Hoja 42.
N*A: Buenas noches queridos mios. No crean que me he olvidado de BE o de ustedes, son solo pequeños baches en la vida, que como dice SEA de BTS siempre estarán.
Bueno a lo que venimos, su actualización. ¡Habemus maratón! Si, para añadirle mas fuego a todo esto de BTS y su comeback. Los quiero y que lo disfruten...
***
Quince minutos después el medico había llegado. Le puso medicamentos intravenosos y suero para hidratarla. En la habitación, estaban Taehyung y él, los demás se quedaron afuera esperando noticias.
–¿Cuánto tiempo lleva así?–. Pregunta el médico y hace el chequeo de rutina.
–No sé decirle con exactitud. De repente la escuche gritar y cuando quise calmarla note su fiebre–.
El médico, escucha la respiración de Lizzy que esta profunda por el medicamento. Escribe en su libreta de diagnóstico y prosigue.
–¿Ha comido bien?–.
–No, doctor. Hace tres días que no come bien–.
–¿Por qué se sentía enferma? ¿Hablo de algún dolor?–.
–No, señor. Aunque las personas de la cocinan dijeron que intentaba comer y vomitaba–.
–¿Sabe si padece de alguna enfermedad en particular?–.
–No, señor–.
–Entiendo–. Dice el medico asintiendo.
Termina de escribir en su libreta y pasa a un recetario, es como un libro con hojas de tres colores donde pone el nombre de los medicamentos y la dosificación de acuerdo al peso, la estatura y obvio, el tipo de enfermedad.
–¿Qué tiene, doctor?–. Pregunta ansioso y preocupado.
–Tranquilícese. Voy a explicarle–. Lo ve directo para ser claro, Taehyung sentado en una silla pone entera atención. –Lo que Lizzy tiene es un extraño caso de fiebre, donde el calor que se concentra en la cabeza afecta una parte del cerebro. Claro, eso no la hace una persona extraña o cosa por el estilo, solo sucede si su fiebre aumenta, de lo contrario no pasara nada de lo que vio esta noche. Por su mala alimentación y por sus ojeras puedo decir que la falta de sueño, fue el detonante, está cansada mentalmente y la fiebre hizo de las suyas. Aunque parece algo grave, se trata como una gripa normal. Antibiótico, medicamentos para el dolor, descanso y buena alimentación–. El medico rasga la lista de medicamentos y se la extiende. –Le dejo esto especificando cada cuanto debe tomar cada medicamento. Cinco días regulados serán suficientes para que se reponga por completo–.
Sus palabras son como agua bendita para el corazón de Taehyung, lo tranquiliza y lo reconforta. El susto fue grande y de pensar que algo malo y grave podía pasarle lo lleno más de angustia.
–Gracias Doctor–. Taehyung recibe la hoja y le aprieta la mano. –En serio, me quita un peso de encima–.
–No se preocupe. Se ve que ella es fuerte. No será nada. Con su permiso, me retiro–.
–Sí. Otra vez gracias y que tenga un buen viaje–.
El medico sale de la habitación y encuentra a tres personas con las manos entrelazadas a la altura del pecho. Rezan preocupados por lo que paso esta noche y por la salud de la chica. Cuando lo ven se le acercan rápido para interrogarlo.
–¿Cómo está la señorita? ¿Todavía necesitamos al sacerdote? Yo puedo llamarlo–. La ama de llaves tirita del susto.
Él le pone la mano en el hombro para que se tranquilice.
–No, señora. No es necesario. Lo que ella tiene es defensas bajas. La fiebre la puso a delirar y tuvo una horrible pesadilla. Estará bien si come y descansa bien–. Explica mirándolos a los tres.
–¡Bendito sea!–. Dice el cocinero con las manos al cielo.
–Fue un gran susto–. Comenta el ayudante y da un suspiro de alivio.
–Encárguense de cuidarla. Estaré al pendiente si surge algo más. Intentare pasar en unos días para saber cómo se encuentra–.
–Nosotros la cuidaremos. Ya vera que se repondrá y notara lo bonita que es–. Dice el ayudante con destellos en sus ojos.
El cocinero le da un codazo para que reaccione de su fantasía y el ayudante se sonroja cayendo en cuenta de lo que acaba de decir con admiración y cariño.
–Lo siento–. Tapa su boca.
