Hoja 47.
El celular que vibra bajo la ovejera sacude mi cuerpo, ruedo a la derecha y de regreso a la izquierda, algo que toca mis fosas nasales hace que me despierte de golpe.
Es el pastizal, me quede dormida aquí afuera.
Quito los cabellos que no me dejan ver y froto mis ojos. Saco el celular y veo que son las 6am, falta poco para que amanezca. Sacudo las manos y palmeo mis mejillas para despertarme por completo. En la camioneta escucho ronquidos, están profundos y es una pena tener que despertarlos, pero es algo que se debe hacer. Me lo agradecerán más tarde.
Camino a la camioneta y asomo la cabeza en el latón poniéndome de puntitas. Duermen como angelitos, están casi uno encima del otro, pero descansan como si estuvieran en sus camas. Voy a la puerta del latón, y la suelto con cuidado, me apoyo en el borde y subo. Esquivo pies, piernas y brazos. Me hinco cerca de Jin y le susurro, mueve la cabeza un poco y entre abre los ojos, no diría que es su mejor ángulo pero bosteza.
–Hola, buenos días–. Murmuro a pesar de que debo despertar a todos.
–Buenos días–. Entre abre los ojos y se gira un poco para toparse con el rostro de Nam. –¿Es hora?–.
–Sí. Hay que despertarlos–.
–Está bien. Yo los de este lado y tu esos dos–. Apunta a Jimin y Taehyung que están abrazados.
Hago un Ok con los dedos y voy por el dúo inseparable hasta para dormir. Primero tomo el brazo de Tae que esta sobre la espalda de Jimin, lo aparto y voy desenredando sus cuerpos. Tae ronca y Jimin tiene la cabeza en su otro brazo, esta clavado de cabeza en su pecho. Paso la mano por la cabeza de Tae moviendo su cabello, este vibra un poco pero se gira para abrazar a Jimin. Gruño porque mi método no funciona y tendré que usar uno estruendoso.
Vuelvo a desenredarlos y esta vez voy por Jimin, me acomodo a su lado y le susurró al oído que debe levantarse o se perderá el amanecer, murmura algo inentendible y se da la vuelta a mí. Es un ángel en todo el sentido de la palabra, se preocupa por su aspecto físico todo el tiempo y no sabe que esta es su mejor faceta. Pellizco su mejilla suavemente y hace mueca, arruga la nariz y gradualmente va abriendo los ojos. Pongo mi brazo sobre la colcha de algodón y lo uso para apoyar mi cabeza y quedar frente a él. Entre abre los ojos y pestañea lentamente, me ve y ligeramente sonríe.
–Buenos días–. Murmuro.
Pone su mano en mi cabeza y cierra los ojos, está despierto, pero no quiere levantarse.
–Buenos días–.
–Arriba dormilón–.
–¿Puedo negociar los cinco minutos?–.
Pellizco su mejilla.
–No. A levantarse–. Arruga la nariz y hace un puchero. Asiente.
–¿Y Tae?–. Mire a su espalda y el pequeño duerme.
–Ayúdame con él–. Asiente.
Escucho los quejidos de Hobi y los gruñidos de Yoongi, a Jin le falta Nam y tendremos listos a los del latón, en ese caso, yo iré por Jungkook y podremos ir a la playa.
Brinco al pasto y voy por el menor. Entro a la camioneta por el lado del conductor. Jungkook se ve mucho más tierno dormido, sus ojos cansados, su boca ligeramente abierta y sus labios arrugados, es una imagen para vender o conseguir algo. Lo muevo un poco esperando a que reaccione, no pasa nada. Lo tomo del brazo y lo muevo con más fuerza, llamo pero él no da señales.
–Jungkook... Jungkook despierta–. Bato su cuerpo pero no reacciona.
Uso el método que sirvió con Jimin, pellizco ambas mejillas, primero suave y después fuerte, pero nada, él duerme tranquilo. Decido sacar mi celular y poner la música de Manson que uso de alarma, si con esto no se despierta me preocupare. La pongo en su oído, el ruido es despreciable y hace que me tape un oído con la mano libre. Entre abro la boca porque no se quiere despertar, y eso es preocupante. Me fijo en su pecho y veo como sube y baja normal.
