VI

"Un verdadero amor te espera
Una nueva vida debes comenzar
Quédate conmigo y no tengas miedo"
Tú No Le Amas, Le Temes
Luis Enrique

El pelirosa no había dormido absolutamente nada durante la toda la noche. Su mente aún daba vueltas con todo lo que había ocurrido. No solo se había inventado un cuento chino para excusar su ausencia en casí la mitad del evento sino que también había cómetido algo ilegal. "No te preocupes, ya lo he hecho antes" le dijó Sting con confianza cuando estaban borrando el video de seguridad. Aún seguía sin creer todo lo que ha hecho por una mujer en dos días.

Gray: ¿Acaso piensas quedarte ahí todo el día? Levántate que debemos desayunar.

Su mejor amigo lo sacó de sus pensamientos.

Natsu: No he dormido nada por lo que creo que me reportaré enfermo.

El pelinegro lo miró extrañado.

Gray: ¿Te pasa algo? Desde que regresamos del evento has estado raro.

El pelirosa detestaba mentirle a su amigo pero si le contaba a Gray lo que había hecho, este sería capaz de reportarlo con el Capitán.

Natsu: Creo que me hizo daño la cena.

Gray: ¿No puedes estar hablando en serio? Si la comida de Minerva es muy buena.

Natsu: Por eso... Comí demasiado. ¿Recuerdas que ayer vine un momento a la habitación a recostarme un rato?

Gray: Es cierto... Cuando pasó el incidente con los bailarines. Sabes, yo apuesto a que la novia huyó un momento con uno de ellos. Ya que cuando la luz regresó, las amigas no la podían encontrar.

Un nudo en la garganta le cerró el flujo de aire al pelirosa. Se le dificultaba disimular su nerviosismo al recordar lo ocurrido.

Natsu: Si me contaste el incidente.

Gray: Bueno a eso ha venido ella, ¿no? A disfrutar antes de su boda.

Natsu: Si, si, seguramente.

Gray: Pero no la juzgo, esa gente usualmente se casan por convenuencia y no por amor. Seguramente el padre ya tenía ese matrimonio arreglado desde hace mucho tiempo.

Natsu: Puede ser...

A él le costaba imaginar el verdadero motivo por el cual ella aceptó casarse con ese tipo pero su mente no le daba buenas alternativas. Temía que algo más que dinero estubiera involucrado en el acuerdo.

Gray: Bueno me voy y no te preocuoes le diré a Laxus que estas enfermito.

Natsu: No seas ridículo, yo le hablaré en un momento.

Su amigo se rió por lo miserable que se miraba.

Gray: Estoy seguro que Minerva vendrá a interrogarte que estubo mal con la comida y luego te matará por difamarla.

Natsu: Ya te dije no es que la comida estubiera mal, es que comí mucho.

Gray: Como digas.

El pelinegro se marchó dejándolo pensativo sobre como estaba enfrentando la situación. Por lo que sacó su laptop para revisar sus correos electrónicos, alegrándose de que Sting había averiguado algo del dichoso prometido de Lucy.

Ignia Flame
Edad: 27 años
Profesión: Gerente General
Compañía: G777
Una empresa destinada a la excavasión de pozos de petróleo en el Medio Oriente.

Sin duda ese tipo parecía ser el tipo adecuado para Lucy. Estaba relacionado con cosas del petróleo y esas cosas. Observo la foto que Sting le había enviado y sintió envidia. Para ser alguien mayor que Lucy, él se conservaba bien. Aunque no podía negar que tenía cara de engreído, es más parece ser el tipo de persona que no le importa los demás, lo cual no encajaba para nada con la personalidad de la rubia.

Sting: ¡Dragneel, abré la puerta!

Con pesadez fue abrir la puerta, encontrándose un rubio haciendole pucheros.

Sting: ¿¡Cómo es eso de qué estás indispuesto!? ¿¡Acaso enloqueciste!? ¡Por Dios!

Natsu: Si Sting, estoy bien. Gracias por preguntar.

Sting: Esto es serio, Dragneel.

