Hoja 39.

La voz de Lizzy...

Taehyung parece un muñeco de trapo, de esos que adornan las camas de las niñas pequeñas. Está en un rincón de la cama en posición fetal, no emite sonido, respira eso es seguro, pero no hace nada desde esta mañana luego del desayuno. Sabía que se pondría mal una vez recordara lo que paso pero no pensé que hasta tal punto y estoy más preocupada.

Llame a Jackson. Por lo que paso en la mañana, la visita del oficial y Taehyung, olvide responderle el mensaje que envió temprano. Obviamente me regaño y me dijo lo terrible que se siente cada vez que es puesto a un lado por alguno de estos muchachos, quería decirle que lo sentía pero al final no pude; tal vez porque eso no cambiara nada, porque siempre los pondré delante de él, es mi deber como guardián. Quedamos en que vendría en la tarde luego de arreglar todo en la casa de campo, los empleados que están allá preparan la casa para nosotros, Jackson siempre ha sido delicado con esa cuestión de los empleados, solo los usa cuando se trata de alguien más porque él detesta ser atendido como si no pudiera hacer las cosas por sí mismo.

He alistado nuestras maletas. Acompañare a Taehyung, siento que si lo dejo solo, tendré más arrepentimientos de los que ya tengo. Lo que parece despreciable de esto, es que temo que si esta solo quiera atentar contra su vida, ni siquiera lo acompaño para servirle de consuelo, sino como un vigilante, pero es lo que me toca por permitir que pasara aquel suceso.

Es mi culpa, lo repito desde ayer. Un poco de atención, solo un poco era lo que necesitaba, un voy a ayudarte, no te preocupes, hubiera sido suficiente para que me contara exactamente como se sentía. Esto me perseguirá el resto de mi vida, cada que lo vea a los ojos lo mirare pidiendo perdón, quizás se moleste y diga que no debo hacerlo, pero es como me sentiré.

Pensé en ir a su apartamento por ropa de cambio, pero puede que el apartamento este rodeado de policías, cercado con cinta de peligro no pase, no podría entrar sin antes ser bombardeada con preguntas de los investigadores. Es lo que normalmente pasa en esas series y películas de criminalística, luego me dije que Taehyung no había matado a nadie, y entonces la imagen de los secuaces del esposo de Yunna vino a mi mente, estará rodeado o vigilado por hombres armados y con intención de detener a quien se acerque, eso suena más peligroso que los policías, así que me decidí por no ir.

Taehyung sigue en la esquina de la cama entre el ángulo de las paredes. Pongo mi trasero en el borde de la cama y suspiro, nadie me preparo para esto, es diferente a ellos en todos sus aspectos. A veces creo ver una sombra de alas detrás de él y me obligo a creer que es por el cansancio que lo veo de esa manera. Lo veo de reojo, su rostro está apoyado en los brazos que abrazan sus piernas, su mirada es entre cerrada, parpadea lento como si el tiempo estuviera detenido. Respire hondo para poder hablarle.

–¿Entendiste lo que te dije? –. Luego de ese ataque emocional cuando volvieron sus recuerdos, le conté el resto de la historia, y que haríamos una vez despertara.

–... Quieres aislarme porque soy un delincuente y la policía me está buscando... Más o menos eso–. Pesé a su expresión de absoluta depresión y sumisión, el tono que uso fue burlesco y sarcástico.

Llevo mis manos al rostro tratando de controlar las ganas de darle una bofetada y que entrara en razón. No a la violencia, dicen las campañas contra el maltrato infantil, pero que bien les sienta a algunos un par de golpes. Bajo las manos y las pongo en las rodillas, suspiro e intento hacerme entender.

–Iremos a una casa de campo. Estaremos allá el tiempo que necesites... Vuelvo a repetírtelo, no estás solo–. Mis palabras hacen eco en la habitación, pero rebotan en los oídos de Taehyung, lo sé porque su expresión no cambia. Taehyung es como un niño, cuando no quiere hacer algo inventara cualquier cosa para salirse con la suya iniciando con las pataletas. Lo entendí una vez que pude acercarme a él, su actitud frente a ciertas situaciones es la de un infante, puede que una de esas veces donde fingía sonreír; en realidad no entendiera la magnitud del problema que vivía.

