XIII

"No pienses en nada
No digas nada, ni siquiera una palabra
Sólo dame una sonrisa"
Butterfly
BTS

La Biblia dice: "La paga del pecado es muerte", y eso es algo que Jude tenía muy claro gracias a la profesión previa a su relación con Layla. Ese intento de ser humano se había metido con su más preciado tesoro, lo había tomado y lo había pisoteado.

Rufus: El individuo esta preparado para usted, Señor.

Se acercó al cuerpo agonizante del pelirojo que ya hacía tirado en medio de aquel taller abandonado. Ignia luchaba por respirar, sangrando gracias a los golpes que su ex-aliado le había proporcionado con un bate de beisbol.

Jude: ¿Tienes todo listo para mí?

Rufus: Por supuesto, Señor.

El jóven hizo una señal y rápidamente un muchacho trajó un mesa con diferentes implementos. El padre de la rubia tomó uno de los instrumentos y miró hacia el agonizante jóven con desprecio.

Jude: ¿Sabes, Ignia? Cuando yo era guardaespaldas, mi especialidad era la tortura. Me encantaba ver como las victimas de mis clientes se retorcían súplicando por piedad, aunque siendo honesto nunca asesiné a nadie... No era parte de mi trabajo...

El pelirojo intentó mirarlo pero el padre de Lucy rápidamente le pisoteó la cara.

Jude: Hasta ahora...

Sin más que agregar y ante el asombro de Rufus, Jude procedió a vengar a su hija.

...

Natsu sentía un terrible dolor en su pecho al ver la escena frente a él. En esa cama de hospital y en estado delicado estaba Lucy, sedada debido a la gravedad de sus heridas. A su lado, la pelicastaña que lloraba sin consuelo al ver la condición de su amiga.

Cana: El médico dijo que su recuperación será lenta...

La jóven limpiaba costantemente su rostro, pues las lágrimas no se detenían y al igual que el pelirosa se sentía responsable por al condición de Lucy. Todo se pudo evitar si ella hubiera explicado a Laxus el plan. Probablemente, este hubiera impedido que Ignia abordara el barco o que este se llevara a la rubia.

Natsu: ¿Dónde... dónde esta ese bastardo?

La jóven notó como la furia tomaba control del pelirosa y con razón, pues la rubia tenía golpes por todas partes.

Cana: No te preocupes por ello. Seguramente, Jude ya se encargó de ese problema.

Natsu: No puedo quedarme de brazos cruzados esperando que alguien más se encargue de ese mal nacido.

Cana: Lo sé. Nos lo demostraste en el viaje. Harías cualquier cosa por ella, ¿no es así?

Natsu: Por supuesto.

Cana: Entonces, por favor, quédate a su lado. Creemé, de Ignia ya se esta encargando Jude y lo más importante es permanecer al lado de Lucy.

De pronto, el médico llamó a Cana para pláticar con ella en privado, pues ya que Jude no estaba, ella era la responsable de su amiga.

Cana: Te prometo que te diré lo que me digan cuando termine.

Natsu: Gracias.

Cuando el pelirosa se quedo a solas con la rubia, tomó su mano y lloró sobre ella. Había fracasado en protegerla y ahora estaba mal herida por su error. Seguramente, el padre de Lucy al saber la verdad lo mataría y no lo culparía por eso, pues sabía que todo era por su error. 

...

Un extraño ruido despertó a Natsu de su pequeña siesta. Se alarmó al ver que Lucy intentaba levantarse de la cama por sí misma, cuando aún era obvio que estaba muy débil.

Natsu: ¡Lucy, no!

Tán pronto como él logró detenerla, una enfermera entró a la habitación. La rubia parecía totalmente confundida y a pesar de que intentaban comunicarse con ella, tal parecía que no comprendía ninguna orden.

Millianna: Sujétela, le colocaré algo para hacerla dormir de nuevo.

Intentando no lastimarla, Natsu sujetó a Lucy con fuerza, ya que esta en su confusión no lo reconocía y batallaba por soltarse. Cuando el medicamento fue aplicado, la rubia fue cerrando sus ojos poco a poco hasta quedarse nuevamente dormida.

Millianna: No se preocupe, ella estará bien.

El pelirosa quería creer en las palabras de la enfermera pero algo en la mirada de esta lo hacía dudar.

Natsu: Por favor, no me mienta. Lucy no esta del todo bien.

La jóven solo agachó su cabeza, tratando de no profundizar más en la plática para no dar detalles del estado actual de la chica.

