenos recuerdos.
Su última parada era donde pasarían los últimos dos días del paseo, regresarían un día antes del debut de los muchachos, a Jackson no le molesto la idea, pues fue la condición para tenerla consigo una semana, valía la pena aceptar. Llegaron a la casa de los Wang, aquel paraíso que Lizzy no pudo disfrutar en su totalidad cuando fue con Taehyung. Veía los colores mucho más vivos que esa vez, el aire más fresco, todo parecía diferente para ella, las sensaciones, los aromas, se decía a si misma que el mundo era maravilloso gracias a que estaba al final de su vida terrenal.
—Lo tenías bien planeado galán—. Ella le da un toquesito en el mentón.
—Bueno soy el gran Jackson Wang, no podía ser menos—. Apaga el auto, baja primero y corre a abrirle la puerta. —Señorita—.Extiende la mano haciéndola sonreír.
—Es usted muy amable joven—.
Lizzy mira la enorme casa, es un buen lugar para despedirse de su amigo, de su confidente y compañero de locuras. Sus visiones le han dejado en claro que faltan horas para que regrese, espera que sea suficiente para ver a los muchachos y tener una despedida informal, sin muchos protocolos.
Dentro de la casa tres personas los reciben con el mayor de los gustos, tienen las habitaciones listas, un gran banquete, música de ambiente, flores por toda la casa. Lizzy se siente como en casa, no se siente una extraña, abraza a las tres personas que la ayudaron antes de las que nunca se olvidara. Jackson la deja subir primero a la habitación y pactan versen para el almuerzo en el jardín trasero de la casa.
La habitación de Lizzy tiene la mejor vista a la playa y el mar azul, lo primero que hace es correr la puerta para que el aire entre e inunde de frescura la alcoba. El sol radiante da en su rostro iluminándolo, definitivamente es un buen lugar, pero de inmediato la sensación de calidez y tranquilidad es interrumpida cuando en sus pensamientos aparece la imagen de los siete hombresitos.
—Me gustaría tener más tiempo para venir con todos—. Susurra al viento.
Sacude su cabeza mandando lejos los oscuros pensamientos, necesita darle ese tiempo a Jackson, debe saldar sus deudas, debe irse sin muchos pendientes. Su sonrisa vuelve a aparecer y respira profundamente llenándose con el aire fresco del día. Desempaca relativamente rápido, no llevaba mucha ropa, ni mucho peso, escogió un atuendo acorde para el almuerzo y el clima y paso al baño para ducharse, el calor comenzaba a afectarla, su cuerpo ya no tiene la misma resistencia de antes.
Dos horas más tarde la mesa del jardín trasero esta adornada con bellas flores, girasoles, jazmines, lirios, adornos florales colgaban de una manta lechosa que simulaba un techo en tela. Lizzy llevaba un vestido blanco de amarrar en la espalda en forma de equis, en su cabeza llevaba un listón de flores blancas y castañas un regalo de Jin hace un par de meses. Cerca a la mesa un galán y apuesto hombre la esperaba, vestía camisa blanca con bordados de flores silvestres, un pantalón de tela negro y unas sandalias de cuero; muy acorde con el lugar.
Recibió a su compañera llevándola de la mano hasta su asiento, en sus sueños más locos había imaginado una cita así con ella, la quería mucho, tanto que el simple hecho de tenerla lejos le dolía. Jackson entendía que no iba a conseguir el corazón de Lizzy, años a su lado lo habían demostrado, sin embargo, se daría el lujo de pensar por primera vez que sería posible. Corre el asiento, la ayuda a tomar el lugar y luego va a su puesto. Ella como él sonríen abiertamente en saludo.
—Es muy hermoso—. Comenta Lizzy viendo el adorno entre las telas.
—Lo vi en una película, creo que quedo mejor de lo que se veía en la escena—.
—No sabía que el gran Jackson Wang veía películas románticas—. Dice ella alzando una ceja juguetona.
Jackson se sonroja y frunce el ceño pretendiendo estar ofendido.
