Hoja 26.
Marco en la parte final de mi agenda la fecha del día del incendio, es el día donde rescate al quinto de los siete. Escucho a mi profesor de humanidades tratando de hacer entrar en razón a tres estudiantes por hacer plagió en un trabajo estilo proyecto. Levanto la mirada y la manecilla del reloj de pared esta a escasos segundos de marcar la hora de salida. En mi bolso tengo el resultado de los exámenes de cierre de corte, no tengo la mas remota intención de deprimirme antes de llegar al apartamento y los hundí al fondo del bolso.
Complete una semana saliendo sola a la cafetería y a la estación de la ruta fácil. Jackson sigue secuestrado por el profesor de estadística, todo porque no logra sacar cinco tablas de probabilidades sin un solo error. Nos mensajeamos cada que tiene tiempo y no tiene a sus padres encima pidiéndole mas de lo que su cerebro recargado de formulas puede dar. Siento lastima por mi amigo, pero son consecuencias de sus ratos frente al playstation y las salidas de programa.
Escribo un mensaje para Jackson enviándole todas las fuerzas para que supere el monstruo de la estadística, a lo que responde con que odia la materia solo porque no podemos vernos seguido. Sacudo la cabeza a los lados por su respuesta y guardo el celular. Me detengo en el penúltimo escalón de la salida al notar un chico de espaldas, su porte me es familiar, el estilo de cabello, el ancho de su espalda: lo que me hace dudar de si es la persona que creo es la ropa; lleva un jean claro, una chaqueta en cuero negra y botas estilo militar; las chicas pasan a su lado señalando lo guapo que es, de espaldas no me quejo. Mantengo la duda de quien es, bajo dos escalones, se gira bruscamente a mi y quedamos a una distancia considerablemente corta, tanto que pude verme reflejada en sus ojos.
—¿Jungkook?—.
—El espíritu santo—.
—Jamás creí ser tan bendecida en la vida—.
Él carcajeo tapando con la manga su boca.
—¿Que haces aquí?—. Me sorprendió que este esperándome a fuera de la Universidad, ¿como sabe donde estudio? A excepción de Jackson, Jin es el único que...
—Jin hyung me dijo donde estudias—. Bingo, fue Jin el comunicador. —Vengo a escoltarte a la pensión—.
Carcajee, ¿escoltarme? ¿porque? ¿Me habían amenazado y yo no sabía? Mis ojos lo interrogaron sin necesidad de hablar.
—Todos estamos preocupados por tu salud. Yo tengo libre el día y quise venir a llevarte. ¿Te molesta?—.
—No, no es eso. Mas bien es extraño. Ya que estás aquí, dejaré que seas mi escolta—. Enlace nuestros brazos.
—Oh, pues gracias por el honor—. Dijo con sarcasmo.
—Puedes regresar por donde viniste—. Me solté.
—En serio que estás sensible. Yo que quería invitarte un helado de chocolate y chips—.
—¿Con salsa mora?—.
—Mucha de esa—.
Hice puchero y ojos de gatito consentido, casi me falto saltar como niña pequeña. Jungkook rió y sentí venir la pena. Entrelace otra vez nuestros brazos y me trague la pena.
Aunque creí que era mentira el tema del helado, me llevo en dirección contraria a la estación, a la heladería mas cercana de la Universidad. Los helados son muy famosos y deliciosos, existe en rumor de que sus salsas son el toque secreto que los hace únicos en toda la zona. No había mucha fila y Jungkook consiguió dos de los mejores helados con salsa mora. Me entrego el mio y caminamos, ahora si a la estación.
—¿Como va tu trabajo?—. Di una lamida al helado.
—Las cosas han mejorado de un tiempo para acá. Así que va bien—. Lo dice porque tiene dinero para gastar si quiere.
—¿Y con tu papá?—. Es una pregunta incomoda pero quería escuchar.
Lo meditó, comió del helado y hablo.
—Mi viejo no quiere entrar en razón. Su adicción lo esta matando y no hay mucho que yo pueda hacer—. Aunque ha vivido siendo maltratado por él, es su padre y verlo hundido en el licor le duele.
