Previo: Arrancamos especial BE. ¡Ansiosos? 

Tendrá tres partes real realmente ¿impactantes? y las publicare todas de chorrada. 

Los quiero y que lo disfruten

PSDT: Compren pañuelos.

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La voz del narrador... 

Siete hombres jóvenes, rodean la cama de la habitación 502. Llegaron temprano, querían estar ahí la mayor parte del tiempo posible.

El procedimiento para desconectar a Lizzy se haría pasado las dos de la tarde. Los Wang llegarían al medio día. Desde el día anterior, Jackson no se ha reportado, pero saben que irá, no la dejara sola en un día tan importante.

Los siete corazones, suspiran pesados por la sensación que están sintiendo. Podría ser el final, si algo sale mal, en un par de días la estarían despidiendo tres metros bajo tierra. Sonaba cruel, pero sus mentes debían asimilar aquel trágico detalle de sus vidas. Rogaban porque no sucediera, habían usado la oración como su último recurso.

Este día, no solo podrían perder a alguien, la oportunidad que persiguieron por años, se les escapaba de las manos; estaban dispuestos a dimitir en la agencia y jamás volver a intentarlo. No, si ella no estaba para ellos.

El menor hace su ritual mañanero, le peina el cabello, las lágrimas le salen solas y no se preocupa por secar su rostro, se dará ese placer, no va a contenerse hoy. Jimin limpia sus pies y Taehyung sus manos y brazos. Ho Seok, acomoda y limpia el polvo de los muebles, Jin está en una silla con las piernas estiradas y sin ánimos. Yoongi apoyado en la ventana y Nam Joon en la pared junto al puesto de Jin.

Hace frió. El cielo se oscureció y anunciaba una tragedia. Faltaba poco para que lloviera y completara el panorama desalentador.

–Tendré mi grado en tres meses–. Soltó Jungkook pasando la peineta con sumo cuidado.

–Creí que nunca te graduarías–. Dijo Yoongi intentando ser duro.

El silencio se instaló en la habitación.

Parecía que nada rompería el hielo, tal vez ninguno quería hablar, estaban ensimismados. Hasta que el mayor recordó algo.

–Volví a hablar con mis padres–. La mención de "padres" hizo que todos vieran a Jin. Este se encogió hombros y miro a la cama. –Insistió que tenía que hacerlo–.

–¿Cómo te fue? –. Preguntó Nam Joon, en un tono preocupado. Conoce la historia de su amigo.

–Ellos saben lo que paso con mi hermano. Escuche lo arrepentidos que están. Las cosas en la familia van bien y puedo regresar siempre que quiera–. Jin quiere sonreír pero ver a Lizzy no se lo permite, está prohibido.

–Qué bueno. Podrás visitarlos en las fechas especiales–. Dice Jimin mirándolo por unos segundos y regresando a la limpieza.

–Lizzy...–. Jin ahoga su voz quebrada. Carraspea y continúa. –Ella me dijo que había llegado el momento para reunirme con mis padres... Tenía razón, mi corazón y el de mis padres había madurado mucho, lo suficiente para perdonarnos–.

–Lo volvió a hacer–. La voz rasposa de Jackson hace eco en la habitación y llame la atención de todos. Él esta recargado en el marco de la puerta, con las manos en los bolsillos de su jean negro con rotos en las rodillas. Ahí alejado de la cama, sus pies no quieren avanzar tanto.

–¿De que hablas? –. Pregunta Yoongi mirando por la ventana.

Jackson baja un poco la cabeza y sacude su fleco, suspira y luego levanta la mirada a la cama.

–Ella siempre ha sido así. Tiene extrañas formas de confundir a las personas, habla enredado y al final todo lo que dice se vuelve realidad. He pensado que tiene un don, sabe sobre el futuro–. Lo ha pensado meses después de conocerla, nunca ha entendido porque las palabras de Lizzy siempre son confusas y asertivas. Sentía un alivio que no fuera el único que hubiera experimentado esa sensación.

Los muchachos analizan las palabras de Jackson, ¿Qué tan cuerdo sonaba eso? ¿Lizzy predice el fututro? Sonaba realmente descabellado, pero ¿acaso no ha pasado una vez?

–El accidente de camino a Teukkson–. Comenta Jin en un susurro.