Masajeo mis piernas, siento tenso los músculos y no es para menos, dormir se convirtió en un lujo para mí. En ocasiones cuando era pequeña y no lograba conciliar el sueño, mis padres se quedaban en mi habitación contando cuentos o alguna aventura de cuando se conocieron y se ignoraban, aunque sentían algo uno por el otro. Aquí no hay nadie que haga eso por mí, no están mis padres, no tengo a mi maestro, creo que empiezo a caer en la complejidad del ser humano. Estoy sola ..,

Y cansada. Esa es la verdad. Me tumbo de espaldas en la cama, el colchón de espuma hace que rebote un poco, extiendo los brazos a los lados y alcanzo a tocar el dedo gordo del pie de Taehyung, esto hace que me vea por unos segundos antes de que regrese a ver al frente. Respira hondo y mueve los labios.

–¿Qué pasara con mi hermana? –. Pregunta. También le hable de eso, pienso que solo quiere confirmar si escucho bien.

–El oficial con el que hablaste, se encargara de todo, de su estadía, de su seguridad, de todo lo referente a una nueva vida... Si me lo pides también la llevaré con nosotros. Solo es cuestión de llamar al oficial–. Espero su reacción y solo suspira. Es algo para tener el rostro tan inexpresivo. Hasta parece que su mente está en otro lugar.

Subió y bajo la cabeza lentamente. Quiere decir que está de acuerdo, pero no lo dice con palabras.

Veo el techo del apartamento y me pongo a pensar, ¿Qué tan bueno es que lo aislé? ¿Acaso no es mejor enfrentar las cosas? Al menos eso le estaba diciendo un par de meses atrás a Yoongi, lo que me hace caer en una gran contradicción, parece que no todos los consejos aplican para las personas, influye mucho el tipo de situación, no puedo ver esto más que como una lección de vida y como guardián. No puedo decirle eso a Taehyung, cuando no sé cómo hacerle frente yo misma, si estuviera en sus zapatos, simplemente huiría lo más lejos posible; aún si me dicen que no lo maté, internamente sé, que tenía las intenciones de hacerlo; al final ese punto es el verdadero problema. Añadiendo, que si estuviera sola sin ningún apoyo sería aún más aterrador de sobrellevar. Creo que esta es la verdadera razón por la que deseo que este apartado y a la vez que lo acompañe alguien, porque aunque quisiera estar sola, no me haría daño escuchar una voz de aliento.

Volteo a verlo directamente, su posición cambio un poco, ahora tiene la cabeza enterrada entre sus brazos y sus rodillas. Su cabello esta tan seco que en las puntas parece paja, debe llevar varios días sin bañarse el cabello, se ha descuidado mucho. Quiero acariciar su cabeza pero no se sí lo acepte o si me lance lejos y piense que lo hago por compasión. Me resisto y bajo la mano a la cama. Se ve indefenso y asustado, como un animal que recién llega al mundo y tiene enfrentarse solo a los ademanes del mundo. Lo observo, no está temblando, está recogido en sí mismo creando su espacio de seguridad. Muerdo mi labio vacilando si debo hacer una pregunta que tal vez debí hacer entre el caos de su inestabilidad de la mañana.

–¿Cómo te sientes? –. Está bien, hice la pregunta y la respuesta es lo que más me preocupa. Puede que desde cualquier punto de vista, la pregunta en si sea tonta e incómoda.

Saca la cabeza, voltea a verme con cara de ¿estás haciendo esa pregunta ahora? Ubica un punto al frente y moja sus labios antes de responder.

–Esta mañana cuando fui a lavarme la cara, me mire al espejo, ni siquiera pude reconocer la persona del reflejo... Así me siento–.

Una sirena de alerta se prendió en mi pecho. Fue una pregunta no solo tonta, también estúpida. Mi deber como su guardián es protegerlo, no lanzarlo de cabeza a los leones de la desesperanza y la tortura. Suspiro desalentada y recojo los brazos.

–No fuiste tú. El Taehyung ase...–. Siento que cada palabra de mi boca solo sirve para puyar más en la herida. Me detengo y re organizo la frase, más bien, la arreglo. –El que hizo todo eso, no es el Taehyung que conocemos. Fue la irá y la desesperación quien tomo control en ese instante. Luego el verdadero Taehyung apareció y no lo mato–. Aunque lo evite, palabras como "muerte, matar, asesino", y cualquier otro sinónimo del mismo, terminaba o al final o al principio de la frase.

