Hoja 11.

La voz de Lizzy...

Llego el Sábado cargado de agites y desvanes de toda la semana. Fue una semana productiva, me encontré con Ho Seok -el tercero-, Jin me adelanto de todo lo que le había pasado; me alegra que este mas animado; Jungkook no me regreso las cajitas de comida. Hablando de Jungkook me quede con una pregunta atorada en la garganta, ese día vi a una persona en el suelo; estaba viva porque vi que su pecho subía, ¿quien era? Si Jungkook es tan esquivo, debía ser alguien cercano a él. Fuera de todo eso, me he encontrado con Tae mas veces de las que quisiera, de por si, estoy pensando que es un acosador o algo por el estilo, a veces salgo a la tienda y al regresar esta en la puerta de mi apartamento, lo que mas miedo da es que no me dice nada, se queda como tonto mirándome: sonríe y ya. La próxima vez le hablare claro para que me deje de molestar. 

Estaba campante limpiando el polvo, sacudiendo los tendidos, dejando mi apartamento impecable para la siguiente semana que estaría mucho mas ocupada que esta; cuando me fije en una caja que estaba sobre el closet de ropa. La había visto dos días atrás pero no lograba recordar de que era, termine por decir que se trataba de una caja de la mudanza. Ya que estaba de limpieza, podía ver que tenía la caja y ponerlo en su puesto. Me alce de puntas en los pies y mis manos alcanzaron la caja, la baje pegada a mi pecho y la vi destapada, introduje la mano y saque unas fotos. No alcance a ver las fotos cuando sentí agua en mi garganta, me sentía ahogada, me faltaba el aire, no podía respirar. Me tumbe al suelo y deje caer la caja a unos centímetros de mi, junto con unas fotos. Tosí con fuerza, sentía agua en la garganta, intenté recuperar el aire y hacer que mis pupilas volvieran a funcionar y que no viera borroso. Recupere el aliento poco a poco y respiraba con mas naturalidad, estire la mano para alcanzar las fotos dispersas y tome una para verla. 

— ¡El sobrino de la madre superiora!—. Lleve mi mano a la frente. Había olvidado por completo que tenía una tarea pendiente. Con el tema de Ho Seok y esas cosas, se me había pasado por completo. 

Recogí el desastre que se formo y fui a la cocina por una vaso de agua, era irónico pero quería beber un poco.  Medio termine de organizar, me cambie la ropa por algo mas decente, agarre la caja y mire el apartamento que debía ir, tenía en cuenta que vivíamos en la misma pensión y eso me facilitaba de sombre manera las cosas. 

Era la torre cinco, tercer piso, apartamento 304, al salir me fije que Tae no estuviera por esos lados, siempre me daba tremendo susto cuando aparecía de la nada. Estando segura que iba sola, me encamine hacía la torre cinco. Después de la cuarta torre ya el lugar es de por si pesado, huele mas a drogas y las ventanas humean todo el tiempo, es como el centro del mal; o así lo veo yo. Subí hasta el tercer piso y contaba mentalmente las puertas, una vez llegue a la cuarta me detuve. No tenía la habilidad de tomar la iniciativa con las personas, pero estaba trabajando en ello. Toque tres veces pero nadie salió, insistí un poco mas y espere por diez minutos, igual nadie salió. 

Podía dejársela en la puerta e irme, existían dos posibilidades que se quedara la caja ahí, hasta que pasara el recolector de basura, la segunda era que se la robaran; ninguna era favorable y como había prometido que la entregaría no tenía mas remedio que buscar la manera de hacerlo llegar al destinatario. 

Quise ojear por la ventana de la puerta, todo estaba muy oscuro, me apoye en la puerta para ver mejor y esta se corrió unos centímetros. Baje la mirada y la cerradura estaba abierta, mas no, forzada, ¿ser¿a que entró? Fue lo primero que me pregunté, ¿y si había un ladrón? Yo era muy cobarde para enfrentar un malandro, mi creador me cuidaba; aún así temía de ser asaltada o algo parecido. Luego de pensarlo por unos segundos, empuje la puerta y esta se abrió por completo. Encontré un apartamento desarreglado, olía a muchos días sin asear, di pasos para entrar y dejaba que la luz entrara por la ventana, había un televisor que no daba señal, comida apunto de pudrirse sobre la mesa, ciertamente parecía sacado de una película de terror; y no veo muchas de esas. 

