10. Un problema


¿Cuál fue el tamaño de la sorpresa de Aurora al ver a Edward allí, saliendo del Jeep de Emmett, después de una semana fuera?. Su expresión la delató, Edward rió en su dirección y se encogió de hombros. Él estaría bien, ella lo sabía. Y, aparentemente, eligió dejar de huir.

— Me alegro de verte— Lo dijo en voz baja, tanto que solo los vampiros lo oyeron. Edward asintió en concordancia.

Las clases de aquella mañana fueron tranquilas y sin más sorpresas, y Aurora ni supo a qué Dios agradecer por ello. Rose había vuelto a su ser "normal", y parecía menos propensa a arrancarle la cabeza a Isabella, lo cual era bueno. Porque sus pensamientos asesinos no hacían muy feliz a Edward.

Y Aurora estaba feliz de disfrutar de un día lluvioso sentándose junto a la ventana para asistir a las clases de cálculo. Era la única clase que ella no tenía con ninguno de los Cullen. Y nadie se sentaba con ella. Los rumores eran realmente una droga.

Al menos era un viernes, eran liberados temprano, y como de costumbre iba a almorzar con los Cullen. Bueno, ella iba a almorzar, ellos no. Entonces, no hay clases de arte por hoy. Ella salió de la sala de biología, su último día, con Jasper, sus manos entrelazadas y su bolso en el otro hombro. Ella notó la expresión concentrada del rubio.

—¿Qué pasa? — Ella preguntó en un susurro, sabiendo que solo él oiría. Jasper parpadeó un par de veces y miró a Aurora.

— Edward— Él respondió simple.

— ¿Algún problema? — Ella volvió a preguntar.

— Está frustrado, molesto, y curioso— Jasper respondió con una mueca. Aurora abrazó la cintura de Jasper mientras caminaban.

— No te preocupes— Ella susurró. — Concentrate en  mí— Habló estrechando la mano de él que fue hacia sus hombros. Jasper sonrió de costado y asintió. De hecho, era mucho más fácil con ella cerca.

En el estacionamiento, Jasper abrió un paraguas sobre él y Aurora, para protegerlos de la llovizna, y se acercaron a los otros Cullen, que estaban bajo paraguas y alrededor de los coches. Edward parecía especialmente distraído. Y bastó un breve vistazo para que Aurora se diera cuenta de que él y Bella se estaban mirando.

— No es educado mirar.—Aurora habló bajo, viendo a Edward finalmente apartar la mirada, pareciendo avergonzado. Pero Bella continuó mirando. — Parece que ella tiene una fascinación por ti— La pelirroja comentó abrazando el brazo de Jasper y tocando el propio coche.

— No lo sé— Respondió a regañadientes. Edward se sentía frustrado por no saber lo que pensaba Isabella.

Aurora pensó mejor no mencionar nada más. Era un asunto delicado e incómodo para todos allí.

— ¿Qué quieres almorzar? — Jasper le preguntó a la pelirroja, que movía pensativa sus dedos.

— No lo sé— Ella dijo. — Macarrones estaría bien— Repudió los labios en una sonrisa discreta.

— Si Jasper hiciera todo lo que le pido sonriendo, la eternidad sería hermosa— Emmett se quejó en un tono divertido. Jasper miró seriamente a su hermano que levantó las manos en rendición. Aurora se rió.

El ruido del arrastre de neumáticos en el asfalto atrajo la atención de todos, que vieron la camioneta derrapar en el estacionamiento, y deslizarse hacia la camioneta naranja. Fue todo muy rápido. En un segundo, Edward estaba al lado de los hermanos y su cuñada, viento lentamente la camioneta derrapar y aplastar a Bella contra la camioneta. Y en el otro, él estaba entre los dos coches, sosteniendo a Bella con una mano, y sosteniendo la camioneta con la otra, aplastando la lateral, impidiendo la posible muerte de Bella.

Todo lo demás parecía ir en cámara lenta. Desde Edward alejándose discretamente de Bella y desapareciendo por el otro lado del estacionamiento, el grupo de personas alrededor del accidente, hasta los Cullen entrando en sus autos y desapareciendo de allí rápidamente. Aurora se dio cuenta del problema solo cuando Jasper conducía, a velocidades no permitidas en ningún lugar, hacia su casa. La expresión de su cara no era de su agrado, sino todo lo contrario.