Los dos volteamos a vernos al tiempo. En sus ojos estaba la nieve pero no era blanca, era gris, su alma se estaba congelando en la oscuridad, en sus pupilas vi a un ser atrapado entre barrotes; debe ser su culpa, me dije. Parpadeamos un poco, no decíamos nada, su respiración era profunda y entre cortada. Me pesa el pecho, y el alma. ¿Si hubiera visto más allá? Este es el momento donde pienso que como guardianes, necesitamos más que un par de visiones y noches llenas de insomnio; poderes, saber que pasara, porque es así. Somos guías pero no tenemos un horizonte trazado, también necesitamos guías y a estas alturas creo que mi guía quedo atascado en alguna parte del camino, porque no escucho nada desde hace tiempo.

Me quita la mirada y se desarma. Suelta sus piernas y las estira, estira los brazos y se dobla a la derecha y a la izquierda. Aunque su ritual parece cargado de energía, su rostro sigue exactamente igual de pálido.

–Voy a bañarme. ¿Dónde puedo encontrar ropa? –. No es tonto, sabe que no fui por ropa de cambio, pero siempre tengo un plan b para ciertas situaciones. Recibo cada quince días un bono de ropa por parte del plan de subsidios que mi padre dejo especialmente para su hija, así que tome unos bonos y conseguí ropa mientras él trataba de estabilizarse.

–La maleta azul oscura–. Señalo las dos maletas pegadas al closet. –Después conseguiremos más ropa–. Prometo.

Identifica la maleta, creí que iba a preguntar sobre que ropa estaba dentro o que la iba a sacar para escoger que ponerse, pero solo jalo la manecilla y la arrastro hasta el baño, sin gana, sin aliento. Se convirtió en un esqueleto andante.

Sigo tendida en la cama, tengo las manos entrelazadas a la altura de mi pecho. Solo hay dos sonidos dentro del apartamento, mi respiración y la llave de la ducha abierta. Estoy absorta en el dilema de Taehyung, no sé qué va a pasar, no sé cuánto tardara en reponerse, no sé qué viene después de reunir a los siete, no sé nada. Deambulo en un limbo. Escuche esa expresión en una clase asistida en el orfanato, al ser religiosos, hablan sobre el bien y el mal con los niños, sobre la luz y la oscuridad, claro que de un modo más sutil que ellos comprendan, La palabra limbo se refería a un lugar que no es el cielo ni el infierno, es la nada, las almas no están en pena ni en dicha, simplemente están en oscuridad absoluta, no saben hacía donde ir; y eso resulta peor que ser llevado al infierno.

Salgo de mis profundos pensamientos sobre mi alma en la nada, gracias a que siento vibrar la cama, bajo una mano hasta el bolsillo de mi jean y saco el celular. Es una llamada, y no puedo rechazarla aunque quiera.

–Hola–. Contesto con desgano.

–No preguntare como estás, ya se la respuesta–. Es Yoongi, usa un tono suave y consolador.

–Ni que decirte. Mi cabeza estallara–. Siento la necesidad de quejarme y usaré a Yoongi para ello, luego me preocupare por sus comentarios engreídos.

–Entiendo. ¿Cómo está? –.

–Creo que bien. No lo sé. Le dije sobre irnos a la casa de campo y solo pregunto por su hermana, sabe que el hombre se salvó, pero no vi ninguna reacción en él–.Estiro el cuello y miro a la puerta del baño, todavía escucho la ducha, él se tardara un poco.

–¿Cuándo se van? –.

–Mas tarde. Jackson dijo que me avisaría, solo estamos esperando. Taehyung aprovecho y se está dando un baño–.

–¿Contigo ahí? –. Escuche más que una pregunta, una exclamación.

–¿A qué te refieres? Es mi apartamento, ¿no? –.

–Eres demasiado confiada. Ecuación para Lizzy, él es un hombre, tu una mujer, que ambos estén en esas situaciones bajo el mismo techo, ¿no te dice nada? –. En realidad no entendía a qué quería llegar con eso. Él está en el baño y yo afuera, no es como si estuviéramos en la misma habitación.

