Hoja 30.
La voz de Lizzy...
Hoy es el día de las carreras, quisiera tener uno de esos dispositivos que mide distancias para saber cuanto he corrido desde está mañana. Primero fue con Yoongi para no llegar tarde al instituto y acompañarlo a ese barrio lujoso, luego que íbamos a comer y el condenado se bajo cuatro calles antes que porque quería caminar, cuando antes de subirnos al taxi dijo que estaba cansado. Ahora para llegar con Nam Joon que me amenazo que si llegaba tarde pagaría la cena, pero le cobrare a Yoongi por tenerme atada a él toda la tarde entre tienda y tienda, y caminatas sin sentido.
El autobús por fin llego al auto lavado, el trafico no era malo pero un accidente obstaculizo la vía por varios minutos alterando mi estado de ánimo. Baje del autobús y cruce la calle para la estación de gasolina. Mire rápido buscando a Nam Joon pero no lo vi en su estación de siempre, busque a los costados pero tampoco se veía, estará en el baño o cambiándose. En mi reloj de mano son tres minutos tarde, maldito Yoongi me pagaras esta. Me acerque a los estantes de gasolina, reconozco uno de los compañeros de Nam Joon y le pregunto en donde está.
—Nam Joon no vino a trabajar hoy—.
—¿Como?—.
—El jefe lo estuvo llamando pero no respondió, ¿no sabías?—.
—No. Gracias por el dato—.
—Si lo ves, dile que el jefe no esta molesto, que traiga una excusa y listo—. Se notaba que eran buenos compañeros.
—Yo le digo, gracias—. Con mi cara de preocupación y la uña en los labios me regreso al cruce de la calle.
¿Como que Nam Joon no vino a trabajar? Mejor ¿porque no me escribió para avisarme? Algo no estaba bien en todo esto, él no es así y menos si se trata de su trabajo, ante todo es responsable y si iba a faltar avisaría para que alguien mas cubriera su puesto. Saque mi celular del bolso, marque el número de Joonie y espere, timbro la primera, la segunda hasta una quinta vez y se fue al buzón, remarque y fue exactamente igual. Bien, estaba mas que preocupada, asustada, ¿le habrá pasado algo? Es mi amigo, y mi protegido, porque si, sigo creyendo que él es uno de los siete. Debo ir a donde él vive, claro si supiera donde vive.
Me regreso con una idea en la cabeza, tengo que conseguir la dirección de Nam Joon y rogar porque nada malo le haya pasado y que solo sea porque tuvo tanta pereza que no quería trabajar, aunque es algo que no me creería viniendo de él. Busque al chica de antes y lo interrumpí en su trabajo, otra vez.
—Disculpa, de casualidad sabes donde vive Nam Joon—. Mordí la esquina de mi boca porque no sabía que me respondería el chico.
—No, hemos salido un par de veces pero nunca a su apartamento. Es muy reservado—. Si, ese es mi amigo.
—Ya veo. Siento molestarte—. Bien, no tengo nada. ¿Como se supone que lo busque?
—Pero pregúntale a Yoon, es con quien mas se habla de aquí—.
—¿Quien?—.
—Allá, el chico de gris que esta escribiendo en el cuaderno. Nam Joon nos hablo de ti el otro día, no tendrá problema con ayudarte—.
—Gracias—. No perdí tiempo y corrí hasta el chico de gris.
Debo haberlo tomado por sorpresa porque casi se cae para atrás en la silla de plástico cuando mis pies frenaron con fuerza.
—Perdona, no quería asustarte—.
—Lizzy, ¿cierto?—. Me señalo con la punta de su lápiz.
—Si. Tu eres Yoong—. Estire la mano.
—Si. Nam Joon me ha hablado de ti—. Estrecho mi mano.
—Espero sean cosas buenas. Siento molestarte, me dijeron que Joonie no vino a trabajar, quedamos de vernos pero no me responde el celular, ¿sabes donde vive?—.