—¿Porque quieres hablar con tu hermano? ¿Para pedirle disculpas?—.
—Eso y para que hable con mi papá—.
—¿De que?—. Caminamos lento para hacer mas tiempo y hablar.
—Mi padre termino de hundirse en el alcohol cuando mi hermano se fue, se siente culpable de que él no este con nosotros, y a veces lo escucho llorar a mi madre, pidiéndole disculpas por no cuidar de sus hijos. Quiero que mi hermano hable con él para que ambos cierren ese capítulo y de paso yo también—. Trataba de hacer una sonrisa de todo esta bien, pero le costaba mucho hablar de ello y esconder sus sentimientos.
—No será nada fácil hacer que él hable con tu papá—. Dije mordiendo el helado. Un frió heló mi cerebro y no era por el helado; Jungkook se detuvo y me miro con cara de que yo sabía algo de mas. Era el momento, no tenía porque hacer mas largas o inventar excusas.
—¿Recuerdas que tenía algo que decirte?—. Jungkook asintió, tenía la punta de la cuchara en su boca. —Primero quiero que sepas que en ningún momento quise mentirte o burlarme de tu sufrimiento, todo paso de repente—. Empece librándome de culpas, algo lamentable de mi parte.
—¿Porque lo dices?—.
—Ni siquiera se si es una buena idea... Aquí va. Jungkook, conozco a tu hermano—. Lo dije tan rápido que las palabras volaron con el viento.
—Si, porque yo te dije quien era—. No sabía si era inocente, o se hacía el tonto.
—No de ese conocer. Lo conozco de antes, mucho antes que a Jackson—. Primero abrió sus ojos y luego los entorno, su mirada quería cortar mi circulación.
—¿Que tú, qué?—. Sus palabras se incrustaron en mi garganta y casi ni podía respirar bien.
—Lo siento, ¿si? Cuando te seguí a la estación de gasolina y me señalaste a tu hermano, resulto que era mi gran amigo de antes. No supe ni que decir o como reaccionar, además tu y yo no teníamos una buena comunicación—. Me escuchaba y solo oía excusas salir de mi boca.
—Pero ese día te dije todo. ¿Porque no me lo dijiste después?—.
—Porque ya estaba la mentira, ¿me entiendes? Digamos que pensé que lo mejor era que no supieras la verdad, iba a ser contraproducente para ambos—.
Jungkook paso la mano por su cabello y la bajo hasta su cintura, bajo la mirada, suspiro y levanto la vista asesina a mi. Me di cuenta que podía ser una mala idea cuando imagine que se alteraba como la otra vez.
—¿Ese día se encontraron?—. Justo la pregunta que no quería que hiciera. Los últimos dolores de cabeza que tuve fue por mentir ese día.
—Si. No hablamos de ti... Quería escuchar la versión de Nam Joon y saber porque se fue, con eso buscaría como reunirlos—. Explique con la esperanza de ser entendida y comprendida. No actuaba con mala intención, quiero que él entienda eso. —Por lo único que me disculpo es por no haber dicho la verdad al principio, por lo demás no me siento arrepentida—. Le deje en claro porque le contaba la verdad.
Desarmo su mirada asesina, volvió a suspirar, comió del helado y bajo la guardia por completo. Si esta molesto lo supo controlar a la perfección porque no tenía una sola arruga en la frente. Quede en estado de shock mental, no sabía si hablarle o quedarme callada, no sabía que hacer. Se bajo de la acera y se sentó en el borde, dio toques al pavimento invitándome a tomar lugar, sorprendida y alerta me senté en el frió asfalto.
—¿Como te atreviste a decirme que era un caso, cuando tu eres peor?—. Punto para Jungkook. No tengo la autoridad moral para defenderme.
—Se llama falta de madurez, a todos nos toca—. Bromee.
—En parte me alegra saber que mi hermano no esta del todo solo, mas si se trata de alguien como tú—.
