V

"Dí mi nombre -susurro él con la voz ronca- quiero oír como suena en tu boca"
Lord Prohibido
Sabrina Jeffries

Habían transcurrido dos horas desde que se marchó de la habitación de la Srita. Heartfilia y desde entonces no había parado de buscar información sobre ella y su familia. Desgraciadamente, todo sus intentos fueron en vano. Lo único que había conseguido era cosas sobre la empresa de Jude Heartifilia.

No podía negar que estaba impresionado. Prácticamente esa familia dominaba el mercado del petróleo. Por lo que es lógico que cualquiera intertará afiliarse a ellos. Probablemente, el prometido de la chica era el mejor pártido para la empresa pero no tenía séntido ya que el padre no la ha forzado a casarse. Ese pensamiento lo entristecio, ¿cuál será la verdadera razón por la que se casan? Es obvio que ella le teme, así que lo más lógico es que ese tipo la este amenazando con algo.

Gray: ¿Aún no te has preparado?

Al escuchar la voz de su amigo cerró su laptop y la colocó a un lado.

Natsu: No me había percatado de la hora.

El pelinegro se acomodaba la corbata frente al espejo.

Gray: Es extraño de tí. Tú siempre eres muy puntual pero bueno eso no importa por el momento. Mejor  apresurate que Laxus nos quiere temprano para dar los últimos detalles a la cena.

Natsu: Si, lo sé.

El pelirosa comenzó a prepararse para la cena sin muchas ganas. Él quería respuestas no trabajar. 

Gray: Sabes me sorprende que nos podemos quedar con los trajes. Eso es muy generoso por parte de la anfitriona.

Natsu: No me sorprende, ya sabes que la Srita. Alberona le gusta presumir.

Gray: Es cierto.

Al pelirosa se le hacía demasiado todo lo que la anfitriona había gastado para los eventos del crucero pero si el dueño de la flota esta al nivel del Sr. Heartfilia en cuanto a recursos, no le parecía raro que para la Srita. Alberona esto fuera como regalarle dulces a unos niños.

Gray: ... Pero siendo honesto no me molesta, este traje lo puedo utilizar cuando sea mi boda.

Su amigo se miraba realmente ilusionado mientrás aún se miraba al espejo.

Natsu: Sin duda a Juvia le gustará el traje.

Gray: Eso espero.

La brillante sonrisa del pelinegro le hizo sonreír tambien. Sería genial tener a una persona que te haga verdaderamente feliz, que sin importar si hay días malos este a tu lado apoyándote en tus sueños. Desgraciadamente, su matrimonio se había basado en lo físico y en la necesidad de complacer a sus padres. Por lo que desde un principio todo estaba condenado al fracaso.

Natsu: Te aseguro que así será. Es más, te tomaré una foto para que se la envíes antes de irnos a la cena.

...

La cena iba viento en popa. La comida estaba exquisita, la decoración simplemente perfecta y la música de fondo era muy agradable. Jazz clásico, tal y como a Lucy le gusta para cenar. Sin embargo, toda la atención de la rubia estaba centrada en una persona que se encontraba coordinando a los meseros que servían vino a las invitadas.

Sorano: Ves lo que te digo.

Flare:  Jamás había visto esos ojitos en Lucy. Es muy inusual.

Sorano: Lo sé pero es conveniente.

Flare: Es cierto pero ¿estás segura que es correspondido?

Sorano: Si hubieras visto como él sonrió cuando Lucy mencionó que se sentía mejor "después del té" me darías la razón. Ahí hay algo.

Flare: Si es así, creo que es hora de iniciar el plan para detener este matrimonio.

Sorano: Creemé, estoy en eso. No desperdiciaré esta oportunidad.

Flare: Yo sé que no.

La peliroja tomó de su vino viendo hacia la mesa donde solo Lucy estaba ubicada. Cana tenía una sorpresa para ella por lo cual estaba alejada de las demás invitadas. En tanto, la anfitriona se dirigió al Dj para solicitar el micrófono.

Flare: Al parecer ya es hora de la "sorpresa".

De pronto las luces se apagaron y todas las invitadas se quedaron en silencio. Un reflector apuntó hacia la rubia, la cual estaba muy confundida ante lo que estaba pasando y más parecía que tendría un ataque de pánico. 