Está vivo. Duerme como un oso, pero vive.
Jin toca la ventana del lado de Jungkook y señala porque lo ve dormido. Tomo a Jungkook y la jalo a mi lado y le digo a Jin con señas que abra la puerta.
–¿Qué pasa? Aquí estamos listos–.
Veo a Nam asomarse por encima del hombro de Jin y a Tae asomarse por un costado de la puerta.
–No se despertara–. Sentencia Tae.
–¿Por qué?–. Pregunto curiosa. Él lo conoce bien.
–Así es Jungkook. Apuesto a que se durmió tarde–.
–Sí, así es–.
–¿Qué es? ...–. Jimin hace un espacio al lado de Tae para ver dentro de la camioneta. – Oh, oh, Jungkook no se levantara hasta medio día–.
–Pero si esta por amanecer–. Resoplo con Jungkook en brazos.
–Pues vamos a ver si se lo pierde–. Jin remanga su saco rosa de capota y hace vibrar sus labios.
–¿Qué vas a hacer?–. Pregunta Tae.
–Algo que podría funcionar, el problema es cómo vaya a despertar–.
Tae y yo nos miramos confundidos y dejamos que Jin haga lo que debe hacer. Jin pone a Jungkook recostado en el asiento y me pide que me baje por sí reacciona agresivo. Estira los brazos y hace pinzas con sus dedos. Pasa por el pecho de Jungkook, coge sus tetillas y las pellizca. De inmediato Jungkook abre los ojos y manda golpes en todas direcciones. Todos carcajeamos del método y la reacción que tuvo al despertarse.
El camino que trazamos con Jungkook se recorre en diez minutos. A la playa llegamos con ocho minutos extra antes de que se asome el sol en el horizonte. Jimin, Tae y Jungkook correr en la arena descalzos; Jin, Nam, Hobi, Yoongi y yo, nos sentamos sobre una manta grande que trajo Hobi de su apartamento.
Respiro hondo el aire frio del mar. Sonrió viendo a las jóvenes corretearse en la arena jugando a la lleva y empujarse molestando. Nam está a mi lado y pasa su brazo por mis hombros, noto que estaba encogida por el frio y quiere que este más caliente a su lado.
Lo que estamos viviendo ahora, será irreemplazable en el futuro. Un recuerdo memorable para todos. Muerdo mi labio recordando que en algún momento tendré que separarme de ellos y espero que sea dentro de muchos años, porque quiero verlos triunfar y levantarse gritando que han vencido.
–Se está dibujando la línea naranja–. Anuncia Yoongi apuntando al horizonte.
–Está despertando–. Dice Jin y suspira.
–¡Ya esta saliendo!–. Grita Jungkook agitado, señalando el horizonte.
–Vamos–. Dice Nam, me da un toque en la espalda y me ayuda a ponerme de pie.
Me regreso por la cámara que me presto Jackson, y los dejo caminar sin mí un momento. Cuando me doy la vuelta con la cámara lista para disparar una foto, la línea del horizonte está más clara y veo a los siete parados en el agua, sonriendo y unidos en un abrazo por los hombros. La imagen me conmueve y tomo la primer foto, los siete frente al amanecer. Jimin me llama con la mano para que me acerque y corro a ellos sonriendo. Sin duda este viaje fue lo mejor que nos ha pasada hasta ahora y doy gracias por ser parte del plan de reunirlos y de poder disfrutar todos juntos.
La voz del narrador...
Lizzy perdió la batalla contra el sueño y cayó profunda en la espalda de Nam Joon que se había ofrecido a llevarla cargada. La había visto cansada y quiso recompensar le haberse quedado dormido la noche anterior.
Van por el sendero comentando lo hermoso que fue ver el amanecer y que deben repetirlo otra vez.
Llegan a la camioneta y ocupan sus lugares, adelante van Jin de conductor, Nam Joon de copiloto y Yoongi, atrás los demás se les encargo cuidar el sueño de Lizzy, deben cuidar que no se despierte rápido y que este bien abrigada siempre.
