Hoja 7.
La voz de Jungkook
No se ni como empezar, nunca fui bueno para expresar mis verdaderos sentimientos, soy un tanto timido y me cuesta aceptar que falle en algo.
Contare un par de cosas y eso sera suficiente. En algún punto tuve una familia, al principio era mi mamá; mi papá y yo, no teníamos grandes lujos pero yo solía pensar que si estábamos juntos no había necesidad de riquezas materiales, — que ingenuo —.
Papá trabajaba como corredor de bolsa, nunca entendí exactamente que hacia, mamá dijo una vez que ayuda a crecer el dinero de otras personas, me parecía que se trataba de un buen trabajo; su único problema era que le gustaba beber y dejaba la mitad de su sueldo en un bar. Llegaba a la casa a molestar a mamá y termine muchas veces llorando con ella. Sin embargo tuvo sus tiempos de hombre ejemplar, cuidaba mucho de nosotros, le gustaba cargarme en los hombros y llevarme a donde él iba, tengo muchos de esos buenos recuerdos conmigo.
Mi mamá trabajaba en una biblioteca. Todos los días, después de clases, iba a verla para que me contara alguna gran historia de los libros que ella cuidaba, una vez me contó sobre un duende que robaba los libros, me hacia gracia verla personificando a la criatura de fantasía. Ella siempre tenia una bella sonrisa para todo, los vecinos la querían mucho porque era amable y muy dedicada con las cosas. Tenia ese trabajo de medio tiempo por que decía que el resto del día era para su familia que era lo mas importante.
A pesar de que papá tenia comportamientos extraños, me gustaba los momentos que habían para los tres. Me hacia pensar que era la persona mas afortunada de la tierra, el niño mas feliz de todos.
Cierto día, escuche discutir a mis padres. Yo regresaba de la escuela traía en mis manos una calificación excelente que había obtenido por buen estudiante, quería dársela a mis padres para que estuvieran orgullosos. Papá alzaba mucho la voz; yo no entendía lo que pasaba, ni tampoco tenia la fuerza para abrir la puerta y entrar. Terminaron durmiendo separados y a duras penas se dieron las buenas noches.
Al día siguiente mamá me llevo a que comiéramos helado, en mi inocencia brinque de la felicidad, ellos discutían a veces; no tenia porque armar escándalo. Estando sentados en el parque con helados de chicle y chispas. Mi mamá me abrazo con amor, — aun siento la calidez de sus brazos —, fue algo espontáneo así que me quede quieto esperando que me mirara para ver su bello rostro sonriente.
— Mi hijo, mi hermoso hijo. Estoy tan feliz de verte crecer cada día —. Acariciaba mi cabeza y sonreía.
— Porque eres bella es que yo lo soy. Mis amigos sienten envidia de mi por ti —. Era cierto, hasta me molestaban y algunos decían que yo era bebe, pero lo era tenia siete años.
—Jungkook-Ah, escucha lo que mamá te va a decir. En pocos días vendrá alguien a vivir con nosotros ... No sé, no se como decírtelo, ese niño que vendrá es tu hermano mayor —.
—¿Estas esperando un bebe? —. Le toque el vientre. Muchas veces le dije a ella que quería un hermano o una hermana y que quería sentirlo en la barriga de ella para hablarle.
Mi mamá me miro y río, me tomo de las manos y las acariciaba.
—No. Mamá ya tuvo a ese bebe tres años antes de que tu nacieras. Trate de estar con él, pero su padre me lo impidió. Hace poco ese hombre fallecio y ahora puedo estar mas tiempo a su lado ... —. Le salian lágrimas de dolor. — Perdoname hijo. Mamá esta un poco sensible —.
— ¿Lo has visto? —. Era inevitable que me sintiera triste viendalo acongojada.
— Si. Salimos un par de veces y es muy agradable convivir a su lado —. Saco el pañuelo y removió las lágrimas. —Jungkook-Ah, quiero que me ayudes a que se sienta bien estando con nosotros. ¿Que dices?
La idea me gustaba mucho, iba a tener un hermano mayor, alguien con quien jugar y molestar en las noches antes de dormir. Además veía la ilusión en los ojos de mi madre, no iba ser yo quien le destruyera sus ilusiones y sus deseos.
Asenti sonriendo y me lance a sus brazos.
Una semana mas tarde, me encontraba nervioso caminando de lado a lado en mi habitación, no hallaba un punto de estabilidad, la ansiedad me estaba matando. Mi madre había ido por mi hermano, estuvo llamandome desde que fue a regocerlo poniéndome más nervioso.