Los tres se ríen por la inocente reacción del ayudante.
–Entonces tengo una razón más para venir en unos días. Por ahora me retiro. Que tengan un feliz resto de noche–. Finalmente se marcha a su casa.
El cocinero, el ayudante y la ama de llaves se quedaron un rato más llevando vendas frías a la habitación de Lizzy. También preparaban infusiones que le servirían para que durmiera sin tener otra pesadilla. Estuvieron pendientes de lo que Taehyung necesitara, pero él los envió a dormir, los necesitaría en la mañana activos y con mucha comida para ella y si estaban agotados no trabajarían igual. Los dos de la cocina aceptaron primero y se fueron a descansar, a eso de la media noche el ama de llaves se retiró a su habitación cuando vio que no la necesitaban más.
Taehyung haría la guardia nocturna. Había dormido lo suficiente como para pasar la noche en vela, y no quería que ella se despertara sola en la enorme habitación, igual no podía dormir sabiendo que ella todavía tiene rastros de la fiebre, así que se plantó en la silla junto a la cama y la cuidaba.
Lizzy duerme tranquila con el rostro relajado, esta pálida y sus labios no recuperan el color rojo que los caracteriza. Él le toma la mano que esta por fuera de las cobijas y le acaricia los nudillos, espera que el calor de su cuerpo pase al de ella y no sienta frío en la noche. Aprovecha el silencio de sus respiraciones y la contempla descansar, le parece tonto que la chica activa y entrometida tenga ese semblante enfermizo y triste. Le habla como si lo escuchara y le cuenta sobre los mensajes de todos y de su hermana, le dice que si tiene todos esos amigos es gracias a ella y le cuenta de su amistad profunda con Jimin.
–Salimos en la madrugada muchas veces al parque. Cuando no tenemos sueño, nos enviamos mensajes para encontrarnos y hablar de lo que nos impide dormir... Creo que le debo una disculpa a él también, no le dije nada de mi cuñado y debe estar preocupado ahora... Hablamos mucho, en serio. Eso sí, es un afecto no homosexual, un cariño nada gay. No nos mal interpretes–.
Lizzy no le puede responder o hacer alguna broma, está dormida y su pecho sube y baja con más normalidad.
–Tengo mucho que contarte. Despierta con energías para que puedas escucharme–. Se inclina adelante y le planta un beso en la frente. Regresa a la silla y se reclina hacía atrás.
***
Antes de que el sol mostrara sus primero brillos dorados en el horizonte, Lizzy despertó con dolor de cabeza leve y un tanto mareada. Su mano estaba sostenida por Taehyung que se había quedado dormido en la silla reclinable. Libro su mano despacio y en silencio para no despertarlo y se deslizo por el otro costado de la cama. Esta mareada pero puede caminar sin problema. Camina al closet, saca una manta, se envuelve y sale de la habitación con sigilo. Baja las escaleras con cautela de no hacer mucho ruido, va a la parte trasera de la casa, sale por el patio, traviesa el jardín y llega a la playa para ver el amanecer desde el mejor puesto.
Se sienta en la arena y se abraza a la manta. Está a minutos de ver el sol salir. Sus ojos ven las olas en el agua, así recuerda su visión/pesadilla que la arrastro a un horripilante lugar donde la estremecieron con la peor de las visiones. A medida que recuerda por partes la pesadilla sus poros afloran la sensación de terror que sintió en aquella habitación blanca.
–Qué extraño método tienen para reprenderme–. Dice al cielo que está despertando.
No es la primera vez que Lizzy tiene un episodio tan extravagante como este. Le sucedió una vez cuando tenía seis años. Cuando cumplió seis años, su cuerpo y mente cambiaron, ya no era una niña normal en la tierra, empezó a pensar de una manera diferente y más profunda. Analizaba el comportamiento de los demás, detallaba los rasgos de las personas y podía decir con exactitud qué tipo de intenciones tenían, en ese entonces ella no lo sabía, pero estaba cultivando su don hacía las personas.
A su corta edad, logro tener el primer contacto con su maestro luego de muchos años de niñez. Él le hablo de su misión en la tierra y que debía aprender de los humanos, emociones, sensaciones, situaciones, experiencias, todo lo que veía desde el cielo pero ahora en la tierra. En ese momento, veía cosas que nadie más podía ver, tenía pesadillas de desgracias y la atormentaba que una sombra la estuviera asechando porque no cumplía con su trabajo como guardián –la inocencia pura de un niño-.
