Hoja 23.
Regrese con la taza de café mas grande que pude encontrar luego de pasar por tres cafeterías. El aroma es tan amargo como el Yoongi que detesta que lo salude o me cruce por su camino, él mismo que me responde con monosílabos y que no le importa disimular cuanto le desagrado. Yoongi no se había ido, estaba en la grada en la misma lamentable posición. En mi cabeza habían varias teorías, podía tratarse de un problema familiar; no conocía a su familia pero debe tenerla, podía ser un problema en el trabajo quizás lo despidieron injustamente y se puso así, o un tema amoroso; en la juventud de esta época se sufre mucho por ese tema; Jimin es un claro ejemplo de ello. No podía preguntarle abiertamente, uno porque estaba borracho y dos porque me mandaría a volar de un grito.
Estire la taza de café caliente y la pegue a su cabeza para que me prestara atención.
—Bebe esto, te hará bien—. Dije.
Yoongi levanto la cabeza, miro la taza, luego a mi, levanto su brazo y con su mano golpeo la taza lejos de su vista. En cámara lenta el café marco el pavimento. Este tipo en serio se pasa de molesto y odioso, aún siendo uno de los siete, eres mas que tedioso lidiar con él.
—No necesito la lastima de nadie—. Dijo con una risa oscura.
—¿Cual lastima? ¿Desde cuando ser amable es tener lastima?—. Me parecía increible, o mas bien lo sospechaba pero quería creer que no iba a pasar.
—¡Lárgate! ¡No necesito a nadie que me vea con lastima!—. Gritaba desesperado.
—Lo único que quiero es que estés bien. ¿Es eso tan malo?—. Reclame ante su terquedad.
—Se lo que estás pensando, pobre chico, es lamentable su aspecto, no lo conozco, aún así necesita ayuda... ¡Mundo hipócrita!—. En vez de ser un reclamo para mi,sonaba a que se lo hacía a si mismo.
—Yoongi, ¿cuantas veces te repites estas palabras al abrir los ojos?—.
—¡Fuera, fuera, fuera! ¡Largo de mi vista!—. Se puso en pie y vi el negro en sus ojos, estaba molesto y frustrado. Me dio un empujón pero logre mantenerme en pie. Yoongi volvió a empujarme con mas fuerza pero estuve en pie, se mordió el labio e intento usar mas fuerza, lo esquive y él cayó al suelo.
Me quede de pie a un lado viéndolo en el suelo, no tenía intenciones de levantarse, con el pie le di un toque en la espalda pero él no se inmutaba. Lo rodee y me cerciore de que estuviera respirando, nadie se muere de una caída así ¿o si? Respiraba, y no solo eso, roncaba, fue leve y luego se volvió un ronquido de tractor, le había ganado el sueño. Me desinfle notando el tremendo problema que descansaba en el suelo. Lo moví con fuerza y no se despertó, puse su mano sobre mi hombro y luego cargue su cuerpo hasta las gradas, acomode su cabeza y sus pies extendidos, por suerte, fue mas liviano de lo que esperaba y no sude mucho para subirlo.
La siguiente parte era llevarlo hasta a la pensión. Revise mi billetera y no cargaba suficiente dinero para un taxi, en realidad no tenía mas dinero que de los pasajes de la semana. La noche caería y esperar a que se despierte no sonaba bien; porque Yoongi podría ser de los que duermen días enteros y no iba a pasar noches en vela en la calle. Se acababan las ideas y el sol se ocultaba, solo quedaba una opción y era para casos de emergencia y como esto se trataba de una, saque mi celular y llame a Jackson, cruzando los dedos para que estuviera libre y aceptara llevarnos sin protestas.
—Hola—. Contesto.
—Jackson, ¿donde estás?—. Dije rápido.
—Ush, al menos espera a que termine de saludar—.
—¿Estás en la Universidad?—.
—Estoy saliendo, ¿porque?—. Escuche la puerta de su auto.
—Ven a la cancha abandonada de baloncesto—.
—¿Que? ¿Para que?... Espera, ¿que haces allá?—. Había entendido que lo necesitaba.
—Aquí te explico, ven rápido—.
—Ya, ya voy—. Colgó. Si quisiera, usaría el cronometro y en cuestión de segundos él aparecería, pero no.
