II
"¿Qué será esa fuerza que a todos nos une de dos en dos?"
Alejandro Sanz
Indudablemente la suite VIP del crucero era muy impresionante. Su exquisita decoración con temática marina y su impresionante vista hacia al mar eran algo digno admirar. Sin embargo, la atención de la futura novia no estaba centrada en los lujos de su habitación, más bien su enfoque estaba en aquel jóven que le estaba indicando los por menores con los que contaba ese lugar.
Natsu: ¿Necesita algo más?
Como si la despertaran de un sueño, ella reaccionó.
Lucy: No, estoy bien. Gracias.
La rubia fue hacia la mesa donde habían dejado su bolso y comenzo a buscar su billetera.
Lucy: Lo siento, olvide preparar la propina.
El pelirosa al darse cuenta de lo que hacía la interrumpio.
Natsu: ¡No es necesario!
Lucy: Pero usted trajo mis cosas, no puedo ser tan desconsiderada con su atención.
Natsu: Me halaga pero en verdad no es necesario.
Lucy: Insisto.
Natsu: No. En serio, este es parte de mi trabajo.
Lucy: ¡Pero quiero compensarlo!
El pelirosa realmente se sentía un poco apenado por la situación. En realidad, esto no es parte de su trabajo y probablemente ella creía que había sido amable solo por el dinero.
Natsu: No debe hacerlo.
Lucy: Pero yo quiero.
Entonces, al ver esa carita de frustración le dio ternura. Ella se miraba linda así. Aunque no le gustaba la idea de ofenderla por no aceptar el dinero. Él estaba pensando en como salir de esa situación sin dañar su moral y sin que la agasajada se sintiera mal pero sus nervios lo traicionaron.
Natsu: Si lo que quiere es compensarme, por que no mejor me regala una sonrisa.
No supo ni en que momento dijo lo que pensaba y viendo como ella se ruborizaba ante la petición, se puso más nervioso.
Natsu: ¡Lo siento mucho, no quise...!
Él estaba tan apenado que de inmediato le dio la espalda, listo para marcharse pero la rubia le tomó el brazo para detener su paso.
Lucy: ¡No!, no se preocupe.
No podía verla, le avergonzaba lo que ella pudiera pensar. Había actuado como Sting y eso lo hacía sentirse mal.
Natsu: Creo que lo mejor es que me marche.
Lucy: Espere solo un momento, por favor.
Resignado, la miró.
Natsu: Lo siento mucho en verdad, no pretendía ofenderla.
Lucy: No hay por que pedir disculpas, yo no debí insistir.
Ella le hizo que se incorporara para tenerlo totalmente de frente y le tomó las manos. Acto seguido, se pusó de puntitas para alcanzarlo mejor y plantarle un beso en la mejilla.
Lucy: Muchas gracias por traer mis cosas.
El pelirosa estaba en shock cuando ella le agradecio con una gran sonrisa. La rubia le apretó las manos una vez más y despacio se alejó de él. Ella no dijo nada más, dándole la espalda para dedicarse a desempacar. Aunque en verdad, lo que quería era ocultar que estaba abochornada por lo que recién había hecho.
Natsu: Yo... me retiro.
No recibio ninguna respuesta, por lo que se marchó lo antes posible de ahí. Tenía que controlarse. Su corazón estaba a mil y su cuerpo solo le pedía corresponder de una manera más íntima a ese beso. ¡Pero que estaba mal con él! Sabía las señales de aquellas que solo buscaban un poco de entretenimiento y lo sensato era mantenerse alejado de esa mujer. Perdería su trabajo si le sigue el juego.
Laxus: ¡Por fín sales de ahí!
Lo que le faltaba, su jefe estaba en el pasillo esperándolo. El jóven quería calmarse antes de ir a hablar sobre lo sucedido pero al parecer el Capitán esta tan consternado como él.
Natsu: No creo haberme tardado tanto.
De nuevo habló sin pensar y notó como a su jefe no le agrado su respuesta y mucho menos su tono de voz.
Laxus: 10 mínutos es mucho tiempo para dejar una maleta en una habitación, ¿no crees?
Se notaba molesto, más de lo que estaba esta mañana. Quizas la hija del dueño dijo algo.
Natsu: Lo sé pero ella insitía en entregarme propina y yo le insistía de que no era necesario.
Laxus: ¿Y se lo aceptaste?
Natsu: ¡Por supuesto que no!
"Al menos no el dinero" pensó el pelirosa.
Laxus: Más te vale pero a todo esto, ¿porqué tomaste el equipaje de la Srita. Heartifilia?
La pregunta del millón y para la cual no tenía un respuesta concreta.
Natsu: Pues...
Laxus: ¿Pues?
Entonces, de la nada apareció el jóven Eucliffe a salvar a su compañero de trabajo.