A raíz de todo eso, la carga emocional fue tan pesada que su mente colapso y su cuerpo enfermo. Sus padres preocupados la paladeaban y le cuidaban "la gripa" que había cogido quizás en un día de lluvia anterior. Pero ellos eran ignorantes sobre lo que realmente le pasaba a su hija.
Lizzy dormía poco y no podía comer. Cuando finalmente concilio en sueño, su alma asustada se desprendido de su cuerpo terrenal, pensó que si se quedaba tendría que sufrir y sufrir mucho, ella era una estrella feliz en el cielo, ¿Por qué cambiar esa paz, por un sufrimiento en la tierra? ¡Ni loca! Deseo desaparecer, regresar a la tranquilidad de su hogar celestial.
Su cuerpo ardiendo en fiebre y sin señales de mejoría fue llevado al centro médico y tuvo que permanecer por una semana, tiempo en el que no despertó. Los médicos decían a sus padres que la fiebre pudo haberle quemado el cerebro y por eso no despertaba, sin embargo el que respirara y se mantuviera por si misma contrariaba la teoría y por eso la siguieron tratando. Luego de esa semana, mágicamente Lizzy abrió los ojos y vio a sus padres envueltos en lágrimas y agradecidos con el cielo por devolverles su pequeña.
Lizzy no recuerda exactamente el viaje de aquella vez, solo recuerda a sus padres llorando mientras la abrazaban y besaban, pero sabe que pudo pasar algo parecido a lo que vivió en su última pesadilla.
El sol asoma su cresta y los rayos recorren de a pocos el horizonte pintándolo en degrade, amarillo, naranja, azul celeste. Recibiendo al sol, Lizzy se pone de pie, respira hondo y lo sostiene para poder decir unas palabras.
–Me quiero quedar. Me quedare con ellos. No quiero tener arrepentimientos y ser una estrella fugaz que se quema en la lejanía. Quiero seguir en este camino. Por favor, sígueme guiando y mostrando el sendero. ¡Oh,Jay! Apiádate de esta, tu estrella del firmamento, que con gusto te concede el derecho de convertirme en guardián para cuidar a los tuyos que tanto amas y por los que lloras–. Lo dijo en forma de poema y cantico antiguo que solo el cielo, el sol y ella comprenderían
Nadie supe que ese día ella vio salir el sol en el horizonte.
Lizzy regreso a su habitación antes que las personas de la casa despertaran. Se metió bajo las cobijas y se acomodó de lado para ver a Taehyung dormir, no quiso hacer sueño, se quedó despierta.
Con los rayos del sol iluminando la habitación de extremo a extremo. Taehyung por fin estira su cuerpo y abre los ojos, siente su mano vacía y mira a la cama, ve que Lizzy despertó y se inclina adelante para saludarla.
–Buenos días–. Dice con una sonrisa, una que ella no conoce.
–Buenos días, Tae–. Corresponde sonriendo.
Taehyung se levanta de la silla y se sienta en el borde de la cama para verla de cerca. Alza la mano y la pasa por la frente de ella revisando que la fiebre se haya ido.
–¿Cómo te sientes?–.
–Mareada, pero bien. ¿Dormiste?–.
–Sí. La silla no estan incomoda como parece–. Apunta la silla reclinable.
Ambos se miran, Taehyung le soba la cabeza con ternura y ella sonríe levemente, todavía no ha recuperado sus fuerzas del todo y salir a ver el sol agoto las pocas que había reunido.
–¿Qué paso anoche?–. Pregunta ella.
–Antes de eso. ¿Por qué no me hablaste estos días?–.
Lizzy pasa saliva y se encoge en las cobijas, la pregunta la deja indefensa.
–Tampoco habías comido bien–. Taehyung se cruza de brazos y la mira a la espera de una respuesta.
Ella muerde su labio, parece ser que debe comparecer por su bajo estado de ánimo que seguro fue el causante de su desestabilidad emocional.
–Creí que sufrirías menos si no me veías... Ese día en la playa, lo que dijiste... Tienes toda la razón, no he sufrido como ustedes–.
Taehyung siente como su corazón se encoge porque le debe una disculpa y porque ella estuvo sufriendo el doble por sus insensatos comentarios, que en realidad, no tienen nada de fundamento.
