Hoja 55.
–Tiene cuatro días a partir de hoy para aceptar; de lo contrario, desistiremos y le daremos la posibilidad a alguien más–.
–Muchas gracias–.
Yoongi guarda el celular dentro del jean negro con rotos en la rodilla. Cuando vio el registro en la pantalla de un número privado y su corazón en vez de agitarse y latir con desenfreno, se arrugo y se estremeció. Había llegado el día, finalmente tendría una oportunidad, había estado esperando por tanto tiempo, padeciendo, comiendo cada tercer día, rondando las calles. ¡Estaba aquí! Todo gracias a un ángel que se le atravesó en el camino, pero que no puede celebrar con él este gran triunfo; porque es un triunfo tener un cupo dentro de alguna agencia.
BIGHIT tomo la decisión de escoger a diez personas para volverlos trainee, los entrenara, los pulirá y solo unos cuantos tendrán el placer y el honor de subirse a un escenario. Han llamado uno por uno, quedando para los últimos, Yoongi y Jimin; ya solo faltaba una llamada. Nam Joon, solo dijo que fue llamado rápido, hará las cosas como dijo Lizzy, estando adentro los siete, les contara de que fue contratado desde antes.
El chico de cabello castaño alborotado, pasa las puertas del ascensor, llego al quinto piso, es de noche y hoy tiene guardia. Tuvo que hacer maromas para que su jefe le cuadrara los turnos y tener algunos días la guardia de noche, le es imposible dormirse, contrario al día que es cuando sus ojos pesan.
Dentro de la habitación 502, está un ángel profundamente dormido, descansando, como dicen todos. No se mueve, no se siente, no se escucha. Un aparato conectado a ella es lo único que les dice si vive o no. Toca la madera de la puerta y gira la perilla metálica, esta fría, tal como la persona que verá en la cama y que cuidara toda la noche; junto a un compañero de turno, que debe estar adentro. Ha llegado quince minutos tarde, pesé a que llego media hora antes, pero se quedó atorado en la entrada, pensando en si debía o no debía subir al quinto piso.
Nam Joon, gira a ver la puerta que se abre lentamente, ve la figura de Yoongi que inclina un poco la cabeza y él asiente para que pase y busque un lugar. Su turno de la noche para ese día, fue cambiado por su amigo en la gasolinera, una vez le contó lo que pasaba con Lizzy, el chico se escandalizo y dijo que podía cubrirlo las veces que fuera necesario.
Para los dos, no hay nada más tortuoso que entrar en esa habitación. Ver un cuerpo pálido, serio, seco, unos labios partidos que deben remojar con agua y un pañuelo. Unas manos frías. Es inútil pretender ser fuerte, la simple figura les dobla la fuerza de voluntad.
Yoongi encuentra un lugar al lado contrario donde esta Nam Joon, jala un asiento metálico y lo pone cerca para sentarse y tomar la toalla húmeda que está en la mesa; ayudara a que la piel de Lizzy no se reseque, debe pasar la toalla delicadamente como si estuviera limpiando una porcelana.
–Llegas tarde–. Dice Joon en un hilo de voz. Él limpia el otro lado, está llegando sobre el hombro.
–Tráfico–. Musita Yoongi pareciendo cansado.
–¿En la puerta del hospital? –. Los dos se dan una mirada y es Joon quien suspira suave y continua humectando la piel de Lizzy.
Lo vieron mientras cobardemente pensaba en regresar a su apartamento e invernar hasta morir de hambre. No le veía sentido a nada, trabajar no tenía sentido, ir a su apartamento no tenía sentido, comer, respirar, ni siquiera la llamada del millón tenía sentido. Toma aire por la nariz y abre la boca.
–Llamaron de la empresa, estoy adentro–.
Su compañero no está sorprendido, sabía que estaba adentro desde hace tiempo, reconoce su talento y lo ve como un rival para crecer como profesional, le respeta y le admira en silencio. Sin embargo, igual que con las otras llamadas, nadie celebra o alza las manos al cielo; falta una persona, falta ese rayito de esperanza que se les escapa con el paso del tiempo.