— Jas...? — Ella tocó su brazo delicadamente. — Está bien. Ya nos alejamos. Somos sólo nosotros. Tú y yo— Ella decía dulcemente, viendo a Jasper relajarse con cada palabra, disminuyendo el agarre en el volante, y la velocidad del coche.

— Lo siento, Lyra— Bajó la voz, haciendo sonreír a Aurora al oír como la llamó. — No quise asustarte— Parecía culpable al mirarte.

— No me asustaste— Aseguró. — Lo que Edward hizo... va a traer problemas, ¿no? — Ella preguntó asustada. Jasper soltó el aire que ni siquiera necesitaba sostener.

— Él nos expuso a una humana— Él explicó. — No es tan malo que tú losepas, porque, como dije, los compañeros están destinados. Lo sabrías de una forma u otra, por nosotros o no, ahora o dentro de unos años. Ya te lo he explicado— Ella asintió en concordancia, aún se acordaba. — Pero él expuso su propia condición a una humana curiosa que no tiene la menor intención de transformar— Aunque tranquilo, parecía tener un cierto brillo nervioso en los ojos.

— Jas, no tuvo elección— Aurora habló con calma. — No te preocupes, estoy segura de que lo resolverá. Y si lo necesita, lo ayudaremos— Tenía tanta seguridad en su voz que Jasper no pudo hacer nada más que estar de acuerdo.


Durante los próximos días, las cosas se volvieron más desagradables. Bella le preguntó a Edward qué había pasado. Ella no se tragó ninguna de las explicaciones sobre cómo había sido posible él llegar hasta ella tan rápido, y detener la camioneta. Y Edward, en vez de simplemente alejarse e ignorarla, aparentemente se sentía tentado a estar aún más cerca de ella, en cualquier oportunidad, usando cualquier excusa absurda.

Como cuando se acercó a ella en el paseo escolar hasta en el vivero de la ciudad. Y peor aún, la trató con pesimo y la alejó como si fuera ella la que hubiera ido a él. Aurora estaba empezando a irritarse con su actitud.

— Si vas a actuar como si ella fuera un animal venenoso, ¿por qué sigues yendo tras ella, vigilando con quién habla o qué hace? — La pelirroja preguntó seriamente, mirando a Edward como una madre miraría al hijo que hizo algo mal.

— Yo no... —Lo intentó, pero Aurora interrumpió.

— ¡Para! Guarda tus disculpas— Suspiró y masajeó la base de la nariz. — Yo fui una de las primeras personas en defenderte, Edward. Pero, honestamente, tus actitudes ahora son indignas de defensa—La pelirroja tomó su libro sobre la mesa y subió las escaleras hasta el cuarto de Jasper, que ella sabía que estaba en la puerta, escuchando la discusión, como todos en la casa.

Aurora raramente se irritaba por algo, o discutía con alguien, era un tanto sorprendente verla desaprobando y condenando la actitud de uno de ellos. Parecía no importarle realmente si eran vampiros o no, si hacía algo mal, oiría una bronca.

Aparentemente hizo efecto, pues el otro día, en el comedor, Edward fue hasta Bella mientras ella tomaba su almuerzo, y no fue grosero o desagradable en ningún momento. Era un comienzo. Ahora solo tenía que decidir si realmente era una buena idea acercarse tanto a ella.

No es que haya pensado mucho en eso cuando fue a Port ángeles cuando Alice tuvo una visión de Bella siendo seguida por un grupo de tipos humanos, y pasó toda la noche fuera.

Pero la cumbre fue en un día, cuando Aurora entraba en la escuela con Alice y Jasper, y vio de reojo a Edward seguir a Bella por el camino contrario. La pelirroja miró cuestionadora a Alice, que parecía haber tenido un flash de una visión. La más baja miró a Aurora y sacudió la cabeza.

— Él se lo dirá— Eso fue todo lo que dijo. Los tres se miraron el uno al otro, y Aurora le dio la mano a Jasper, que le miraba con preocupación.

Era todo lo que ella entendía, eran dos humanas sabiendo el secreto. Si los Volturis se enteraran, no solo sería el fin de ellas, sino el fin de todos los Cullen. y eso... sería un problema.


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