Yoong me miro entornando los ojos, imagino que se preguntaba, ¿como siendo su gran amiga no sabía donde vivía? Bueno tendría que contarle que nos separamos años atrás, y que entre lo que hemos hablado en el reencuentro no hemos tocado temas básicos como esos.
—También lo he llamado, estoy preocupado y pensaba en ir a verlo al salir del turno, pero tengo mucho trabajo... —. No se sentía convencido.
—Yo iré a ver que paso. Puedes darme tu número y a penas sepa algo te llamo para que estés mas tranquilo—.
—Esta bien—. Tomen nota, puede ser una nueva y mejorada manera de obtener números de teléfono.
Arranco un trozo de papel de su cuaderno y escribió un número.
—Este es mi número. Nam Joon me dijo que vive en el conjunto ARA en Daesung a veinte minutos de aquí, lo reconocerás porque en frente hay un motel—.
—¿Haz ido a su apartamento?—. Doble el papel y lo guarde en el bolsillo del pantalón de tela.
—No. Solo le pregunte y me dijo—.
—¿Como sabré que piso y que apartamento?—.
—Pregunta en recepción, ellos deben darte información—.
Asentí e hice una reverencia, Yoong se ve mayor que yo y debía mostrar modales como la amiga de Joonie.
—Gracias—.
—No hay porque. Dile a ese bribón que me debe un día de trabajo y que deje ese tristeza de lado—.
—¿Hablas de su hermano?—. Ambos estábamos confundidos.
—¿Sabes de su hermano menor?—.
—Algo... ¿Ha estado raro?—.
—Distraído. Entrego mal un cambio, puso gasolina en vez de ACPM, cosas así. Hasta pensé que me había echo caso de tomarse un descanso, pero cuando el jefe me preguntó por él supe que no había sido así—.
—Estoy preocupada, mejor me voy de una vez para salir de dudas. Gracias otra vez y luego te llamo—. Dije.
—Estaré pendiente—. Asintió.
Corrí a la estación donde me recoge el autobús, ojee rápido el auto lavado esperando no toparme con Jin, empezaría a preguntar y eso me quitaría tiempo. El autobús no tardo mucho y pude subir. Según la indicación de Yoong, Nam Joon vive a cuatro paradas adelante, casi llegando a una carretera que da para la salida al campo, donde esta ese conjunto residencial y luego están los estaderos o paraderos que los viajeros usan para descansar durante el viaje.
Intente cinco veces mas comunicarme con Nam Joon y al final me mandaba directamente al buzón o esta rechazando las llamadas o se descargo el celular. No había respuesta de los mensajes y su última conexión era de dos días atrás.
Tenía en celular en la mano por si milagrosamente él me devolvía la llamada. En eso vibra en mi mano y contesto sin mirar.
—¡Hola!—.
—¿Tanto me extrañas que puedes contestar así de rápido? —. No es Nam Joon, es Yoongi quien esta llamando. Escucho su risa burlona del otro lado.
—¿Que pasa Yoongi? ¿Dejaste de invernar y te sentiste solo?—. Toque mi frente con el dedo pulgar y el indice, estaba un tanto estresada.
—¿Como vas en tu cita?—. Sentí un aire de reclamo y disgusto al final.
—No es una cita cuando es entre amigos—.
—Tenías mucho afán, yo lo vi como una cita, una cita muy importante—. A este chico le encanta molestar a los demás, parece que vive por eso.
Lo que Yoongi no sabe es que alguien puede estar en serios problemas mientras él hace bromas, y se burla de mi. Como no sabe esa parte, perdono su burla y trato de la manera mas amable y cortés de cortar su llamada, siento una presión en el centro del cerebro por no saber de Nam Joon y no tengo tiempo para lidiar con el humor de Yoongi.
— Estoy un poco ocupada, si quieres hablamos cuando regrese a la pensión—.
—Eres muy ilusa, no te llame porque quisiera hablar contigo, solo marque mal un número y no quise desperdiciar el minuto—.
—Si claro, claro. Apuesto a que ni siquiera te sabes mi número—.
—Soy muy inteligente, tu número es 254 546 124 —.