Aquel extraño suceso donde de la nada ella piso el freno y evitaron ser envestidos por un camión de carga. Nam Joon y Jin se miran, ellos estaban con ella cuando paso. Los demás los están viendo preguntándose de que hablaban, ¿Qué tenía que ver aquel accidente con lo que Jackson decía?

–Fue ella quien piso el freno–. Dice NamJoon ante las miradas interrogantes.

–¿Lizzy? –. Taehyung está más que asombrado, deja de limpiarle los dedos y la mira un poco.

–Sí. Fue de la nada. Dijo cosas que no entendí y de repente piso el freno. Luego paso el accidente–. Les explica Jin recordando a detalle aquel día.

–Puede ser coincidencia–. Dice Jimin mostrando inocencia.

–Posiblemente–. Jackson corta la atmosfera de misterio sobre Lizzy. No es el día, ni el momento para analizar lo que ha sido la vida de ella, los misterios y las incógnitas que la rodean; ella podría suspirar hoy por última vez.

Todos asienten y entiende lo que sucede. Nada sacan con ponerse a indagar o crearse preguntas en la cabeza, cuando la persona que puede responderles, no está consciente y no puede responder a ninguna de ellas. Es inútil.

Lizzy no se mueve. Su pecho sube y baja indicando que al menos respira. El ritmo cardiaco es normal, casi parece que solo está tomando una larga, larga, larga siesta. Algunos gastan tiempo creyendo que así es, que en cualquier momento despertara de aquel largo sueño y podré seguir siendo la Lizzy que todos quieren.

***

2:15 PM

Lizzy ha sido trasladada a una habitación más grande, tiene nuevos equipos listos para cualquier percance. Los médicos del hospital están ultimando detalles con los especialistas del extranjero.

La habitación tiene similitud a una sala de cirugía solo que más espaciosa. En el techo una capa de cristal, ahí están las personas que rezan con fe porque todo salga bien. Los dejaran ver cada paso que se hará para no tener problemas en el futuro, eso en caso de que las cosas no resulten de buena forma y deban dar un dictamen fatal.

El joven médico, es el último en unirse a los especialistas, él la recibió, él debe estar presente en el procedimiento. Tardo un poco en llegar a la sala porque estuvo en su oficina meditando sobre lo que pasaría. ¿Había hecho lo suficiente por ella? ¿Estaba seguro que no habían otras opciones? ¿Qué pasara si la chica muere?

No sería la primera vez que pierde un paciente, pero quizás, sea la primera vez que sienta encogido el corazón, que le pese el cuerpo y que se sienta un mal médico.

Algunas veces en su apartamento fantaseo con la voz de la chica, con su personalidad, con sus actitudes. Escuchaba por boca de los muchachos un par de historias divertidas y eso era motivo para querer ayudarla. Quería conocerle, escucharla y saber de ella por su propia boca. Con el paso del tiempo, aquella fantasía se desvaneció como una pintura en óleo al ser mojada. Le costaba aceptar aquella situación. Siempre pensó que si cerebro no se desconectaba era porque ella luchaba por mantenerse en ese mundo. Batallaba internamente con lo que fuera que la estaba alejando.

Se apartó de los médicos más veteranos y camina a la camilla donde ella estaba conectada a más cables. Pronto iban a quitárselos, solo iban a dejar el que va conectado a su ritmo cardiaco para conocer su estado. Suspiro al ver su rostro pálido y bello, sí la hubiera conocido antes, quizás se hubiera enamorado de ella. Tenía el cabello peinado por el menor de los chicos y eso la hacía ver más hermosa. Curvo una pequeña sonrisa para ella.

Saco la mano de su pantalón quirúrgico y la poso sobre la de ella. Estaba tan fría que el hielo paso por su mano hasta su brazo. Parecía que no se calentaba, era netamente un cuerpo vacío con un cerebro incansable. Era como si no tuviera alma, un cascaron. Sus dedos frotaron la piel helada y suave, los masajes que le hacían le mantenía la piel de seda. Sus ojos poco a poco se entrecerraban, y las lágrimas se amontonaban. No iba a llorar, solo estaba conmovido. Regreso la mano a su pantalón y miro a lo alto; las miradas de los familiares de la chica, le decían muchas cosas, entre ellas "Gracias por todo". Eso lo golpea y debe bajar la mirada y regresar con los veteranos.

¿Gracias? ¿De qué? Si ella está ahí, a punto de ser desconectada y quedar sin esperanzas.

