Hoja 2

Narrador...

Lizzy tuvo una vida como cualquier ser humano, unos padres que la amaban; cuidaban y protegían mucho, amigos con quienes compartía, gente mal intencionada que buscaba la manera para hacerle daño. Conoció lo bueno y malo a su modo de crianza y de vida, aunque tenía cierta ventaja porque conocía el otro lado de la moneda, entendía con más claridad ambos mundos, el celestial y el terrenal.

Fue enviada cuando sus padres tenían al rededor de 40 a 45 años, personas que no pensaron que a esa edad podrían tener la bendición de un hijo. Una mujer que pedía siempre al cielo que le diera las fuerzas suficientes para poder traer y cuidar un hijo, que hacía pactos con el cielo para dar y recibir lo que esperaba, un hombre trabajador, humilde y noble, que obraba en pro de los demás, ayudaba al necesitado a pesar de sus escasos recursos. Una familia reducida pero que tenía el amor de mil familias reunidas.

Entregaron a su primer y único amor, la sabiduría y experiencia que habían adquirido, su hija también les dio grandes lecciones de vida, ser padres que era lo que les hacía falta en la vida. Luchar por mantener la estabilidad de un hogar, trabajar y tener tiempo para disfrutar con los que se quiere, la felicidad en una sonrisa en un agradecimiento, en un abrazo, cosas sencillas que valían mucho más que el peso en oro. 

¿Que si tuvieron peleas? Infinidades de ellas, no eran la familia perfecta, tenían sus diferencias y chocaban por mentalidades, no obstante, nunca fue motivo para disturbios grandes o sucesos para lamentar. El tiempo jugaba en contra de ellos, por eso lo aprovechaban al máximo. No se sabía cuando el tiempo terrenal de la pareja terminaría y solo pensaban en la pequeña de su hija que no tenía hermanos en que apoyarse, y los pocos amigos que tenía no eran la gran cosa, así que temían por el futuro de ella cuando ellos faltaran.

Como todo cuento de hadas, tuvo que llegar a su fin, los padres de Lizzy fallecieron uno después del otro, primero el padre y años más tarde la madre, la edad avanzada no les permitía estar más en la tierra y debían partir al mundo celestial, es la ley de la vida. Como Lizzy tenía cierta ventajas sobre los demás humanos, comprendía muy buen el ciclo de la vida humana y lo que estarían haciendo sus padres después de morir,por eso, le fue más fácil aceptar y adaptarse a la vida sin ellos, no porque no sintiera como los humanos; claro que lloro y los sufrió, pero si podía reponerse mucho más rápido.

Tenía que ser su camino sin sus guías terrenales, pero sabía que ellos en la noche la acompañarían en el cielo iluminado, también estaba su maestro que cada vez que lo necesitaba con urgencia aparecía en un buen sueño para tranquilizarla y darle uno que otro consejo. Estaba tranquila de la vida que había tenido junto a sus padres terrenales, habían muchos recuerdos más buenos que malos que la hacían recordar las épocas maravillosa con ellos, en algún punto, trato de excusar a los guardianes que desearon quedarse en la tierra, la vida humana con todo y sus problemas era simplemente un espectáculo para admirar.

Lo que para nosotros era el tiempo pasando demasiado rápido para Lizzy era demasiado lento, y en un paso transcurrieron dos años desde que vive sola, se mantiene sola y trabaja para poder cumplir con su misión. Estudia Trabajo Social en una universidad y trabaja a medios turnos cada vez que puede,  con eso vive y puede darse los gustos que quiera, simples y sencillos que la mantienen feliz de igual manera.

La voz de Lizzy....  

Okay ya son 22 años viviendo como ser humano, ha sido excitante, agotador y muy reconfortante. He experimentado la tristeza extrema, la felicidad extrema, la perdida de un ser querido, el engaño entre personas, el amor entre las familias; me falta eso que se llama pareja sentimental. Con todo y eso me siento preparada para cumplir con la misión por la que en si vine a este mundo, algo que no me puedo explicar es ¿porque no pasa nada? He prestado toda la atención del caso, he practicado mi saludo y la manera de como acercarme a esas personas; no entiendo porque no aparecen.

¿Faltara más tiempo? ¿Otra vez no estoy lista? ¿Habré ignorado alguna señal? Desde hace un año me la paso preguntándome lo mismo una y otra vez. Mi maestro ya debió cansarse de mis preguntas e interrogatorios porque desde hace unos meses no me responde o me visita en mis sueños, lo que me hace pensar que definitivamente algo no anda bien y me preocupa, puede que sea error mio, o que este exagerando y premeditandome con las conclusiones, pero si esto no se arregla no se que será de mi en el futuro, no quiero llevarme la sorpresa de ser llamada a juicio por no haber cumplido mi promesa con el ser supremo.