–Eso me llevo a pensar mucho en mi vida y perdí el apetito... Taehyung-ah, quiero discul...–.
–No lo digas–. La interrumpió alzando un dedo para callarla. –Aquí el tonto soy yo y quien debe disculparse, con todos, soy yo–. Soltó sus brazos y los llevo atrás apoyándose en la cama. –Todos ellos y hasta hace poco, yo también, nos dimos cuenta que eres una entrometida, pero que esa es tu virtud. Puede que tu vida estuviera llena de amor y de bendiciones, diferente a la nuestra, pero el modo en que nos tratas es como si hubieras librado una batalla contra el dolor y el sufrimiento...–. Giro a verla y le sonrió. –Ahora entiendo porque hasta Yoongi hyung cedió ante ti. Tienes un poder místico que nos atrae y terminamos por darte la razón y comprender el error en el que estábamos–.
Lizzy deja escapar una risilla entre las cobijas.
–Oye estoy siendo sincero, no te rías–. Dice amenazando levemente.
–No es por lo que dices. Es que todos piensan que soy una entrometida, hasta terminare por creerlo–.
–Pues créelo. Porque es la verdad, aunque no es malo, al contrario, con personas tan tercas y testarudas como nosotros, funciona muy bien–. Los dos ríen en una carcajada.
En eso tocan a la puerta.
–Siga–. Lizzy le da paso.
La puerta se abre y aparecen el cocinero, el ayudante y la ama de llaves que trae una bandeja con comida para la enfermita.
–¡Bendito el cielo que te hace ver radiante!–. Dice el cocinero viendo que está mucho mejor.
–Buenos días, señorita, joven–. La ama de llaves, rodea la cama para poner la bandeja en la mesa.
–Buenos días–. Responden ambos.
–Señorita, se ve muy bien, casi que no se le nota que estuvo enferma–. El ayudante la adula, maravillado de verla despierta.
–Eso espero–. Lizzy hace fuerza para levantarse y Taehyung la ayuda para que no se sobre esfuerce. Le acomoda las almohadas a la espalda y la deja recargarse en ellas.
–Pues aún tienes algo de fiebre–. Advierte Taehyung.
Ella levanta las cejas. Creyó que pasaría inadvertido el calor de sus manos y el frió de sus pies. La fiebre no se ha ido del todo, ese es el mareo en su cabeza.
–No se diga más. Nosotros la cuidaremos–. Dice la ama de llaves confiada.
–Siento causarles problemas. En especial a ustedes–. Habla para los dos de la cocina. –Sé que tuvieron un tiempo difícil cuando trate de comer–.
Ellos se miran y le dan una mirada de comprensión y amabilidad.
–No se preocupe señorita. Aunque déjeme decirle que este muchacho estaba muy preocupado por usted, no durmió nada anoche–. El cocinero molesta al joven de la cocina que se sonroja escuchando como lo exponen delante de ella.
Todos ríen por su reacción.
–¡Jefe, por favor! ¿Qué pensara la señorita?–. Dice con la mirada lejos de ella para no sonrojarse mas.
–Nada malo. Gracias por dedicar tu sueño, pero estaré mejor si descansas como debe ser–.
–Claro que sí, señorita. Viéndola recobro mis fuerzas–. Se lleva las manos a la boca cuando se da cuenta de lo que le acaba de decir. Parpadea, le falta el aire. Hace una reverencia y sale como alma que lleva el diablo de la habitación. Haciendo que todos rían otra vez.
–Muchacho cotizon. Parece que tiene un admirador señorita–. Comenta el ama de llaves.
–Así parece. Hágame el favor de decirle, que no se preocupe por lo que paso–.Pide al cocinero y este asiente.
–Joven, quería preguntarle, si lo de anoche sigue en pie–.
–Claro, ahora más que nunca–. Taehyung le guiñe.
–Entonces iré a la cocina para tener todo listo–.
–¿De que hablan?–. Pregunta Lizzy.
–No preguntes–. Dice Taehyung estirándose para ver que hay en la bandeja.
Lizzy le hace muecas al cocinero para sacarle algo pero él se niega, trata con la ama de llaves pero esta no tiene idea de lo que están hablando, se ve igual de confundida que ella.
