21. Bienvenidos de vuelta.

Un mes después.

— Está bien... — Jackson murmuró, poniendo las manos en las caderas y observando atentamente la situación frente a él.— No es tan difícil—Él se acercó, pero paró al ver que Emmett seguía parado, con los brazos cruzados y una expresión extraña. — ¿Vas a quedarte solo mirando?

Emmett se encogió de hombros.

—Yo nunca cambié un pañal—Él argumentó.

—¿Y yo ya? —Jackson preguntó indignado. —¿Crees que pasé el último siglo cuidando bebés por pura diversión?

— Ya las viste hacer eso— Emmett apuntó al bebé a la cama.

—¿Tú no?

— No! es asqueroso. Salgo de la habitación cada vez— La respuesta de Emmett hizo a Jackson masajear la base de su nariz.

— No podemos dejarlo así— El rubio dijo. Emmett miró a James, que mordía su propio pie, babeándolo  todo.

—Se ve bien para mí— Emmett se encogió de hombros. Jackson lo miró completamente ultrajado.

— ¿Qué le pasó a tu sentido del olfato? Dale una olfateada a ese niño—Lo mandó. Emmett se acercó a James y lo olió. Él hizo una mueca, y se alejó con la mano sobre el rostro.

— Cielos, Jay, te has podrido— James se rió.

— Qué bueno que nuestra desesperación te divierte—Jackson comentó enfurruñado para el bebé, que paseaba con sus ojitos azules por todo el cuarto. —Vamos. Tenemos que cambiarlo antes de que los otros regresen.

— ¿Cómo se les ocurrió dejar al niño solo con nosotros? — Emmett cuestionó, torciendo la nariz cuando Jackson comenzó a quitarle el pañal a James. —Vaya, qué bueno que ya no puedo vomitar— Jackson dijo.

— Creo que suponen que somos tíos responsables—Jackson respondió. — Pásame esas toallitas— Emmett tomó las toallitas y las extendió desde una distancia segura.

— Ni tú crees eso, imagínate ellos— Emmett le recordó. — ¿Por qué le estás echando polvo al niño?

— Es talco— Jackson respondió, solo después mirando el objeto en su mano, e hizo una mueca. — No tengo idea de lo que hace, pero las he visto echárselo— Tomó un pañal limpio y comenzó a girar a James de un lado a otro, tratando de encajar el pañal de la mejor manera.

—¿Lo estás haciendo bien? — preguntó Emmett.

— Se está riendo— Jackson argumentó. —No debo estar equivocado— Suspiró, se alejó y vio a James limpio y cambiado sobre la cama. —Yo vencí, cosita Babona y ruidosa. - Él sonrió victorioso a James, que le miró antes de abrir una sonrisa. — No te atrevas... — Demasiado tarde, ambos sintieron el olor de la orina. Jackson extendió el pañal limpio a Emmett y le dio dos palmaditas en el hombro desde lo más alto. — Te toca— Y empujó a su hermano hacia el niño.

Ninguno de los dos entendía cómo un ser tan pequeño y tierno podía hacer tanta suciedad.

Algún tiempo después, Aurora, Jasper y Rose llegaron y fueron recibidos por Jackson, que cargaba a James.

—Toma, esto es tuyo— Él puso al bebé en los brazos de Aurora. — Necesitas llevar a ese niño a un médico.

— O con un sacerdote—Emmett respondió.

—¿Qué pasó? —preguntó Aurora, viendo a James morderse los dedos mientras la miraba.

— Le cambiamos el pañal... — dijo Emmett.

— Tres veces... en una hora— Jackson completó, gesticulando, y con una facción indignada. Aurora se rio, y Rosalie rodó los ojos. Jasper le sonrió divertido y guiñó un ojo al bebé en el regazo de su novia.

—Ah, ahora me siento vengada—La pelirroja comentó, caminando con James dentro del cuarto.

— Ellos llegaron— Alice celebró, saltó a la puerta y la abrió, a tiempo para ver a Aurora y Jasper salir de un coche, su hermano sosteniendo un bebé en su regazo. Saltó sobre Aurora, apretando a la pelirroja en un fuerte abrazo, que fue devuelto rápidamente. — Sabía que serías una vampira hermosa— La más baja dijo. Aurora se rió en respuesta.

—Te extrañé—Dijo. Alice sonrió, alejando el abrazo.

—Tenemos mucho de qué hablar— Dijo, mirando desde Aurora hacia el bebé, y hacia Jasper. — Muy bien—Aurora asintió.

—Ali,  este es James—Ella presentó a la morena al bebé que dormía en el hombro de Jasper.

—Su hijo— La morena dijo. —Y mi sobrino— Ella sonrió convencida.

— Obviamente tú ya lo sabias— Aurora comentó, frustrada que no pudiera sorprender a Alice.

—Es un encanto—dijo.

— Espera a ver cuánta cosa hace— Emmett comentó, acercándose junto a Rose. Luego atrás, vino Jackson, con las manos metidas en los bolsillos. Alicia lo miró rápidamente, y sonrió.

—Y tú eres Jackson— Ella dijo, llamando la atención del más alto, que la enfrentó confundido, y aturdido.

— Aham—Él respondió. — Yo soy— Se acercó y extendió la mano a Alice, que aceptó.

—Alice— dijo. Jackson sonrió involuntariamente.

— Lo sé— Alice sonrió de vuelta, con los ojos medio vidriados por un tiempo. Era una visión. — ¿Estás bien? —Jackson preguntó, viéndola asentir rápidamente, y soltar su mano.

— Genial— Sonrió mirando a todos. —Vamos, los demás quieren verlos— Ella sostuvo la mano de Aurora, arrastrando a su hermana dentro mientras murmuraba sobre los recientes acontecimientos. Jasper sonrió a los hermanos antes de seguir a su novia. Emmett y Rosalie se miraron entre sí, y sonrieron maliciosos a Jackson.