La próxima parada guardada en el GPS de la camioneta, es un paradero para comer y asearse. Lizzy pensó en cada detalle de un viaje y que estén acampando no quiere decir que no se aseen o coman decentemente. Jin pide a Nam Joon que revise en la cajuela si hay cupones de comida y aseo, este abre la puerta y efectivamente hay un capacho de cupones vigentes, Yoongi sonríe porque sabe que podrá comer y asearse, eso es bueno para todos.
Nam Joon corre la puerta de cristal para hablar con los de atrás.
–¿Sigue dormida?–.
–Sí–. Responde Jungkook.
–¿Se abra quedado despierta muy tarde?–. Pregunta Jin un poco preocupado, él también se fue a dormir en vez de acompañarla.
–Conociéndola, es lo más seguro–. Dice Nam Joon en un tono de resignación.
–Siempre metiéndose en problemas–. Suelta Yoongi pretendiendo molestia pero está preocupado.
Veinte minutos después, logran llegar y estacionarse en el paradero. Empiezan a bajar uno por uno y es Jimin quien decide quedarse cuidando de Lizzy, ella tiene su mano atrapada entre la colcha y la mejilla y no quiere moverla.
Entendiendo sus razones, los muchachos van a asearse primero, luego por los pedidos de comida y regresaran a comer en la camioneta para no dejar mucho tiempo solo a Jimin. Jin divide los grupos, envía unos a asearse mientras los otros hacen la fila para las ordenes y cuando los otros regresen cambiar de puestos, Están de acuerdo y se dividen, hace un buen día y no hay muchas personas en el paradero y llevan buen tiempo para llegar al rascacielos.
Jimin retira los cabellos de la cara de Lizzy con delicadeza, sonríe dulcemente viendo su mano atrapada por ella, la ve vulnerable y siente que debe protegerla hasta de la más mínima brisa. Lizzy sensible al tacto en su mejilla, el roce amable y gentil de los nudillos la invita a despertarse, algo que Jimin no tenía pensando hacer con sus consentimientos, pero es Lizzy y ella no entiende eso.
Abre de a pocos los ojos y Jimin se asusta un poco, su toque ha tenido el efecto contrario y se siente mal por no dejarla dormir más. Ella ajusta más su agarre y sonríe; cierra los ojos y respira hondo, el aire es diferente, gasolina, ruido por todos lados, la sensación de estar en otro lado la hace levantarse de golpe, mira a los lados y ya no está en el campamento. Jimin le toma la mano y ella voltea a verle, la sonrisa de que todo está bien en él, la tranquiliza un poco y sonríe.
–Sigue durmiendo. Ellos tardaran –. Sentencia Jimin.
Lizzy niega fregando sus ojos. Su sueño es ligero, una vez despierta, no puede volver a quedarse dormida, así se obligue a hacerlo. Acomoda las mantas que lleva encima y se pega al ventanal de la camioneta, cubre las piernas de Jimin y se pegan un poco.
–¿Estamos en el paradero?–. Dice bostezando.
–Sí. Acabamos de llegar–.
Lizzy empieza a ver borroso y finge que tiene algo en los ojos, Jimin la observa pero ella evade su mirada. Se siente realmente agotada, mucho más que cuando despierta de una pesadilla. Reprende a su cuerpo y le pide que se controle, no puede ser que en pleno viaje, la fiebre quiera hacer estragos.
–Tengo sed–. Dice ella tocándose la garganta.
–¿Quieres que te traiga agua o un jugo?–. Él ya está quitándose las mantas.
–Jugo, por favor–. Pide ella.
–¿Cuál fruta esta bien?–.
–Fresa, siento la garganta seca como si tuviera una resaca–.
Jimin le sonríe achinando los ojos. Salta del latón y hace un gesto con la mano de que no se va a tardar. Lo ve alejarse y perderse al entrar en la tienda. Cuando se siente segura, deja que su espalda resbale por el ventanal y queda reducida en la colcha. Está muy agotada, y la garganta la tiene muy seca, tragar le es difícil, pero debe soportar hasta que termine el viaje, no arruinara la dicha de todos, eso nunca, se dice.