Él entró a la habitación sin ser invitado.

Natsu: Si, pasa adelante. Ponte cómodo. ¿Quieres algo?

El rubio ignoró su sarcasmo y habló seriamente.

Sting: ¿Revisaste el correo que te envié?

Natsu: Eso estaba haciendo pero a todo esto, ¿qué demonios haces aquí? Son las 5 a.m. y se supone que deberías estar comiendo con el resto.

Sting: ¡Es que somos un equipo! Y pues... Le pregunte a Gray que pasaba contigo por que ustedes son de las personas que siempre llegan temprano a todo, incluso a comer.

Natsu: Que considerado que te preocupes por mí pero ¿qué es eso de que somos un equipo?

Sting: ¡Pues lo somos! O ¿Porqué me pedirías investigar al prometido de tu chica si no es por que piensas pelear por ella?

Natsu: ¿Mi chica?... ¿Pelear por ella?

Sting: ¿Acaso no haces todo esto para conquistarla?

Natsu: Sting, has entendido todo mal. Yo no pretendo conquistarla.

Sting: ¿Entonces porqué se besaban anoche?

Natsu: Lo de anoche fue... no sé...

Sting: ¿Un impulso?

El pelirosa se tensó, mordiéndo su labio inferior.

Natsu: Eso no importa... Yo te pedí investigar a ese tipo por que sospecho que su matrimonio no es por amor.

Sting: ¿Y eso qué? La mayoría de los matrimonios de esa gente es por interes. A tí lo que te pasa es que deseas a esa chica pero como eres tan correcto buscas un pretexto para no sentirte muy culpable por conquistarla.

Las palabras del rubio eran en parte ciertas. Si bien no había dormido toda la noche pensando en que le pasaba con respecto a Lucy, su conclusión había sido que la deseaba como nunca había deseado a alguién. Con solo recordar el sabor de sus labios, su cuerpo sentía escalofríos.

Natsu: Mira Sting, si lo admito, la deseo pero te pedí investigar a su prometido por que mis sospechas son que ese tipo la amenaza con algo.

Sting: ¿Cómo así?

El pelirosa suspiró pesadamente.

Natsu: Ayer, cuando fui a dejarle  un té a su habitación la escuche hablar por teléfono y ella sonaba asustada e incluso cuando me atendio pude ver en su mirada que algo no estaba bien.

Sting: ¿Qué escuchaste? Probablemente interpretaste mal la situación.

Natsu: Sting, prácticamente le estaba rogando que no hiciera algo.

Sting: ¿Y ya? Esa es tu cuartada para sospechar de que ese tal Ignia es malo.

Natsu: Ya te dije, cuando la ví parecía muy aflligida. Incluso cuando me quede hablando con ella...

Sting: ¡Espera! ¿Te quedaste hablando con ella? ¡Definitivamente estas enamorado!

Natsu: No digas tonterías, ¿cómo me voy a enamorar de una persona que tan solo conozco de hace dos días?

Sting: El primer día por un "impulso" tiraste a un lado al pobre Charles y llevaste su equipaje. Esa misma noche me mirabas con ojos de asesino solo por que estaba charlando con ella. Te quedaste "hablando" con ella en su habitación cuando solo debías ir a dejar un té. Inventaste un plan para salvarla de las garras de los bailarines y le "auxiliaste" con besos para que se calmara. Dime, ¿un hombre hace todas esas cosas solo por que desea a una mujer?

Natsu: Sting, aquí no estamos para discutir de amor o deseo. Te he pedido ayuda para averiguar más de este tipo.

Sting: ¿Y hacer qué más? ¿Impedir la boda? ¿Robarte a la novia? ¿Librarla de las garras de Ignia Flame? Natsu, si sabes que te estas metiendo en terreno peligroso. Nosotros no sabemos nada de esta gente y si estas haciendo esto para ayudarla, creemé debes tener un buen plan y estar seguro de que lo acusas.

Esas cosas no las había considerado, se sintió estúpido por solo actuar sin pensar con cabeza fría sobre la situación.