—Nunca dije que era una película romántica—.
—No imagino una película de acción o de terror con este tipo de escenario—. Lizzy se esta divirtiendo con su amigo como de costumbre, es la parte encantadora de su amistad.
—Pueden existir—. Jackson carraspea pareciendo estar molesto.
—Desearía ver una—.
La comida va llegando y es el campanazo que salvo la dignidad e imagen de macho alfa de Jackson. Lizzy lo dejaría pasar por esta vez, no perdería el tiempo de esa manera. Sobre la mesa queda expuesto una enorme chuleta de cerdo con bbq, alrededor diferentes aderezos, arroz blanco, trozos de carne con ajonjolí y pimentón. Para acompañar jugo de naranja recién exprimidas y vino de uva. Todo un banquete para dos personas.
Durante el almuerzo estuvieron recordando el pasado, cuando se vieron la primer vez, el segundo encuentro, cuando se dieron cuenta que asistían a la misma Universidad, la primera salida de helado que termino con un Jackson perseguido por la calle principal por un grupo de admiradoras, la visita a la casa de los Wang; la señora Wang veía a Lizzy como su futura nuera, aclarar el mal entendido fue una odisea. Tenían muchos recuerdos juntos, unos buenos, otros no tan buenos y otros maravillosos, todos hacían parte de su relación amistosa; una que nunca pudo trascender a algo más. Lizzy pensaba que pudo haberle dado la oportunidad a Jackson, nadie más podría cuidar de su corazón como él, eso era seguro. El sentimiento entre los dos se hubiera intensificado, lo que causaría una herida más grande al despedirsen. Llevándola a sentirse mejor por no haber dado ese paso.
Más tarde, después de comer, Jackson la convence de caminar por los alrededores de la playa, en sus vagos recuerdos de niño, hay un lugar cercano lleno naturaleza, es como un trozo de tierra parecido a una isla perdida. Lizzy ve la ilusión en los ojos aventureros de su amigo y acepta pesé a estar cansada. Van caminando mientras siguen hablando de lo que ha pasado en sus vidas. Su amigo trae el recuerdo de cuando ella conoció a los muchachos, le reclama abiertamente por el cambio que tuvo hacía él y lo confundido que ha estado por la forma tan cercana en la que ella los trato desde el principio. Ella le respondía que había una conexión única e inexplicable entre los ocho, que aunque estuviera celoso por eso, ella no podía hacer nada para apartarse.
Diez minutos de caminatas los llevo a lo que podría verse como un cuadro de pintura antigua, de esos que se cuelgan en las salas como adorno central. Una hilera de palmeras en enredadera, varios troncos no tan altos formando un arco, la arena blanca frente a un mar azul celeste, algunos árboles gigantes que tienen ramas tan largas y han crecido hacía el suelo, pues sus hojas tienden a tocar la arena.
—¿Esto es real?—. Lizzy frota sus ojos.
Jackson sonríe satisfecho por la reacción de ella, infla el pecho como palomo y la toma de la mano.
—Totalmente. Sabía que estaba por aquí y no ha cambiado mucho—.
Trepan por los troncos que forman un arco y se sienten en el centro creando estabilidad en la estructura, el sol es amable con los dos y no calienta con fuerza, a duras penas se siente la calidez de su luz. En el horizonte a lo lejos el cielo se mezcla con el mar pareciendo un solo cielo, deslumbrando la vista de Lizzy, aún le faltaban maravillas por ver en la tierra, eso lo hizo sentir nostalgia.
Se gira repentinamente y golpea con fuerza el brazo de Jackson.
—¡Auch! ¿Que?—.
—¿Porque no me trajiste antes?—. Reclama entre risas mientras él se soba el brazo.
—¿Que?—. Arquea un ceja. —La culpa es tuya. ¿Sabes cuanto llevo planeado este viaje? ¿Quien era la que siempre se negaba?—. Siente el ardor en el brazo, la inofensiva palmada había sentido su piel.