Sin darse cuenta sus ojos se van cerrando, le pesan los parpados y el desgano es total. Sabe que Jimin no tardara así que, se permitirá un rato de sueño, quizás de esa forma recupere fuerzas.
***
El roce frio en su antebrazo la espanta y abre los ojos rápido. La sensación era diferente al toque gentil de Jimin y las alarmas se encendieron cuando vio a otra persona en el latón, no era ninguno de los muchachos. Se trataba de un hombre de unos 30 años, con barba en forma de candado, camisa a cuadros abierta en su pecho, mirada lujuriosa y dientes amarillentos, alguien que realmente asustaría a cualquiera. Lizzy se retrae y mira detrás a otro hombre que esta pegado al lado izquierdo de la camioneta, ninguno de los dos tiene cara de buenas personas, sus ojos gritan peligro.
–¿Quiénes son ustedes?–. Pregunta asustada, con las mantas pegadas a su pecho.
–No vamos a hacerte nada. Te vimos sola y queríamos saber si estabas bien–. Evidentemente mentían, sus ojos marrones destellaban maldad y Lizzy sabe eso de sobra, su esencia de ser de luz se lo permite.
–Váyanse. Estoy bien–. Demanda Lizzy. Son dos a uno y sabe que puede terminar mal si los enfrenta.
El hombre sonríe perversamente y la toma de la muñeca para tirar hacia él. Lizzy se hecha hacia atrás haciendo peso para zafarse de su agarre. En eso, el hombre impone su fuerza y la atrae a su pecho.
–Así me gustan, bravas–. Se carcajean ambos hombres.
El miedo que siente en su corazón es voraz, su voz interna le grita que debe ayudarse porque nadie vendrá, sí grita los muchachos no alcanzaran a escucharla. No sabe cuánto fue que Jimin entro a la tienda y puede que se haya perdido y todos lo estén buscando y por eso no han regresado. Muerde su labio y reúne fuerzas de su vientre, a dos manos empuja con fuerza al hombre que cae del latón de espaldas. Su compañero va a auxiliarle y gruñe porque la chica resulto ser más agresiva de lo que esperaban.
–¡Zorra!–. Grita el hombre en el suelo.
Lizzy se levanta rápido y salta del latón, debe correr a dentro de la tienda para estar a salvo, pero el otro hombre la detiene del brazo, le da vuelta doblando su brazo detrás de su espalda y pegándolo al pecho con rudeza. .
–¡Arg! ¡Suélteme!–. Lizzy lucha pero su brazo está muy doblado y siente que se va a salir de su hombro.
El hombre que estaba en el suelo, se levanta riendo macabro, sacude su ropa y escupe a un lado. Mira a Lizzy con desprecio y desdén, está dispuesto a hacerle daño y camina hacia ella.
–¡No puede pasarme esto! –. Grita Lizzy para sus adentros. No puede luchar porque no tiene fuerzas y el peligro se acerca con pasos firmes a ella. –¡Degenerados!–. Grita desesperada.
–Voy a educarte. Sabrás como se debe tratar a un hombre–. Se llame los labios deseo de tener un poco de diversión y de saciar su carne.
Aunque no era lo que quería, Lizzy carga sus pulmones con aire y está dispuesta a gritar con todas sus fuerzas, cuando esta lista para gritar, un estallido a su espalda la deja muda. Levanta la mirada a su costado y ve vidrios caer de lo alto. Otro golpe metálico la hace ver al frente y es cuando ve al hombre en el suelo y a Jin con la grúa en sus manos.
El hombre que la agarraba cae de rodillas liberando su brazo, ella se separa asustada y soba su muñeca, puede que le queden marcas después de eso. Yoongi la pega a él y la protege en un abrazo.
–¡Perros!–. Jungkook da una pata en el vientre del hombre que tenía a Lizzy contra su pecho.
–Muy valientes con una mujer. ¡Malditos!–. Jin da un golpe en seco sobre el brazo del hombre que se retuerce en el suelo.