–Disfrute el desayuno señorita. Le preparare comidas ligeras pero cargadas de energía para usted–.Ultima el cocinero y se retira de la habitación.
–Voy a estar cerca, si necesitan algo, me llaman–. La ama de llaves también se retira.
Lizzy y Taehyung desayunan en la habitación. Aparte de un racismo de tulipanes que es obvio quien los puso como decoración, hay caldo con pollo desmechado, gelatina, pan, jugo de naranja recién hecho y un poco de chocolate espumoso. Mientras él se encarga de repartir la comida equitativamente, Lizzy se acomoda mejor para comer sin problemas y recuperar energías, como le dijo el cocinero.
Aquí se evidencian dos cosas, una que la fiebre de Lizzy no ha bajado y dos que sus fuerzas físicas están en no más de un 20%. Taehyung trata de disimular para ella y pide darle de comer para que ella no se esfuerce demasiado. Al principio se niega, pero no tiene fuerzas y tampoco quiere que él arme un escándalo, así que asiente y se deja alimentar.
Lizzy lo observa, él sonríe cuando le muestra la cuchara para que abra la boca, pero sus ojos se ven preocupados. Pasa la comida y decide hablarle.
–Estas preocupado–, Recibe la comida.
–No es cierto–. Taehyung sopla la cuchara para no quemarla.
–Mentiroso–. Recibe la siguiente cucharada.
Ella lo ve fijamente y él no puede seguir disimulando.
–Está bien. Lo admito, sí, estoy preocupado por esa fiebre–. Deja la cuchara y parte un pedazo de pan para comérselo. –No quiero que te agraves–.
Lizzy toma un trozo de pan, lo moja en el chocolate y se lo come.
–Estoy bien... Eho no es na–. Lo desliza por su garganta y continúa. –La primera vez fue peor–.
Taehyung sorprendido e intrigado baja el pan con el jugo y le pregunta.
–¿Fue peor?–.
–Sí. Estuve una semana inconsciente, cuando desperté mis padres no paraban de llorarme encima–. Chasquea despegando las migas de pan de sus dientes. –Por eso digo, que no es nada. Con los medicamentos se me pasara–.
–Si tú lo dices–. Asiente y continúa dándole el caldo. –El médico me hizo algunas preguntas y quiero hacértelas a ti, para futuras ocasiones–.
Lizzy asiente y come tranquila y atenta a sus preguntas.
–¿Sufres de alguna enfermedad en particular?–.
–No que yo sepa. Fuera de estos dos casos siempre he sido una persona sana–.
Él asiente y prosigue.
–¿Te ha dolido algo?–.
Ella lo piensa y medita un momento, luego responde con naturalidad.
–No. Ya que lo dices es raro, porque no comía pero no me dolía el estómago, solo me sentía débil–. Lizzy bebe del jugo y se queda viéndole.
–¿Qué?–. Pregunta sintiéndose cuestionado.
–Me recuerdas a mi papá. Después de eso, me cuidaba mucho al salir en días lluviosos o en invierno. Tuve fiebres después pero nada grave que sus cuidados no lograran curar. Se parecen–.
Taehyung sonríe satisfecho de escuchar eso. Ninguno sabe mucho del otro y ese es un paso para saber sobre la chica entrometida.
–¿El medico te dijo algo de la fiebre? –.
–Dice que no es nada grave. No lo conecta con ninguna enfermedad–.
Lizzy asiente. Es normal que no lo vean como una enfermedad de extremo cuidado, empezando con que no es una enfermedad del cuerpo, sino del alma, y ese tipo de enfermedades no tienen curas terrenales.
Taehyung acaba su comida y le deja el jugo de naranja en las manos a Lizzy. Pone la bandeja en la mesa y se sube por completo a la cama, quedando sentado a su lado, usando de apoyo el espaldar de la cama.
–Ayer hable con mi hermana–. Taehyung soltó de la nada.
Lizzy volteo a verlo, estaba mirando a sus dedos que hacían círculos entre sí. Bebió del jugo y musito.
–Aja–.
–Lloro a penas me escucho la voz. Me conto donde vive y que está trabajando en una revista, siempre quiso ser periodista y estudio antes de casarse pero no lo pudo ejercer. Después de que se calmó, la escuche feliz, resplandeciente y tranquila. Recordé a mi hermana antes de casarse, irradiaba esa misma felicidad–.