Sting: Yo le sugerí a Dragneel llevar las cosas de la Srita. Heartfilia a la habitación, Capitán.
Laxus/Natsu: ¿Tú?
El Capitán miró hacia el pelirosa curioso por haber hecho la misma pregunta.
Natsu: Quiero decir... ¡Si, tú me sugeriste llevar sus cosas!
Laxus: ¿Porqué? Para eso tenemos un itinerario. Se supone que ustedes coordinan a los botones y por este incidente, termine llevando el equipaje de la hija del dueño.
Sting: Capitán, con todo respeto, pero nuestras invitadas no son cualquier cliente regular que vienen a nuestro crucero. Ella son las amigas de la hija del dueño. De nuestro jefe, el que nos paga. Dígame, ¿cree conveniente dejar que empleados de menor rango atiendan a la hija del dueño y la invitada de honor de esta? Considero que ellas merecen que empleados de alto rango tomen cuidado de sus personalidades.
Laxus: Bueno... Si, tiene razón Sr. Eucliffe pero ¿porqué no me avisaron?
Sting: Fue una consideración de último momento. Lamento no haber informado de inmediato pero sabía que al explicarle la situación entendería como el honorable y sabio Capitán que es.
El pelirosa estaba sorprendido que Sting le estubiera ayudando. Sin embargo, esa muestra de solidaridad le parecía muy sospechosa.
Laxus: La próxima vez que quieran hacer cambios hagánmelo saber. Pueden retirarse.
Sting/Natsu: ¡Si, señor!
El rubio y el pelirosa se fueron de inmediato del lugar. Mientrás el Capitán Dreyar se dirigió al lado contrario de ellos.
Sting/Natsu: ¿Porqué hiciste eso?
Ambos se detuvieron, mirándose sorprendidos ante la pregunta.
Natsu: Tú primero.
Sting: Pues, yo no dejo a un compañero morir.
El rubio esbozo una pícara sonrisa, cosa que hacía sospechar al pelirosa.
Natsu: Si como no.
Sting: No me creas sino quieres. Ahora, ¿admitiras que hiciste lo que hiciste por que te gusto esa chica o me vas a dar excusas?
De todos los panoramas que el pelirosa pensó sobre el ínteres de Sting en ayudarle, jamás se imagino que él pensaría eso.
Natsu: ¿Gustar?... ¡Estas loco!
Sting: Puedo estar loco pero no ciego. A ver Dragneel, dímelo.
Natsu: No tengo nada que decir ni tiempo para esto, me voy.
El jóven se disponía a marchase cuando el rubio se puso frente a él para detenerle el paso.
Sting: Recuerda me debes una, Dragneel.
Esos ojos azules lo miraban directamente a sus ojos pero Natsu no podía sostener la mirada. Así que se hizo a un lado y le paso de largo.
Natsu: Si, claro.
El rubio lo vió marcharse y no le dijo más. Dejará que las cosas tomen su curso, aunque no se limitará en ayudar de vez en cuando. Especialmente, cuando es la primera vez que su compañero mostraba un interes genuino hacia una mujer. Una cosa es la compañía de una sola noche y otra actuar como si un ángel se le hubiera personificado. Definitivamente, su compañero había sido flechado y por la ilusión que tiene por el romanticismo, él le ayudaría a aceptarlo.
....
Si alguien le hubiese dicho a Lucy que en ese crucero conocería a un tipo que la haría sentir de manera especial con solo sonreírle, no lo hubiera creído. Aún se sentía apenada por haberle besado la mejilla pero no pudo evitarlo su cuerpo reaccionó antes que su mente.
Ella tomó entre su mano derecha el anillo que llevaba colgado, pensando en su ex-novio. Loki la había hecho feliz pero ella nunca había tomado la iniciativa para algo con él. Todo fue por parte del pelinaranja, desde la declaración hasta su primera vez. Ella simplemente se dejaba llevar por que era normal, ¿no? Mejores amigos de toda la vida y luego pareja.
Sin embargo, este día se había comportado de una manera irreconocible para ella. Es que ni siquiera era capaz de dejar de mirar al pelirosa a lo lejos. Inconcientemente sonreía al verlo, suspirando pesadamente mientrás bebía su trago.
Sorano: ¿A quién te comes con la mirada, pequeña Lucy?
Su amiga la sorprendio de tal manera que de rápidamente desvió la vista para prestar atención a su bebida. Mientrás la peliblanca buscaba entre la gente a quién estaba su amiga dirigiendo la mirada.
Lucy: ¡Nadie!
Sorano: ¿¡Nadie!? Si estas toda roja. Es más, jamás te había visto así de ruborizada.
Lucy: Yo no estoy roja, es que hace calor. ¡Si, es que tengo calor!