—Nada mal y eso que no me soportas—. Si Yoongi sabía molestarme, yo también conocía como fastidiarlo. —Admítelo, no me odias. Es mas, hasta me quieres y me llamas porque quieres saber si regresare para invitarme a cenar, pero lo siento, esta visita tiene cena incluida, será en otra oportunidad—. Eso te pasa por fastidiarme justo cuando estoy mas estresada. ¿Quien dice que un guardián no puede perder la paciencia?
—¡Eres una tonta!—. Colgó.
Bong Soon le dijo que había madurado, ¿era peor que esto en la secundaría? Definitivamente tendré que hablar con ella para determinar en que aspecto maduro su Yoongi, porque el que yo veo es demasiado infantil.
Por fin el autobús llego a Daesung, la estación queda justo en frente del conjunto residencial y cruzando la calle esta el motel, que por alguna extraña y efímera razón se me hace familiar, solo que no se porque. Camino hasta la portería, el vigilante, contrario a nuestro administrador en la pensión, lleva un traje de guarda de seguridad, un revolver en el cinto de la cintura, una macana y un radio colgado en el bolsillo pegado al pecho. Me mira llegar y se aproxima a la reja amarilla.
—Buenas tardes, ¿en que le puedo servir?—. Su acento es de Busan, tengo retentiva para eso.
—Buenas tardes. Estoy buscando a un inquilino del conjunto—.
—Dígame el nombre—. Decolgo el radio de su pecho.
—Kim Nam Joon, por favor—.
—Un momento—. Oprimió el botón del radio y se escucho la interferencia. —Aquí dango, quiero saber si esta el señor Kim Nam Joon—.
—Listo, estoy revisando en la base de datos—.
El hombre me miro y asintió. No tuve que esperar mucho pero por la ansiedad de ver a Nam Joon lo hacía ver mucho tiempo.
—No. No tenemos nadie registrado con ese nombre—. Hablan en el radio.
—Listo. Gracias. Señorita no tengo ningún Nam Joon—. Repitió la información.
Asentí porque no podía hacer mas. Nam Joon no sabe que Jungkook conoce donde trabaja así que esta descartada la idea de que se puso otro nombre, igual, en el trabajo lo conocen por su nombre real. Estoy mucho mas preocupada, estoy en el lugar donde Yoong me indico que Joonie le dijo pero aquí no vive él, ¿porque le mentiría? Di la vuelta y camine hacía la carretera, levante la mirada, veo el cruce de la calle, los autos pasan muy rápido y en lo alto esta un letrero de luz fluorescente que dice MOTEL, en alguna parte lo vi antes y me llama la atención.
Sumida en mis pensamientos camino derecho para cruzar la calle, un auto pasa rozando mi cuerpo, del sustos brinco hacía atrás y la imagen delante de mi cambia, la luz, el color, algo diferente ven mis ojos. Veo a Nam Joon tambaleándose, no puede mantenerse estable, estiro la mano tratando de alcanzarlo y un segundo auto pasa esta vez rozando mis dedos, retiro la mano asustada y ahora veo todo normal, no esta Nam Joon, los colores son del día y sigo cerca de la carretera.
—El sueño...—. Me digo recordando porque creía haber visto el letrero fluorescente. —El sueño con Nam Joon... Él no vive en este conjunto, vive en un motel... ¿porque?—.
—... Kim Nam Joon...—. Una voz ronca susurra en mis oídos, un escalofrió baja por mi espalda, es una señal de mal augurio.
Espero que pueda cruzar y cuando no hay autos por ninguna de las calles. Cruzo las calles y estoy frente al motel. El olor cambia de una acera a la otra, humo, alcantarilla, alcohol, medicinas, no es un lugar apto para vivir y no le envidio nada de vivir en la pensión, aunque los olores son parecidos, cada cual puede ambientar su espacio, aquí no se ven mas alternativas.