–La verdad, no. Nada–. Respondí indiferente,

–Me rindo. Parece que este tipo de cosas son irrelevantes para ti–.

–Yoongi, mi cabeza–. Pongo el ante brazo en mi frente como si pretendiera dormir.

–Entiendo, entiendo. Vamos al grano. Los demás ya lo saben...–.

De golpe estoy sentada. Lo interrumpo.

–¿Qué tanto? –.

–No te adelantes. Solo que él tiene un par de problemas. Contarles en concreto lo que paso, depende de él. Además, no pude evitarlo, Jimin vino a mi apartamento desde ayer y no se fue hasta que no le dije algo convincente. No sabía que se habían vuelto tan amigos–.

Los músculos de mi espalda y cuello se relajaron, ya estaba pensando en un millar de excusas para defender a Taehyung y evitarle tener que dar explicaciones prematuramente. Volví a recostarme en la cama. Yo tampoco sabía que esos dos eran amigos, Jimin y Jin se conocen, Jimin conoce a Jungkook y Jungkook era, según yo el mas cercano a Taehyung. Puede que se hablaran en algún momento pero no tanto para ser muy buenos amigos, luego me di cuenta que he descuidado muchas cosas, entre ellas, a esos seis.

–Gracias por manejarlo–.

–No me agradezcas. Tenemos otro problema–. Yoongi sonaba cansado y a la vez fastidiado, lo imagine empujando una silla contra la pared, porque algo le disgustaba.

–¿Qué pasa? –.

–Jimin quiere hablar con él. ¿Crees que se pueda? –.

–Imposible–. Mi lengua soltó la palabra antes de que me diera cuenta.

No hace falta preguntarle a Taehyung si quiere hablar con alguien, más si se trata de un amigo. En este momento no está listo para hablar o explicar cómo se siente y que paso, y estoy segura que Yoongi lo sabe, solo que quiere escuchar que no está equivocado.

–Entiendo. Intentare persuadirlo–. Como dije, sabía la respuesta. Lo siento Yoongi estoy poniendo cargas en tus hombros, después te compensare.

–Gracias–. Se me escapo una risilla. Viniendo de él es un poco extraño y dulce.

–¿Qué es tan gracioso? –.

–Quien iba a creer que el engreído Min Yoongi tenía un corazón tan amable y noble–.

Escuche que se reía y trataba de taparlo.

–No sé si sentirme ofendido o halagado–.

–Es un halago, un halago–.

–Digamos que lo es... Una última cosa–.

–Dime–.

–¿El hermano de Jungkook y tú, se conocen? –. Su tono volvió a ser suave.

–Sí. Amigos de mucho tiempo, ¿Por qué?–.

–Porque lo vi muy preocupado por ti. Creía que tú eras la única tonta que te preocupabas por alguien que no conoces. Suerte, sigues siendo la única tonta–.

–Gracias por lo que me toca–. Eso me dolió. Por mis exageradas preocupaciones él está donde está, pero es algo que no diré.

–Ya lo sabes. Bueno, iré a trabajar. Llámame si necesitas algo–.

–¿Lo que sea? –. Recordé que Yoongi es fácil de sacar de casillas y quería reírme aunque fuera a costillas de él.

–Si...–. Vacilo unos segundos. –Bueno, si me vas a llamar a las tres de la mañana como mujer embarazada porque tiene antojos de alguna estupidez, obviamente estrellare el celular, no sin antes haberte aventado madres–. Creo que se lo imagino porque aumento el tono de la voz, haciéndolo mas divertido.

–Está bien, está bien. No después de las tres. ¿a media noche? –.

–Voy a colgar. Adiós–. Puede que si se lo tomara en serio.

–Espera... Gracias por la llamada–. Sonreí.

–Creo que estás mejor que hace unos minutos. Cuídate–.

–Tú también–. Cuelga.