Ella los observa y ve en sus miradas oscuridad, en especial en Taehyung, su mirada es la más bizarra de todas y eso la asusta.
–¡No valen la pena! Vámonos–. Grita asustada y con la voz quebrada.
Taehyung se agacha para ver al hombre que tiene la cabeza herida por el botellazo que él le dio. Lo agarra del cabello y lo mira enojado, y cargado de odio.
–Ese ángel, acaba de salvarte la vida. Imbécil–. Le escupe, lo suelta y se pone de pie.
– Todos a la camioneta–. Ordena Jin. –Estas son escorias y no hay que untarnos–.
Después de que salen del paradero, quedo un silencio estremecedor entre ellos. Lizzy está atrás en el latón en una esquina mirando a un costado el paisaje, culpándose por no ser lo suficientemente fuerte para evitar quedarse dormida otra vez. Yoongi, Jimin, Taehyung y Jungkook la observan de reojo, no quieren decir nada que la incomode o que haga más desagradable el momento. Al frente Jin, Nam Joon y Ho Seok, solo suspiran, fueron segundos intensos donde las cosas pudieron ponerse realmente feas, pero por suerte los hombres no respondieron de ninguna forma peligrosa.
Jin ve por el espejo retrovisor la solitaria figura de Lizzy. No le gusta verla así, la sonrisa que tenía desde que salieron de la pensión era hermosa, y quería que sonriera otra vez. Nam Joon busco en su celular el próximo paradero, pues en el otro, solo la mitad logro asearse y no pueden quedarse sin darse un baño. Deben desviarse un poco y eso retrasa el itinerario. Conocen bien a Lizzy y saben que esa posición solitaria es de culpabilidad y no pueden permitir que siga así.
Pronto están en el paradero, esta vez bajaran todos, hasta los que ya se asearon, comerán juntos en el comedor de la tienda; también esta despejada y no tendrán problema para ordenar rápido. Bajan de uno en uno y Lizzy no se mueve de su puesto, tal vez sigue asustada y sus músculos no responden a ninguna señal del cerebro, como respuesta está congelada.
Jin le pellizca la mejilla con fuerza, ella hace una mueca de dolor y se suelta del agarre.
–Auch–. Se queja.
–Lo siento, es que estabas en Júpiter y tenía que hacerte aterrizar–.
El primer intento por hacerla reír falla, Lizzy está sin expresión.
Los muchachos preocupados se comunican con miradas y necesitan hacer algo para esfumar de ella la mala energía y que vuelva a ser la risueña de antes. Jin y Jimin se hacen muecas y saben que van a hacer.
–Oye hyung, ¿cómo se llama la isla que descubrieron?–. Empieza Jimin. Nam Joon y Yoongi tapan sus oídos con los audífonos porque odian los chistes de Jin.
–Oh, ¿hablas de la isla Hermosa?–.
–¡Sí, esa!–.
–¡Hermoso Jin!–. Siendo tan malo el chiste, nada raro, Jin ríe a carcajadas y ese resulta ser el causante de que ella también se ría, la ha contagiado con su risa de ahogado.
–¡Es la isla SoJin!–. Refuta Lizzy golpeando suave la espalda de Jin.
–Ah, Seok Jin–. Dice Jin corrigiéndose entre risas.
–¡No!–. Le es inevitable no reponerse. Las intenciones de todos replican en su ser, así como ella, quieren que todo salga bien y que creen buenos recuerdos estando juntos.
Superado el mal episodio. Entran se asean, ordenan, hacen escandalo al ser muchos y no poder compartir una mesa para todos y finalmente comen con tranquilidad. Las salsas viajan de extremo a extremo, se dan comida en la boca, probando un poco de cada plato que pidieron y cuando están satisfechos; están en camino al rascacielos o montaña rocosa.
El ambiente vuelve a la normalidad, siguen los conciertos a capela en el latón, al frente risas estridentes y alocadas, shows de variedades en vivo y pésimos chistes por parte del mayor. Así olvidan los kilómetros de recorrido y cuando se dan cuenta están a poco de llegar.