De entrada están las habitaciones, una caseta con el nombre de administración señala el lugar donde se pueden obtener las llaves. Primero tengo que recordar el sueño, esta Nam Joon tambaleándose, parece ebrio, da unos pasos y ... cae, Nam Joon cae justo antes de llegar a su habitación y desaparece en mi sueño, así que no se exactamente a donde iba, mi opción es preguntar en información.
Llego a la caseta, pareciera que los administradores de lugares como estos y las pensiones tuvieran que verse como vagabundos andrajosos para poder ejercer su cargo. Aquí no es la excepción, el hombre de unos treinta años huele como si la mitad de su vida no se hubiera bañado, respiro profundo y espero que mi técnica de respiración funcione para aguantar la hediondez.
—Buenas noches damita—. Esta cayendo la noche, y me habla tan informal.
—Buenas noches, señor. Me gustaría saber si me puede dar información de alguien—.
—Para ti cualquier cosa—. Una gota de saliva le escurría de los labios, jamás me había dado tanto asco una persona.
Carraspee para que no se me notara lo incomoda que estaba, necesitaba la información.
— Es un hombre, se llama Kim Nam Joon—.
—El chico Kim. Que suerte tiene el mocoso por tener a una mujer tan bonita detrás—. Rodee los ojos.
—Puede decirme que habitación es, por favor—.
—Este pasillo derecho, el 401. No lo he visto en todo el día—. Señalo el pasillo a la derecha de la caseta.
—Muchas gracias—.
—De nada. Si él no te sirve, aquí estoy yo, linda—. Asentí y quería huir lo mas rápido posible de su detestable aliento a cañería.
Respire normal cuando estaba lo suficientemente retirada de la caseta. Camine siguiendo los números de las habitaciones, hasta que llegue a la 401, junto a la puerta esta la ventana, una cortina la cubre y no deja ver nada adentro. Toco a la puerta y pego el oído a la puerta; no se escucha a nadie, toco otra vez y no ay señal. Pongo la mano en la perilla de la puerta, la aflojo y se abre, no entiendo esto de las habitaciones de moteles pero debe ser que hay alguien adentro, Joonie no dejaría su habitación sin llave.
—Joonie, soy yo... Lizzy...—. Entró y veo la cama desarreglada, la lampara esta prendida, la puerta del baño esta abierta y la luz encendida.
—Joonie... Te estuve esperando en la gasolinera... ¿Te estás escondiendo porque no tienes para pagar la cena?... ¿Joonie?—. Esto esta mal, no escucho nada, ni veo nada que me indique que paso dentro de la habitación, hay comida sobre una mesa de dos puestos, no huele fuerte, no debe llevar mucho ahí.
Justo mi celular vibra, del susto doy un salto. Respiro profundo y saco el celular de la bolsa, Jungkook me esta llamando en el momento menos indicado. El celular vibra en mis manos, veo un registro de cinco llamadas perdidas de él, ¿cuando? Sigo mirando alrededor; el celular no para de vibrar, tengo que contestar o no me dejara tranquila.
—Hola—.
—Hola Lizzy... ¿estás ocupada?—. Se escucha nervioso, quiere saber por su hermano.
—No mucho...—. Estoy buscando una señal de Nam Joon, muevo un montó de cobijas sobre la cama.
—¿Están juntos? —. En la mesa de noche esta el celular de Nam Joon, toco la pantalla y no enciende, debe estar sin batería.
—Algo así—. Palabreo.
—¿A que te refieres?—. Cierto, Jungkook esta en la línea.
—Que él esta comprando algo para comer—.
Di un golpe en mi frente para reprender el medio error que estaba por cometer. Seguí revisando y al costado de la cama escondido entre la mesa de dos puestos veo el brazo de alguien, brinco al otro lado y esta Nam Joon tirado en el suelo con un frasco blanco en la otra mano. Caigo a su lado y las palabras no me salen, estoy temblando, mi corazón no soporta otra escena así.
—Hola... ¿Hola? Lizzy... Lizzyy...—. Jungkook sigue en la línea y aguanto las lágrimas. —¡Lizzy!—.
—¡Te escucho! ... te escucho...—.