                                                                                                    ***

Vamos en carretera. De la pensión a la casa de campo son tres horas de viaje. Jackson pasó por nosotros en su auto muy bien abastecido. Hablo con sus padres de que me quedaría en la casa y su madre se entusiasmó y empaco mucha comida y una cantidad de utensilios que, según ella, los necesitare en la estadía. Eso nos ahorró un par de paradas, porque la conozco, debió empacar comida para un año aún si solo me quedara una semana o dos por lo mucho. Taehyung va en la parte de atrás, yo estoy de copiloto. Jackson puso el CD de Bruno Mars, suena "Amazing"; una de nuestras favoritas. Veo por el retrovisor que Taehyung tiene el codo apoyado en el borde de la ventana, apoya el mentón en la mano y mira la carretera; tiene la misma expresión que cuando salimos. Venir a la casa de campo es más una obligación que una decisión propia, tal vez desee estar con su hermana, tal vez quiera huir a otra parte lo suficientemente lejos de lo que conoce, tal vez simplemente quiera quedarse tendido en una cama hasta que se le olvide respirar. La última pareciera la más acertada.

Jackson decide detenerse en una gasolinera, debe llenar el tanque para el resto del camino y el regreso; también quiere dulces y una coca-cola. Pido un té helado para mí, Taehyung no pide nada y nos ignora, así que pido otro té para más tarde. Con la lista de las compras, deja tanqueando y entra a la tienda de paso.

Suelto mi cinturón de seguridad y me dio la vuelta para verlo fijamente, ha estado muy callado y puede que sea porque siente pena con Jackson.

–¿Cómo vas? –.

Voltea a verme y se encoge de hombros, como diciendo "muy normal". Regresa a ver por la ventana.

–Tenemos que hacer que esto resulte. Necesito que pongas de tu parte–.

Entre abrió la boca y me miro de lado, vi ese negro oscuro en sus pupilas y retrocedí con la cabeza.

–Estoy pensando la razón exacta del porque te hago caso. Debe ser más que suficiente–. Apago los ojos y regreso a la ventana.

Me dejo sin palabras, no tuve más remedio que regresar a mi posición y ajustar el cinturón. En parte tiene razón, yo no soy nadie en su vida, prácticamente una extraña lo está arrastrando a un lugar que desconoce porque tiene miedo de que él no sea capaz de afrontar la situación estando tan cerca de lo que ha sido su desastre de vida; no se escucha muy lindo que digamos y otra vez me pongo en su lugar sobre que haría yo y como me sentiría.

Al cabo de unos minutos Jackson regresa con dos bolsas de la tienda, parece que compro más de lo que tenía pensado, pero no tengo el suficiente ánimo para preguntar que trajo. Pone las bolsas en la parte de atrás, saca los encargos y se sube a su puesto frente al mando, me entrega las botellas y me da una mirada y otra a Taehyung, luego suspira.

–¿Sucede algo? –. Me pregunta.

Le sonrió torpemente, es inútil fingir con él, sé que no insistirá y después me preguntara a solas.

–Nada. Te tardaste mucho–.

–La chica cajera tiene un problema con las matemáticas, creo que no termino la primaria–. Soltó molesto.

–Quizás tuvo un mal día–.

–No es culpa de los clientes–. Encendió el auto. –Bueno, andando–.

El camino por la carretera fue igual de silencioso y tranquilo, excepto por las desafinadas letras que recitaba Jackson cuando sonaba alguna canción que se apoderaba de su voz. Casualmente mire a Taehyung por el espejo retrovisor y solo miraba por la ventana, suspiraba una que otra vez y bajaba o subía la mano para descansar sobre el puño.

Mientras estábamos por llegar me seguía cuestionando si hacía lo correcto. Si esto era lo que realmente debía hacer, por mas que me preguntara y buscara dentro de mi, las respuestas siempre eran incompletas, escuchaba un resonante "pero" que contradecía lo que pensaba con lo que hacía. Mi cabeza estaba como "Es lo mejor para él... pero no es lo que quiere" o "Debo ayudarlo... pero realmente no sé cómo"; un callejón sin salida.