–¿Cuatro días? –.
–Sí, es el mismo plazo–. A todos les advirtieron de la misma forma.
Era impensable aceptar a la ligera la invitación. Estar adentro implica firmar un contrato de exclusividad, vivirían dentro, comerían dentro, aprenderían dentro de la empresa; quiere decir, nada de visitas, del mundo exterior y nada de Lizzy. Ninguno podría concentrarse en sus actividades sin saber nada de ella. Todos han pedido un plazo para aceptar.
Yoongi siente las manos de la chica entrometida, ¿Cuándo fueron tan frías? Nunca la tomo de la mano, pero si el sentimiento que ella le transmitía con las palabras era cálido, se suponía que su cuerpo también. Ajusto la toalla en su mano y apretó los dientes, casi rechinaban por si solos como si hablaran muy bajo para no ser entendidos.
–¿Qué han dicho los médicos? –.
La pregunta desestabiliza a Nam Joon, baja la crema hasta sus piernas y mira el rostro de Lizzy, una chica inmóvil, ¿A dónde se había ido esa sonrisa acogedora con la que fantaseo hace mucho tiempo? ¿Ella sería capaz de regresar a su lado y pronunciar su nombre? Le dolía cada respuesta a sus preguntas. Él había estado presente cuando se hizo la ronda de los especialistas, un trio de doctores miraban con ojos de desesperanza a Lizzy; no daban señas de buenas noticias.
–Los exámenes siguen sin arrojar algún factor causal–.Incluso a él le dolía decirlo. Nada de lo que hacían los médicos resolvía el enigma de una Lizzy en coma, era como si se hubiera desconectado del mundo.
Yoongi empuja hacia atrás su silla, tira la toalla sobre la mesa y va a la ventana, frustración e impotencia; es lo que está sintiendo.
–Un mes... vamos para un mes en esto... ¡Demonios! –. Suelta golpeando con un puño la parte baja de la ventana donde hay concreto.
–Yoongi, contrólate–. Pide Joon sin mirarlo.
El chico se aferra a lado y lado de la ventana en los barrotes de hierro blanco, estira los brazos y deja caer su cabeza en medio. Le duele, no le molesta, le duele verla así. ¿Por qué no despierta? ¿Por qué no viene a reclamarle lo mal que la hizo sentir? ¿Por qué no le da la oportunidad de disculparse? Tira de los barrotes hacia él y gira la vista por debajo de su brazo y la ve quieta, sin vida.
Suspira con fuerza y suelta la ventana, de nada le sirve perder el control de sus emociones, eso no hará que ella despierte y lo regañe; solo lo hace más débil y torpe. Muerde su labio inferior, mete las manos en los bolsillos y se mueve hacia la puerta.
–Voy por café–. Dice antes de cerrar la puerta y dejar a su compañero.
Nam Joon limpia una lágrima que se le escapo. Para todos ha sido difícil este mes sin ella, les cuesta aceptar que realmente se ha ido. ¿En dónde estará? ¿Estará tranquila en aquel lugar? Si tan solo supiera que descansa tranquila, que ese lugar es mejor que junto a ellos, entonces sería fácil dejarla ir y aceptar la realidad.
***
En la mañana, Jungkook y Jimin llegan a hacer el siguiente turno. Se encuentran con dos hombres somnolientos con ojeras y suspirando junto a la cama. No hay respuesta, no ha pasado nada nuevo.
Jungkook ha mejorado mucho, al menos puede entrar sentarse y hablarle, antes lloraba desde que llegaba a la puerta del 502. Jimin, también aprendió a controlarse. Llorara en su apartamento o junto a Taehyung; nunca más junto a su cama. Los padres de Jackson hablaron con ellos y dijeron que una persona en estado de coma se vuelve hipersensible a su entorno, sí ellos están mal, ella también.
–Traemos café cargado y unas tortas–. Dice Jimin descargando un cesto sobre la mesa.