Yoongi se recogía en forma fetal resguardándose del frió, me quite la chaqueta y la puse para que se cubriera mientras Jackson llegaba. Pasaron los quince minutos mas largos de toda mi vida, mire el reloj y ya casi no había luz solar. Escuche el auto de Jackson y por las rejas vi que se estacionaba. Levante mi mano para que me viera y se acerco en una carrera.
—¿Que paso? ¿Estás bien? ¿Porque me llamaste?—. Se veía preocupado y me hacía sentir mala por ponerlo así.
—Yo estoy bien. No te preocupes. Necesito tu ayuda—. Hable como si fuera lo mas normal del caso.
—Dime—.
—Quiero que nos lleves a la pensión—.
—¿Llevarlos?—.
Jackson no entendía el plural de mis palabras y tuve que hacerme a un lado para mostrarle a un Yoongi dormilón, juraría que estalla una bomba a una cuadra y él ni se molestaría.
—¿Quien es él? No, espera, no me digas; es un vagabundo que quieres ayudar, lo llevaras a tu apartamento y lo alimentaras. Mejor te compro un perro, es mas barato y mas seguro—. Jackson hablaba con ironía y molestia, creí que iba a golpearme.
—No es un vagabundo y no lo llevare a mi apartamento. Vive en la pensión, él tiene su propia vivienda. Estaba pasado de tragos y quedo así—.
—Peor aún. Deja de meterte en la vida de todas las personas, la gente es así. Son irresponsables, vagos, inseguros, inestables, bipolares; no puedes ayudarlos a todos—. Entendía porque era así, para Jackson quien desconoce la mitad de mi vida es anormal lo que hago. Siendo mi amigo le cuesta aceptar muchas cosas.
—Jackson, en serio, no quiero pelear. Tu me conoces, si no me ayudas, de algún modo lo llevare a la pensión. Tengo un terrible dolor de cabeza y lo único que me impide recostarme en mi cama es mi -deber de guardián- consciencia, no voy a dejarlo aquí —. Señale a Yoongi que aún dormía.
Lo admito soy mala, Jackson es mi única salida a casi todos mis problemas, le hablaba así, por aquello de la psicología de la victima, te haces el sufrido, le echas la culpa y este terminara por asentir. Un truco sucio, pero como guardián celestial, mi prioridad era la seguridad del dormilón.
—Está bien—. Chasqueo. —Si se vomita, tu limpiaras todo el mueble, ¿hecho?—. Me apunto con dos dedos.
—Hecho—. Asentí contenta, una vez mas, mi gran amigo Jackson salvaba el día.
El solo se encargo de llevar a Yoongi alzado hasta el auto, lo puso en la parte de atrás, también subí atrás para estar pendiente del sueño de Yoongi y que si llegase a vomitar no fuera completamente en el asiento. Jackson seguía resoplando cada vez que avanzábamos en la carretera; se quejaba de los semáforos, de las personas que conducían, en realidad, ese fue su método para descargar su enojo hacía mi.
La cabeza de Yoongi descansaba sobre la ventana, mi chaqueta lo cubría y él dormía medio cómodo. Tuve tiempo para preguntarme porque estaba así, cual era su razón. Yoongi parece de acero, uno de esos impenetrables, difíciles de traspasar, es como un campo de fuerza que no tiene grietas. Verlo así, era desconcertante.
Logre ver la entrada de la pensión, Jackson se estaciono en frente, apago el auto y fue a cargar a Yoongi, lo subió en su espalda y yo salí del auto. Mire dentro de los bolsillos de Yoongi y encontré la llave con el número de la torre y el apartamento, estaba en la misma torre donde vive Tae y a tres apartamentos de distancia. Rogué porque no hubiera nadie en ese piso, en especial la hermana de Tae, no tenía cabeza para ocuparme de ella ahora.
Yoongi comenzó a llamar una persona en sus sueños, una mujer, Bong Soo, entre dormido, inconsciente de sus actos, repetía el nombre. Jackson me miraba esperando respuestas, pero yo le regresaba la mirada y encogía los hombros, igual que él, no sabía de quien se trataba; bueno no es que Yoongi y yo tengamos una relación tan intima como para saber todo de su vida. Guarde el nombre en mi memoria, esperando obtener respuestas después, en alguna platica improvisada, estilo interrogatorio policial con Yoongi.