Escuche que me llamaban desde el primer piso, era mi mamá, mi papá y el que seria mi hermano. Baje casi de dos saltos las escaleras, estaba muy ansioso y nervioso quería ver a mi hermano mayor y jugar con él la mayor parte del tiempo posible. A pesar de estar ansioso, me quede quieto viendole mientras mamá lo presentaba; él vestía con un oberol azul oscuro, usaba lentes pero sin los cristales, estaba callado mirándome fijamente sin inmutar gesto o palabra alguna.
— Jungkook-ah —. Dijo mamá haciéndome señas para que me acercara.
Estire mi mano para saludar y él la recibió. Sonreí para darle confianza y hacerle saber que llevaba mucho tiempo esperándolo.
Bueno, de momento fue difícil que nos entendieramos, él tenia tres años de adelante y yo lo veía como si me llevara diez años. Su seriedad no era normal a su edad, así que me las ingenie para tener su atención y que se uniera a mis tonterías de niño pequeño.
Como el que persevera alcanza, a la vuelta de seis meses podía decir que tenia un hermano mayor. Salíamos al parque cuando mamá no podía, me cuidaba de los que querían lastimarme y siempre decía que estaría conmigo. Cuando papá peleaba con mamá él corría a buscarme para consolarme mientras él lloraba quizás por la impotencia.
Cuando estábamos con mamá reíamos mucho por cualquier cosa, ella nos daba amor por igual y nunca menosprecio a alguno. Y cuando estábamos los cuatro nos veíamos como una familia muy feliz y amorosa. A papá le costo aceptar a mi hermano pero logro que fuera parte de su familia y de su corazón y eso me hacia la persona mas afortunada del planeta.
Me volví inseparable de mi hermano, un par de noches dormimos en la misma cama. Él me contaba historias que su abuelo le contaba antes de ir a dormir. No era muy bueno contandolas pero igual le prestaba atención. Apreciaba cada momento como hermanos y me gustaba hacerme a la idea de que siempre estaríamos al menos los tres juntos.
Un día de camino a la casa después de la escuela, vimos a mamá inconsciente en la sala. Me asuste mucho porque era la primera vez que la veía tan pálida y fría. Yo lloraba mientras mi hermano llamaba a emergencias se le veía asustado pero él era mas calmado para darme tranquilidad. No supe bien que paso, pero después de eso mi hermano me dijo que mamá estaba enferma y que debíamos cuidarla nosotros.
— Tienes que ser fuerte. No llores, ella estará bien. Yo estoy contigo —. Decía mientras limpiaba mis lágrimas.
Tener un hermano mayor fue el mejor de los regalos que mi madre pudo darme. Realmente no me sentía solo y me ayudo a sobrellevar la enfermedad de mamá.
La lucha con ella duro varios años y un día a mis trece años, me quede sin la persona mas importante, bella y especial para mi. Mi mamá no tuvo mas fuerzas para luchar y su corazón dejo de latir. Es una escena muy desgarradora cuando suspiro mientras mi hermano y yo la abrazábamos y llorábamos sin pena sobre su pecho.
Era muy joven en ese entonces y nunca contemple la idea de vivir sin mi madre y su sonrisa. Me sentía tan vacío, tan destruido que recuerdo los siguientes días como si fueran ayer. No salia de mi cuarto y se me cerro el apetito era como si el alma se hubiese ido con ella. Justo en ese momento apareció el hombro de mi hermano y la calidez de sus abrazos. Hoy en dia me pregunto si él encontraba consuelo mientras estaba conmigo, me da tristeza pensar en que tuvo que lidiar con todo solo y a una tierna edad.
La situación se fue complicando en la casa. Papá bebía todos los días y cada ves era mas agresivo, en muchas ocasiones descargaba todo su enojo y tristeza en mi hermano que acudía a defenderme. Yo que presenciaba los actos de salvajismo, no podía hacer nada si no llorar y suplicarle porque se detuviera.
A medida que pasaba el tiempo no se veía futuro alguno en mi hogar, de repente todo se había desmoronado y ya no eramos una familia feliz o posiblemente nunca me di cuenta de ello. Hay entendí que tenia que madurar y dejar de llorar, no lograba nada Apoyándome en mi hermano solo lo cargaba de mis debilidades y torpezas y no le era útil, sin embargo me di cuenta muy tarde de eso y para cuando logre recapacitar y asumir la realidad tal y como; era mi hermano se había marchado de la casa.
De eso, ya hace tres años. No lo juzgo por la decisión que tomo, nunca tuvo el apoyo de alguien y siempre tuvo que sufrir en silencio. De cierta manera entiendo lo que hizo y sus motivos para dejarme atrás.