–Que bien. Primero un café, por favor–. Nam Joon estira su cuerpo en el puesto.
Jungkook se acerca a la cama y toma entre sus manos la de ella, esta fría, lleva así desde que la encontró en el suelo del apartamento, acomoda la colcha sobre ella y frota un poco la mano. La ve descansar y la llama en su interior, quiere verla despertar y decirle todo lo que reprimió desde que la conocía, pocas veces le dio las gracias, eso es algo en lo que iba a mejorar también.
Yoongi recibe el café de la mano de Jimin, se ven por unos segundos, Jimin tiene los ojos rojos, rastros de haber llorado la noche anterior, Yoongi tiene los parpados caídos, no durmió durante el turno. Desvían la mirada y Yoongi absorbe el café para decir algo.
–Recibí la llamada–.
El menor le pasa una taza de café caliente a su hermano, sin quitarle la mirada a Yoongi del otro lado. Pasa a Jimin y regresa al termo del café.
–Solo falta Jimin–. Comenta Nam Joon. Huele el café y absorbe un poco.
Los menores se miran unos segundos y cortan el contacto visual.
–Puede que no suceda–. Dice Jimin sin una pizca de ironía.
Yoongi le ve de reojo y continúa bebiendo del café.
–Puede que ninguno acepte–. Insta Nam Joon. Lo ha pensado, de ser el caso, dejará BIGHIT, no necesita nada más que las personas que tiene a su alrededor. No subirá mientras ellos caen cada vez más a lo profundo de la desesperación.
Hubo silencio. Nadie ha refutado ese pensamiento, todos han arrastrado sus ideas a ese punto. De ser necesario, desistirán y esperaran a que ella despierte. No será difícil porque saben que no estarían en una agencia por falta de talento, al contrario, los escogieron y eso es bueno; pero celebrar sin la persona que empujo ese sueño al extremo, era más que egoísta.
Al cabo de un rato, los del turno anterior se despidieron de ellos y regresaron a descansar, en la tarde tenían que trabajar y necesitaban dormir un par de horas antes de lanzarse al trabajo.
El turno de la mañana se encarga de limpiar, organizar y mantener las cosas bien alrededor de Lizzy. Traen en el cesto unos adornos que sacaron del apartamento de ello, junto a eso, el retrato de sus padres, Jimin lo deja sobre la mesa mirando hacia ella, quizás la presencia de sus padres ayude a que ella recupere el aliento y regrese con ellos. Jungkook acomoda las sillas, limpia los muebles y las partes de la cama, cambia las colchas y sacude el polvo, hay buena ventilación y deja ligeramente abierta la ventana.
El menor tararea una canción suave y Jimin le sigue con murmullos, la habitación hace eco de la melodía y es un buen ambiente, casi parece una canción de cuna. La canción de Taeyang "I need Girl" suena, es de Jimin y responde la llamada activando el alta voz.
–TaeTae, buenos días–. Es el tono predeterminado para él.
–Buenos días–. Bosteza. –¿Estas con Jungkook? –.
–Buenos días, hyung–.
–¿Dormiste bien? –.
–Algo así... Hyung córrete–. Una voz adormilada suena detrás de él y los dos se miran.
–¿Con quien estás? –. Pregunta Jungkook.
–Eh... ¡Hyung! Ash, esperen...–. Se escucha la voz adormilada más lejos y a Taehyung pisar con fuerza. –Ya. Estoy en el apartamento de Ho Seok hyung–.
–¿Y eso? –. Pregunta Jimin.
Jungkook arrastra un asiento a la cama de Lizzy, acomoda la cabeza de ella hacía la ventana y saca partes de su cabello, toma una peineta y lo pasa con delicadeza para peinarla. Jimin destapa sus pies, toma pañuelos húmedos y le limpia las plantas.
–Ayer paso por mí a la tienda. Dijo que no quería regresar solo. Cuando llego se caía de la borrachera...–. Se escucha el fregadero, pausa, bebe y sigue hablando. –Tuve que arrastrarlo para que se subiera al autobús, luego salió corriendo por la calle destapada y término tirado en el suelo gritando y llorando...Llamaba a Lizzy...–.