Sorano: Hay Lucy, son las 5 p.m. si el sol ya se esta ocultando. Además, ese traje de baño es muy revelador para tener calor.
La rubia miró a su conjunto y se dio cuenta que en efecto había ese elegido el traje de baño más coqueto que tenía.
Lucy: Si pero mi piel es sensible.
Dio un largo sorbo a su bebida mientrás rezaba por dentro que la peliblanca desistiera de la idea de indagar a quien miraba tanto.
Sorano: Creo que otra parte de tu cuerpo es la que esta sensible, cariño.
Entonces, la futura novia comenzo a toser ante el comentario, ya que su trago no paso de su garganta al escuchar la insinuación de que estaba "caliente"
Sorano: No te vayas a ahogar, que sino Ignia nos mata.
Al escuchar el nombre de su actual prometido, ella sintió como si un balde de agua fría le hubiese caído encima. Respiró profundo y dejó su bebida a un lado.
Lucy: Ya estoy bien. Lo mejor será que vaya por un poco de...
Sting: ¿Aquí tiene, Srita. Heartfilia?
De la nada, un chico le estaba entregando una botella con agua.
Sorano: ¡Que eficiencia!
Lucy: Muchas gracias.
Eucliffe abrió la botella y se la entrego a la agasajada. Él intentaba ser lo más galante posible, ya que deseaba llamar la atención de cierto compañero de trabajo que a lo lejos miraba la escena.
Gray: Natsu, ¿te pasa algo?
Por supuesto que le pasaba algo. Lo sabía, sus sospechas sobre Sting habían sido ciertas. Probablemente la pregunta que le hizo sobre si él estaba interesado en la rubia era para averiguar si tenía el camino libre. Se sentía un idiota al ver como Sting era el que atendía a la rubia y no él. Pero como su plan era mantenerse alejado de la tentación, le dio la oportunidad perfecta a su compañero para acercase a ella.
Natsu: Mira, al parecer Sting no pierde tiempo.
El pelinegro lo miró confundido. ¿Porqué su amigo estaba molesto por lo que Sting estaba haciendo?
Gray: ¿Y? Todos sabemos que Sting quiere ser un ceniciento y salir de este lugar con una chica rica en el bolsillo.
Natsu: Si pero ¿no crees que es estúpido coquetear con la que esta comprometida?
Bueno en eso tenía razón pero Gray no comprendía por que eso lo molestaba. Así que se dio cuenta de algo, lo que Dragneel le había dicho sobre el incidente durante el abordaje fue mentira.
Gray: Entonces no tiene lógica que Sting te mandara por el equipaje de la chica si es él al que le interesa la chica.
Natsu: ¿Qué estas insinuando?
Gray: Yo no insinúo pero creí que teníamos la suficiente confianza para contarnos todo.
El pelirosa se puso nervioso ante las palabras de su mejor amigo y sin poder controlarlo se ruborizo.
Natsu: No sé de que hablas.
Gray: Me pareció extraño que siguieras un consejo de Sting pero te deje por que no eres el tipo de hombre que anda detrás de una mujer inalcanzable como él pero por como te comportas en este momento creo que al fin una mujer ha captado tu atención, ¿no?
Usualmente, cuando ellos salen de fiesta y terminan con compañía de una noche, las mujeres son las que se le insinúan a su amigo. Él ni siquiera invierte tiempo para ir detrás de ellas.
Natsu: Son tonterías, como crees que una chica como ella se fijará en alguien como nosotros. Incluso si Sting hace su mejor esfuerzo, ella lo rechazara por completo.
Gray: O solo lo usará como diversión previa a su boda. Ya me entiendes, entretenimiento por dos semanas.
Natsu: También pensé eso...
La decepción era muy notoria en su tono de voz y es que recordó ese beso en la mejilla. Algo que salió de la nada y sin embargo que lo había dejado totalmente vulnerable. Probablemente, ella solo lo estaba probando para ver si estaba dispuesto a ser un amante temporal.
Natsu: ... Pero no importa. Que vea Sting lo que hace.
Enojado dio una última mirada hacia la escena entre la rubia, la peliblanca y su compañero de trabajo. Sorprendiéndose de como la rubia tomaba sus cosas marchándose con Sting siguendole los pasos.
Gray: Al parecer, Sting ha logrado algo.
El pelirosa sintió como la sangre le hervía, estaba enojado de creer que ella se había fijado en él pero al parecer estaba totalmente equivocado.
...
Lucy: Muchas gracias por indicarme el camino.
Sting: No tiene por que agradecer, si necesita cualquier cosa no dude en decirnos.
El rubio cerró la puerta dejando la chica en la sala de conferencia. Eran las 6 pm y seguramente para esta hora su padre ya estaba en casa. Se conectó a su Facebook© y le escribio. Fue cuestión de segundos cuando recibio la solicitud de video llamada. Respondio de inmediato, emocionada por decirle a su padre lo bien que se la estaba pasando.