Millianna: Lo siento, no puedo dar detalles sobre el estado de la señorita. Con su permiso, debo contactar al médico.

Le enfermera se marchó rápidamente de ahí y fue cuando por fín Cana regreso a la habitación.

Natsu: ¡Me dirás que esta pasando con Lucy!

La pelicastaña se sorprendió por el repentino cambio de actitud del jóven.

Cana: ¿Qué paso?

Con frustración, Natsu le explicó lo ocurrido y como sospechaba que la enfermera le ocultaba información sobre la verdadera condición de Lucy. Al escuchar todo, Cana simplemente se límito a decirle con tristeza toda la verdad. 

Cana: El médico me explicó que Lucy tiene un inflamación severa en su cabeza debido a los golpes pero espera que el tratamiento logre disminuír la inflamación y que no haya un daño permanente.

Todo parecía una pesadilla para el pelirosa, era una cosa trás otra y su odio hacia Ignia aumento.

Natsu: ¡Tienes que decirme dónde tienen a ese bastardo!

Cana: Lo siento, no tengo idea.

La frustración crecía más para el pelirosa y es que no era justo que Lucy este pasando por algo delicado.

Cana: Pero como ya te mencioné, Jude ya se hizo cargo de ese problema.

Al jóven le intrigaba como el padre de Lucy se "había encargado del problema" pero temía preguntar por los detalles y probablemente Cana tampoco le daría detalles.

Natsu: Aún así, yo siento que también tengo que hacer algo.

Cana: Sé que te sientes culpable de esto pero creemé todos pensamos que lo que intentaste hacer fue muy noble. Deja de torturarte.

El pelirosa no estaba conforme con esas palabras pero entendía sus límites con esa gente. Además, no quería que ellos lo alejarán de Lucy, por lo que lo más sensato de hacer en ese momento era mantenerlos satisfechos.

...

Jude sentía un enorme vacío en su corazón. Asesinar al verdugo de su hija no fue suficiente. En realidad, la culpa lo consumía, ¿porqué fue tan ciego?, ¿porque no se percató del infierno que su hija vivía con ese tipo? Era obvio que desde la muerte de Loki la había sofocado hasta lograr salir con ella y el resto de la historia solo fue para empeorar. Desgraciadamente su mente estaba más enfocada en la empresa para que a Lucy no le faltara nada y terminó faltándole él.

Entró al hospital con los ánimos por el suelo, ya que Cana le había explicado lo del diagnóstico de su pequeña y de las posibles complicaciones a raíz de la paliza que Ignia le había dado. De nuevo esa pesadez en su corazón se hizo más fuerte y ahora consideraba que la tortura había sido corta... demasiado corta.

Cana: ¡Hey, Jude!

Jude: Cana, ¿Cómo esta mi hija? ¿Qué ha dicho el médico?

Cana: Pues.. Lucy no esta muy bien, hace un momento reaccionó y estaba totalmente confundida. Algo que el médico me dijo que podría pasar debido a su condición.

Jude: ¿El jóven que me mencionaste estaba con ella?

Cana: Si y dice que no lo reconoció. Esta muy frustrado por eso. Le explique el diagnóstico de Lucy y se lo tomó muy mal. Esta como loco queriendo ir a hacer algo con respecto a Ignia.

La pelicastaña sabía que Jude ya había terminado con ese tipo pero igual comprendía por que el pelirosa deseaba vengarse.

Jude: Debo hablar con él.

Cana: Si... le pediré que te encuentre en la sala de espera.

Jude: Gracias, Cana.

Cana: Ya sabe, cualquier cosa por mi amiga.

La pelicastaña se retiró para llamar a Natsu. Mientrás, Jude se sirvió un fuerte café y se fue a la sala de espera. No tuvo que aguardar mucho por el pelirosa por que en cuestión de mínutos el jóven estaba ahí.

Natsu: ¿Sr. Heartifilia?

Al padre de la rubia le sorprendió un poco la apariencia del jóven, pues se miraba muy cansado y sus ojos estaban muy rojos probablemenre de tanto llorar. Además, le pareció que su semblante era menos serio en persona, ya que en la foto que Touka le envió le pareció muy tosco.

Jude: Siéntate.

El pelirosa obedeció.

Natsu: Es... es un gusto conocerlo.

Jude: Lo mismo digo.

Hubo un silencio incómodo, pues ninguno sabía como abordar todo lo que debían hablar.

Jude: ¿Quieres algo de beber?

Natsu: No, gracias.

Jude: Te ves muy cansado, creo que un café sería bueno.

Natsu: No es necesario, gracias.