—Si me hubieras dicho que había un paisaje así, no me hubiera resistido tanto—. Lizzy cruza sus brazos y levanta el mentón viéndolo de reojo sin dejar de sonreír.
—Dejaría de ser sorpresa. Quería que vinieras cuando estuvieras lista—. La codea y pasa su brazo por el cuello de ella acercándola. —Tranquila, puedo traerte las veces que quieras—.
Ese era el punto, no habría más veces, ni siquiera una segunda oportunidad. Lizzy suelta sus brazos, siente como su corazón se acelera y fuerza a su cuerpo para que se tranquilice. Curva una sonrisa y arruga la nariz.
—¿Es una promesa?—. Levanta su meñique.
—Es una promesa—. Cierran la promesa.
Se quedan en silencio unos minutos para admirar lo que esta enfrente, la tranquilidad de un mar pacifico, el sonido del viento que danza entre las ramas, las aves que se refugian en la copa de los árboles y llaman otras aves. Sin lugar a duda algo memorable, para nunca olvidar.
De nuevo la imagen de los muchachos la acecha, le hubiese encantado tener una foto de los siete jugando en el mar o correteando por la playa, pensar en eso llenaba de lágrimas sus ojos y hacía un nudo en su garganta. Ellos estaban a pocos días de cumplir parte de su sueño, podía dar por cumplida su misión, ahora les tocaba a ellos continuar el camino con lo que habían aprendido.
Sin querer, Lizzy suspira por sus pensamientos. Jackson acerca su rostro a ella y ve sus ojos cristalizados. La toma del mentón haciendo que alce el rostro, la sonrisa sigue ahí.
—¿Estás tan conmovida que quieres llorar?—.
—Es arena tonto, arena—. Suelta ella sonriendo.
Sonríen y suspiran al tiempo, es un buen día, todo parece perfecto para los dos. Será otro hermoso recuerdo que ira al álbum de memorias.
—Jackson, juguemos algo—.
Aparta el brazo de ella y se da la vuelta para verla de frente.
—¿A que quieres jugar?—.
—Cinco preguntas—.
—Bien, hace mucho no jugamos—.
El juego de la cinco preguntas para ambos era como un ritual, lo usaban como tapadera para sacar a flote secretos, para buscar respuestas o para aclarar mal entendidos, de una forma creativa, usando el juego como excusa.
Como de costumbre, Lizzy es la primera en preguntar.
—¿Que sentiste cuando estuve en el hospital?—. Esa pregunta ya se las había hecho a los muchachos, faltaba él.
Jackson se tensa un poco, esa parte de sus recuerdos no es muy agradable.
—Sentía impotencia, jamás en mi existencia me he sentido tan inútil—. Suena muy sincero, quizás era algo que le quería decir hace tiempo.
—Tu turno—.
—Esta bien... ¿Nunca me has visto como algo más que tu amigo?—.
Lizzy sonríe dulcemente, sabe lo importante que es la pregunta para él.
—Sí. Pero hay razones que me impiden acercarme y que no tendrán una explicación lógica—. Él esperaba una respuesta de ese estilo, era ella, era su personalidad y aunque le disgustaba, admitía que era lo que más le gustaba.
—Muy al estilo de Lizzy—. Su sonrisa esta mezclada con resignación.
—Mmmm... ¿Porque no te alejas de mi?—.
La pregunta regresa a Jackson al estado de seriedad.
—Solo porque sí. Llámalo como quieras, solo sé que me es difícil tenerte lejos—.
—Eres un mimado—. Le da un toque en el hombro pareciendo algo gracioso pero él no lo siente así, esta respondiendo con sinceridad y desde el fondo de su corazón.
—Voy. ¿Me permitirás estar a tu lado por siempre?—. La seriedad en la pregunta había subido un nivel.
Lizzy es sorprendida, ha sido tomada desprevenida. Aunque lo quisiera, no sería posible, pero ¿arruinaría el bello momento dando explicaciones imposibles de creer?
—Claro que no—. Responde directamente. —Necesitare mi espacio. Además, el futuro es incierto Jackson, puede que nos separemos en algún punto—.