Jude: ¡Lucy! ¿Cómo estás?
Lucy: Bien, papá.
Jude: Mira quien esta conmigo.
Rápidamente Jude enfocó hacia su invitado.
Ignia: ¡Hola cariñito! Te extraño mucho.
Ella sintió como su corazón se le salía del pecho. Intento disimular su tensión y saludo a su prometido lo más natural posible. La conversación con su padre continuo pero en su mente el miedo de que Ignia hiciera algo en contra de su progenitor le daba ganas de vomitar.
Jude: Estamos hablando de negocios y al parecer Ignia tienes grandes planes para la empresa. ¿No es eso impresionante?
Lucy: Si lo es, papá. Tú sabes que Ignia es muy bueno para los negocios.
"Y para manipular..." Pensó la rubia. ¿Qué se propone Ignia al estar cerca de su padre mientrás ella esta de crucero?
Ignia: Le he dicho a tu padre que tenemos grandes planes para la empresa.
Lucy: Claro que si... Los tenemos.
Jude: Bueno, cariño, te dejamos que disfrutes de tu fiesta. Cuidate, te quiero.
Ignia: Yo también te quiero, cariño. No lo olvides.
La rubia quería gritar de frustración. ¡No! Ella deseaba irse inmediato a su casa para proteger a su padre.
Lucy: Yo también los quiero. Por favor, cuidense.
La llamada se cortó y se dejó caer rendida ante la frustración. Tenía miedo. Necesitaba respuestas y no podía hacer nada mientrás estubiera en ese viaje. Las lágrimas recorrieron sus mejillas sin previo aviso. Debía regresar a casa pronto para proteger a su padre.
Natsu: ¡Lo siento no sabía que había alguien aquí!
La pobre actuación del pelirosa pareció desapercibida para la chica, la cual solo se limito levantar la cabeza de la mesa sin mirarlo. No deseaba que nadie supiera la verdadera razón por la que lloraba.
Lucy: Yo...
Natsu: ¿Esta todo bien?
Todo el enojo que el jóven sentía se le fue por la borda al corroborar que estaba llorando. Se acercó a ella, poniendo su mano en el hombro de la chica en señal de apoyo.
Natsu: ¿Mi compañero le ha hecho algo?
Entonces fue cuando ella lo miró directamente confundida.
Lucy: ¿Compañero? Ah... ¿El Sr. Eucliffe? No, él solo me trajó aquí por que necesitaba hablar con mi padre.
El pelirosa se sintió culpable de pensar que ella estaba revolcándose con Sting. Al parecer había mal interpretado todo pero no se arrepentía de haberlos seguido. Haló una se las sillas y se sentó junto a ella, tomando su mano automáticamente..
Natsu: ¿Esta todo bien con él? ¿Hay algo que pueda hacer?
Lucy: No pasa nada con él. Es solo que...
Ella sabía que estaba mal lo que iba a decir y mentalmente le pedía perdón a Loki por usarlo para cubrir el motivo de su llanto.
Lucy: ... Pronto será el aniversario de la muerte de mi ex-novio y estabamos hablando de eso.
Tomó con su mano libre el anillo que colgaba de aquel fino collar y lo apretó en señal de dolor, que en verdad era sincero. Al pelirosa esas palabras le cayeron como un balde de agua fría. Seguramente, ella debió quererlo mucho para que siga así de afectada, aunque le pareció extraño que estubiera por casarse tan pronto, pues ella no se ve mayor como para asumir que el ex-novio murió hace tiempo.
Natsu: Siento mucho escuchar eso.
Se quedaron en silencio por un momento. Él no sabía que decir, pues nunca había pérdido a una persona que significara tanto para su persona. Incluso, el día que se divorció se fue de fiesta con sus viejos amigos.
Natsu: ¿Puedo traerle algo o que llame a su amiga?
Lucy: No, estaré bien, gracias.
Le soltó la mano para limpiarse las lágrimas y se puso de pie. En el proceso, el pelirosa fue conciente de la mujer que tenía frente a él. A pesar que ella llevara su sálida de baño, su perfecta silueta era muy evidente. Se dio un palmazo mental, la chica llorando por su ex-novio y él cachondo por tenerla cerca.
Lucy: Debo regresar. Muchas gracias por acompañarme.
Ella lo miraba sonriendo, a pesar que sus ojos aún estaban rojos y brilloso por las lágrimas. Por algún motivo, estaba esperando otro beso en la mejilla en agradecimiento pero la rubia simplemente se retiró sin agregar nada, dejándolo en un estado de conmoción.
¡Definitivamente, debía mantenerse alejado de esa mujer!
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