De nuevo otro silencio incómodo. Jude tomó un buen sorbo de su café y se armó de valor para hablar.

Jude: Gracias por intentar proteger a mi hija. Aprecio tu esfuerzo y quisiera encontrar la manera de compensarte por ello.

El pelirosa se sintió un poco ofendido pero intentó recordar que las personas con mucho dinero piensan que los demás quieren sacarles provecho de eso.

Natsu: No fue nada. Yo realmente lo hice por que me importa mucho Lucy. No necesito nada de su parte, ni de parte de nadie. Yo solo deseo que ella esta bien.

El progenitor de la rubia le agrado escuchar esas palabras pero una duda asaltaba su corazón desde el momento en que Cana le comentó sobre él.

Jude: ¿Porqué te interesa tanto mi hija?

En la mirada del jóven pudo notar que no le había agradado la inesperada pregunta pero él sentía que era necesario hacerla. Después de todo, y según Cana, Lucy también estaba demasiada interesada en él.

Natsu: Dije su hija me importa no que me interesa. No busco nada de su parte ni de lo que tenga. Sé que suena díficil de creer pero yo quiero a su hija y antes que me salga con que es imposible si apenas la conozco, quiero decirle que nunca me había sentido así por una mujer. Desde el primer momento en que la ví, me robo el aliento y desde ahí actué como nunca lo he hecho con tal de acercarme a ella. Era como si mi subconciente me empujara a buscarla y aunque muchas veces la razón me detenía, terminé enamorándome de ella.

La declaración dejó sin palabras a Jude y aunque quería encontrar un argumento para refutar lo que el jóven le había dicho, su mente le recordo lo que sentía por su difunta esposa Layla.

Jude: Ya veo... ¿Y piensas quedarte hasta que Lucy se recupere?

Natsu: Si.

Jude: ¿Qué pasará si ella no logra recordarte?

El simple pensamiento de que Lucy olvide lo que vivieron le partía el corazón al pelirosa pero no se rendiría con tal de estar a su lado.

Natsu: Estoy dispuesto a enfrentarme a las probabilidades.

Jude: Ya veo que estas bien determinado a seguir con esto. Solo espero que todo esto que me has dicho sea sincero, recuerda te estoy confiando mi más preciado tesoro.

Natsu: Lo sé, señor.

De nuevo un silencio incómodo. A Natsu no le agradaba la sensación y se incorporó para retirarse de la sala de espera y regresar a la habitación de Lucy pero Jude se lo impidió.


Jude: Deberías ir a descansar...

El padre de la rubia sacó una tarjeta de su chaqueta.

Jude: ... Vé a este hotel y dí que eres uno de mis invitados, ellos te facilitaran una habitación.

Natsu: No necesito de esto. Ya tengo una habitación en un pequeño hostal cerca del hospital. Mis cosas estan ahí. Además, ya dormí una siesta y estaré bien por un buen rato.

Jude: Bueno si no deseas marcharte ni mi ayuda, esta bien pero entiende una cosa, no he visto a mi hija desde que la rescatamos. Quiero verla a solas. Necesito decirle tantas cosas y más que todo para pedirle perdón por todo el infierno que vivió.

El pelirosa se sintió mal. Probablemente, al igual que él, Jude se sentía culpable por lo que estaba sucediendo.

Natsu: Tiene razón, creo que lo mejor es que les permita estar a solas. Iré a descansar pero volveré antes de anochecer.

Jude: Gracias por comprender.

Natsu: No hay de que... Solo prometame que me avisara si algo pasa.

El pelirosa apuntó en el reverso de la tarjeta que Jude tenía un número de teléfono que había adquirido para comunicarse en la isla.

Jude: No te preocupes, lo haré. Ahora vé y descansa.

...


Jude no encontraba palabras para expresarle a su hija cuanto lo sentía por haberle fallado como padre. Probablemente, Layla desde el cielo estaba decepcionada de él también. No fue capaz de protegerla y ahora ella estaba en esa cama se hospital sedada y con incierto pronóstico.

Jude: Lucy, perdóname.... ¿Cómo pude ser tan ciego...?

Él le apretaba la mano en señal de fortaleza. Aunque no sabría decir si era él quién le transmitía fuerzas a su hija o era él el que buscaba fuerzas.

Jude: Haré lo imposible, mi pequeña, para que te recuperes al 100%. Buscaremos los mejores médicos y terapistas para que te traten. Recuperarás tu vida, pequeña.

Lógicamente no recibió respuesta, aunque siendo sincero esperaba una.