Él alza las manos en son de paz. —Al menos lo intente—.
—Sigo—. Respira profundo para la siguiente pregunta. —¿Vas a dejarme ir cuando llegue el momento?—.
Jackson reacciona de inmediato negando con la cabeza, su ceño se endurece y parece que tensa la mandíbula.
—No lo había dicho antes, pero detesto que siempre tengas la palabra "despedida" en la boca. No vamos a separarnos, aun tienes muchas deudas conmigo—.
—Jackson...—. Le toma la mano. —Debes hacerlo, cuando llegue el día debes dejarme ir. No es como si no pudieras vivir solo—.
Él aprovecha y la jala a su pecho para abrazarla con fuerza, desea trasmitir sus sentimientos aunque sea con un abrazo.
—No tienes idea—. Le dice al oído. —Deja de despedirte—.
—Tarde o temprano sucederá, Jackson—.
Jackson la aparta, salta del tronco y la mira molesto.
—Fin del juego—. Pone sus manos dentro de su pantalón y camina a la orilla del mar.
Lizzy no puede hacer nada, se queda viéndole, suspira un par de veces, su terco amigo no podrá aceptar la realidad y eso la hace sentir triste; Jackson sufrirá más que cualquiera su partida y es algo inevitable.
***
La voz de Lizzy...
Haeundae, Busan, el lugar donde mis padres se conocieron. Vine aquí una vez cuando tenía ocho años, contaron cientos de veces la historia. Mamá estaba caminando sola en la playa, papá perseguía un cangrejo para el almuerzo y un choque de película los junto; claro que mamá primero lo insulto y lo ignoro antes de aceptarlo, pero la historia es más o menos así.
—Disculpe—. Me acerco a un grupo de jóvenes que van en dirección contraria a la playa. —Los ramales de la playa ¿aún existen?—.
Primero me ven como una mujer loca, después uno de ellos asiente y apunta hacía el sur de la playa.
—Es en esa dirección—.
—Gracias—.
Mi visión es cada vez más borrosa, no se como he llegado sin perderme o tropezar con algo. Desde esta mañana es así, también he sentido con mas intensidad la debilidad de mi cuerpo; por eso decidí venir aquí. No necesito muchas explicaciones para saber de que se trata este malestar.
Parece que es todo el tiempo extra que pude conseguir, lo único que me molesta es no estar en donde realmente quisiera estar, con ellos. Están a minutos de salir al escenario y no podré verlos. Mi cuerpo se tambalea y me detengo para tomar aire, quiero llegar a esos ramales donde papá se le declaro a mamá; así me sentiré como en casa.
Saco del bolsillo de mi chaqueta un pequeño espejo, mi rostro se ve más pálido, casi es transparente. Lo mejor que pude hacer fue no asistir al Mcountdown; si ven este rostro pálido se preocuparan y olvidaran lo que están haciendo. Seguro Jungkook baja del escenario preocupado, Yoongi gritara por una camilla, Nam Joon y Jin estarán para darme soporte sobre sus cuerpos, V traerá un poco de agua, Jhope correrá junto con Jimin para traer la camilla ellos mismo; en eso quedaría su tan esperado día. Regreso el espejo al bolsillo, me falta un poco para llegar.
Finalmente puedo ver ramales que hacen parte de un conjunto de árboles antiguos, el sitio es diferente al resto de la playa parece más salvaje. Con mis pocas fuerzas logro sentarme en medio de los ramales, la vista al mar es una cosa de locos, es tan cristalina el agua, que parece el cielo en la tierra.
Esperaba un final más alentador, un tanto menos dramático que este. Aislada, sola, frente a un hermoso mar cristalino, cambiaría eso por un poco más de tiempo, suficiente para verlos, felicitarlos, hablar de lo bien que lo hicieron, consolar a los llorones, estar en más presentaciones... Oh, las lágrimas, por favor no vengan, no ahora, no quiero sentir esto. Debía ser distinto, lo imaginaba de otra forma, quería irme sin tener esta sensación de dolor.