Me quede con mi padre porque en sus ultimas palabras de aliento, mamá nos pidió que cuidaramos de él y mi hermano en su carta de despedida nombro esa parte, que aunque él no pudiera hacerlo me lo encargaba a mi. Claro que eso no cambio en nada la situación, mi padre hablaba de mi mamá y mi hermano y recibí muchos golpes por defenderlos. Aunque era mi padre llegue a crear resentimiento hacia él, en gran parte el que mi hermano se hubiera ido era por sus maltratos e inconsciencia. Si me hubieran puesto a elegir, preferiría que papá nos hubiera abandonado y no mi hermano, en ocasiones pensaba así pero luego me retractaba. Era mi padre y no podía cambiar ese pequeño detalle.
Me la pase mas tiempo en las calles que en la casa. Conocí el bajo mundo que todos quieren evitar. Quede atrapado en una banda delicuencial y después de estar una semana encerrado decidí salirme antes de que fuera tarde. Ya había entrado a las profundidades del vicio y de la perdición, perder a mi madre y a mi hermano fue un golpe muy fuerte del que no me pude recuperar del todo.
Trabaje en turnos de medio tiempo. Papá perdió el empleo y no había dinero para subsistir, así que debía asumir la obligación sin ninguna pena. Tenia varios trabajos porque así ganaba mas dinero y no tenia que estar mucho tiempo en la casa, escasamente para dormir.
Me molestaba llegar y verlo hay echado en el sillón con una botella en la mano, oloroso con el desorden a su alrededor. Arrastrado por su vicio se veía fatal y no provocaba mas que lástima por eso siempre le preparaba la comida y trataba de que probara bocado para que tuviera alientos de seguir bebiendo.
Pronto adopte ese estilo de vida. Mi realidad no era risas y juegos, había aceptado el echo de que nadie iba a venir a mi rescate ni a cuidarme. Debía ser yo, quien afrontara la realidad tal como era, cruda, cruel y despiadada. No tenia lágrimas para derramar ni fuerzas para quejarme.
Busque a mi hermano para hablar con el y pedirle perdón por lo tonto que había sido al no comprender su dolor. Estuve frente a él con el dolor y arrepentimiento que había acumulado desde que salio de la casa, pero él no se movía, su mirada era mas fría que la primera vez que nos vimos y me aparto de su camino, de aquel hermano amoroso y comprensivo no quedaba rastro. Me grito que no regresaría y que no quería volverme a ver.
Quise convencerlo y seguía visitándolo donde trabajaba, hasta que un día él se fue a otra parte y por un tiempo no supe nada mas de él. Unas veces llegaron sobres a su nombre con dinero y una carta con un par de lineas nada mas. Dejaba muy en claro que su ayuda era para cumplir la voluntad de mi madre; mas no porque nos consideraba su familia. Termine por rendirme a la idea de que un día regresaría, si yo fuera él; tal vez hubiera hecho lo mismo y eso me dejaba sin armas para reclamarle.
Comprendí muy a los golpes que nunca tuve una familia feliz, que el único que sonreía ingenuamente era yo, no solo mi hermano, mi madre tambien sufría internamente y fingía estar bien. Eso me hacia sentir mas miserable de lo que ya era, pero aceptaba que lo merecía. No podía hacer nada para remediarlo y tampoco tenia los ánimos para hacerlo. Termine por tomar el curso que me llevo a un lugar a un mas apartado y oscuro que me consumía cada día más y mas.
Mi nombre es Jeong Jungkook, tengo diecisiete años, vivo con mi padre que es alcohólico; trabajo caso todo el día y los días libres son para verme con mi combo de perdedores al asecho de que alguien este despistado y hacer dinero extra.
A estas alturas no me quedan esperanzas de recuperar mi familia y de sentir la calidez de un abrazo o una sonrisa ... Bueno, eso pensaba hasta que desperté en el apartamento de alguien mas. Había dejado de creer que alguien llegara a salvarme pero como caída del cielo la vi llegar asustada mientras buscaba la manera de llevarme consigo.
Parecía que aquella sensación de soledad y tristeza desaparecían con solo verla sonreír. La calidez de sus vendajes y de su preocupación volvían a calentar mi frío corazón aunque me es difícil de aceptar tan rápido. No quiero hacerme falsas ilusiones ni tampoco quiero tener expectativas de alguien, así no tendré porque sufrir en el futuro.
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Cada historia por personaje me costo crearla, (agradezco a sus MVs por el material).
Espero les guste y que apoyen el fanfic. Gracias por sus comentarios y votos que me ayudan a crecer. Besos panders
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