Los tres suspiraron al tiempo, los dos junto a ella posaron sus ojos en el rostro sin expresión.
–Antes de que causara un problema, decidí quedarme con él–.
–Nam Joon hyung predijo algo como eso. No le quites la vista de encima, necesitamos mantenerlo estable–. Dice Jimin en un aire de ser el mayor de los tres.
–Lo haré...–. Taehyung duda un poco, quiere saber sobre ella, pero no sabe si sea bueno preguntar.
–¿Pasa algo? –. Jimin capta algo en su respiración.
–¿Cómo esta ella? –. Pregunta finalmente.
Jungkook tiene la mitad de su cabello peinado, tomo ese trabajo desde su segundo turno, siempre le gusto ver el cabello de ella recogido pero peinado.
–Igual–. Responde seco, el menor.
Vuelven a suspirar los tres.
–¡Oh, que susto! ¿Qué haces aquí? –. Grita Ho Seok, entrando a la cocina.
–Buenos días. Entré ayer cuando estabas ebrio–.
–Oh... Entiendo... ¿Con quien hablas? –. Se escucha más cerca del teléfono.
–Jimin y Jungkook–.
–Ponlos en alta voz–. El celular es puesto en alguna base y está en alta voz.
–Buenos días–, La voz de Ho Seok, no es chillona, es gruesa y pesada.
–Buenos días–. Responde los dos.
–¿Hyung, dormiste bien? –. Pregunta Jungkook.
–Tengo un maldito dolor de cabeza, estaré bien. ¿Ustedes? –.
–Lo normal–. Responde Jimin.
–Bien–. Dice Jungkook.
Quedan en silencio escuchándose nada más que las respiraciones. Jimin cambia de pie y toma más pañitos húmedos para seguir limpiando a Lizzy, Jungkook está por terminar de peinarla.
Ho Seok tose y saca su voz gruesa.
–¿Y ella? –. Su voz parece quebrada.
–No ha cambiado mucho–. Dice despacio Jimin, y levanta un poco la mirada hacia su rostro.
Una enfermera corre la puerta y la llamada debe terminar, los chicos ven una bandeja metálica, agujas y frascos de muestras, van a hacerle algo y deben estar pendientes.
–Buenos días–. Saluda la enfermera, que trae consigo una aprendiz.
–Buenos días–. Contestan ambos volteando ligeramente para verla y regresar a lo que hacían.
–Hyung, llego la enfermera. Hablamos más tarde–. Dice Jimin.
–Está bien. ¿Quedo algo pendiente? –.
–Sí, hoy tenemos archivos de los últimos trimestres y revisar los cupos que tenemos para ofertarlos–.
–Lo tengo. Los llamo después. Cuídense–.
–Igualmente–. Despide Jungkook y la llamada se termina.
Las enfermeras preparan el equipo que usaran para sacar más muestras al cuerpo de Lizzy. Ambos brazos, están tomando una tonalidad rojiza y amoratada de las veces que han tenido que sacar sangre o conectar algún dispositivo. Jimin pausa la limpieza y cubre las piernas de Lizzy, Jungkook alcanzo a terminar y la acomoda con la cabellera cepillada, se ve realmente bien cuando está perfectamente peinada.
–Había escuchado que chicos muy guapos venían a esta habitación, no sabía que tan cierto era–. Comenta la aprendiz que no ha podido ver más que el perfecto rostro de los chicos.
Ambos ignoran lo que ella dice y se quedan viendo a la enfermera más experimentada que está desinfectando las jeringas.
–Toma dos compresas y ven a ayudarme–. Ordena la enfermera a su aprendiz. La chica asiente y va al lado donde esta Jimin, quien rápidamente se aparta y toma lugar junto a Jungkook.