Siento el vibrar de mi celular, mis manos no responden como debieran, mi cuerpo esta débil; demasiado débil. Tomo la llamada, alcance a ver solo la inicial de quien llamaba, parece que Jackson encontró mi regalo.
—Hola—.
—¿Dime que diablos es todo esto?—. Por su tono de voz, encontró la caja con recuerdos que deje intencionalmente en su auto mientras estuvimos de viaje.
—Es tiempo de la despedida Jackson—. Necesito hacer esto sin que se me escuche la voz quebrada. Trago saliva para aclarar la voz. —Vamos a separarnos—.
—¿Donde estás?—. Demanda. Quisiera decirle pero es mejor de esta forma.
—Mantente saludable, deja de ser tan terco con tus padres; ellos buscan que tengas un mejor futuro—.
—¿En donde estás?—. Sus dientes rechinan, esta muy enfadado. No quería causarle ningún dolor.
—Aléjate de los grupos de aficionadas, un día saldrás lastimado por tanto amor postizo, hay mucho más que el gimnasio, pon tu atención a tu alrededor te estas perdiendo de grandes oportunidades—.
—¡¡¿EN DONDE DEMONIOS ESTÁS?!!—.
Del susto me percate que hablaba llorando y eso lo a exasperado. Lo siento Jackson, no pude ser la persona que querías, siempre le huí a este sentimiento de culpa, por eso no buscaba el refugio de nadie; pero mágicamente apareciste con tus grandes y fornidos brazos para cuidarme, me quedo grande negarme a tu calor y tu apoyo. Siento mucho ser yo la persona que se robo y lastimo tu corazón, siento todo el dolor por el que estás pasando.
—Dime por favor... Necesito verte...—. De la rabia paso a la frustración, su hilo de voz es tan dulce y doloroso de escuchar.
—Con el tiempo mi recuerdo desaparecerá de tu memoria, llegara el día en que no recuerdes las líneas de mi rostro. Continua tu camino, Jackson... Gracias por aparecer en mi vida, no creo haber soportado tanto sin haberte tenido al lado...—.
—No sigas... Dices todo eso mientras me estás lastimando. ¿Desaparecer? ¡Pamplinas! Ven y dame la cara—.
—Déjame ir sin deberte nada...—. No puedo soportar las lágrimas, me duele el pecho y mi debilidad esta en aumento. —Adiós Jackson...—.
—¡No, esper...—.
Soy el peor ser sobre la faz de la tierra, alguien como Jackson no merece lo que le esta pasando, a pesar de su rudeza es tan blando como la mantequilla al fuego, se que con su carisma llegara a donde quiera; el tiempo le ayudara a sobre llevar la vida y entenderá de una u otra forma, que nuestros destinos no estaban unidos al final.
Reúno fuerzas cuando siento el vibrar del celular, si la despedida con Jackson fue dura, esta será la peor de todas, porque luego de pensarlo, lo mejor será no decirles nada. Se preocuparan y arruinaran todo, saldrán como niños preocupados por no encontrar a su madre, se olvidarán del resto del mundo.
Respiro profundo, aclaro mi voz y limpio mi rostro. No ha pasado nada, esa es la impresión que debo dar.
—Hola, Jin—.
—¡Lizzy! ¿Donde estás?—. Escucho varias voces detrás de la llamada, hay bastante movimiento.
—Atorada en el trafico—.
—¿Es Lizzy? ¡Lizzy!—. Jhope esta cerca.
—Espera pongo el altavoz—. Maniobra con el móvil y luego el sonido es más claro. —Ya está habla—.
—Hola chicos—.
—¡Lizzy! ...¿Vas a venir? ¿Estás llegando?... Donde no te vea te odiare—. Esos son V, Jungkook, Jimin y Yoongi.
—Déjenla hablar. ¿Te falta mucho?—. Nam.
—El trafico esta pesado—. Comento despacio.
—¿Estás bien?—. No se porque, pero Yoongi se ha vuelto muy perceptivo.