2:30 PM

Ocho médicos especialistas rodean la camilla de Lizzy, no hay marcha atrás. Lo que tiene que pasar, pasara. Así es la vida, así es el mundo. No se puede alterar aquel orden, no se tiene el poder para hacerlo. Es lo que un médico tiene en mente cuando hace un procedimiento.

Los siete protegidos ven desde lo alto la camilla, ella no es consciente de lo que van a hacer, no se puede quejar o negarse. La decisión fue tomada por un grupo de extraños que no le conocieron ni siquiera la voz. Impotencia y resignación, no podían sentir más que eso. Estaban tomados de las manos y pasaban grueso. Unidos, tal vez, pudieran llamarla y hacerla regresar; sonaba infantil e iluso pero eso estaba mejor que aceptar la tragedia.

–Con los familiares como testigo, iniciamos el procedimiento para desconectar a la paciente en estado de coma. Su cerebro no ha muerto, con esto nos aseguraremos de que sea por voluntad propia y no por los equipos médicos–. La voz del veterano hace eco en la habitación. Se escucha a través de los parlantes instalados.

–Paciente Lee Lizzy, un mes en estado de coma, signos vitales estables, presión sanguínea estable. No esta anestesiada o bajo algún sedante–. El joven médico lee la tablilla de Lizzy.

El grupo de especialistas, levanta la vista a las personas que los ven. Respiran profundo y vuelven a ver la paciente.

–Que se haga la voluntad de los cielos–. Dice otro médico y los demás asienten.

–Comenzaremos desconectando los sistemas de los órganos vitales, dejando solo el cardiometro–.

El joven médico junto a una enfermera auxiliar, se acercan al cuerpo de Lizzy y van retirando uno por uno, nombrándolos para que los demás sepan que dispositivos eran. Ambos sudaban, no podían explicarse como ellos estaban acalorados mientras ella estaba tan helada.

Toda la cantidad de cables y el respirador fueron apartados, quedando solo el pitido de una máquina. Había llego el momento decisivo, viviría o moriría. El equipo de RCP estaba listo para las reanimaciones pero esperaban no tener que hacerlas, en el 90% de los casos es inútil hacer una reanimación en esas condiciones, el corazón simplemente deja de funcionar.

Arriba todos tomados de las manos, con los ojos aguados y apretando los dientes, quieren que abra los ojos, quieren que despierte. Debería hacerlo, les falta tanto por compartir, que parece injusto que todo termine de esa forma. Prometen aprovechar el tiempo, dejar de lado los malos entendidos, cuidarla y protegerla, igual como ella lo hizo.

Los siete chicos alzan sus plegarias al cielo y piden a su estrella –en caso de ser cierta la historia de Lizzy- que por favor le permita a ella quedarse más tiempo, que no están listos para despedirla, que por el contrario, tienen bastantes cosas por hacer y no quieren arrepentirse ni tener pendientes cuando lleguen a viejos.

Han pasado siete minutos, los más largos para todos los presentes, no hay reacción buena o mala, se ve de la misma forma. Con los labios secos, el rostro caído, inmóvil, inerte en una cama. El joven médico revisa los signos vitales, se ve normal, no sube ni baja. ¿Es bueno o es malo?

De repente, un pitido intermitente llama la atención de todos, sus corazones se agitan, sus respiraciones se aceleran. El pulso está bajando y la presión hace lo mismo.

Su cerebro piensa rendirse.

Corren hacía ella para hacer reanimación. Descubren su pecho rasgando la ropa del pijama. Inicia el conteo para hacer presión sobre su pecho y ayudar a que su corazón continúe bombeando sangre. En lo alto se escuchan los golpes en el cristal, los gritos son amortiguados pero se alcanzan a ver rostros entristecidos, desesperados, en vueltos en lágrimas.

–¡Despierta! –. Jackson golpea el cristal mientras ve como Lizzy dejo de luchar.

La señora Wang esta abrazada a su esposo dándole la espalda a la pequeña niña que está a punto de dejarla. Su esposo llora con ella en brazos y no puede reclamar nada. Era algo que podía pasar.

–¡Maldita sea Lizzy! –. Jungkook está acurrucado con las manos en la cabeza, se está yendo.

–¿Por qué no la ayudan? –. Yoongi en su desesperación no procesa lo que pasa y desea bajar donde esta ella.