–¿Te sientes mejor con eso?–.
–No solo mejor, me siento otra persona, alguien que puede romper muros de un golpe... Es curioso porque nunca me he sentido así–.
Lizzy suspiro aliviada.
–Es la fuerza de un alma regenerada–.
–¿Qué es eso?–. Taehyung se acomoda y se gira a ella.
–A nivel espiritual el alma alcanza su propio poder, si el cuerpo llega a perder fuerza física, el alma le dará su fuerza espiritual que es diez veces más fuerte y resistente. Esa fuerza aumenta cada vez que es regenerada, en pocas palabras, cada vez que el ser evoluciona su fuerza aumenta–.
–¿Crees que pude superar esto?–.
Lizzy lo ve a los ojos y él le sostiene la mirada, se dicen algo con gestos y ella responde.
–Es algo que nadie más que tú puede saber. Si estás listo o no, es tu decisión–. Le dedico una leve sonrisa.
El noveno soneto de Mozart suena en el celular de Lizzy, está entrando una llamada, ella se estira hasta la mesa, y lo trae para contestar.
–¿Una vídeo llamada?–. Taehyung se acerca para ver quién es.
–Sí, lo hacen mucho. Aunque es la primera vez de él, solo me ha enviado mensajes–.
Se deslizan por el espaldar de la cama y se recuestan juntando las cabezas. Lizzy oprime responder y se activa la llamada.
–Buenos días, Yoongi–. Saluda ella al aparecer el rostro de Yoongi en la pantalla del celular. Se ve de salida.
–Hola... ¿Ese es Taehyung?–. Acerca el rostro a la pantalla como si pudiera ver mejor.
–Hola hyung, buenos días–. Taehyung mueve la mano para saludar.
–Nada de buenos días, ¿Qué haces acostado en su cama?–.
Los dos se miran y alzan los hombros restándole importancia.
–¿Qué tiene de malo?–. Insta Taehyung.
–¿No lo sabes?... Y tu–. Señala a Lizzy y prosigue. –¿Por qué se lo permites?–.
–Porque no le veo el problema–. Hace un gesto de irrelevancia.
Yoongi se frota la cien dando resoplos y ahogando su inútil preocupación de chicos y chicas en un mismo círculo.
–No importa... Tú, idiota, ¿Cómo estás?–. Pregunta a Taehyung.
–Creo que bien. Pronto regresare–. Afirma con confianza.
–Eso espero, no me aguanto a Jimin, es peor que una patada en el ya saben que–.
Lizzy ríe.
–Quieres mostrarte fastidiado pero bien que te agrada que te este visitando–. Dice ella provocándolo.
–Ni en sueños. ¿y tu? Te ves pálida, ¿Qué pasa?–.
Ella se retrae y carraspea un poco, lo que menos quiere es preocuparlos más de lo normal.
–Acabo de despertarme. Así me veo en las mañanas–.
–Pues no es tu mejor ángulo–. Comenta arrugando la nariz.
–Acabas de herirme–. Comenta.
–La verdad suele ser así–. Mueve la cabeza de arriba abajo mostrando que no es su culpa.
–Parece que a mí no me extrañas–. Dice Lizzy luciendo ofendida.
Yoongi cambia su expresión, esta serio y la mira fijamente sin parpadear.
–Entonces, ¿Por qué te llamaría?–.
–Porque estas aburrido–.
–¿Eso crees?–.
Lizzy presta atención a su expresión, habla demasiado en serio para no mover los músculos de su rostro.
–Yo también te extraño–. Le suelta ella de la nada y Yoongi siente un nudo en su garganta. Toce y carraspea como si tuviera gripa.
–Aquí los están esperando. Dense prisa. Voy para el trabajo. Te escribo más tarde–.
–Que tengas un excelente día en tu trabajo–. Ella le guiñe.
–¡Ay! No hagas eso–. Dice tímido frunciendo el ceño.
–No finjas, sé que te gusta–. Vuelve a guiñar y se ríe.
–¡Eres insoportable!–. Corta la llamada.
Taehyung y ella se retuercen de la risa a costillas de Yoongi que casi explota de la pena con esa vídeo llamada. Como es raro ver que Yoongi se avergüence o que actué tímido, Lizzy sabe cómo aprovechar esos pequeños momentos que llenan de memorias en su alma.
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