—¿Que pasa? Suenas agitada—. Intento respirar adecuadamente y trago para hablar.
—Ehmm... Hablamos mas tarde... Tu... Tu hermano viene con la comida. Te veo en la pensión—. Colgué y lance el celular sobre la cama.
Nam Joon yace en el suelo inconsciente, tiene pulso pero no responde a mi llamado. ¿Que paso? ¿Porque esta así? No entiendo nada, debo tranquilizarme y poder hacer algo para ayudarlo, tiene fiebre y sus labios están colorados. Pido a mi creador que me de fuerzas para superar esto, es mi amigo, una persona muy especial para mi y se me rompería el corazón si algo le llega a suceder.
—Joonie, ¿que te paso?—. Busque alguna herida y no encontré nada.
Lo tome de los brazos, use mi fuerza, es grande y desmayado debe pesar el doble, pero parece que no se alimenta bien porque logre subirlo a la cama, sude un poco, pero lo hice. Le quite las sandalias que acostumbra en días de descanso. Tome su temperatura, y estaba ardiendo en fiebre. Fui a la cocina, agarre una cubeta; la llene de agua y tome una toalla del estante, regrese a la cama y moje la toalla, la puse en su frente, lo que me preocupaba era cuanto tiempo llevaba así y si la fiebre era tan grave para tener que salir al hospital.
***
Amaneció el Lunes, no es festivo, tengo Universidad, salida con Jackson, trabajos para presentar y una visita al orfanato. Miro en el celular las decenas de llamadas de cinco hombres, seis con Jackson que quiere recogerme de camino a la Universidad, algo que sigo reprochandole porque en realidad debe hacer doble viaje de su casa a la pensión. No hablare con ninguno, estarán preocupados pero esta vez no se como explicar mi ausencia. Al único que le hable fue a Jackson para que me excusara en las clases y que luego le daría explicaciones.
Baje la fiebre de Nam Joon, el color de sus labios es natural, su respiración normal, aún así, no despierta. Me di hasta las siete de la mañana,si no despierta, llamare a una ambulancia. En la noche salí para comprar medicamentos, gracias al conjunto residencial, existen droguerías cercanas. Estoy cansada, pero no puedo quedarme dormida, no mientras él no despierte.
De repente la cama empieza a moverse, Nam Joon esta moviendo la cabeza, mueve las manos y entre abre los ojos. Observa su entorno, yo estoy a los pies de la cama y camino lento para quedar a un costado. Él cierra los ojos y los abre, la cortina esta cerrada evitando el filtro de luz, puede ver sin problemas. Estira su cuerpo entumido, hace quejidos y regresa a la postura de difunto. Carraspeo para llamar su atención y por fin se da cuenta de mi presencia, sorprendido intenta levantarse pero el mareo por la fiebre lo hace regresar.
—Lizzy... ¿que haces...—.
— aquí?—. Complete su pregunta. —Resulta que ayer Domingo, quede de encontrarme con alguien en su trabajo, llegue y ¿que crees? Ni siquiera fue a trabajar—.
—¿Como me...—.
—encontraste?—. Volví a completar la pregunta. — Indague con tus compañeros y uno me dijo donde podía buscarte, claro que él hablo de un conjunto residencial y no de un Motel—. Soné como una persona serena, en realidad estaba molesta con el hombre en la cama.
Nam Joon rasco su cabeza y apeñusco los ojos, sí estaba en problemas, sí se donde realmente vive y sí tendrá que darme muchas explicaciones.
—Será mejor que te vayas, te hablo después—. Lo dijo sin compasión de la persona que estuvo toda la santa noche cuidando su fiebre.
Estire la mano y alcance la toalla mojada dentro de la cubeta, la lance a su rostro y de inmediato reacciono disgustado y mando a volar lejos la toalla mojada.
—Mira Kim Nam Joon, no he comido nada, no he dormido en toda la noche, ¿crees que me iré así no mas? Me debes un par de explicaciones y una cena—. Mi pie zapateo dando una orden.