Jude: Ignia jamás te volverá a hacer daño, yo mismo me he asegurado de eso.

Y en ese momento pensó en las últimas horas del pelirojo. Agonizante, súplicando misericordia. Incluso le ofreció la empresa de su padre con tal de que le perdonara la vida pero era evidente que nada haría a Jude cambiar de opinión.

Las horas pasaron y con ello varias visitas de parte de las amistades más cercanas a Lucy. Cana pasó un buen rato con él. Le entregó el anillo de compromiso que Loki le había dado a Lucy y el collar que él le regalo en la fiesta de compromiso.

Cana: No encontraron el anillo que Ignia le dió a Lucy. Asumo que ella lo tiró al mar.

Jude: Espero así haya sido.

Cana: Eso es lo que pienso, aunque siendo honesta no sé que lo hizo.

Jude: ¿Y qué importa? Ese anillo no tiene ningún valor sentimental para mi hija ni para nadie.

La pelicastaña no siguió argumentando con él, pues sabía que de lo que menos quería hablar era sobre Ignia.

Cana: Jude, piensó que deberías descansar. Te ves muy mal.

Jude: No necesito descansar.

Cana: No has dormido desde que llegaste a la isla y te la has pasado muy ocupado desde entonces. Vé al hotel e intenta dormir.

Jude: ¿Crees que con todo lo que esta pasando y lo que he hecho podré dormir?

Cana: Debes intentarlo, vé a descansar. Yo me quedo con Lucy.

Jude: No dejaré a mi hija.

Cana: Te entiendo, Jude pero debes hacerlo sino serás tú el que este en una cama de hospital.

Jude: No me iré...

Natsu: Sr. Heartifilia debería escuchar a la Srita. Alberona.

En el umbral de la puerta, estaba el pelirosa. El cual había escuchado un poco de la conversación.

Jude: No pienso marcharme.

El jóven no deseaba entrar en una discusión con él. Por lo que limitó a tomar asiento cerca de la cama de la rubia.

Cana: Jude.

Jude: No lo haré Cana, me quedaré.

Y así hizo pero conforme la noche avanzaba, su cuerpo no soporto más el sueño.

Cana: Lo llevaré al hotel, gracias por quedarte, Natsu.

Natsu: No hay nada que agradecer, cualquier cosa yo les aviso.

...


Un intenso dolor recorrió el cuerpo de la rubia y su corazón se aceleró sobre los límites. Fue conciente de que estaba a oscuras e intentó abrir sus ojos. No pudo. Sentía como sus pulmones se expandían para respirar más profundo y el miedo invadió su ser.

Las memorias de lo golpes pasaban como película en su mente, estaba atrapada en una pesadilla. Quería gritar pero su boca no se abría. Agitada intentaba moverse pero su cuerpo no respondía. Estaba sola en ese mundo de dolor y oscuridad hasta que lo escuchó hablar...

"Lucy... Lucy..."

Esa voz...

"Lucy, buscaré ayuda"

Esa tierna voz...

"No te dejaré sola en esto"

De pronto, su cuerpo se sintió relajado y de nuevo se rindió en un profundo sueño.

...

Pasaron un par de horas desde que Lucy había tenido una crisis. Desde entoces, Natsu no se había alejado de ella ni siquiera un mínuto. Temía que volviera a ocurrir y que no habría nadie para ayudarla. No quiso avisarle a Jude para permitirle descansar, de todos modos el médico de turno logró controlar la situación.

Natsu: Te prometo que no te dejaré...

Con cuidado, le dió un beso en la frente, tomándole fuertemente la mano.

Natsu: ... Incluso si no me recuerdas.

Una de sus lágrima cayó sobre la mejilla de la rubia y esta murió en sus labios secos. A pesar de los golpes, ella se miraba llena de paz. Acarició su cabellera con ternura, recordando su pasional encuentro. Quizas no era adecuado recordarlo pero no podía evitar pensar en el momento en que fueron muy felices. Sin embargo, la culpa de nuevo llenó su corazón de tristeza.

Natsu: Perdóname Lucy... Si no me hubiera quedado más tiempo... No estarías así...

Estaba de nuevo llorando como un niño y por más que intentara controlarse no podía hacerlo. Cerró sus ojos con fuerza, obligándose a ser fuerte. Por lo que no se percató en que momento Lucy abrió sus ojos y no fue hasta que la escuchó hablar que dejo de llorar.

Lucy: Nat... su.

Sorprendido la miró, quedándose sin palabras al ver como ella dulcemente le sonreía.

Lucy: Me alegra que estes aquí...

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