Finalmente el auto se detuvo en el aparcadero de la casa de campo. No ha cambiado nada desde la primera vez que vine con Jackson. Una casa de dos pisos que cubre el diámetro de media manzana aunque está escondida entre árboles pero cerca de una bella playa. El color madera envejecido que la hace tan casual y hogareña, en la entrada principal hay ramales que adornan el camino hasta la puerta, dentro a mano izquierda la sala de estar con los amplios sillones de cuero café; no parecen pero son del siglo pasado solo que muy bien conservados, al fondo por un pasillo iluminado por luz natural puesto que al final del pasillo hay un enorme ventanal de capitolio adornado con cristales de colores; se llega a la cocina más grande que he conocido hasta ahora, comida de toda clase se puede preparar con los utensilios suficientes y por lo cual me pregunto porque la mamá de Jackson envió utensilios de cocina. Al costado derecho esta la biblioteca y seguida una sala de juegos ping pong, billar y consola de video juegos, sigo pensando que esta casa fue adquirida cuando Jackson era un niño porque en si la estructura está hecha para que un pequeño se divierta en sus vacaciones de verano.

En el centro están las escaleras al segundo piso para encontrar las habitaciones, son cinco en total, dos grandes matrimoniales y las otras pequeñas pero con la misma condición que las grandes, aparte de las dos enormes habitaciones, solo una de las pequeñas tiene baño privado y balcón personal. La vista de los balcones es directo a la playa y una parte de los árboles, es un bello paisaje para descansar y mandar lejos las preocupaciones, que es lo que quiero que haga Taehyung mientras estamos aquí.

Nos recibieron los tres empleados fijos el mayordomo, la ama de llaves y el chef, más dos empleados temporales un ayudante de cocina y una camarera. Esto es obre de los padres de Jackson que en antes me ofrecieron formar parte de su familia con dos bellas propuestas indirectas; o me caso con Jackson o me dejo adoptar, lo cual esquive diciendo que siempre cuidaría de él y sonó casi a lo mismo.

Pesé a que estábamos en una mansión apartada de la civilización pero muy bien dotada para darnos una buena vida y olvidarnos de aquel oscuro lugar donde vivíamos, Taehyung no pronuncia una sola palabra, hace gestos y sonidos monofónicos de aceptación o negación, aunque a casi todo lo ha dicho que sí. Me digo a mi misma que debo darle tiempo para que se acomode y se relaje, tarde o temprano podrá responderse el porque me siguió hasta acá.

Cuando Jackson nos entregó las llaves de nuestras habitaciones supe que todo había sido planeado y estoy segura que sus padres fueron parte fundamental de esto. Las llaves de las habitaciones van por colores azules y amarillas, las azules son de las habitaciones grandes y las amarillas de las pequeñas. Veo las llaves azules y en sus ojos una mirada de "ni se te ocurra armar un pelito y recharzalo", me evito un dolor de cabeza y sigo a la ama de llaves con Taehyung detrás y Jackson.

Una vez entró es una completa extravagancia. Todo es tres veces mas grande de lo habitual, la cama, el closet que quedara anoréxico con la ropa que traje, el baño que parece otra habitación siendo la bañera la cama de agua, la vista a la playa, es sin mentir, lo único que no reprochare en la estadía, calma cualquier cólera que este sintiendo en este momento, así que Jackson ha sido salvado por la mejor de las vistas a un paisaje inigualable. Dejo la maleta junto a la cama y toco a tientas la cama, el colchón se parece al mío, más largo y ancho.

–Porque no saltas sobre el cómo niña pequeña y lo pruebas de verdad–. Jackson esta recargado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y la pierna ligeramente cruzada.

–Me sorprende lo que puedes hacer en un día. Es más de lo que esperaba–. Indico toda la habitación haciendo sema círculos a lado y lado.

Hace una sonrisa de lado y corre a la cama, para saltar sobre ella, rebota unas veces y queda de espaldas con los brazos extendidos.

–Mis padres te quieren más que a mi. Claro que no me molesta que sea así. Es idea de mi mamá, yo solo llegue reclamando porque tenía que ser tu salvavidas siempre–. Se da media vuelta y descarga su cabeza en su brazo. Me sonríe cínicamente luego de esa declaración.

–Yo soy como tu karma, tú eres cruel con tus padres, y yo lo soy contigo–.

–Admites que eres cruel conmigo. Que mujer tan perversa–. Con su mano libre se toca el tabique y pretende una escena de drama.

Cruzo mis brazos conociendo sus escenas de ante mano, se ve tierno haciendo pataletas y esa parte siempre me ha gustado de nuestra amistad.

–Ya, deja el drama que no te creo–.

Termina el espectáculo y levanta la mirada otra vez con su sonrisa de lado.