—Conocí a Joonie años atrás, fuimos vecinos, salíamos a la plaza, a cine, a jugar en el parque, nos contábamos las cosas. Un día él simplemente desapareció, no volví a saber de él, me dolió perder un amigo, sin embargo ese es el ciclo de la vida. No hace mucho nos reencontramos por casualidad de la vida, ha cambiado un poco, se ve mas intelectual, habla poco pero sigue siendo divertido—.
—Él sabe que yo...—.
—No, no sabe nada de ti, ni que te conozco. El tema de la familia siempre ha sido una tortura para él, por eso quería hablarle, saber que le causaba tanta molestia; pero termine echando todo a perder—. Me desinfle recordando lo mal que termino ese día.
—¿Porque lo dices?—.
—Termine reclamándole el haber dejado solo a su pequeño hermano, diciéndole que era un cobarde que solo se esconde para no asumir sus responsabilidades, y un par de palabras mas que no quiero recordar—.
Jungkook soltó una risa pequeña y negó con la cabeza, si, lo sé, soy experta en meterme en problemas y dañar otro poco.
***
Llegamos a la pensión, jamás se me había echo tan largo el trayecto del autobús, sentí que viaje por horas y horas, y no sabía si fue por el silencio del viaje o porque el conductor no trajo sus gafas y se abstuvo de conducir a alta velocidad.
Diciéndole la verdad a Jungkook imagine que iba a ser todo un caos, una bomba atómica, Hiroshima destruida no era nada comparado con lo que mi cabeza alcanzo a imaginar. No obstante fue todo lo contrario, una calma tan cortante, que prefiero que explote esa bomba, que se arme el desastre y así se a que me voy enfrentar. Una de dos, o ya maduro y aprendió a tomar las cosas con calma, o esta esperando a que me de la espalda para atacarme y arrojarme a un lago apartado. Desde que nos subimos en el autobús y hasta que llegamos a la pensión, él respondía con monosílabos; "no" "si" "aja", es tan desesperante para mi que estuve a un pelo de darle un golpe tan fuerte en la cabeza para que su cerebro se reseteara y me dijera algo.
Lo invite al apartamento y lo que antes era un "no" con fiereza, quedo reducido a un asentimiento y sus pies caminando dentro del apartamento. Comenzaba a preocuparme su estado mental.
—¿No vas a decir nada?—. Deje el bolso en los pies de la cama y use la pose de la mano en la cintura.
—Agua por favor—. Jalo la silla y se sentó.
Lo mire con cara de "¿en serio?" y no dijo nada mas, ni me miraba, la verdad, tenía la vista en un punto fijo y lanzo lejos su mente.
Resignada pase a la cocina, serví el vaso con agua, regrese y lo puse sobre la mesa. Jungkook estiro la mano sin mirar el vaso y no lo ubicaba, lo deslice en su dirección, lo tomo y bebió medio vaso, la meditación lo tenía sediento. Arrastre la silla y me senté diagonal a él, observando sus gestos y expresiones. La curva de sus cejas, de sus ojos y labios era de alguien sumamente preocupado. El que lo tomara con calma, es porque le preocupa lo que suceda de ahora en adelante, puede que este pensando en que tanto deba hablarme, que pude decirle a Nam Joon, o quizás si es buena idea que los tres nos relacionemos. De todos los dones que existen, me hubiera caído de maravilla el de leer las mentes, me ahorraría problemas y de paso no me estresaria como ahora.
No tengo ese gran don, pero si el de ser muy curiosa y entrometida, puedo sacar sus pensamientos a flote, si hago las preguntas correctas.
—Jungkook, ¿porque crees que tu hermano se fue?—.
—Te lo dije antes. Las cargas y responsabilidades cayeron en su espalda, era muy pequeño y se canso—.
—¿Piensas que si hubieras sido menos egoísta él estaría contigo?—.
—Existía la posibilidad. No lo entendí hasta que se fue—.
—Jungkook, ¿eras feliz con tu hermano?—. La pregunta lo aterrizo en su cuerpo, y volteo a verme.
—Si no es por eso, ¿porque mas lo estaría buscando?—. Hablo con gran ilusión.