Llegamos al apartamento, sin cruzarnos con nadie, todo el piso estaba desolado. La noche había llegado, las sombras hacían ruidos y crujían los tejados por el viento. Introduje la llave y abrí el apartamento de Yoongi, estaba lista para encontrarme con un desastre natural, ropa por todas partes, comida descompuesta, olor a abandonado y sucio; lo que halle fue todo lo contrario, era limpio, fresco. En frente a diferencia de mi apartamento, esta la sala y la cocina, en el siguiente espacio, a la derecha la habitación y el baño. Todo en orden, parecía que llevaba días sin que alguien la habitara por el polvo, pero no había ropa en el suelo o los trastes sucios. Jackson se asombro y dejo a Yoongi sobre la cama. Me ayudo a acomodarlo y quitarle los zapatos, ponerlo bajo las cobijas. En la habitación había una ventana que tenía una cortina blanca, entraba una luz roja que provenía de la torre de enfrente, en el mismo piso en el apartamento de la esquina funcionaba un prostíbulo o un expendido de drogas, solté el listón de la cortina y cubrí la molesta luz que pegaba en el rostro de Yoongi.
Salí del apartamento con Jackson, por ahora, era todo lo que podía hacer por Yoongi, luego me enteraría de lo que paso y obviamente me adentraría en su vida, hasta detener mis visiones y estar segura de que él estará bien. Jackson me dejó en el apartamento y se marcho luego de darme una pequeña cátedra sobre dejar de ser tan confiada con las personas y de dejar mi manía de querer ayudar al mundo a salvarse.
Me saque el buso ancho, los zapatos, la bufanda y antes de llegar a la habitación ya estaba en esqueleto y en interiores, la ropa me pesaba y necesitaba sentirme ligera. Deje todo sobre un mueble, fui al refrigerador por agua y regrese al cuarto para tirarme a la cama. Uno de los libros de historia se cayó al suelo, recordándome que tenía un trabajo tan largo como el meridiano que divide el mundo. Me puse boca arriba mirando al techo, respire profundo y suspire con desgana al techo, mis brazos abiertos de lado a lado ocupaban el ancho de la cama. Baje la mirada al libro en el suelo, en la portada el nombre y el autor en letras negras, llamaba a gritos el dolor de cabeza que dormía en mi cerebro. Me senté en la cama y use mi largo brazo para llegar al mueble, alcanzar el pantalón y sacar el celular, busque la alarma y la active a las seis de la mañana; antes de ir a estudiar pasaría al apartamento de Yoongi antes de que despierte. Puse el celular y la botella de agua, en la mesa junto a la cama. Regrese a mi posición y volví a suspirar. ¿Debería dormir? Las últimas noches no dormí bien, me despertaba asustada, nerviosa o simplemente evitaba dormir para no tener las visiones con Yoongi. Mis ojos se fueron cerrando poco a poco y me pesaba el cuerpo, las manos se me durmieron y perdí el movimiento, hasta caer profunda sobre la cama.
Escuche un piano a lo lejos, la melodía era precisa, atractiva, el oído se acostumbraba fácil al ritmo. Las notas fueron acercándose y se sentía mas cerca. Abrí los ojos y estaba parada frente a una puerta, del otro lado se escucha el sonido del piano. Hay una ventana y no dudo en ponerme de puntas para ver, la imagen se va creando y lo que en un inicio es borroso toma forma; veo a una chica baja, de cabello largo sedoso, delgada y joven, junto a ella un Yoongi risuello, brillante, de ojos negros como el jade pero brillan e irradian luz. Parece otra persona. Ambos tocan el piano, esta sonando el "Ave Maria", lo he escuchado antes en las clases de la secundaria, un estudiante era el prodigio de ese entonces y tocaba como los ángeles con las arpas.
—Bong Soon-Ah, ¿te gusta?—. Le preguntó Yoongi con una enorme y lucida sonrisa.
—Es hermosa—. Respondió ella con otra sonrisa.