Sting: Si solo quieres llevartela a la cama, pues no te metas con el prometido pero si en verdad sientes algo más que deseo por ella, pues haz lo necesario para salvarla de esa situación que tú dices que ella esta.

Natsu: Yo... no sé que siento por esa chica. Es que cuando estoy cerca de ella no puedo pensar, solo me dejo llevar. Sin embargo, decir que estoy enamorado se me hace estúpido. A penas la conozco, no tenemos nada en común y...

El rubio sonrió con pena por él.

Sting: Nunca te has séntido así por nadie, ¿verdad? Ni siquiera por tu ex-esposa.

Natsu: No.

Sting: Pues amigo mío, dicen que el amor te hace perder la cabeza.

Natsu: No puedo perder la cabeza con una mujer que sé que no puedo tener. Incluso si ella me corresponde, no tengo mucho que ofrecer.

Sting: Ya veo. Tienes miedo de fracasar de nuevo, ¿no? Y tu temor es mayor esta vez por que realmente sientes algo especial por esa rubia.

Natsu: Puede ser pero aún así, independientemente de como me sienta, yo solo quiero saber la verdad sobre este matrimonio.

Sting: Bueno si es lo que deseas, cuenta conmigo.

...

Los rayos del sol alumbraron la habitación de la rubia con tal esplendor que la hicieron despertarse. Estiró su cuerpo y se quedo viendo hacia el techo un momento, reviviendo la sensación de aquel dulce beso. Había dormido de maravilla y estaba de muy buen humor. Es más, podía decir que se sentía como una adolescente a la cual recién le había regalado su primer auto. Su teléfono sonó, reconociendo el tono asignado de inmediato. Con emoción se levantó para tomar su móvil de la mesa de noche y contesto la video llamada con una gran sonrisa.


Lucy: ¡Buenos días, papá!

Jude: Buenos días, mi pequeña. Veo que has dormido muy bien.

Lucy: Si papá, descanse muy bien.

Jude: Me alegro mucho, hija. Tenía mucho tiempo de no verte así, fresca y sonriente.

Lucy: Es que me ha gustado mucho todo lo que hemos hecho en el crucero. Cana se ha esforzado mucho y todo ha sido simplemente perfecto.

El brillo en los ojos de su hija le alegraban el corazón a Jude. Probablemente, todo este relacionado con lo que Cana le había comentado.

Jude: Me alegra escuchar eso. Tú sabes que lo único que deseo es que seas feliz, mi pequeña. Pero bueno no me quiero poner sentimental aún, guadaré estas lágrimas para el día de tu boda.

Cuando su padre mencionó la boda, todo el ánimo de la rubia cayó.

Lucy: Ah si, la boda.

Él notó el cambio de inmediato pero no comentó nada.

Jude: Si, cariño, ya me encargue de todos los por menores. Ya ahora solo debes preocuparte de tu vestido.

Lucy: Muchas gracias, papá. Y con el tema del vestido, hoy planean tener la pasarela.

Jude: ¿Tienes algo en mente de que te podría gustar?

Lucy: Siendo honesta, no. Veré que opciones tienen las chicas y elegiré algo.

Jude: Buen plan. Bueno, debo marcharme. Tengo cita con mi abogado.

Lucy: Esta bien, papá. Que tengas un buen día.

Jude: Tú también, pequeña. Que disfrutes de la pasarela.

Lucy: Lo haré. Un beso.

Su padre le envió un beso también y cortó la llamada. Con tristeza se levantó de la cama hacia el baño, se miró al espejo y se sintió patética por su vida. Miró al collar con el anillo de compromiso que Loki le había dado y luego al anillo que Ignia le había entregado. Como desaba deshacerse del segundo, lanzarlo al mar y terminar con esa tortura de una vez por todas. Pero no podía, no mientrás su padre estubiera involucrado. Se miró una última vez al espejo y se fue a preparar para el día.

...

Flare: Cana, ¿qué onda con esta música? Moriré de sueño antes que la pasarela empiece.

