𝖳 𝗋 𝗈 𝗂 𝗌




No era para nada bonito tener que estar soportando a una chica que actúa como niña de diez años todos los días ¡Dios mío! Hablaba hasta por los codos y la mayoría de las veces usaba dos coletas que por alguna razón me desesperaba. Aún no me entraba en la cabeza que ella estuviera con semejante hombre, es decir; el señor Kim Taehyung es guapísimo. Siempre buen vestido con Gucci o Saint Laurent, todo un hombre de negocios y maduro.

No como su esposa que se había quedado estancada en la niñez.

Mi oficina se encontraba frente a la suya y constantemente la visitaba para entregarle ciertos papeles que debía verificar o firmar. Y ella siempre estaba con él hablándole de cualquier tontería, tal vez sobre el próximo capítulo de Barbie. Y en verdad odiaba tenerla tan cerca porque su voz era muy chillona y el estrés me lo causaba ella no con la gran cantidad de números que trabaja.

—Señor Kim, necesito que firme estos papeles—Le entregue una carpeta, el ambiente estaba totalmente relajado que hasta podía tomar una siesta pero todo se arruinó cuando ella llegó haciendo un escándalo de primera. ¡Dios mío, dame paciencia!

—¡Hana! A ti quería verte—Voltee a ver a la chica que ahora vestía de colores pasteles, que asco. Muy infantil para mí. Yo prefería los colores rojos, negros y blancos.

—¿Que sucede, señorita Kim?—Puedo jurar que mi voz salió totalmente falsa y es por ese mismo motivo que el señor Taehyung enseguida me miró con el entrecejo fruncido.

—Espero no ser muy aventada pero...—Empezó a jugar con sus dedos—Quisiera que me acompañará al centro comercial—Termino de decir. Oh no.

¿A comprar vestidos de color rosa y sandalias? ¿Peluches probablemente? No.

—Por supuesto, usted dígame que día y con todo gusto le acompaño—Que vocabulario tan hipócrita me cargaba. Y lo podría repetir miles de veces.

—¡Hoy mismo! ¿te parece?—No tuve otro remedio más que asentir causando que empezara a dar brinquitos en su lugar para después abrazarme. De acuerdo, no me gustaban los abrazos, invadían mi espacio personal.

La chica se emocionó tanto que también abrazo al señor Kim, este trato de darle un beso en los labios pero Youngmi volteó su rostro dando por resultado que estampara sus labios contra su mejilla derecha. Él soltó un suspiro pesado y me sonrió sin mostrar sus dientes.

—Gracias por aceptar, no cuenta con amigas aquí en Seúl y suele aburrirse—No necesitaba que me explicara el porque no tiene amistades. Ya sabía la respuesta.

Lo único que deseaba era llegar a casa y comer junto a Jungkook mientras me cuenta cómo le fue con su guapísimo amigo Jimin. Era un bombón ese chico y en la cama me había encantado aún más tanto que yo misma me había sorprendido por lo tanto que me hizo gritar. Si, suelo ser un poco descarada en mi forma de hablar y vestir pero vamos, odio a las chicas que se quieren hacer las santas cuando no lo son.

Termine mi trabajo por el día de hoy y salí de mi oficina tratando de armar un plan para escabullirme y no ir al centro comercial con esa chica que estaba al cien por ciento segura que llegaría a casa con un dolor de cabeza terrible. Tal vez puedo fingir que lo olvide con tantos pendientes que tengo que realizar si salgo con éxito del edificio, claro.

Pero no fue así.

—¡Hana!—Esa voz tan odiosa estaba detrás de mí, coloqué mis ojos en blanco y antes de darme la vuelta le dediqué mi mejor sonrisa, falsa por supuesto.

—Lo siento, no recordaba que iríamos al centro comercial. Tengo tantas cosas en la cabeza—"El como deshacerme de ti", por ejemplo.

—No te preocupes, vamos. ¿Sabes conducir?—Asentí confundida por su pregunta.

Empezamos nuestro caminar hacía el estacionamiento donde se encontraba demasiado saturado por tanto personal que había. Youngmi caminaba a tres pasos delante de mí hasta que nos detuvimos frente a un auto BMW de color negro, era muy bonito. Ella me extendió las llaves, oh no, sabía a qué iba todo esto.