No solo Nam Joon era muy pequeño, Jungkook también, algunos niños piensan que sus padres se separan a causa de algo que hicieron mal; es por la inocencia que se alberga en sus corazones que piensan de esa manera. Algo parecido paso con los dos hermanos, creyeron que sus comportamientos destruyeron al otro y les cuesta acercarse y retomar sus vidas, sienten que no tienen el derecho. Me guarde parte de la historia que me contó Nam Joon para evitar agrandar el agujero en el corazón de Jungkook, decir que su hermano se marcho por que su papá se lo pidió era mucho peor que lo que él pensaba, además su papá tiene arrepentimiento y ese es un punto a favor, quiere decir, que no todo esta dicho, ni perdido, como aparenta ser.
—Si quieres hablar con tu hermano, debes tener en mente que no fue tu culpa lo que paso, mucho menos de Nam Joon; los dos están asustados y no saben dar el siguiente paso. El día que lo veas, debes decirle cuan feliz fuiste estando cerca de él y lo mucho que lo extrañaste—.
—Suena raro entre hombres—. Comentó haciendo una mueca de descontento.
—No si son familia—. Reafirme.
El celular en mi bolso sonó estruendosamente, y no recuerdo que mi ringtone fuese tan escandaloso; la música de Dean no es así. Estire el brazo alcanzando la correa y tirándola hacía mi, saque el celular y era un mensaje de Nam Joon, después de varios días, por fin llegaba un mensaje de su parte. Un retortijón en el estomago y una punzada en la cabeza no me dejaron leer el mensaje y me doblaron de golpe. Jungkook puso la mano en mi espalda pensando que estaba impresionada por el mensaje, la realidad era otra, mis ojos dejaban de funcionar y quede a oscuras. Un rayo de luz cegador proyecto en mi mente imágenes de Nam Joon, desolado, triste, deprimido en la esquina de una habitación. El dolor de estomago se intensifico y tuve muchas ganas de vomitar, cuando mi vista regreso y vi a Jungkook a mi lado con la rodilla doblada en el suelo, el vomito subía por mi garganta, me levante rápido, entre en el baño azotando la puerta y saque la poca comida que consumí de la cafetería.
¿Que rayos me esta pasando? Desocupe mi estomago en el retrete. El malestar subía y bajaba por mi garganta haciéndome sentir débil y mareada. Jungkook toco la puerta y al no escucharme giro la perilla para entrar.
—Detente, no entres—. Sonó como advertencia pero era una petición.
—¿Estas bien?—. Estaba preocupado. Estas escenas de debilidad son las que lo empujo a recogerme en la Universidad y me temo que no será el último que lo haga.
—Si. Espera afuera. Dame un minuto—.
Soltó la perilla. —Un minuto, si no sales entró—. Amenazo.
—Un minuto—. Apoye el codo en el retrete, estaba de rodillas y no tenía las fuerzas para levantarme, un minuto bastaría para recuperar las fuerzas que se fueron por el alcantarillado.
Reuní fuerzas y me levante, baje la tapa y me senté, el mareo persistía y no dejaban de pasarme imágenes de Nam Joon, ¿porque si nunca me había pasado esto con él? ¿Como debía interpretarlas? ¿Se trataba de los sentimientos de Jungkook?
—Cinco...—. Escuche de afuera. Un minuto no es nada cuando se trata de pensar en la vida de alguien. —Cuatro...—. Me puse en pie y fui frente al tocador para echarme agua. —Tres...—. Sentía la tensión en mi espalda. —Dos...—. Agarre la perilla y abrí la puerta. —Uno—. Jungkook estaba recostado en la pared.
—Vamos al centro medico—.
—No es necesario, el doctor dijo que algo así podía pasar—. Camine a los asientos.
—Si, también dijo que si te ponías mal que te lleváramos—.
—Solo en caso de que pierda el conocimiento. Jungkook por si no lo notaste estoy de pie y consciente, además detesto el olor a fármacos—.
Se convenció y tomo asiento. No iba a ir al centro medico, mis visiones no tienen cura, es algo natural siendo un guardián de los cielos; él no sabía nada y no podía entender, solo me quedaba convencerlo de que todo marchaba a la perfección.