Una pequeña orquesta tocaba "Nocturne Op. 9 N°2" de Chopin, mientrás esperaban a que Lucy terminará con su maquillaje, ya que al terminar de ver las modelos ella elegiría los vestidos que más le gustaban y se los probaría.

Cana: Tú sabes que a Lucy le gusta la música clásica, así que henos aquí.

Flare: Pero no podrías haber esperado a que ella estubiera aquí, siento que me duermo.

Sorano: Shhhh, cállate que ahí viene Lucy.

Las demás invitadas se acercaron a la rubia al verla entrar al salón. La felicitaban y se tomaban fotos con ella. Había una gran conmoción por como se miraba. Su peinado era una sencilla coleta de lado y su maquilllaje bastante sobrio. Incluso los empleados se quedaron maravillados por la manera en que la futura novia se veía y es que a pesar de ser sencillo, la elagancia se dejana ver.

Sting: Vaya, la chica se ve muy bien.

Gray: Claro con tanto maquillaje y ropa cara, ¿quién no?

Sting: Oye, el hecho que estes comprometido no quiere decir que no puedas apreciar lo que esta frente a tus ojos.

Gray: Yo solo tengo ojos para mi prometida.

Sting: ¡Perdón Sr. Delicado!

Gray: Mejor vé y asegurate que todo este listo para servir los canapés. 

Sting: Si, Capitán.

Ahora entendía por que Natsu le había pédido ayuda a él y no a su  supuesto mejor amigo. Aunque después de la charla que tuvieron en la mañana había quedado intrigado. A simple vista, se pudiera decir que la rubia actúa muy normal para tratarse de su propia boda. Puede que su compañero tenga razón y algo malo este pasando pero lo único que podía era esperar por el momento es que su amigo Rogue, que se encuentra en Inglaterra, logrará averiguar algo más en la Deep Web sobre Ignia Flame.

Mientrás con las chicas, todas ya habían tomado sus posiciones para dar inicio al desfile. En total serían 50 vestidos a ver, todos sugerencias de cada una de las invitadas, incluyendo la anfitriona. Aunque la idea de Lucy sobre el vestido era elegir algo sencillo y sobrio.

Cana: Espero disfrutes del show, Lucy.

La rubia solo asintió con la cabeza, dedicándose a ver la pasarela ya que su mente divagaba en lo que estaba a punto de hacer con su vida. Nada de lo que pasaba a su alrededor le emocionaba, ni los vestidos ni el maquillaje. Se sentía como una más de las invitadas que solo estaba ahí para celebrar la felicidad de alguién más.

Hasta que de pronto vio un vestido que llamó toda su atención. Era un hermoso vestido corte sirena con delicados encajes en los hombros, un hermoso escote en V en la parte trasera y una cola de corto tamaño. Quizas no era tan pomposo pero ella se miraba caminando al altar con esa hermosa pieza de confección.

La pelicastaña notó como a su amiga le brillaban sus ojos al ver  ese vestido y supuso que sería el escogido. Sin embargo, al finalizar la pasarela la rubia escogió 3 vestidos de estilo muy sencillo. Le extraño que rechazara el vestido que se notaba deseaba aunque pensó que probablemente ese era el modelo que hubiera usado con Loki. La acompaño al cuarto designado para prepararla, ya que modelaría los vestidos escogidos ante las invitadas.

Cana: Tu elección es sobrio y elegante.

Lucy: Gracias.

Cana: Seguramente a Ignia le encantará verte de blanco.

La rubia intento disimular su decepción pero su amiga lo notó.

Lucy: Creo que si.

Cana: Lu, querida, no te pongas triste. Yo sé que querías vivir este momento con Loki pero te aseguro que él te esta viendo desde el cielo junto a tu madre y estan orgullosos de lo hermosa que te verás de novia.

Lucy: Loki... Él deseaba que usará un pomposo vestido todo lleno de critalería. Lo extraño, a pesar de todo fue mi mejor amigo también.

Un par de lágrimas se escaparon de los ojos chocolates de la agasajada. Era una mezcla de emociones que por más que deseará controlar no podía.