Cana: ¡Que maravillosa velada! ¿No creen?...

Todas las chicas gritaron entusiasmadas.

Cana: ... ¡Pero ha llegado la hora del plato fuerte de la noche!

Lucy: ¿Plato fuerte?

La futura novia tuvo un mal presentimiento. Sin embargo, las demás empezaron a gritar con más fuerzas al saber que era lo que se venía.

Cana: ¡Ufff que hace calor! ¿Será el clima tropical!

Invitadas: ¡Nooo!

Todas parecían emocionadas pero no la rubia. Su corazón se aceleró de los nervios, le había rogado a su amiga que no quería nada comprometedor y sin embargo...

Cana: ¿Será que este calor viene de la cocina?

Invitadas: ¡Nooo...!

Cana: ¡Pues creo que debemos llamar a los bomberos por que YO me estoy quemando!

Las chicas gritaron emocionadas al escuchar la música subir de tono y Lucy miraba a su alrededor para decifrar como sería el show pero cuando sintió su silla ser elevada supo que era demasiado tarde.

Cana: ¡Amiga al parecer eres tú la que esta ardiendo!

La rubia sentía que sus mejillas ardían y su respiración aumentaba.

Sorano: ¡¡Luuucy!!  ¡Te prometemos que no le diremos nada a tu prometido!

Todo le daba vueltas a la rubia. Detestaba ese tipo de cosas, nunca fue una chica que asistiera a despedidas de solteras ni nada de eso. A Loki no le gustaba. Tampoco deseaba que su prometido se enterará de algo así, simplemente por el hecho de que él pueda tener la idea de que ella es fácil y se le ocurra incluírla en esas orgías al que él asiste con regularidad.

Cana: Te prometo que te trataran bien...

Los corpulentos hombres la llevaron hasta la tarima y al verlos tan cerca de ella sentía desmayar. Los flashes de las cámaras no eran buena señal y cuando se vio rodeado por unos 4 strippers entro totalmente en pánico.

La pelicastaña de inmediato notó lo que pasaba con su amiga, sintiéndose fatal. Su plan no iba más allá de un par de fotos de prueba pero no esperaba que Lucy tuviera un ataque de pánico. Sin embargo,  cuando iba hacia el Dj para detener la música, se fue la luz.

La gente grito de emoción por un par de segundos pero luego se dieron cuenta de que eso no era parte del show. Mientrás, la futura novia intentaba huír del escenario, aunque con dificultad por que todo estaba oscuro. Solo era conciente de que se había alejado de los bailarines. Sin embargo, se aterró al percibir que alguién la tomaba por el brazo.

Natsu: Todo estará bien.

Al reconocer la voz de su interlocutor, no pudo evitar llorar. Se sentía tan frustrada por el show que el simple hecho de sentirse protegida la puso sentimental. De pronto, escuchó una puerta abrirse y vio como dentro de esa habitación alguien alumbraba con una linterna.

Sting: ¡Tén!

Ella observo como le pasaba un objeto al pelirosa.

Natsu: ¡Gracias, Sting!... Srita. Heartfilia permítame.

Con cuidado le colocó una máscara de óxigeno.

Natsu: Respire lento y profundo.

La rubia intentó calmarse, siguiendo las instrucciones que le daban. Unas cálidas manos tomaron las suyas, estremeciéndose con el contacto y agradeció que estubiera oscuro para que él no notara lo roja que se había puesto.

Sting: Natsu, iré a restaurar la caja de breakers.

Natsu: Claro vé.

El rubio se marcho, dejando solos a la pareja en la oscuridad.

Natsu: Ya pronto regresará la luz.

El plan improvisado del pelirosa para rescatar a la rubia de las garras de los bailarines había sido un éxito. No mucho le agrado la idea de incluír a Sting en dicho plan pero era él único que estaría dispuesto ayudarlo.

Lucy: Muchas gracias por rescatarme, Natsu.

Cuando escucho su nombre se sorprendio. Nunca imagino que escucharlo de esos labios le harían sentir bien y es que en su boca "Natsu" sonaba muy dulce.

Natsu: No tiene que agradacer, Srita. Heartfilia.