Justamente hoy ando sin ánimos, debo ir a la universidad para firmar notas y luego ir a cobrar mi dinero en el trabajo, por suerte, tuve muy buenas propinas otra vez así que tengo mucho dinero extra. Hago un ahorro desde los doce años que serán ayudas para cuando inicie con mi trabajo real, uno no sabe a que país deba ir y no me mandaran el dinero del cielo, tampoco con que tipo de dificultades me vaya a enfrentar o que esas personas tengan, mantengo ese dinero solo para eso y es bastante, solo espero que también sea suficiente.

Salir de mi actual casa e ir hasta la estación de alimentadores es más o menos diez minutos de trayectoria a pie, yo tardo como quince porque me gusta mirar el paisaje aunque lo conozco perfectamente. La señora de los panes, el vecino que saca la basura a la misma hora —es por su avanzada edad; que son tan estrictos en el horario —, los cuatro perros del señor de la pastelería, los cuida y trata como si fueran propios aunque son amigos de la calle sin dueños.

—Puntual para el alimentador—. Hay alguien que casi siempre me acompaña.

—No hay que hacer esperar a la vida—. Dije alegre.

—Debo hacer un diccionario de tus palabras, son tan raras—. La persona que me habla es mi fiel amigo Jackson. 

—Otra vez con eso. Es por que nos conocemos hace un año que no te acostumbras—.

—Quiero conocer la persona que lo haga—. 

 El alimentador llego rápido, como buen caballero permitió que yo subiera primero y el me siguió, si teníamos suerte los dos asientos libres estaban juntos, pero si no era así, Jackson deja que me siente y él se va de pie, no entendía porque lo hacía pero ya me había acostumbrado a que lo hiciera. Ya para llegar a nuestro destino eran 20 minutos de trayecto, hablamos de muchas cosas, él no se quedaba callado, tenía muchas historias enredadas en la lengua y las soltaba una a una, incluso las repetía, yo no le decía nada porque me gustaba escucharlo.

La historia con Jackson empieza en un parque, yo iba caminando de regreso a casa después de hacer el mercado, no me había percatado de que me seguían; no es por presumir pero detecto ese tipo de cosas, debe ser por la influencia del mundo celestial; estaba muy tranquila caminando y de repente un hombre armado apareció delante de mi apuntando con mucha entereza a mi pecho, decía muchas vulgaridades, y se veía nervioso. Me asuste mucho, era la primera vez que me pasaba, la voz no me salía para pedir ayudar, mis piernas temblaban, la bolsa del mercado se me cayó, no sabía que hacer.

El hombre seguía amenazándome para que le entregara mi dinero, mi cabeza repetía que debía dárselo para no salir lastimada, pero como estaba tan pasmada mis extremidades no respondían. Quería moverme por el miedo de que accionara el arma, sin embargo, mis dedos estaban paralizados, no pude hacer más que cerrar los ojos, si no me podía mover, el hombre lleno de oscuridad dispararía, si se trataba del designio de la vida lo aceptaría, así tal vez en contraría la respuesta a mis suplicas en las noches sobre la misión que vine a cumplir.

Justo en el momento donde pensé que sería regresada a mi mundo, escuche una segunda voz que trataba con el hombre armado, oí golpes y jadeos, traté de abrir los ojos, de hablar, estaba totalmente pasmada y no reaccionaba. Luego todo fue silencio, ni ruidos, nada, lentamente y muy insegura abrí los ojos y una figura se dibujaba delante de mi. Un chico sonreía frente a mi y tenía la bolsa del mercado, el aura que transmitía era tan pura que podría calmarme, pude respirar otra vez y sentí que el alma me regresaba al cuerpo.

—Que guapo—, pensé. Me hablo preguntando si me había lastimado, yo solo respondía moviendo la cabeza, como me vio nerviosa se ofreció a llevarme hasta la casa, no supe su era bueno o malo, solo acepte y creo que fue una de las mejores decisiones de mi vida. 

Desde hay me lo encontraba por los alrededores, tiempo después me entere que era vecino del barrio y que tomábamos la misma ruta para estudiar, la sorpresa fue mayor cuando nos enteramos que estudiábamos en la misma Universidad; carreras distintas, él Medicina y yo Trabajo Social, fue fácil entablar una bella y fuerte amistad, nos acompañamos, nos cuidamos, para mi es como el hermano terrenal que no tuve, aunque también pienso que es el protector que me enviaron desde el cielo.