—¿Porque no sabes conducir?—Le solté de golpe.

—Soy algo tonta y mis padres nunca me dejaron ni Tete—Me miró tímida y se encogió de hombros, ¿quien era tete?

—¿Tete?—Repetí, ella asintió.

—Es el apodo de Taehyung—No tengo idea de donde saco una paleta pero empezó a lamerla como si nada. Suspire de frustración e hice que se adentrara al auto rápido o terminaría por dejarla plantada sin importarme que es la esposa de mi jefe.

En todo el camino no paro de hablar sobre el próximo capítulo de Barbie, de acuerdo, no estaba nada equivocada con sus gustos. Acepto que Barbie es buena pero vamos, ¿que le guste my little pony? Eso ya es extremo. Solo deseaba que esto acabara ya para ir a dormir.

—¿Que haremos?—Le pregunté una vez que nos encontrábamos en la entrada del centro comercial, algunos chicos me miraban y otros me guiñaban un ojo.

Sonreí coqueta ante eso, amaba llamar la atención de los hombres. Acomode mi traje de falda de la marca Chanel y empecé a caminar sin ella.

—¡Oh, espera! Necesito un vestido bonito, habrá una cena de Samsung en dos semanas más, tal vez mañana te llegue la invitación—Esta chica en verdad no paraba de sonreír, derrochaba corazoncitos y flores por todos lados.

—De acuerdo, se a donde llevarte—Hice que me siguiera hasta mi tienda favorita de vestidos, todos eran de lujo y preciosos. Esperaba que le gustara alguno.—Busca alguno que te guste mucho y lo muestras para darte mi opinión.

Tome asiento por diez minutos esperando que Youngmi por fin eligiera uno. Pero al verla caminar hacía mí sin nada en sus manos, me estreso.

—No me agradaron, todos son muy reveladores y con colores que no me gustan—Parecía una niña haciendo berrinche, de acuerdo ya no la ayudaría.

—Entonces vayamos a la tienda que a ti te guste—Ella asintió y tomó mi mano jalándome hacia la tienda.

Era obvio, la tienda era rosa y en sus prendas destacaba solo los colores pasteles, rosas, amarillos y me dio asco de tan solo entrar. Parecía una madre que acompañaba a su hija de diez años a que eligiera el vestido que le gustaba para celebrar el día del niño, sin exagerar.

Youngmi se decidió por un vestido de color rosa pastel con detalles en blanco, no entendía que pasaba por su cabeza al elegir esas prendas pero eran sus gustos, no podía hacer nada. Trate de vestirla mucho mejor pero no accedió.

—¿Que tal tu matrimonio con el señor Kim?—Decidí preguntar porque en verdad tenía tanta curiosidad sobre ese tema.

—Es bonito, me cuida mucho.

—¿Tienen hijos?—Ella se sorprendió y negó rápidamente.

—Nunca hemos hecho...eso—Contesto tímida, no puedo creerlo ¿como de que no?

—¿En serio? ¿Porque?

—Aún soy virgen y me da mucho miedo, aparte no me gusta nada que tenga que ver con ese tema—Coloco las bolsas dentro del auto y yo aún seguía en shock por sus respuestas.

De acuerdo, era una total niña. ¿Entonces pretendía no darle hijos al señor Kim nunca? ¿Adoptarían? No lo creo, estaba tan segura que ese matrimonio se destruirá en poco tiempo.


[...]

—¿Puedes creerlo? ¡Es una niña de primera!—Le conté absolutamente todo a mi hermano de una forma tan sorprendida.

—Confió en que no exageras las cosas—Empezó a reír, lo miré mal mientras metía una papa frita a mi boca.

—Por supuesto que no, haré que la conozcas algún día.—Estuvimos en silencio por unos segundos hasta que volví a decidir hablar.—El señor Kim es guapo, me gusto.

—Oh no, Hana. Está casado con esa chica y no puedes meterte—Me apunto con los palillos , rodee los ojos de mala gana.

—¿Y? Esa chica no le da nada, puedo asegurarte que ya se ha tirado varías en algún bar o que se yo.

No me quedaría de brazos cruzados, siempre obtengo lo que quiero.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top