—Puse muchas salsas en el sándwich, alguna ha de estar pasada—. Bebí el resto de agua del vaso que estaba en la mesa.
Él no estaba del todo seguro y me lo decía con la mirada. Estire la mano y tome el celular sobre la mesa, tenía que leer el mensaje de Nam Joon.
¿Podemos hablar?
Corto y certero, muy propio de Nam Joon. De repente tuve una de mis ideas extrañas, donde el resultado es tan incierto como mi futuro en la tierra.
—¿Que dice?—. Jungkook estiro el cuello para leer.
—Se rindió. Quiere hablar conmigo—. Busque el número de Nam Joon para llamar.
—¿Que harás?—. Sentí la ilusión en sus palabras. Jungkook veía en mi la posibilidad de acercarse a su hermano.
—Primero esto—. Coloque el celular en la mesa y puse la llamada en alta voz. Jungkook miraba confundido. —Solo escucha, no hagas ruido—. Asintió.
—Hola...—. Nam Joon tomo la llamada.
—¿Quien será el mas sorprendido, yo por recibir un mensaje, o tú por recibir una llamada?—.
—Pongámonos en un cincuenta cincuenta—.
—¿Donde estás?—.
—En mi apartamento—.
—¿Trabajas hoy?—.
—Acabo de regresar del turno. Pensaba ducharme, tengo encogidos los hombros—.
—Un baño con aromatizantes, luego un masaje con crema, es efectivo—. Nam Joon rió.
—¿Me das el masaje?—. Jungkook y yo nos miramos, y sentí un calor subir a mis mejillas.
—Suerte para la próxima campeón—.
—Es una lastima...—. Suspiró. —Creí que no responderías. Escribí el mensaje antes de llegar al apartamento—.
—Admito que estoy sorprendida después de lo que me dijiste... Joonie, quiero pedirte disculpas—.
—Me rehusó—.
—¿Porque? Estoy siendo sincera—.
—Dímelas en persona—.
—¿Buscas tener una cita conmigo?—.
—No. Solo quiero recibir mis disculpas—.
—Solo si me compras algo delicioso—.
—¿Te parece tus osos de goma y chocolate?—.
—¿De los grandes con relleno?—. Jungkook sonrió haciendo un pequeño ruido.
—¿Donde estás?—. Nam Joon es muy suspicaz y es sensible a los sonidos.
—En mi apartamento, descansando—.
—¿Estás con alguien?—. Jungkook se tapo la boca y yo apreté los labios.
—¿Con quien? Solo somos la soledad y yo—.
—Creí escuchar algo—.
—No será producto del cansancio, o quizás un alma en pena que ronda por tu apartamento—.
—Je, je. Muy graciosa—.
—Uno nunca sabe. Reza está noche—. A Nam Joon no le gusta el tema de lo paranormal y me divertía imaginarlo viendo a los lados buscando alguna sombra.
—Gomas de chocolate grandes con relleno, a cambio de mis disculpas, ¿te parece?—.
—Es un trato justo—.
Volvió a suspirar, se escucho el rechinar de la cama, asumo que se recostó.
—¿Estás bien?—. Sonaba a que había otra cosa que lo preocupaba.
—Desde ese día, he pensado mucho en lo que dijiste y mi hermano... En parte tienes razón—.
—Siento haberte puesto en esa situación—.
—No es una carga para mi, solo que... Es cierto que no se que ha sido de su vida, si esta bien, si está estudiando, que quiere ser en el futuro; absolutamente nada. Siento que me he alejado mas de lo que quería—. Mire a Jungkook y él miraba con nostalgia el celular.
—Tu hermano... Él debe estar esperando por ti pacientemente. Escucha Nam Joon—. Jungkook se quedo viéndome, mi mensaje era para ambos — No fue tu culpa lo que sucedió en el pasado, tu pequeño hermano, no guarda rencor, y estoy segura que lo que mas quiere en este momento es volver a compartir con su hermano mayor. Debes reunir el coraje para enfrentarlo y dejar de huir a algo que tarde o temprano te va a alcanzar—.