— ... Disculpe ... Entré sin permiso ... ¿Donde está? ... —. Daba pasos lentos mirando a los lados. — ¿Hay alguien?—. Mire por la cocina y estaban los plato apilados en el fregadero.  

Seguí buscando al dueño del apartamento, sin señal alguna, tampoco había señales de que alguien entrara, bueno nadie entraría con el olor a suciedad que había, es mas, ni se veía un lugar para vivir. Escuche agua que goteaba en algún lugar y me guíe por el sonido que hacía. Al llegar a una puerta se veía el agua que salía por debajo, deduje que se trataba del baño. Se me aceleraba el corazón mientras subía la mano para abrir la puerta, mi mente hacía imágenes basadas en mis presentimientos y no quería que fuera verdad lo que estaba imaginando. Empuje la puerta y vi que la bañera era la causante del despilfarro de agua, me acerque y una mano salía del agua; se veía pálida y casi morada.

No supe de donde saque la fuerza, el coraje, el valor; se lo atribuyo a mi creador. Mis manos entraron en el agua y agarraron el cuerpo de una persona, subí mi mano derecha por su espalda hasta su cabeza para ponerla fuera del agua. Sentía una inmensa opresión en el pecho y unas ganas terribles de gritar, no conocía a ese pequeño cuerpo que yacía en el agua, pero me dolía solo ver su tes casi morada. Use toda mi fuerza y lo saque de la bañera, sin saber mucho del tema recordé la capacitación que tuve en el orfanato sobre los primeros auxilios, hice presión a la altura de su pecho, "uno, dos, tres", repetía una y otra y otra vez, le daba respiración boca a boca y no podía escuchar los latidos de su corazón. Seguí con el procedimiento, no quería que se rindiera, no quería que ese fuera su fin, fuera cual fuera la causa, quería que despertara y me diera la oportunidad de mostrarle la vida que esta dejando atrás.

— ... ¡Por favor, abre los ojos! ... Te lo suplico ... —. Le pedí entre lágrimas de desesperación. — ¡Regresa Jimin! ¡Regresa!—. De la frustración golpee tres veces seguidas con mi puño su pecho y como si un milagro ocurriera, tocio y escupió el agua que no lo dejaba respirar.  Rápido le levante la cabeza para que expulsara el agua y respirara mejor, estire el brazo y tome unas toallas para envolverlo, lo abrace a mi y lloraba de agradecimiento por ver sus ojos rasgados que hacían una línea parecido a una sonrisa de un niño pequeño. 

— ... Gracias ... Gracias ... ¡Gracias! —. Lo secaba y lo apoyaba en mi pecho. — Todo estará bien—.  

Jimin se abrazo a mi y empezó a llorar intensamente, clavo su cabeza en mi pecho y apretaba con fuerza mi espalda; lo envolví en mis brazos y besaba su cabeza, nos balanceábamos a la vez, quería que se tranquilizara, posiblemente estaba asustado. Él lloro, lloro y lloro hasta que quedo en silencio y solo se escuchaba sus suspiros ahogados. 

Ayude a que se levantara, sus ropas, como las mías, estaban empapadas. Yo no tenía cambio, él sí, y era lo importante. Caminamos hasta su habitación, ninguno pronunciaba palabra, yo no sabía que decir después de esa escena y me imagino que él no quería hablar de ello. No pregunté, sino que busque en su closet ropa, tome lo que mejor me parecía y se lo pase pero él se había desplomado en la cama. Toque su frente y estaba muy caliente, llevaba mucho tiempo en el agua, sus labios estaban morados. Lo subí como pude a la cama y cambie sus ropas, -ya tenía experiencia con eso-. Estando Jimin listo bajo sus cobijas y con un medidor de temperatura, me concentre en secar mi ropa, por suerte tenía lo necesario en el apartamento así que use la secadora, luego estaba lista para hacer mas habitable el apartamento. use guantes; desinfectante y un trapo que se veía viejo, también tome prestada la cocina para preparar algo decente para levantar a un renacido, porque eso eran las personas que iban hacía la muerte y regresaban, renacidos. 