Se mecían al ritmo de las notas, se miraban y no paraban de sonreír. A mi lado en otra ventana por la luz que reflejaba de adentro, una sombra los observaba, era turbia y sentía su enojo. Volví la mirada a dentro y estaba el piano, Yoongi, pero no la chica. La melodía estaba incompleta, no sonaba bien, Yoongi se veía triste, demasiado triste, no sonreía, sus ojos tenían ojeras y su mirada...Tan fría y sumida, la mirada que siempre encuentro en sus ojos negros.
—Bong Soon-Ah, ¡¿donde estás?! ... Lo siento mucho...—. Grito Yoongi dando un golpe fuerte a las teclas del piano.
Quiero entrar pero la puerta esta asegurada, golpeo para que me vea, pero no funciona. La sensación de desespero se apodera de mi cuando Yoongi saca un encendedor de su bolsillo y lo prende, mira la llama tan detenidamente y luego lanza lejos el encendedor, inician las llamas; el fuego se expande y es avivado de alguna parte. Yoongi esta en el medio y sigue gritando el nombre de la mujer. Intento golpear la puerta con fuerza, patadas, estampidas con el brazo, nada funciona. Por la ventana veo las llamas levantarse, tengo miedo y grito para que Yoongi me escuche.
—¡Sal de ahí! ¡Min Yoongi!... ¡Por favor!—. Mis lágrimas caen al ver el fracaso de mis gritos. El fuego sigue su camino. Yoongi esta rodeado.
Quiero ayudarlo, quiero salvarlo. Otra vez es una visión donde me hacen verlo morir, sin poder hacer algo para salvarlo. No quiero esto, no deseo que sea así, si es por mis dudas, quiero dejarlas atrás, deseo ayudarlos, deseo poder salvarlos. Sigo golpeando, esta vez trato en la ventana, las lágrimas no paran, mi pecho arde y mi corazón duele, pido ayuda, grito su nombre y todo parece tan inútil, tan vano. En un instante donde mis brazos caen a mis lados y solo me quedo viendo a Yoongi, él se gira a mi y sonríe una vez mas, mueve sus labios pero no alcanzo a descifrar lo que dice, luego todo es oscuridad, sombras, una helada brisa recorre mi cuerpo, para finalmente despertar sobre mi cama en posición fetal aferrada a las sabanas. Sentí mi rostro mojado y al pasar mi mano, eran lágrimas que salían de mis ojos. Fue tan real, que el olor a quemado estaba presente, el ardor en el pecho también, igual que la sensación de zozobra. Había tenido una visión diferente a las anteriores, esta vez un nuevo rostro y el nombre de una persona. Me deslice entre las sabanas y apague la luz de la habitación, estaba tan aturdida que no tenía espacio en mi mente para meditar o reflexionar la visión. Intentaría dormir a mi subconsciente para a primera hora ir en busca de respuestas.
La alarma de un gallo estrepitoso activo mis cinco sentidos. Era el día siguiente, mis parpados no se sostenían arriba y cabecee entre dormida. Tome el celular, silencie al gallo y me estire en un intento por librarme del cansancio; dormí escasas horas y sentía que eran cortos minutos nada mas. Para no patrocinar mi pereza, corrí al baño, quite mis ropas, entre en la ducha y el agua tibia mojaba mi piel. Deseaba que fuera un buen día, incluso si llovía, que fuera un buen día. Dentro de mi un sentimiento de inquietud me hacía pensar en lo contrario.
Tardo quince minutos en parecer una princesa frente al espejo, sí, la princesa de la era glaciar, llevo abrigos grandes y bufandas por el frió de la noche. Colgué la maleta en el hombro, guarde celular, llaves, y dinero; salí pero no de la pensión, voy para el apartamento de Yoongi. Veo la torre y no esta muy lejos, subo y en menos de nada estoy frente al apartamento, rápido pongo la llave antes de que alguien del apartamento de Tae salga, no quería dar explicaciones. Entre y escuchaba un ronquido, Yoongi seguía dormido. Hice el menor ruido posible y llegue a su habitación, estaba en la misma posición que lo deje, tapado por las cobijas, olía a borracho la habitación, abrí un poco la ventana para entrara ventilación.
Me quede un rato observando a Yoongi, es guapo, no podía negarlo. Su tez pálida lo hace distinto a los demás. Dormido es alguien completamente diferente, es pacifico, indefenso y delicado. Camine hasta la cama y me puse de rodillas en el suelo para verlo mas cerca, tiene pestañas largas, su nariz es casi perfecta, y la esquina de sus labios es húmeda.