En un principio pensaba que él era uno de los siete que debía encontrar, pero nunca hubo una señal rara o un sentimiento extraño junto a él, que confirmara mis sospechas, aún así estuve pendiente de él, no podía dejarlo pasar, era una muy buena persona y me gustaba su compañía, reía mucho y me hacía enojar con sus ocurrencias, por eso al final no pude apartarlo y cada vez nos apegamos más y más.

Él me ha acompañado desde entonces, me apoya en cada cosa que me pasa, o cualquier decisión que tomo, aunque me recrimina algunas cosas, termina por ceder y ser mi cómplice. Lo que más le molesta de mi son las mudanzas. Haber les explico, en ocasiones tengo sueños, o visiones que me muestran los lugares donde debo estar para hacer alguna tarea especial o donde podrían estar las personas que estoy buscando. Como dije antes, en ninguno de esos sitios obtuve algún resultado pero siempre había un motivo especial para mudarme, alguna persona que necesitaba ayuda, alguna tarea de sociedad que debía hacerse, siempre hubo una razón para estar en esos lugares. 

Lo único que no me agrada de la amistad entre Jackson y yo, es que no puedo decirle la verdad, él siempre me pregunta el porque hago una cosa y otra, el porque de tantas mudanzas en el año que nos conocemos. Por ley no puedo pronunciar palabra de mi vida en el cielo, ni de los seres que habitan allí, a veces quisiera decirle todo, porque siento que le estoy faltando a la amistad, pero me aterra saber el castigo que podrían imponerme por hablar de ello.

Ya estando en la Universidad se comporta como un espantapájaros, no me gusta alardear pero de cada cinco chicos que van pasando a nuestro lado; tres tienen serias intenciones de declarar su amor hacia mí. Hay entra Jackson; son dos o tres palabras que les dice y estos retroceden ante él. Nunca le he preguntado porque lo hace pero creo que el también tiene su misión, así que solo lo dejo ser.

¿Tienes que ser tan rudo? —. Le dije mientras veía a los muchachos alejarse asustados.

Alguien debe ponerlos en su lugar —. La forma de sus cejas lo hacia ver mas cool.

Al menos deberías esperar a que hablen, no todos traían flores o cartas. Puede tratarse de un favor o otras cosas —. Llegamos a mi casillero para sacar unos materiales que debía entregar en administración.

Eres muy ingenua. Ayer los escuche diciendo que apostarían a ver cual de todos te conquistaba primero. Infelices... —. Su tono de voz era mas golpeado cuando pasaba algo así.

¡Oppa! .... ¡Miren es Jackson! ¡Chicas! —. Giramos al tiempo y vimos una turba de mujercitas alocadas corriendo a nosotros, bueno corrían hacia Jackson pero yo estaba a su lado.

En cuestión de segundos las niñas llegaron y rodearon a Jackson, entre empujones y gritos fue hechada aun lado y por ende apartada de mi amigo, a quien si pudiera decirlo, no le agrada mucho que lo acosen; pero como yo digo; es el precio que debe pagar a su belleza corporal.

¡Oppa tomate una foto conmigo! ¡Oppa, ¿ya comiste?! ... ¡Oppa vamos a jugar playa!... —. Todas querían un tiempo con él.

¡Jackson te veo más tarde! —. Como pude me puse en puntas y le grite.

¡Lizzy espera! ¿Piensas dejarme aquí? —. Le escuche decir ahogado entre las chicas.

No es como si pudiera pasar sobre ellas. ¡Suerte amigo! —. Mi volteé y lo escuchaba decir mi nombre pero yo solo reía y caminaba en linea recta.

Logre llegar sin mi escolta protector a la sala de Administración, entregue los materiales y luego busque las notas que debia firmar. En realidad era mas el tiempo que me gastaba de mi casa a la Universidad, que firmar las notas. Así se veía para algunos, sin embargo, para mi cada instante en la tierra es único, ir; venir, me gusta mucho gozar cada rato que tengo con los humanos, esas cosas siguen siendo preciadas para mi.

He visto como muchos se quejan de estar aquí en la tierra, me pregunto que dirían si supieran como se vive en lugares con la oscuridad, donde mas de uno tiene un cupo asegurado. Puede que si lo saben aprecien mas cada oportunidad que se les da. Pero es un designio y no puedo luchar contra eso, igual tarde o temprano se darán cuenta por si mismos y es hay donde se les da la ultima oportunidad.

Digo todo esto no porque sea perfecta, por el contrario, al ser un humano e incluso antes de eso tenia mis defectos, pequeños pero los tenia. Lo digo porque he visto como reina la maldad y aunque algunos luchan, la oscuridad les lleva una gran ventaja.

Lizzy, viniste temprano —. Justo en mi momento de reflexión y lucidez una voz chillona apareció a mis espaldas.