La chica esta hipnotizada con las dos bellezas que cuidan de Lizzy, tienen en promedio su edad y sus hormonas no le permiten pensar más que en poder contacto con ellos, le haría bien una foto de alguno de los dos para poder alardear con sus demás compañeras de práctica. Toma gasas y las moja en alcohol para luego tomar el brazo de Lizzy y frotar la parte más morada del brazo, donde siempre le sacan muestras.
–Sacaras uno de estos y otro de estos–. La experta da instrucciones al aprendiz del procedimiento. –Veré si ya está desocupado el cardio–.
Ella asiente y su presión se va alivianando a medida que su superior va deslizando la puerta para salir y doblar a la derecha, a tres habitaciones está el aparato que necesitan. Resopla liberada y ve a los chicos que no le pierden vista a Lizzy.
–Es un poco estricta. Ya me estaba provocando dolor de cabeza–. Dice pareciendo divertida. Cree que a los hombres no les gusta una chica amargada y cerrada.
Ninguno hace reacción a sus palabras. Solo esperan que sea rápido y que deje a Lizzy descansar.
Sin ánimos de rendirse en obtener la foto o el número de alguno de los dos. Posa su cuerpo en la cama y se dobla hacía Lizzy dejando ver un poco de piel al frente, algo seductor que podría funcionar, sin embargo, en estos chicos está causando el efecto contrario.
–¿Cuál de los dos es el novio? –. Suelta, mientras busca que la vena aparezca en su campo visual.
–Ninguno–. Responde Jimin serio.
–Oh, qué pena. ¿Un triangulo amoroso? –. Ella no sabía, pero estaba a punto de ser lanzada por la ventana, cinco pisos eran suficiente para callarla, por mucho tiempo.
Les da una mirada a los ceños fruncidos y piensa que es un tema incomodo, no capta lo que realmente está pasando; sus hormonas sedientas por tener un chico como ellos detrás, no la deja pensar coherentemente.
–Puede prestar atención a lo que hace. Va a lastimarla–. Jungkook hace contacto visual con ella, lanzándole toda la irá que está acumulando con cada palabra que escucha de su boca.
La mirada fría hace que la chica se estremezca y quiera un poco más de esa voz agresiva.
–No hay de qué preocuparse. Llevo tres años en esto–. Una gran mentira, lleva un año estudiando y este es su tercer mes de prácticas. Se muestra segura de lo que está haciendo y continua.
Sube un poco más su cuerpo, algo realmente innecesario y deja ver un tanto más de piel tanto arriba como abajo. Asqueado por lo que ella está haciendo, Jimin, gruñe para que saque rápido las muestras y desaparezca.
La chica baja un tanto más y tiene la aguja lista frente a la vena que se hincha bajo la piel de Lizzy, ella sabe que no sentirá el pinchazo así que no se preocupara por tener delicadeza. Gira a los dos chicos, les guiñe y muerde su labio en un gesto seductor, perdiendo de vista lo que está por hacer. No mira la aguja ni la posición en que la tiene, sus ojos se han quedado clavados en ellos, haciéndola olvidar que estaba trabajando.
–¡¡Cuidado!! –. Grita Jungkook alarmándola y ella empuja la mano introduciendo la aguja diez centímetros más arriba del punto, exactamente en un musculo. Lo hizo con tanta presión que la aguja se partió.
–¡¿Qué demonios hace?! –. Jimin la tomo por el brazo y la bajo de la cama.
Jungkook se lanzó al lado de Lizzy, no quiere verla sufrir más. Le duele y que una inepta irresponsable le cause más dolor, es imperdonable y más si él está presente.
La superiora entra con el aparato que fue a buscar y se encuentra con la chica casi envuelta en lágrimas y los dos jóvenes desesperados.
–¿Qué sucede? –. Interroga la enfermera.
–¡Sáquela de aquí o no respondo! –. Amenaza Jungkook apuntando con su dedo a la chica que Jimin tiene del brazo.
Su superiora la ve y no entiende que sucede. Hasta que ve la mano de Jungkook acercándose a una cosa metálica clavada en el brazo de Lizzy.
–¡Dios, santo! –. Se echó a correr para tomar ella la barita metálica y ponerla sobre la bandeja.