Arrastre la silla para sentarme y descansar. Era agotador todo lo que había pasado, en menos de dos semanas había tenido que pasar por muchos sustos. Sentía que mi corazón no aguantaría por mucho tiempo. Solté un suspiro viéndolo descansar, cual bebe después de comer. Su piel había cogido color y sus labios eran rosados, parecía una delicada mujercita, se veía tan frágil y dulce que logro sonrojarme. 

Empecé a preguntarme que debía hacer, su fiebre había bajado, estaba dormido sumido en un profundo sueño, nadie sabía como iba a reaccionar una vez despertara y no quería que se alarmara conmigo, tenía dos experiencias poco agradables en esa parte. Tome la determinación de quedarme hasta que despertará, que mas podría hacer, ¿y se se despertaba asustado? ¿que tal que necesite algo? Podía mas mi parte maternal que la insensible. 

Mis ojos se cerraban a pesar que intentaba mantenerme despierta, estaba en una casa ajena, no podía dormir a mis anchas nada mas. Sin embargo, me pesaban los ojos y no había recuperado el sueño perdido cuando estuve cuidando a Ho Seok, sentía como mis parpados se bajaban y mi cabeza se tumbaba, así en algún punto de mi esfuerzo por no dormir termine rindiendome ante el inminente sueño. 

De sopetón abrí los ojos sintiendo la luz de la mañana, había hecho también el aseo que la luz del sol se filtraba por todo el apartamento. Dándome cuenta que descuidadamente me había quedado dormida hasta que amaneciera, rodé la mirada a la cama y Jimin estaba sentado justo en el borde. 

No sabía que decirle así que me quede callada, él, sin embargo, me miraba como un bicho raro, ladeaba la cabeza, no se con que motivo lo hacía pero hacía mas incomodo el momento. Tenía un semblante diferente y eso me ponía tranquila, me preocupaba que quizás se despertara armando todo un lío igual que los otros dos. 

— ¿Como te sientes?—. Me cansé de esa mirada llena de preguntas. 

— Bien, un poco mareado—. Se toco la cabeza. 

— Tranquilo. Es normal, puede que también te den nauseas—. Hable como si nada. 

— ¿Que haces durmiendo en mi casa?—. Hasta hay llego el buen ambiente. 

— Vine a entregarte algo—. Mi fuerte es el improvisar. 

— ¿Donde está?—. Abrió sus manos para recibir el encargo y de paso sonrió. Su sonrisa es angelical, dulce y llena de inocencia. 

Fui hasta la cocina, traje la caja, se la puse en las manos y me senté.  — De parte de tus padres—. 

Dio un brinquito pequeño, casi imperceptible. 

— ¿Los conoces?—. Dijo mirándome. 

— No he tenido el gusto. Trabajo con tu tía, la madre superiora—. 

— Ya veo. Ella te envió—. Se veía muy desilusionado.  

— Tenía que atender unos asuntos en el orfanato. Pronto vendrá a visitarte—. Sentía que consolaba a un niño de cinco años que espera ver a su familia. — Espérame un momento—.  

Me preocupaba tanta amabilidad y serenidad, sí, esperaba que se despelucara y lanzara las cosas al mas allá. Se pudo haber lastimado la cabeza o el agua le afecto algún nervio, o no recuerda bien lo que paso, seguía cuestiomando su comportamiento sirviéndole de comer, algo que estaba segura que iba a pasar, era que se le abriera el apetito.

Cuando entre al cuarto estaba tendido en la cama, con la boca abierta y una carta en la mano izquierda, hacia un sonido de eco entre la boca. Aclare la voz para que se diera cuenta de mi presencia y se sentó como estaba antes.

Prepare un poco de comida. Es variado por si hay algo que no te gusta —.

— ¡Me gusta todo! Comeré todo lo que trajiste . Ni siquiera había bajado la bandeja a la mesa y podía jurar que se saboreaba con el olor. Este chico me daba miedo.

Lo observe acabar gradualmente plato por plato sin dejar caer una sola pizca de comida al suelo, esto solo decía dos cosas: uno, llevaba días sin comer, dos, el chico no sabe cocinar. Encontré muchas ollas quemadas, producto de experimentos o intentos de cocinar.

Algunas veces subía la cuchara a su boca, me miraba y sonreía como un niño pequeño que le daban de comer lo que mas le gustaba. Yo me apenaba y le quitaba la mirada, su sonrisa era muy radiante y dulce, no quería tener problemas en el futuro.