—¿Que fue lo que te paso?—. Dije en baja voz.
—Bong...Soon-Ah... Perdóname—. Dijo entre sueños.
—¿Como voy a sacarte de esa oscuridad?—. Mire a la ventana y estaba claro el día, tenía el tiempo medido, no quería estar cuando él despertara, es perjudicial para mi salud.
Pedí permiso para usar la cocina. En el refrigerador, tal como lo esperaba, estaban los víveres necesarios. Prepare una comida levanta muertos, junto con el agua que mi madre preparaba para la resaca de mi papá. Hice el menor ruido posible y trate de que las cosas quedaran en su lugar, claro que con la comida se daría cuenta que alguien entró a su apartamento.
Tuve un poco de tiempo mientras se cocinaba la comida para mirar el resto del apartamento, el baño era pequeño y limpio, en la sala estaba una mesa con tres asientos, un mueble con cds y libros. Los libros eran de filosofía y los cds en su mayoría música HipHop. Note una caja color purpura que resaltaba sobre todo lo demás en colores opacos. Me acerque mas y leí la nota que colgaba de un lado de la caja.
—De Bong Soon, para Agust D... ¿Quien es ese?—. No podía sacar la caja porque ya era una violación a la privacidad y no quería mas problemas.
Mis ojos se pasearon por los cds y uno tenía el mismo nombre de la tarjeta AGUST D, estaba en letras blancas, el fondo era azul oscuro, gris y negro. Estire la mano y lo baje para verlo mejor. En la parte trasera estaban las canciones del cd y unos créditos pequeños al final:
Derechos de autor para Min Yoongi, creador y compositor de las canciones. Felicidades Agust D.
¿Agust D es Yoongi? Curioso nombre para un ... como podía decirle, ¿cantante? ¿artista? Da igual, descubrí algo importante, Yoongi hace música, ¿pero como termino así? ¿Tendrá que ver la chica Bong Soon? Mire el reloj de mi muñeca y faltaba poco para las siete, demasiado tarde para llegar a la Universidad. Puse el cd en su lugar, no sin antes tomar una foto con el celular. Acomode todo y fui a la cocina para servir la comida.
Coloque sobre una charola los platos y los cubrí con una carpa para los alimentos, la deje sobre la mesa junto a la cama, donde también puse el agua para la resaca. Me despedí con una reverencia como si pudiera verme y salí de su apartamento dejando la llave que tome prestada el día anterior, en la mesa de la sala.
***
El día no pudo ser peor. Por salir tan temprano y con cientos de ideas en la cabeza, olvide el trabajo que había hecho la semana pasada para entregar hoy. Los astros me daban la espalda y me enviaban al apartamento con una advertencia de posible reprobación por no presentar el sesenta por ciento de la materia. Para sumarle, Jackson no asistió por una cita médica que olvido contarme. Lo llame a la salida para saber de él y dijo que si no fuera por su mamá, ni siquiera se hubiese levantado.
Mientras espere el autobús entre una fila interminable de personas afanadas por llegar a sus hogares y descansar; entró la llamada de Taehyung a mi celular, la otra vez que salimos con Jimin y Jin intercambiamos números para estar mas en contacto. Él era quien mas curiosidad me causaba y no es tan raro una vez te acercas a él.
—Lizzy, ¿estoy molestando?—. Normalmente las personas dicen un "hola", él hablaba sin pensar.
—Estoy de camino al apartamento—. Dije riendo.
—Pensaba que podíamos hablar un poco... Claro, si quieres y no tienes problema—. No era el Tae de siempre.
—Dime en donde nos vemos—.
—El parque que esta cerca a la pensión, estoy entre los juegos de los niños—.
—Allá nos vemos—. Él corto la llamada.
Para que me pidiera que nos viéramos, se trataba de algo serio. No es normal que sea tan serio o que de el primer paso para hablar. Ya había pensando en hablar con él, es vecino de Yoongi y pareciera la única persona cercana, iba a preguntarle que tanto sabía de Yoongi y si podía darme señales de Bong Soon la mujer que nombra entre sueños. Tae no se negaría y sería sincero en sus respuestas, si sabe lo dirá, si no se encogerá de hombros.