— ¿Qué?— Preguntó confundido.

— Nada— Rose dijo, antes de que Emmett abriera la boca. —Vamos adentro— Y sacó a su marido, que parecía reír internamente.

—Raritos— dijo Jackson, siguiendo a la pareja.

Y la tarde pasó muy tranquila, con todos admirados por la nueva condición de Aurora, y su increíble autocontrol, principalmente por haber adoptado un bebé humano. Y hablando de James, estaba claro que estaban encantados por él, y que ese niño traería felicidad a toda la familia, que nunca se imaginaron en esa situación.

— Le agradas— Edward dijo viendo a Aurora caminar con James cerca de la ventana, para que él mire los árboles. Aurora sonrió.

— No es la primera vez que oigo eso— La pelirroja lo admitió. — Va a ser raro dejarlo y tener que volver a la escuela— Ella jugó con los dedos pequeños del niño.

—Voy a cuidar de él, querida— Dijo Esme, sonriendo cariñosa mientras miraba al bebé. Aurora sonrió en agradecimiento.

— Faltan sólo cuatro meses, querida— Jasper recordó, surgiendo detrás de Aurora y abrazando su cadera. — Y entonces la graduación.

—Y luego nuestro matrimonio— Se sonreían el uno al otro.

— Y después, nada de escuela por lo menos diez años, me lo prometen— Jackson prácticamente suplicó, viendo reír a sus amigos. — O, más. Yo voto por volver a estudiar sólo cuando James vaya a la escuela— Todos se rieron ahora.

—¿No te da vergüenza decir eso? — Rose preguntó divertida.

— Mírame... ¿crees que me avergüenzo de algo? —Rose volteó los ojos ante la sonrisa engreída de su hermano. — Estoy pensando en lo mejor para James...

—Hey, deja a mi hijo fuera de tus chantajes— Jasper mandó, viendo a Jack cruzar los brazos y hacer un puchero. Aurora se rio.

— Arruina las cosas— Murmuró.

— Luego hablamos de eso— Alice interrumpió la discusión, tomando una revista de arquitectura y sentándose al lado de Esme. — Ahora, vamos a elegir la decoración de la habitación de mi sobrino.—Ella sonrió animada. Aurora y Jasper se miraron el uno al otro sonriendo, y solo dejaron que Alice hiciera lo que quería, como siempre.

James ni siquiera sabía hablar, caminar, o comer solo, pero ya tenía una familia que lo amaba incondicionalmente, y que haría cualquier cosa por él.

Aurora apoyó su hombro en el marco de la puerta, una sonrisa genuina brotando en su rostro mientras observaba a Jasper jugar con James.

Alice había arreglado un cuarto para James allí, y otro en la casa de Aurora, para que ellos pudieran turnarse entre pasar un tiempo solos en la casa de los White, o quedarse junto a la familia. Y, obviamente, llevaban a James adonde fueran.

Allí, en la casa de los Cullen, James tenía dos de sus paredes completamente hechas de vidrio, y cubiertas por cortinas de color crema, en las paredes blancas había detalles en amarillo, y el techo era azul cielo, repleto de nubes muy bien hechas. Tenía la cuna, una alfombra de felpa, un sofá cómodo, una mecedora, tres estantes de libros de cuentos infantiles, y un armario que Alice vivía llenando de cosas de bebé.

Ahora, James estaba sobre el sofá, mordiendo la aleta de un delfín de goma, con Jasper sentado en el suelo frente a él, leyendo en voz alta, imitando voces y tocando los dedos del bebé.

Sabes, Wendy, cuando el primer bebé se rió por primera vez, su risa se rompió en miles de pedazos y todos ellos salieron saltando, y ese fue el comienzo de las hadas— Aurora sonrió. Era Peter Pan, su historia favorita. — Por eso, debía haber un hada para cada niño y niña... —Aurora, que recuerda de memoria cada línea del libro, en un abrir y cerrar de ojos estaba arrodillada al lado de Jasper, acariciando la cabeza de James, y recitó la línea de Wendy:

¿Debería existir? ¿Pero no existe? —Jasper miró a Aurora antes de seguir leyendo:

No. Los niños saben tanto hoy en día que pronto dejan de creer en las hadas. Y cada vez que un niño dice "No creo en las hadas", un hada cae muerta en algún lugar— Cerró el libro. — ¿Realmente no entiende nada? — preguntó Jasper incierto.

— Es demasiado joven— dijo Aurora. — ¿Por qué la pregunta? —El mayor señaló con barbilla el rostro de James, que miraba fijamente a la mujer pelirroja, con los ojos azules vidriados.

— A veces parece ver a través de nosotros— dijo Jasper. — Y se siente seguro con nosotros, cada vez que te ve, es como si estuviera viéndo por primera vez— Él explicó, viendo a Aurora sonreír emocionada, mirando entre él y James.

— ¿Crees que entiende quiénes somos? — Jasper asintió.

— Creo que siente que lo amamos— Eso es lo que respondió. —No se trata de mi poder, sino de ti y de cómo nos sentimos todos cuando estás cerca. Hasta quien no es como yo puede saber... tú exhalas amor, Aurora— Él abrazó a la novia de costado, besando la frente de ella. — Él sabe— Habló, viendo a James dar una risita y estirar las manitas en el aire.

Aurora sonrió, mirando entre su novio... y su hijo. Ella nunca sería capaz de expresar cuánto amaba a Jasper, y siempre estaría agradecida por la familia que estaba construyendo con él.

Gracias por leer, disfruten la lectura, 300+ votos siguiente capitulo

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