Él se recargo en las almohadas quedando medio sentado, se quejaba del dolor en su cuerpo fruto de una fuerte virosis, porque el frasco que encontré en su mano era de antibióticos, que espero se hayan acabado y no que se los haya tomado todos.
—¿Que quieres saber?—. Su voz sonó ronca. Tome de la mesa un vaso con jugo de naranja y se lo entregue, me senté a los pies de la cama en dirección a él.
—Cosas sencillas como por ejemplo: ¿que te paso? ¿porque no me avisaste? ¿que haces viviendo en un motel? De ese estilo—.
Bebió un poco del jugo, carraspeo, su garganta debe estar lastimada. Nam Joon me miro con los ojos decaídos y paso una mano por su rostro.
—Tengo baja las defensas y conseguí un resfrió. Empeoro hace dos días, compre un par de medicinas y estaba seguro que tenía antibióticos, pero se habían terminado. La fiebre alta me hizo perder el conocimiento o eso creo—. Indagaba en sus recuerdos mirando a un lado de la cama donde lo encontré desmayado.
—¿Y es que eres solo en la vida o algo así?—. Levante una ceja.
— No creí necesario llamarte ... Pero si lo llegue a pensar—. Hizo su sonrisa donde hasta sus ojos sonríen.
—¿Que hay de esto?—. Alce las manos señalando el entorno.
Bajo la cabeza apenado, sobo su cuello y bebió mas jugo para mojar la garganta.
—... No gano lo suficiente para pagar un apartamento y queda cerca de la gasolinera. Fue mas por conveniencia—.
Suspire aliviada, la situación no era tan grave, se podía manejar, a diferencia de los otros cinco que me dieron que hacer. Pero mi curiosidad no estaba satisfecha, Nam Joon no es de enfermarse, ¿porque se le bajaron las defensas? Su estado mental es su mayor fuerte... Posiblemente se desgasto en el trabajo ... o pensando en alguien.
Puede que sepa el origen de su enfermedad pero debo cerciorarme que sea como creo, solo que si llega a ser así, será un tema incomodo en este momento.
— ¿Pensaste en tu hermano?—. Solté.
Nam Joon miro hacía la ventana, en su rostro había pena y dolor, así que di en el clavo, algo que no me alegraba.
—... Mucho... —. Dijo suave.
—¿Que decisión tomaste?—.
Su mirada regreso a mi, no es fácil para él regresar al pasado y recuperar a su hermano menor, menos creyendo que si están separados tendrán buenas vidas.
— Él crecerá y madurara, a todos nos toca. Mi presencia se vuelve irrelevante—. Lo vi decidido. No se presentara delante de Jungkook, y si por casualidad se encuentran lo rechazara sin pensarlo.
Aunque él ya ha decidido seguir apartado de su hermano, los humanos saben y conocen por experiencia que una cosa es lo que ellos piensan y otra lo que la vida les tiene preparado. Nam Joon conocería de primera mano que pesé a sus decisiones y a sus pensamientos, la vida misma y nuestro creador ya tiene trazado algo para él; y que yo, seré quien haga cumplir ese designio.
Será algo doloroso y tedioso para los dos hermanos, sin embargo, no permitiré que sigan jugando al gato y al ratón. Nam Joon necesita de su familia, su hermano menor con problemas de autoridad y su padre con problemas de alcohol. Lo mismo Jungkook necesita de su hermano con problemas de inferioridad emocional, con eso sus vida realmente tendrán un cambio positivo. Le apostare todo a esos dos hermanos, en mi vocabulario desapareció la palabra "fracaso", no fracasare en mi misión como guardián celestial.
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¡Siiiiiiiiiiiiiiii! Con ustedes el gran y único KIM NAM JOON. *casi que no*
Agradezco su apoyo hasta el momento, en serio me divierto mucho escribiendo. Ojala disfruten de este especial de dos capítulos en honor al líder mas codiciado de todo ASIA.
Los leo en la próxima actualización, donde tendremos la historia de Nam Joon y pronto... El séptimo, el mas pesado y doloroso de los casos.
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