Hablando de oscuridad y maldad —. Dije entre dientes.

¿Disculpa dijiste algo? —.

Me voltee para ser cortes con la persona que me hablaba. —Digo... Que, hola Yuri... E mm, si llegue temprano, no quería retrasarme mucho aquí —. De mis adentros saque una sonrisa para ella.

Pensamos igual. No te hemos visto en los entrenamientos de voley. Las chicas te extrañan —. Al escucharla hablar así tan amable, deseaba que mi lado oscuro aflorara.

Por asuntos personales no puedo seguir asistiendo a las practicas —. Como no se me permitía mentir; dije lo que era cierto; obviando los detalles.

Es una lastima querida, a todos nos caes bien desde que llegaste. No te preocupes yo hablare con el entrenador. Tu encárgate de tus asuntos —. Firmo lo que le correspondía, me dio un beso en la mejilla y se fue.

Yo solo la miraba contonearse por el pasillo que iba directo al patio central. Nuestra Yuri es una de las cinco mejores deportistas de la Universidad, es linda, carismática, vanidosa y si se lo preguntan una Diosa; a su modo de ver. Es el amor platónico de mas de uno en la Universidad y se declaro así misma como la novia de Jackson.

Recién hable con ella se me asemejó a un gran hermano celestial que tenia. Era muy amable y le gustaba escucharme y ayudarme. Había visto características y actitudes de mi hermano en ella. Logre acércame mas a los humanos gracias a su circulo social, sus amigas; amigos; conocidos y pretendientes. Me gustaba mucho pasar tiempo con alguien como ella, me hacía reír con ocurrencias y esas cosas.

Un día me dijo que entrara en su equipo de Voleyball, yo no sabia ni entendía el juego, pero siempre tuve la facilidad para aprender, así que no había mucho de que preocuparse. No lo pensé por mucho tiempo y en menos de nada ya pertenecía a un equipo. Me emocionaba la idea de compartir triunfos y derrotas con los demás, para mi ese era el sentido de un equipo. Si lo pienso ahora, por cosas como las que pasaron, es que Jackson dice que soy ingenua.

No me había dado cuenta que mientras yo pensaba en el significado y el valor de un equipo, los que yo creía amigos o compañeros estaban planeando un modo para hacerme quedar mal en el estadio de la Universidad. Lo que ellos lo contaban, era que yo tenia una gran ventaja, los cielos que me respaldan, que me observan y no me dejan caer por cosas como le dicen aquí "circunstanciales", escuche cada frase que salia de sus bocas obscenas, el modo tan despectivo y cualificativo del que hablaban sobre mi.

Personas así definitivamente no me traían nada bueno, del modo más sutil y delicado que pude, sin ofender o lastimar, los aparte y me sentí mucho mejor con eso. No tenía que mentir, ni tampoco hacer maldades. Aunque Jackson dijo que se encargaría de ellos, tuve que persuadirlo por un tiempo para que no lo hiciera, el tenía un carácter un tanto delicado y hacía tonterías molesto. 

—¿Todo bien?—. Por lo visto logro escaparse de la turbulencia. 

—Si. Todo esta bien. Andando—.  

—De eso iba a hablarte—. Su expresión era de pena porque no me miraba y rastrillaba el pie.

—¿Que paso?—. 

—Olvide que tengo que presentar un examen, recién lo recordé cuando vi al profesor. Lo siento—. Sobaba sus manos pidiendo sinceras disculpas. 

— Este niño no cambia. Ve. Nos vemos después—. 

—¿Podemos cenar juntos?—. 

—Me niego—. 

—¿Porque?—. 

—Porque hoy tienes que ir con tus padres ¿lo olvidas?—. 

—¡Cierto!—. Chasqueo los dedos. 

Lo tome por el cuello y lo hale hacía mi, era muy alto y tenía que bajarlo; con mi puño cerrado rastrille su cabello a toda velocidad. 

—¡Chiquillo torpe!—. 

—¡Yaa, ya! Lo sé, lo sé—. Se dio mañas y se zafó.

Como amigos nos despedimos en la sala y el tomo un rumbo distinto al mio. Por lo general me acompaña al trabajo, el apego a mi es tal que si pudiera trabajaría conmigo, por suerte no puede, sus padres no se lo permiten.

Tengo que trabajar por que como cualquier ser humano necesito subsistir, aunque mis padres me dejaron un gran capital, solo es usado para casos de emergencia. Será un día más para mi, a la espera de que algo pase, si me lo preguntan a veces me siento mal; creo que no soy apta para ser un guardían, solo espero que aún tenga tiempo y que no se me haya pasado alguno de ellos. 

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Continuara .........

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