Jimin suelta de golpe a la chica y se separa antes de que su porte de caballero sea reemplazado por cavernícola al tener serías intenciones de golpearla. Pasa la mano por su cabello, retrocede dos pasos y respira fuerte por la nariz.
–Salga de la habitación, por favor–. Pide retrayendo su enojo.
–Yo... Lo...Lo...–. La aprendiz, en su estado de desconcierte no siente la ira en las palabras.
–¡Que salga de una maldita vez! –. Grita Jimin jadeando y apuntando a la puerta.
La superiora es quien empuja a la chica a fuera, le dice algo en baja voz y vuelve a entrar con cara de vergüenza.
–Lamento que esto haya pasado. Era mi responsabilidad, ella no tenía intención de lastimar al paciente–.
–No quiero volver a verla al lado de Lizzy. Todo el tiempo se la paso coqueteando. ¿A eso viene aquí? –. Jungkook apretaba el puño. –¡No sabemos cuándo Lizzy vaya a despertar y esa mujer solo piensa en sus placeres! –. No soporta la tensión y sale disparado de la habitación.
Jimin no se preocupa por detenerle, él está casi al mismo nivel, en cualquier momento puede estallar, pero Lizzy necesita que haya una persona cuerda y firme a su lado, sí él puede hacer eso, entonces se obligara a mantener la calma.
–Buenos días–. La voz del doctor hace eco en la habitación.
Jimin voltea a verle y hace una reverencia. Puede que buenas noticias sean de ayuda en estos momentos tan tensionantes.
El doctor ve que las muestras no se han tomado y pasa la mirada a la enfermera que inmediatamente se pone a sacar la muestra, apenada con ambos.
–Buenos días, doctor–. Dice Jungkook entrando a la habitación, cuando salía disparado logro ver la bata y reconoció al joven doctor que la atendió. Lizzy era más importante, nada podía desviarlo de esa idea.
Los chicos de turno se lanzan miradas que hablan, luego, cuando estén solos, tendrán que discutir un par de asuntos sobre la sensibilidad y la cordura.
El joven doctor no ha dejado de pensar ese mes en Lizzy. Incluso cuando está en su casa teniendo unos cuantos minutos de descanso fuera del hospital piensa en ella. Un caso único y especial, sus profesores y superiores de otros países han puesto la atención en la chica que está en coma pero respira por si sola. ¿Cómo es eso posible? Un gran interrogante que no tendrá una pronta explicación.
Hace su ronda o chequeo en la habitación de Lizzy en los tres turnos de los chicos, mañana, tarde y noche, así que los conoce a todos y a hablado con ellos. También con Jackson y los señores Wang que siempre piden la mejor atención para ella.
Pone una mano en la frente de Lizzy e inspecciona, ojos, oídos, lengua, respiración. Los aparatos conectados a ella y que la mantienen de cierta forma "viva". No tener una respuesta a las miradas expectantes de las visitas es algo con lo que tiene que lidiar. Pellizca las uñas de Lizzy y la sangre parece circular sin problema, baja a las piernas y luego a los pies, donde con un rodillo de puntas intenta tener alguna reacción de su cuerpo; algo que no sucede. Un mes y las cosas parecen iguales, su mayor temor es que sus órganos dejen de funcionar y todo se acabe en un abrir y cerrar de ojos.
La razón por la que Lizzy no está en la lista de pacientes con muerte súbita o en el plan morir con dignidad, es decir la autanacia, es porque sus órganos funcionan, arrastrarla a un procedimiento de muerte, sería como matarla de verdad. Sin embargo, la junta directiva del hospital ha puesto la opción sobre la mesa, podrían desconectarla y permitirle 24 horas sin ningún aparato, si sus órganos dejan de funcionar será todo. Es una determinación cruel y antes de apagar la llama en sus ojos, mejor se quedara cayado hasta el último momento.
–Ya termine aquí. Con permiso–. La enfermera sale con su equipo.
–¿Han peinado su cabello? –. La hace ver hermosa y sus ojos se han clavado.