Cana: Cariño, no llores. No fue mi intención hacerte sentir mal.

La futura novia limpió con cuidado las lágrimas y rápidamente la asistente retocó su maquillaje.

Lucy: No te preocupes, solo estoy sensible.

Respiró hondo y sonrió.

Lucy: Me colocaré el vestido de un hombro primero.

Cana: Buena elección para comenzar. 

Los asistentes se apresuraron a colocar el primer vestido y se marcharon a la pasarela para mostrar la primera opción.

....


L

axus: Al fín te dignaste en aparecer.

Natsu: Lo siento Capitán, me sentía indispuesto.

Laxus: Así me dijo Fullbuster pero lo importante que estás aquí. Necesito que te presentes en el Comodoro Ball, hay que ultimar detalles para la cena. La pasarela esta por terminar así que solo contamos con un par de horas.

Natsu: Como diga, Capitán.

El pelirosa se marchó hacia el salón en donde se haría la cena de ese día. Evergreen intentó cuestionarlo sobre su ausencia en la "cita" que tenían, a lo que este solo respondio que nunca estubo realmente interesado y que lo único que deseaba era deshacerse de ella.

Con el asunto resuelto, se dispuso a organizar a la gente que tenía bajo su cargo pero su mente aún divagaba sobre el beso y la plática con Sting. No estaba seguro si lo que hacía era correcto, peligroso o una locura. Ni siquiera sabía el verdadero motivo que lo hacían quererse involucrase, lo único que su mente concluía era que no deseaba ver a Lucy sufriendo por un matrimonio fallido.

Sting: ¡Dragneel! Creí que no aparecerías en todo el día.

Natsu: Ya me siento mejor.

Sting: ¡Que bueno! Eso quiere decir que puedes venir conmigo.

El rubio lo tomó del brazo arrastrándolo hacia el pasillo.

Natsu: ¿A dónde?

Sting: Es una sorpresa.

El pelirosa se detuvo, soltándose de su compañero.

Natsu: Yo no iré a ningún lado si no me dices.

Sting: Tú si que te haces el díficil, vamos a la pasarela.

Natsu: ¿Para qué?

Sting: ¿Qué no te da curiosidad en como se ve la Srita. Heartfilia de blanco?

Las mejillas del pelirosa se enrojecieron de inmediato. No había pensado en la posibilidad de verla vestida de novia.

Natsu: Sting, eso no esta bien.

Sting: Tampoco esta bien que beses a la futura novia pero aquí estamos.

Natsu: ¡Cállate!

Sting: Hay Dragneel, no seas cobarde.

Natsu: No soy cobarde, soy prudente.

Sting: ¿Temes lanzarte a ella e iniciar la luna de miel?

El rubio esbozo una sonrisa burlona haciendo enojar al pelirosa.


Sting: Por lo que dijiste en la mañana, la deseas. No amor pero si deseo.

Natsu: Sting, ¿quieres un micrófono para decirle a toda la maldita tripulación lo que hablamos?

Sting: Vamos no te enojes. Yo solo quiero verte feliz, lo mereces.

Natsu: Yo soy feliz, ¿qué no te fijas que soy feliz?

La discusión iba para más pero de pronto a la distancia, él reconoció a la rubia. En cuestión de un segundo su pulso se acelero al verla vestida de novia. Aunque el vestido era realmente sencillo, eso no le resto importancia al sentimiento.

Sting: ¿Estás bien?...

El rubio dirigio su mirada hacia donde su compañero miraba, dándose cuenta de lo que contemplaba. Sonrió al ver un destello en esos jades y al verlo como se encaminaba hacia la novia que parecía un poco pérdida.

Sting: Ve por ella, compañero.

Dijo en un susurro, volviendo al Comodoro Ball para hacer lo que se le había encargado desde un principio. En tanto, la rubia trataba de ubicarse hacia donde estaban los baños cuando vió al pelirosa acercarse a ella galantemente.

Natsu: ¿Esta todo bien?