Nam Joon se quedo en silencio, escuchamos su respiración, a la espera de una respuesta. Tomo aire y hablo.
—Es muy difícil para mi ahora. No creo poder hacerlo... Bien, me envías un mensaje de cuando estés libre para vernos. Iré a ducharme, huelo mal—.
—Ujum... Hablaremos de esto después. Recuerda el masaje. Descansa—.
—Igual—. Se corto la llamada.
Jungkook unió sus manos sobre la mesa y descargo la frente en ellas. Escuchar a su hermano después de tantos meses debe ser muy reconfortante y a la vez frustrante por no poder hablarle. Movió la cabeza para mirarme y mi mano se poso sobre su cabello, sobaba si cabeza esperando que no se llenara de tristeza o de aflicción.
—Gracias—. Dijo en baja voz.
—¿Porque?—.
—Por querer ayudarnos y cuidar de nosotros—.
—Son personas especiales para mi. A parte soy una entrometida, ¿lo olvidas? Esta en mi, ser así—. Arrugue la nariz y sonreí.
—Quiero creer que eres un ángel que nuestra madre envió para cuidarnos. Suena ridículo, ¿cierto?—.
—¿Porque? Los ángeles existen, igual que los guardianes. Tu mamá es tu ángel, yo soy tu guardián—.
—¿Como lo sabes?—.
—Porque los ángeles tienen poderes místicos que une a las personas, los guardianes solo prestan su tiempo para vigilar que las cosas vayan bien—.
—Dices cosas muy extrañas—.
Lo que Jungkook no sabía es que esa es la realidad en el cielo. Los ángeles y las estrellas trabajamos en conjunto, ellos siguen en el cielo mientras nosotros somos enviados a la tierra y cuando es el momento aparecen en manifestaciones bien sea para los guardianes o los protegidos. Puede que su madre esté ayudando en esta batalla, para que sus hijos estén juntos y curen sus heridas del pasado.
Con todo esto, no tengo ninguna duda respecto a que lo mejor fue hablarle con la verdad a Jungkook, me siento mas tranquila; aunque aumento mi presión; puedo estar mas confiada de los siguientes pasos que daré. Lo primero será ablandar el pesimismo y la culpa de Nam Joon, no lo dijo directamente, pero se que en el fondo él cree que su llegada a la familia destruyo lo poco que había de ella, su madre enfermo hasta morir, su padre se sumió en el alcohol y su hermano menor fue arrastrado a una vida miserable repleta de maltratos y desvanes. Es una tarea difícil, cuando se auto convenció de que su sola presencia trae desgracia. Las visiones que tuve sobre él, no pueden tener otra explicación mas que esta, Nam Joon se reprende a si mismo por existir. Lo que me hace pensar en algo, ¿porque no vi este tipo de cosas cuando le conocí?
El mayor cuestionamiento que tengo ahora es, ¿será Nam Joon parte de los siete? Puede sonar descabellado porque ha pasado mucho tiempo desde que nos conocemos, sin embargo, recordando ese tiempo, si tuve algunas señales, pero como no sabía interpretarlas como ahora -gracias a la experiencia adquirida-, pasaron desapercibidas. El que nos separáramos es la prueba mas grande, pues la noche anterior soñé que lloraba al lado de una lapida y que una sombra lo custodiaba; la culpa y la depresión estaban a su espera. No entendía bien y lo busque para contarle el sueño, pero no volví a saber de él.
Esta claro que Nam Joon no aceptara ver a Jungkook pronto y que con esta llamada, Jungkook dará un paso atrás; no se presentara delante de su hermano, no luego de escuchar que no esta listo para hacerlo. Ambos me dejan el campo abierto para mover las fichas y hacer que se encuentren pase lo que pase.
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Ni siquiera se de donde salió el capítulo xD
Si encuentran algo extraño en la redacción, culpen a mi trauma con 4 O'CLOCK porque no la supero...
Los quiero mucho, los adoro, así como a sus votos y comentarios. Los leo en la próxima *-*.
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