¿Puedo hacerte dos preguntas? . Finalmente habló en un tono diferente y mas grave.

Solo si yo puedo hacer dos preguntas . Condicione la medida, era un juego limpio.

Me parece justo. Una pregunta yo, una pregunta tu .

Asenti.

¿Como te llamas? . Preguntó indagando con la mirada, levantando una ceja.

Lizzy, nada mas así . Respondí. Sonrió y me parecía que se pondría interesante. Apoye los codos sobre la mesa, entrelase mis manos y clave el mentón en los nudillos. — ¿ Cuanto tiempo llevas en esta situación? . Señale todo el entorno con la mirada.

Entre abrió la boca e hizo un gesto de molestia y a la vez de pícaro. — Un par de semanas. Creí que no duraría mucho . Frotó su nariz y apoyo el codo izquierdo en la mesa, recogió la pierna izquierda y se armo para lanzar la pregunta. — ¿Porque entraste? Si solo era una encomienda, podías haberlo dejado en la puerta como todos .

Tenia que darle el crédito. Era cierto, hubiera dejado la caja y estaría en mi casa descansando. Excepto por un pequeño detalle, había algo que no iba a entender, necesitaba una buena respuesta.

La cerradura estaba desajustada, lo que daba a entender que querías que alguien entrara. Eso hice y te encontré tomando un plácido baño . Su pose de macho controlador cambio, a la de un gatito asustado. Había dado en el blanco, no estaba del todo seguro cuando pensó en quitarse la vida.

Tome aire por la nariz y la solté por la boca, mi ultima pregunta podía cambiar el ambiente y ponerlo tenso.

¿Que fue eso tan grave, que no le encontraste otra solución? .

Automáticamente bajo la mirada, su piel se torno pálida y estaba muy nervioso. Abría y cerraba las manos, incluso creo que le sudaban. Tuve un poco de lastima por él pero necesitaba saber que había pasado.

¿Nada? . Insistí ante su indiferencia.

¿Porque quieres saber? .

Una pregunta no se contesta con otra. Educación básica por Dios. ¿Que les enseñan desde pequeños? . Negué con la cabeza y estire mis labios formando una linea recta.

Jimin parecía tomarse su tiempo, sus orejas subían a un rojo intenso, hacia sonidos con su lengua golpeando el paladar. La estaba viendo gris con mi pregunta. Rompí mi postura de presión y me recargue desganandome en el suelo.

Escuche tu voz que pedía ayuda . Solté.

¿Como? . No podía verlo, pero seguro lo sorprendí.

Días atrás había tenido variedad de sueños, algunos recién tomaban forma y significado para mi. Podría sonar absurdo, pero aquella sensación de ahogo pudo ser el momento en el que él se sumergía en la bañera. Si todo encajaba como pensaba, el chico de la cara angelical era el cuarto de la lista. Cabía la posibilidad de que Jimin abriera su alma conmigo, si le dejaba saber mas de lo que debia.

Lo que voy a decirte sonara extraño, en ocasiones así es la verdad ... . Mi celular mato el ambiente de mis palabras.

¿Diga? . Ni me fije quien llamaba.

¿Cuanto mas tardaras en llegar? ¿Quieres que vaya y te recoja? . Al tiro me senté y mire a Jimin seguido de la hora en mi celular, marcaba mas de las nueve y media de la mañana y era domingo. Golpee mi frente con la mano y frote con el indice mi cien.

Jackson ... Hola ... . ¿Como le decía que había olvidado por completo nuestro trato, y que no iba a llegar?

Mire a Jimin que estaba a la espera de que continuara con lo que había empezado. Bueno no podia dejarlo hay, luego de haberle soltado esas palabras. Toque la parte alta de mi nariz con el pulgar y el índice, me preparaba mentalmente para lo que venia.

Lo siento Jackson, no puedo ir . Apague la mirada esperando que un rayo me partiera. 

Dime, porque no me sorprende . Suspiro afligido, mas bien desilusionado. — Creo que tenemos que hablar seriamente de todo esto .

Tienes razón . Podía sentir la decepción que acababa de causarle.

Tienes mi numero y sabes donde encontrarme. Cuando tengas tiempo buscame, te estaré esperando . Termino la llamada.