—Sí. Más bien díganme ¿como se sienten?—.
—Muchos nervios, quiero vomitar—. Dice Jhope entre risas nerviosas.
—Es natural. Pero hoy es su día, deben darlo todo en ese escenario. Recuerden la primera impresión es la que cuenta. Van a conquistar muchos corazones—.
—¿Como el tuyo?—. Dice Jungkook.
—...Sí, como el mio—. Intento no llorar.
—Queremos verte en primera fila—. Dice Jimin con ternura.
—No sé si pueda estar al frente... Chicos, quiero decirles algo—.
—¿Son cursiladas?—. Por esta vez no comentare, Yoongi.
—Aún si no estoy frente a ustedes, siempre los voy a acompañar. Estoy muy orgullosa de ver como han superado los miedos y frustraciones que los agobiaba en el pasado. No olviden que si están juntos son más fuertes y no intenten moverse por si mismos...—.
—¿De verdad estas bien?—. Ahora es Nam Joon quien pregunta.
—Solo quería agregar más drama al asunto—. Digo rápido para aligerar la atmósfera.
—Eres muy especial para nosotros Lizzy, en parte esperamos este día para mostrarte lo que hemos logrado. Te estaremos esperando—. No por nada mi amigo es el líder del grupo.
—Bien, que tal un poco de ánimo—.
—Sí. Hagamoslo juntos—. Dice V.
—BANGTAN BANGTAN...—. Inicia el líder.
—BANG BANGTAN—. Terminamos todos.
—Muchachos deben pasar a prepararse—. Dice una voz tras de ellos.
—Nos tenemos que ir. Te vemos al rato—. Dice Jin emocionado.
—Esta bien. Cuidensen, BTS Fighting—.
—¡FIGHTING!—. Responden y cuelgan.
Finalmente mi vista queda nublada, debería asustarme pero mi tristeza es más grande que esto. Quiero verlos, quiero gritar para ellos, quiero apoyarlos siempre, quiero estar ahí para confortarlos, para darles ánimo, para decirles que esta bien equivocarse y que es de humanos cometer errores. Que no están solos, que podemos caminar juntos, que sin importar que siempre tendrán a alguien de su lado y que se sentirán grandes.
Es tan doloroso partir así, me odiaran, es seguro. En la caja que deje para Jackson hay algo para ellos, estoy segura que se los hará llegar. Entenderé que miren al cielo con rabia y reclamen el porque tuvo que ser así, insultaran cada recuerdo pero el tiempo se encargara de curarlos; porque así es esto, nada es eterno, ni siquiera la felicidad ni la tristeza.
Me dejo caer en la arena blanca, no puedo ver nada, solo siento el viento pasar sobre mí. A lo lejos escucho murmullos, voces que se van acercando, siento haberlas escuchado antes. Veo un destello, las voces corean algo... BTS...BTS... BTS. Ahora entiendo de que se trataba esa visión, eran ellos, llegaran tan lejos que se volverán inalcanzables, pero su nobleza los hará respetables y su talento admirables. No hay nada que temer.
Solo espero poder ser capaz de iluminarles la noche y escucharlos de vez en cuando cantando al cielo, que me recuerden con una bella sonrisa y que lleguen hasta donde sus corazones se los permitan.
Quizás en un futuro pueda volver y darles las gracias porque también aprendí de ellos, quizás tenga la oportunidad de verlos frente a frente y decirles. Bien hecho. No pude decirlo pero...
—Fue un gusto compartir con ustedes... Feliz viaje a la cima BTS—.
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Sayonara Lizzy, siempre estarás en mis recuerdos.
Bien eso es todo. No tengo mucho por decir, la verdad todo este tiempo con tantas dificultades para actualizar, doy por terminada la historia.
Se vienen grandes cosas y nuevas historias.
Por ser fieles a B.E les daré un especial. ¿Que? ¿Creían que era todo? Recuerden que amo el drama.
Den clic en siguiente y traigan mas pañuelos.
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