Estaba apenado, sin saber que hacer o decir. Agradecía al cielo que todo estubiera oscuro en ese momento sino ella podría ver lo rojo que estaba.

Lucy: Puedes llamarme Lucy.

Eso lo dejó sin palabras. Es más, no supo que responder. Tartamudeo un poco antes de formular una oración coherente en su mente y cuando iba a replicarle, la luz regreso. De inmediato, él le soltó las manos.

Natsu: Yo... creo... bueno...

Ahora él era el que necesitaba la máscara de óxigeno.

Lucy: Sentí que iba desmayarme, no estoy acostumbrada a ser el centro de atención.

Ella desvió su mirada al suelo, sostenía la máscara contra su cara con fuerza. Probablemente, buscaba la fortaleza que sentía cuando él tomó sus manos.

Natsu: Ahora todo esta bien.

Lucy: Es verdad, gracias a usted y al Sr. Eucliffe.

Natsu: No fue nada. Simplemente, la vimos en problemas y deseamos ayudar. No queremos que su crucero se arruine por problemas de salud.

La jóven lo miró directamente a los ojos y él se perdió en esa mirada. No comprendía del todo por que actuaba así con ella, deseaba protegerla y conocerla más. Entender por que ha aceptado ese compromiso y por que ella tiene ese efecto narcótico sobre él.

Lucy: Es muy dulce que se preocupen por mí.

Natsu: Cualquier cosa por verla sonreír.

La rubia se quitó lentamente la máscara de óxigeno, dejandola a un lado.

Lucy: Gracias de nuevo por rescatarme, Natsu.

Natsu: No hay de que... Lucy.

Y todo fluyó naturalmente, como si se conocieran de siempre. Al juntar sus labios, ambos experimentaron algo mágico. Una corriente recorrió sus cuerpos haciendo del beso algo más íntimo. Saborearla despertó un instinto posesivo en él. Se alejó con el propósito de parar con esa locura pero al verla esperando por más se inclinó de nuevo para besarla una vez más.  

Sting: Siento interrumpir pero debo escoltar a la Srita. Heartifilia con la Srita. Alberona.

El rubio sonreía burlonamente mientrás la pareja se apartaba uno del otro apenadamente. Seguramente, Eucliffe había visto todo y eso hizo enojar al pelirosa. Ahora si le había vendido el alma al diablo.

Lucy: ¡Claro, ya voy!

Sin agregar nada más, ella lo siguió. Había cometido una locura y si debía comprar el silecio del rubio para que no revelara nada, lo haría. 

....

Cana: ¡Lucy, estabamos preocupadas!

La pelicastaña abrazó fuertemente a su amiga. Realmente se preocupo cuando no la vio en la tárima cuando la luz regreso e imagino un sín fin de escenarios sobre que pudo pasarle.

Lucy: Estoy bien, fui atendida por el ataque de ansiedad.

La sensación de aquel beso se negaba a abandonar sus labios. Es más, su cara estaba tan roja y caliente que temía que sus amigas profundizaran más sobre lo ocurrido.

Flare: Nos sentimos muy mal por eso, no creíamos que te pondrías mal.

Sorano: Debimos escucharte y no traer bailarines a tu despedida.

Lucy: No se preocupen, ya paso.

Cana: ¡No! Estubo mal lo que hicimos y te prometemos que no pasará de nuevo.

Sorano: Lástima... Debemos enviar a esos papís chulos de regreso a casa.

Lucy: ¿Tenían planeado más shows de strippers?

Flare: Para relajarnos, ya sabes tener un poco de diversión antes de la boda.

Cana: ¡Pero ahora sabemos que no es buena idea! Además, me muero si le digo a tu padre que te pusiste mal en el crucero. Jude nunca me lo perdonaría.

Sorano: Si y no queremos hacer enojar a tu padre.

Flare: ¿Nos perdonas?

Lucy: Por supuesto que las perdono.

La rubia extendió sus brazos para hacer un abrazo de grupo. A pesar de todo si no hubiera sido por ese show, ella nunca hubiera experimentado el beso más dulce y pasional de su vida. Solo esperaba que el Sr. Eucliffe cumpliera su promesa de no contar nada, lo que menos necesitaba era más problemas con Ignia.

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