Al tenerlo cerca, su cuerpo reaccionó. Sintió como sus manos temblaban y sus piernas se derretían al escuchar esa voz ronca que tanto le encantaba. Su corazón amenazaba con salirse de su pecho y por primera vez en esa noche se arrepintió de no haber elegido su vestido favorito para medirselo. Quizas él la hubiera visto en ese y le hubiese gustado.

Lucy: Busco... busco el baño.

Natsu: Yo puedo llevarla ahí.

Sin pensarlo, le ofrecio el brazo y al sentir la calidez de la chica, se sintió muy dichoso. Se veía hermosa en ese vestido de talle bajo el busto, desmangado y con falda estilo A. Suspiró al imaginarse que se dirigían al Comodoro Ball para celebrar como una pareja de recién casados pero se dio un palmazo mental ante lo absurbo de su fantasía.

Natsu: Por cierto, ese vestido le queda muy bien.

Lucy: Gracias, es mi tercera opción.

Natsu: ¿Y es la final?

Lucy: Aún no lo sé.

Ella se detuvo, alejándose de él.

Lucy: Natsu, se sincero, ¿me veo bien?

El pelirosa deseaba describir como la palabra perfección se materializaba en ella vestida de novia. Deseaba tomarla de la mano y declararle el mejor poema de amor que se sabía, gracias a sus clases de literatura en la preparatoria. Deseaba tomar su rostro entre sus manos y besarla sin césar.

Natsu: Lucy, te ves... Hermosa.

Las mejillas de la chica se enrojecieron aún más. Hasta se notaba la diferencia entre su rubor natural y el de su maquillaje.

Lucy: ¿En serio?

Natsu: Por supuesto que hablo en serio.

La rubia de la emoción lo abrazo, dejándose envolver por ese varonil aroma que le daba seguridad. Hundió su rostro en cuello, sintiendo como él la abrazaba más fuerte. De nuevo, las emociones se apoderaron de ella y dejó que su corazón hablara.

Lucy: No me quiero casar.

La confesión sorprendió al jóven, el cual deshizo el abrazo para verla de frente.

Natsu: ¿Porqué?

Ella desvió la mirada, no estaba preparada para revelar toda la verdad.

Lucy: Es que tengo dudas.

Natsu: ¿Dudas?

Ella solo asintió.

Natsu: ¿Lucy, tú lo amas?

Lucy: Por supuesto que no.

Natsu: Entonces, ¿porqué te casas?

La chica se alejó de él, no podía revelar más. Nadie podía ayudarla y tampoco quería involucrarlo en su penosa situación.

Lucy: Negocios.

Natsu: Ayer me dijiste que tu padre jamás te obligaría a casarte por negocios.

Lucy: Si pero fui yo quien acepto a Ignia. Lo siento, soy una tonta...

Ella disponía a marcharse pero él la detuvo.

Natsu: Lo siento. No pretendía...

Lucy: No hay problema.

El pelirosa la tomó de la barbilla y levanto su rostro.

Natsu: Sé que no es de mi incumbencia los motivos por los cuales aceptaste este matrimonio pero te ves demasiado linda esta noche como para que te desanimes.

Ella estaba hipnotizada por él. Sin pensarlo más, rodeó sus brazos alrededor de su cuello y lo besó. Por un instante, el pelirosa procesaba lo que estaba ocurriendo pero luego la atrajó más hacia él. Era muy notorio que el deseo se estaba apoderando de ellos, tanto así que olvidaron que estaban en el pasillo.

El pelirosa la colocó contra la pared y sus manos se aferraron a sus caderas. Trataba en vano de parar pero al sentir como ella acariciaba su cabello, se dejó llevar sin pensar en las consecuencias. La deseaba pero no solo era algo físico sino que deseaba darle la seguridad de que todo estaría bien. El beso resulto tan pasional que ni siquiera se dieron cuenta de que en la distancia una persona observaba el espectáculo y a pesar que al finalizar el beso solo sonrieron con complacidad, la pelicastaña estaba satisfecha por la que había observado.

Cana: Ahora si las cosas si que se han puesto más interesantes.

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