–En una época servía. Creo que con el tiempo voy perdiendo mis encantos–.

Río con el comentario, Jackson el hombre más crecido en cuanto a su aspecto físico y encantos de macho encantador diciendo eso, nadie lo creería.

–¿Es en serio? –. Preguntó.

–No. Bromeo. Mis encantos son infinitos–. Ese es el crecido que conozco.

Suspiro y la sonrisa de ambos se desvanece en las paredes blancas de la habitación. Hace sol afuera y sin embargo parece invierno adentro. Recuerdo que no estoy de vacaciones en este paraíso.

–¿Crees que funcione? –. Pregunta él.

–... No lo sé. Es lo que espero–. Alce los hombros un poco.

Aunque mi querido amigo no está familiarizado con lo que le paso a Taehyung, entiende por mi pedido, que se trata de algo serio, por lo que evita hacerme preguntas al respeto. Sabe que soy sensible con este tipo de situaciones y prefiere guardar las preguntas para otra ocasión; de lo que estoy enteramente agradecida.

–Iré a ver que será la cena. Te veo a bajo más tarde ¿sí? –. Se pone de pie de un salto.

–¿Vas a quedarte? –. No es una pregunta, es una petición.

–Por supuesto–. Guiña y sale de la habitación.

Es un alivio. Que se quede la primera noche, me servirá para convencerme de que todo saldrá bien, porque siendo sincera, ya no sé si lo es.

Respiro hondo a la vez que estiro mis brazos, reúno fuerzas y me dirijo a la habitación de Taehyung para ver cómo va el deshacer de las maletas, que en realidad son dos pequeñas maletas. Asomo la cabeza y lo veo viendo por la ventana corrediza de la habitación, tiene ambas manos en los bolsillos y las maletas están junto al closet. Estiro la mano y toco la madera del marco de la puerta para que me dé permiso de pasar a su habitación. Gira la mitad de arriba de su cuerpo, asiente y regresa al frente, interpreto eso como un "siga" y estoy adentro. Su habitación es igual de extravagante que la mía, demasiado grande incluso para dos personas.

Me siento nerviosa y tímida, algo que no me había pasado con él, debe ser por la culpa o el simple hecho de no significar nada especial para él, es como no tener derecho de interactuar con él. Aun así, camino hasta el lado de la cama a sus espaldas y me siento en el borde. Nos quedamos en silencio por unos minutos hasta que creo que si él no puede hablar, yo debería hacerlo.

–Es grande, ¿cierto? –. Nunca me ha costado tanto iniciar una conversación.

Asiente.

–De haber sabido, hubiera traído las cosas de mi apartamento, caben perfectamente en esta habitación–. Reí forzadamente y luego me di cuenta de que estaba actuando patética frente a él.

Él volvió a asentir.

Carraspeo y pienso rápido en algo para que no quede solo en esto.

–Van a preparar la cena... ¿Quieres algo en especial para comer? –.

Niega con la cabeza.

Esto me exaspera. Es cierto que debe ser difícil para él, pero me gustaría que dejara de ser egoísta y se diera cuenta del esfuerzo que estoy poniendo en que esto salga bien y que él logre encontrar el horizonte en su vida. Pero me siento peor, porque si hablo de egoísmo soy peor que él, lo traje aquí a pesar de que no quería venir.

–¿Necesitas algo? –. Intente una última vez.

Voltea a verme dándome un susto y haciéndome tragar un grito.

–Quiero estar a solas–. El frió en sus ojos congelo mi voz. Sentí que no era una petición, sino una orden.

Asentí aceptando que había perdido la primer batalla. Necesita espacio y sentirse cómodo, me dije y luego camine a la puerta. Agarro la perilla y voy cerrando detrás de mí la puerta, antes de ajustarla por completo, le quiero hacer saber que no me ha ganado la guerra y asomo la cabeza.

–Vendré a buscarte para la cena–.

Asiente otra vez. Cierro la puerta.

-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

El personaje de Tae desde I NEED U es como el mas pesado -a mi modo de ver-, su sonrisa que no están de alegría, su mirada que no es tan inocente y el tono de su voz que no es tan claro. Por eso le pongo un poco mas de contenido a su personaje.

Si les gusta, ya saben que deben hacer... Vamos por el siguiente!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top