No podía sacar de mi cabeza que si tuviera el número de Yoongi, lo llamaría, así fuera para que colgara a penas escuchara mi voz, pero eso me pondría mas tranquila sabiendo que al menos tiene alientos de maldecir o de portarse grosero. En la biblioteca de la Universidad investigue el titulo de Agust D pero no salió nada referente a un cantante, tal vez era un aprendiz y hasta ahora empezaba su entrenamiento. También investigue sobre Bong Soon pero al no tener un apellido me era casi imposible dar con la persona correcta.
Otra cosa que meditaba con la frente en la ventana viendo los edificios, es que Nam Joon no volvió a escribir o a llamar, así de ofendido anda conmigo que es capaz de patearme a un lado. Yo podía enviarle un mensaje pero si no llegaba a recibir una respuesta, el dolor sería mas grande y no soy una persona masoquista. No haré nada por el momento, todo, a la espera de que su enojo disminuya y pueda encontrarme para hablar seriamente con él. Quizás llegue a equivocarme pero todo termino así, tanto con Nam Joon como con Jungkook, porque no hable con la verdad desde el principio. Soy el conector entre ambos, solo yo puedo crear el milagro de reunirlos, para ello, los dos deben saber que se quienes son. Por supuesto, es la parte arriesgada, porque si lo toman a mal entonces si, adiós uniones y reconciliaciones, pero si al menos uno de los dos acepta tendré una posibilidad.
Antes de llegar al parque compre paquetes de papas fritas para degustar mientras platicaba con Taehyung. Él estaba montado en el carrusel de los caballitos, se sentía el aire de la desolación, era una vista triste y opaca, a pesar de que el sol brillaba en lo alto.
—Podría tomar una foto y publicarla en alguna pagina de niños ulzzan—.
Tae giro a verme y sonrió mostrando sus dientes y la punta de la lengua. Lance el paquete de papas y lo tomo a dos manos.
—Canarias mucho dinero. Tendrías que darme el sesenta por ciento de las ganancias—. Estiro el cuello.
—La idea es mía, yo tomare la foto, la subiré y te haré famoso, mínimo merezco el setenta por ciento—. Me monte en el caballito junto a él.
—Pero sin el modelo no tienes nada—. Puso un poco de papas en su boca.
—Para no dañar amistades que sea un cincuenta cincuenta, ¿que dices?—. Estire mi mano a él.
—Trato echo—. Hicimos un apretón de manos y reímos como tontos.
—Eres muy ambicioso—.
—Tu no te quedas atrás, ya pensabas en hacer dinero a costa de mi belleza—.
Reímos un poco mas y luego soltamos un largo suspiro, no era tan malo hablar con él, hasta olvidaba mis problemas en general.
—¿Como van las cosas?—. Me mecí en el caballito.
—No también como quisiera. Las cosas con el esposo de mi hermana empeoran con el tiempo—.
—¿Porque no se separan? —.
—No lo sé. Hemos hablado de eso varias veces, ella insiste que existe otra solución, pero todo sigue igual—.
Taehyung estaba afectado. Su voz risuella estaba perdida entre la presión de su pecho. Podía escuchar claramente el llanto de su corazón, ama a su hermana y le duele verla triste y vacía.
—Temes que algo terrible suceda, por eso, a pesar de que odias a ese hombre, no eres capaz de salir de esa casa—.
—Creo que viste a través de mis ojos... Soy la única persona que puede protegerla. Es mi hermana mayor, claro que la quiero—.
—Sabes Taehyung-Ah...—. De repente olía a quemado y me quede callada. No había fuego cerca pero mi cuerpo estaba caliente, una sensación de ardor pasaba por mis brazos y luego sentía que no podía respirar como si estuviera sofocándome por el humo , el problema es que no había humo.
—Oh, ¿y eso?—. Taehyung levanto la mirada y apunto al cielo. Seguí su dedo y vi el humo gris, se trataba de la pensión.