Deben dejar la camioneta en un parqueadero del estado y pagar para que lo cuiden, bajan las cosas que necesitan y se ponen en marcha por el camino de rocas empinado, la meta es llegar a la cima y ver el paisaje desde lo alto, algunas personas dicen que se ve el mar pasar y eso carga de emoción a todos.
Mientras suben la montaña y algunos se quejan de lo lejos y empinado que esta. Lizzy aprovecha estar de últimas para sacarles una foto de espaldas, sonríe verificando que es una buena foto y pide a todos que se detengan y posen para la cámara, obedecen y hacen un símbolo de paz.
–Todos aman a V–. Dice Lizzy cayendo en cuenta.
Ellos se miran los dedos y Taehyung hace un corazón.
–Yo también los quiero–.
Yoongi, que está quejándose desde que subieron, hace un gesto de repugnancia y continúan subiendo.
Luego de las rocas y de sudar la gota, llegan a la cima. Un paisaje plano cubierto del verde pasto, con árboles al fondo y el acantilado del otro lado. Con solo ver un poco, están satisfechos porque ha valido la pena subir hasta la cima. Los flashes se disparan e inicia la sesión fotográfica. Las poses en grupo, individual, la sesión de fotos exclusiva para Lizzy donde captan desde que estornuda hasta cuando se levanta y sonríe viendo cómo se ensucio el pantalón.
Caminan desconfiados de cierta parte del terreno que se ve honda y el pasto es más alto, puede haber un hueco y estando retirados de la civilización es un gran problema. Lizzy propone que tomarse de las manos para caminar con más seguridad, la responsabilidad es del primero y del que este en la mitad, quieren ir al acantilado y lo harán en grupo.
En fila india y con un coro creado por Nam Joon caminan sincronizados al borde de la roca grande y puntiaguda, La vista a bajo no es apta para personas nerviosas o que le teman a las alturas, nerviosos y ansiosos, hacen poses no tan cerca del acantilado. Corren, brincan, ríen y juegan cayendo sobre el pastizal y respirando profundo, guardando el aroma del lugar.
Lizzy se hace a un lado y los observa. Parece un grupo de boys scouts, que deben explorar la zona. Revisan cada lugar, se asustan con los insectos pequeños y se molestan entre ellos por eso. Ella activa la cámara y saca otra foto de los siete, sonríe conmovida por la imagen y vuelve a verlos desde lejos sentada en una roca enorme.
–Oye, tú, chica de las alturas. Ven acá y juega con nosotros–. Le grita Jin batiendo la mano en lo alto.
Ella sonríe y salta de la roca cuidando de hacerse daño. Quizás fue la caída pero ahora esta mareada, se queda quieta en su lugar y los ve lejos, muy, muy lejos, no quiere gritar o llamar la atención, está débil, y esa es la razón. Respiran hondo, estabiliza su circulación y el mareo es menor. Jin sigue llamándola y antes de que decidan ir por ella, camina despacio hacía ellos. Los demás la observan y sonríen, están realmente felices de estar juntos, desean que esos instantes sean eternos y quieren aprovecharlos al máximo. Se acerca un poco más y activa su cámara, los siete sonríen y hacen sus poses especiales, mostrando sus personalidades.
El flash se dispara captando una de las mejores fotos del viaje y sega por unos segundos a Lizzy, tiempo suficiente para escuchar murmullos en su cabeza...
–Bang...Ta...So...–.
No puede descifrar lo demás y recupera la vista. Los ve, y ellos están sonriendo, la felicidad les brota por los poros, Lizzy prefiere ignorar lo que paso, no preocuparse y evitar arruinar el viaje de sus sueños.
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¿y si resulta que el nombre de BANGTAN fue elegido desde antes de que se crearan?
jajajajjajaja bueno el mundo da vueltas.....
Hasta aquí el bombardeo!!
No mueran!! Espero sus sugerencias, comentarios y exclamaciones respecto a lo que vamos.
Besos a todos, su fiel admiradora se despide, hasta la próxima!!
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