Los demás están sobre el cristal, llorando y pidiendo entre sollozos que resista, que logre superarlo. Ella tiene mucha más fuerza de voluntad que ellos, ella logro salvarles, les dio esperanza, vida, les trajo una familia, amigos, bellos recuerdos; necesitaban regresarle todo eso, pero primero ella debía luchar para quedarse.

–Uno, dos, tres, cuatro, cinco... Vamos quédate con nosotros–. Pedía el médico mientras presionaba el pecho de Lizzy.

Cargan el desfibrilador a los 300j, preparan la máquina, deben hacerlo, el ritmo descendió y no se ve ninguna respuesta del RCP. Apartan los médicos y un veterano posiciona las dos cámaras a los costados de Lizzy da la orden y sueltan la descarga. Recargan y nuevamente descargan la energía en su cuerpo, ella se sacude, pero no hay signos.

Los segundos corren y los médicos hacen lo que está a su alcance para hacerla regresar. La línea en el monitor es cada vez más recta. Su mayor miedo está sucediendo, era algo que tenían previsto pero realmente deseaban que se mantuviera estable, que viviera.

Hacen una tercer y cuarta descarga... Ven hacia el monitor y la línea está completamente recta, no hay signos, no hay latido, ella simplemente se ha ido. Por más que rezaran, que suplicaran; fue todo lo que pudo resistir. Los médicos se miran entre ellos y escuchan a lo lejos los gritos y llantos, se apartan de la camilla, el joven médico sube la manta blanca cubriendo completamente a Lizzy. Finalmente la lágrima que estaba atorada en su parpado resbala lentamente por su mejilla.

–Hora de muerte...–. Intenta decir uno de los veteranos mirando a las personas que están en la parte alta.

–¿Qué?...¡NO! ¡NO...LIZZY! –. Jackson golpea con más fuerza el cristal, grita y llora.

Yoongi cae sobre sus piernas las lágrimas salen de sus ojos sin mucho esfuerzo, ella se ha ido y lo último que le dijo era que no la necesitaba en su vida, ¿podía ser más cruel la vida? Ni siquiera tuvo la oportunidad de disculparse, de darle las gracias por soportarlo, cuando ni él mismo puede con su genio.

Jungkook abrazado por Nam Joon grita y llora desconsolado, su hermano intenta darle fuerzas, pero que demonios, ni él mismo sabe consolarse. Le duele la vida, su persona favorita no estaba.

–¡VUELVE! –. Grita Taehyung golpeando el cristal y viendo el cuerpo de Lizzy cubierto por una tela blanca, no quiere que ese sea el final. No lo merece, ella no lo merece.

–¡Iré por ella! –. Grita Jackson, pero antes de que alcance la puerta, su padre lo detiene de ambos brazos y lo regresa de un empujón.

–¡Jackson reacciona! –.

–¡Sueltame, voy a ir por Lizzy! –.

–Hijo escucha–.

–¡NO! No quiero escuchar nada–. Jackson no puede hablar claro porque las lágrimas lo ahogan.

La señora Wang abraza a su hijo por la espalda, llora y se compadece del dolor de su pequeño, es duro lo que está pasando, pero debe aceptarlo, por su propio bien, debe aceptar la realidad.

–Hijo...–. Musita su madre.

Jackson se vuelve débil, escuchar la voz quebrada de su madre lo doblega. Cae de rodillas con los brazos en alto porque su padre le sostiene... Lizzy se ha ido, no estará más, no podrá escucharla o verla, molestarla, llevarla al fin del mundo o ir al fin del mundo por ella.

–Mamá... Ella... Lizzy...Se ha ido...–. Esas palabras hacen que su padre le suelte los brazos y caiga con él para abrazarlos a los dos.

Gritos, reclamos, desahucios, así está la planta alta, cargada de la mayor tristeza, la pérdida de un ser querido.

Nadie sabra que paso, porque paso, que pensaba ella, que quería realmente, porque se comportaba de la manera que lo hacía. Nadie sabrá que ella fue un guardián, una estrella en el firmamento, una luz que ayudaba a guiar a los viajeros cuando estaban perdidos.

Solo quienes la conocieron, podrán decir que una vez conocieron a Lee Lizzy.

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CofcofcofLAMATANcofcofcof

Recuerden la campaña no al maltrato y esas cosas...

LOS QUIERO 

CONTINUARA.....