—Algo se esta quemando...—. Una lluvia de imágenes me cegó. Vi a Yoongi, el fuego, mis visiones, mis pesadillas, cada fragmento formaba la escena y el transcurso de la película. El humo, la pensión, Yoongi y pensándolo bien , el humo estaba en la torre donde vive. Cuando recupere la vista, tome a Tae de la mano y lo arrastre conmigo a la pensión. Mis presentimientos y visiones no se equivocan y temía lo peor.
Corrimos hasta la pensión, dentro habían personas a conglomeradas frente a una torre, donde vive Tae y Yoongi. Mis músculos se paralizaron, mis sentidos se congelaron. Tae se asusto pero se dio cuenta que no venía de su apartamento, sin embargo al notar de que apartamento venía abrió su boca intentando pronunciar algo. Me gire a él y lo tome del rostro, pase saliva tratando de controlarme y de ser racional.
—Escúchame Tae—.
—Está...Está...—. Se sumió en el desespero y no podía vocalizar bien.
—¡Kim Taehyung! —. Sus ojos se posaron en los míos y asintió. —Vas a llamar a los bomberos y a una ambulancia lo mas rápido posible, diles lo que esta pasando—.
Taehyung asintió, respiro profundo y movió los labios. —Lo ... Haré... —.
—Eso es—. Lo solté y me separe de él sin perder de vista el humo gris que se expandía en el cielo.
—¿Que harás?—.
—Voy por él... Llámalos—. Corrí a la torre antes de que dijera algo.
Subí de a dos escalones, el corazón me golpeaba el pecho, las manos me sudaban, el tiempo se detuvo, los segundos eran tan lentos que veía lejos el apartamento de Yoongi. Las voces dentro de mi cabeza me pedían que llegara rápido; que algo terrible estaba por pasar. Sentí que las fuerzas se me acababan, las piernas me temblaban, y logre llegar al apartamento. El humo salia por las ventanas, no vi llamas y era una buena señal estaba a tiempo. Intente abrir la puerta pero estaba trancada, de haber sabido lo que iba a pasar, me hubiera quedado con la llave de Yoongi. Comencé a golpear la puerta, cerré los puños y con fuerza golpeaba la madera.
—¡Yoongi, abre por favor!—. Gritaba. Se escuchaba las llamas consumir la madera.
—¡Abre te lo suplico!—.
—¡Vete de aquí!—. Escuche de adentro.
—Yoongi... ¡Yoongi, piénsalo bien! ... No se que paso, pero debe haber otro camino—.
—¡No sabes nada. No me molestes!—. Gritó y sentí sus lágrimas. Estaba asustado, desesperado, hundido. —Ya nada lo vale—.
—¡Sal por favor... Te lo suplico! ... Créeme que muchas cosas valen la pena—. Empece a empujar la puerta con el costado de mi cuerpo, no soy muy fuerte pero debía intentarlo.
Mi cuerpo se estrello con la madera una y otra y otra y otra vez, sin conseguir tumbar la puerta. Pedí fuerza de elefanta para derribar la puerta pero me sentía desamparada. No había voz de aliento, era yo y las llamas que amenazaban con silenciar los gritos de Yoongi.
En cuestión de minutos las ventanas se rompieron por las llamaradas, me encogí evitando los vidrios y lastimarme, estaba recargada en la puerta con las manos en los oídos amortiguando el estallido. No tenía mas tiempo, los bomberos se iban a demorar mucho, no podía esperar mas; saque fuerzas de mis entrañas, me levante y en un último esfuerzo me fui con fuerza contra la puerta que finalmente se abrió al romperse la chapa.
El humo cegaba y dificultaba la respiración. Cubrí mi rostro con los brazos dejando un espacio entre ellos para mis ojos. El calor era insoportable, mis visiones dejaron de ser sueños para pasar a la realidad, lo que mas tenía era el final de las visiones, no salvaba a Yoongi y eso me asustaba.
—¡Yoongi! ¡Yoongi! ¿Donde estás? —. El fuego avanzaba consumiendo todo a su paso.
—¡Yoongi!—. Grite entre las llamas.