–Sí–. Dice orgulloso Jungkook.
–Una mujer siempre se preocupa por esas cosas–. Suelta el doctor, sonriendo un poco.
–Ella lo peinaba y lo recogía. Nunca entendí porque–. Recuerda Jungkook de todas las veces que la vio hacer eso.
–Sí, y cuando lo llevaba suelto le molestaba que el viento lo arrastrara–. Jimin también tiene un poco de recuerdos nostálgicos.
Los tres quedan en silencio por un rato y la ven sin expresión alguna. Sienten que los están burlando. Ellos sufriendo y ella profundamente dormida.
–¿Han intentado hablarle? –. Pregunta el médico girándose a ellos.
Los dos se miran entre sí y niegan con la cabeza.
–Deberían hacerlo. Es parte de la terapia–.
–¿Puede escucharnos? –. Jungkook se acerca a Lizzy y la toma de la mano.
–Muchos pacientes que han vuelto del coma dicen que sí. No recuerdan algunas partes, pero son conscientes de que escuchan su entorno–.
Ambos chicos asienten como si eso fuera suficiente para aferrarse a la esperanza. Sin mucho por hacer para que no pierdan la fe, el joven doctor suspira bajo. Toma una flor que le regalo una pequeña del área de cancerología y la pone junto a un adorno chino, ve un poco más a Lizzy y luego sale de la habitación.
Los muchachos se ponen a lado y lado de la cama. Observan a Lizzy en silencio, casi como si no quisieran hacer ruido para despertarla, aunque es irónico porque es lo que más desean. Jimin sonríe un poco mientras se queda perdido en ella, algo ha venido a su mente y el menor tiene curiosidad de aquella sonrisa.
–Hyung ¿De qué te ríes? –.Está aprendiendo a tratarlo como un mayor, pesé a que le lleva media cabeza de altura.
Jimin levanta un poco las cejas y se encuentra con la expresión interrogativa en el menor.
Frunce los labios y se recarga en su puesto.
–¿Sabías que a ella no le gustan las pizzas? –. Hace que suene divertido.
–¿Qué? Eso era lo que más comíamos–.
–Sí. No le gustaban antes. Cuando me lo contó tampoco podía creerlo, ese día comí por ella–.
Jungkook mira hacia arriba haciendo memoria de lo que su hyung le dice. Chasquea los dedos y vuelve a verle.
–¡Ah! La vez que ella te golpeo por robar su pizza–.
–Sí–. Dice Jimin sonriendo y achicando sus ojos. –La mitad de los golpes fueron en serio–.
–Locos–. Suelta Jungkook riendo.
–Ella era así. Hacia cualquier cosa por tenernos contentos–.
–No creo ser capaz de algo así. Ni siquiera por mi hermano–.
Jimin asiente. Él piensa lo mismo. Hacen una pausa. Jungkook suspira y Jimin cambia su expresión por algo más serio y decidido.
–No creo que vayan a llamarme y sí lo hacen... No aceptaré. Me quedaré con ella–. Sus palabras captan rápidamente la atención del menor y borra la sonrisa que tenía.
–No hyung. Así no deben ser las cosas–.
–Tranquilo. No me siento mal por eso. Creo que si me quedo a su lado, un pedacito de los siete estará con ella, es eso o que despierte sola–.
–Ninguno dejará que despierte sola, tú lo sabes–. Advierte Jungkook frunciendo levemente el ceño.
–Pero si despierta y nos ve a todos... Tú la conoces, se pondrá como loca–. Frota sus brazos, atemorizado.
–Lidiaremos con eso. Lo haremos los siete–. Dice Jungkook sonando muy mayor para su edad.
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No crean que soy una insensible...lloro cuando escribo así...
Bien, ya estamos llegando a esa parte dura que es el final. Espero estén preparados.
Muchas gracias por todo el apoyo para BE y recuerden mostrar amor y compartir si hay alguien que este aburrido xD
Los leo en la próxima actualización queridos mios..
besos~~~
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