Puse el celular en la mesa y apoye mi frente en la madera, solté aire por la boca y me empuje a ese sentimiento traicionero de culpa infinita, podía llegar a odiarme por hacerle eso a Jackson. Siempre era difícil separar mi mundo con el de los humanos. Levante la cabeza recordando que Jimin estaba esperando que continuara.

¿Problemas? . Sacaba la cera de sus oídos.

Podría decirse que si. Después lo soluciono. Tengo asuntos mas importantes ahora .

No quería perder el hilo, ni la inspiración que tenia, así que proseguí.

Tengo un don, si así pudiera llamarlo, que me permite ver través de los sueños diferentes situaciones. Hace poco tuve uno donde alguien me pedía ayuda; esa misma voz, la escuche cuando entre al apartamento, pedías ayuda desesperadamente. Por eso estoy aquí . Al comienzo le parecía una broma, pero luego cambio su expresión, miraba a los lados y parpadeaba lentamente procesando la información. — ¿Vas a responder a la pregunta? .

— ... Yo ... —. Bajo la mirada y puso las manos en medio de sus piernas. Señor es tan tierno. — ... Cometí un grave error ...—. 

No me mostré asombrada o sorprendida, digamos que no tenía porque estarlo, el se siente culpable por algo, por eso hizo lo que hizo, pero necesitaba saber que era exactamente. Levanto la mirada, yo estaba esperando que prosiguiera con el relato. 

— Es algo difícil de decir. Solo ... le falle a una persona importante ... Ya no puedo disculparme —. Sentía el peso en su corazón, este chico a estado sufriendo mucho. 

— ¿Porque no puedes?—. 

— Ella ... Ya no esta aquí—. Murió, me respondí mentalmente. 

Asentí con la cabeza, entendiendo mas o menos lo que pasaba. Jimin creyó que si moría podía encontrarla y disculparse como debía ser. Era muy joven para entender el mundo, le faltaba mucho por aprender y comprender. A parte no tenía a nadie que lo guiara, era él y sus razonamientos; nada mas. Un alma envuelta en la desesperación y la culpa, un alma muy dulce para la oscuridad. 

No dije nada mas y seguí comiendo, tenía mucha hambre y no le veía el caso de seguirlo atormentando, a simple vista le costaba hablar de eso. Él hizo lo mismo y solo se escuchaba los cubiertos, los platos y nuestras bocas moverse. Comí con tantas ganas que un arroz se interpuso en mi respiración, haciendo que tosiera desesperada hasta quedar roja por la falta de aire. Jimin se asusto y se puso a mi lado, golpeo seguido mi espalda y me paso jugo de naranja, una vez me recupere nos miramos y nos reímos de lo sucedido, era un ambiente cálido y divertido. 

Recogimos la mesa y entre los dos limpiamos el desorden. Jimin me contó parte de su vida y yo de la mía, -obviando ciertas partes claro-, supe que sus padres llevaban mucho tiempo separados de él, que los extrañaba y que decidió no hablarles mucho para no preocuparles mas de la cuenta, que la madre superiora fue muy amable con el cuando era pequeño y que estuvo esperando su visita muchas veces después de que su padre le dijo que ella lo iba a visitar. Es un chico inteligente y muy disciplinado, consiguió un trabajo fijo a temprana edad y asiste a la escuela como todo chico a su edad. Tenía un perfil normal, pero caras vemos y corazones no sabemos, ese era el caso de él, muy fuerte, de hierro, paciente,por fuera, porque por dentro era un ser de cristal; un leve toque y se rompería en mil pedazos. Hablar de nosotros hizo que naciera una confianza por ambas partes, sonreía mucho y hasta me hacía bromas pequeñas, jugaba con el agua para salpicarme y se queda quieto solo si lo miraba molesta, aunque no me enojaba solo lo hacía para que agachara la cabeza y luciera como un niño pequeño. El cuarto de los siete es dulce, tierno, amable, terco, tiene una gran autoestima y esta orgulloso de su apariencia, sabe que es guapo y tiene sus propios conceptos de la moda. Con él encontraría un gran apoyo, el sería la fuente de confianza de los siete. 

---------------------------------------------------------------------------------------

Les traigo a Jimin, como saben los personajes están  basados en el MV "I Need U". Espero les este gustando mucho. 

Los quiero y los veo en otro capítulo. Gracias por el apoyo ToT

Pregunta: ¿Quien será el siguiente?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top