El papel tapizado de las paredes se desgarraba, escuchaba pequeños estallidos de los vidrios, los trastes de la cocina... La cocina era el lugar mas peligroso, la pipeta de gas explotaría en cualquier momento. Pase el pasillo para llegar a la habitación, la puerta estaba entre abierta, el humo entraba a mis pulmones y poco a poco me asfixiaba. Estire la mano, abrí la puerta y vi el infierno, el incendió empezó aquí porque las llamas estaban en su mayor nivel a comparación con las de la sala. El calor me hacía retroceder pero no veía a Yoongi en ningún lado, entorne los ojos hacía la cama y no estaba sobre ella como en mis visiones. El fuego me hacía retroceder y las flamas me decían que no me dejarían pasar. Mire detrás mio la puerta del baño, había visto muchos documentales de supervivencia; y estaba en un momento donde cualquier cosa era una esperanza. Agarre dos toallas, las empape y las puse sobre mi cabeza, eso me ayudaría a pasar sobre las llamas y podría respirar un poco mejor; o eso explicaron en el documental.
Las llamas trancaban el paso a la habitación, me aferre a las toallas, cerré los ojos y suplique para que funcionara y lograra pasar. Corrí y al abrir mis ojos estaba justo en medio de la habitación en llamas, en el centro el calor era mas intenso, sabía que no tenía tiempo, que en poco un estruendo acabaría conmigo y Yoongi.
—¡Yoongi! ¡Min Yoongi!—. Trataba de ver a través del fuego, necesitaba encontrarlo. —¡Min Yoongi!—. Busque rodeando la cama y lo encontré tirado en el suelo, inconsciente por el humo. Me lance a socorrerlo y olía a gasolina, en su mano izquierda estaba el cd Agust D y la carta de Bong Soon. Yoongi quería llevar recuerdos consigo, mas bien, los quería proteger del fuego.
—Este es el fin, te lo advertí—. Una voz entro en mi mente, en el momento menos indicado, desconcertándome.
—Sal de mi cabeza—. Le ordene.
—Mira la situación, aunque quisiste ayudarlo, él solo quiere morir. ¿No te das cuenta?—. Un pitido en mis oídos me hacía perder el equilibrio, eso y que seguía sin respirar bien.
—No... No se lo voy a permitir—. Ya estaba sintiendo los efectos de la madera quemándose.
Levante la mirada a la ventana, era la única posible salida.
—Escapa, déjalo aquí, si lo salvas, volverá a hacerlo—.
¿Yoongi intentaría quitarse la vida otra vez? ... No mientras sea su guardián. El que este adentro con la posibilidad de salvarlo, es muestra de que puedo entregarle una segunda oportunidad, como a los demás; Yoongi es duro, esquivo, casto, pero es un ser humano, siente, sufre, ríe y llora cuando debe, es suficiente para que su guardián tenga esperanzas en que puede superar sea lo que sea que lo este atormentando.
Tome la lampara de la mesa y con mis últimas fuerzas rompí la ventana, quite los trozos restantes y me deshice de la lampara. Regrese con Yoongi, puse su brazo alrededor de mi cuello y me arme de coraje para arrastrarlo hasta la ventana, presentía el peligro, otra voz en mi mente me pedía que saliera rápido que no esperara mas. Yoongi es delgado pero inconsciente pesa por toneladas y al no respirar bien me faltaba oxigeno y fuerzas. La primer voz decía que lo abandonara que podía salvarme que no valía la pena.
—Lo vale... Cualquiera lo vale...—.
—No ...me ...dejes... —. Al parecer Yoongi no estaba tan inconsciente como creía.
Recargue su cuerpo en el marco de la ventana, lo agarre de la cintura y subí sus pies, poniéndolo a salvo a fuera. Fueron cuestión de segundos, mis ojos ardían, el humo me encerró pero salte por la ventana, me golpee en el hombro, envolví a Yoongi con las toallas y se escucho la explosión. Un estruendo que escupió pedazos del techo a la primera planta.
—Lo... Hicimos... Yoongi...—. Mire su rostro, no podía distinguir si estaba dormido o desmayado. Después todo quedo a oscuras y no se que mas paso.
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Y.Y "I need u girl".
La segunda parte del BONUS. Apareció SUGA *escucha la tribuna enloquecer*.
Les tengo una sorpresa extra *mañana*, única y exclusivamente porque BTS y ARMY están de fiesta por el 4to Aniversario ¡Viva Bangtan! Así que no se lo pierdan.
Los leo luego... Ah, recuerden sus votos y sus comentarios, ya saben que los amo.
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