Ella estaba frente a mí con un aura molesta y que además no entendía el por qué empezó a reclamarme a Taehyung como si fuera suyo. Lo único que podía hacer era abofetearla para que se detuviera. Sus ojos irradiaban furia y noté su estómago un poco abultado. Donde se encontraba el bebé de Taehyung.

Mi respiración era agitada y deseaba hacer cualquier cosa para no verla. Era una total ridícula en reclamar algo que fue pasado, por este tipo de acciones, quería mantener la distancia. Es decir, no quería ver más a Taehyung hasta que el bebé naciera y simplemente lo conociera pero lo sentía tanto por que haré todo lo posible para que no vuelva a verlo. Y tendría que estar al tanto de cada movimiento de él debido a que es una persona con mucho dinero y la cual puede mover cualquier abogado pero antes de eso, tengo que ganar. Y no se como ni mucho menos cuando pero así será.

—¿Si entendiste?—Volvió a repetir su pregunta, coloque los ojos en blanco y decidí darme la vuelta para irme de ese lugar que empezaba a odiar. ¿Cuál era el afán de venir justamente a mi restaurante favorito?

Escuchaba los gritos de ella a mis espaldas como una estupida, que vergüenza. Todas las personas la miraban extrañadas y otras con molestia mientras que yo solo me dirigía a mi auto. Desde hace tres meses, Hoseok ha estado conmigo en todo momento, ayudándome y llevándome al ginecólogo sin falta. Realmente todo había cambiado en tan poco tiempo y es que Park se había conseguido a una chica que lo había cautivado por completo lo cual no me molesto pero fue todo muy rápido y aunque tenían poco tiempo conociéndose, Jimin y yo seguíamos acostándonos. Lo hecho, hecho estaba.

—Pero que ridícula eres en venir a reclamarme que me aleje de Taehyung cuando no tenemos ningún tipo de comunicación entre nosotros. Aunque, yo que tú me cuidaría por que...es un hombre que no le gusta estar solamente con una mujer—Sonreí con cinismo y me adentre al auto sin esperar a que respondiera. Los ventanales se encontraban arriba y yo solo podía ver como movía su boca sacando todo su veneno. Solté una risita y encendí el auto siguiendo mi camino sin importarme aquella mujer que en cierta parte me había arruinado el día.

Las cosas con Taehyung no mejoraron después de aquella intensa sección en el baño de su empresa. Como la tonta que fui había caído pensando qué tal vez, él volvería conmigo pero no fue así. Al día siguiente no me dirigió la palabra ni mucho menos me miró. Y así fueron todos los días hasta el día de hoy y lo entendí. Supe que Kim solo deseaba mi cuerpo o bueno...realmente no lo sabía. No podía entender a Taehyung ni un poco. Pero deseaba hacerlo, el saber que pasaba por su mente y porque me hacía todo esto sabiendo que sufría demasiado por él. ¿Tal vez me lo merezco? Supongo. Yo también había hecho sufrir a Youngmi. Que por cierto, ella había hecho presencia en la empresa pero no entendía el para que. Ella me miró pero no hubo reacción alguna en su rostro.

Las calles en Seúl estaban saturadas debido a que era la hora en que algunos salían del trabajo, el tráfico era horrible y lo odiaba por hacerme tardar. Doble en una esquina pero el auto de enfrente no avanzaba, presione el claxon dos veces y aún seguía sin avanzar. Lo peor de todo es que los de atrás también se encontraban desesperados, cuando avance este se hizo hacía atrás debido a que podía chocar con un poste pero terminó chocándome a mí. Solté un jadeo de frustración y abrí la puerta con molestia rápidamente. Me encontraba demasiado furiosa, era frustrante que aquel idiota no supiera conducir.

Y vaya, me encontré con Kim Taehyung. ¿Por que siempre él en todos lados? Es decir, ¿no pude haber chocado con otra persona?

—Hana, discúlpame. Te mantuve en riesgo—Se acercó rápidamente a mí pero retrocedí. Lo ignore y asome mi cabeza para verificar si el golpe era grave o no. Gracias a Dios, solo era un pequeño raspón que podría quitarse fácilmente.

—Da igual, deberías inscribirte en una escuela de manejo. Conduces horrible—Escupí con molestia. El sonido de los claxon de muchas personas empezaba a desesperarme de una manera que podría proporcionarle un buen golpe a cualquier objeto o persona que se me atravesara. Un hombre con el uniforme que solían usar los policías se hizo presente frente a nosotros.

Solo le multo por una cantidad que no era para nada a Taehyung, chasquee la lengua y me di la vuelta para seguir mi camino. El tráfico se estaba colocando mucho peor con lo que había ocasionado el gran hombre de negocios.

—Hana—Me llamó, solté la manija de la puerta y lo miré. Odiaba que fuera tan guapo, aún mantenía el permanente en su cabello.

—¿Que sucede?—Alce ambas cejas.

—Podría dejar un poco de dinero en tu cuenta para que arregles el daño del auto. ¿O prefieres que Hoseok lo haga?—Su tono de voz fue algo molesto, no lo sé, se escuchaba como si estuviera celoso. Y sobre Hoseok, parecía que estaba al pendiente de nosotros por qué en el trabajo no hacíamos nada raro ni siquiera besos.

—Haz lo que quieras—Me encogí de hombros y por último, me adentré al auto. Lo esquive con el, dejándolo completamente solo mirando como me iba del lugar.

Me detuve frente a la casa de Hoseok soltando un suspiro frustrado al mismo tiempo que cerraba mis ojos fuertemente y colocaba mis manos en el estómago. Ya se encontraba un poco más abultado, se hacía notar día con día. Los tres meses que llevaba parecía ir todo con normalidad, el bebé estaba más que sano al igual que yo. Pero aún así me cuidaba demasiado, tomaba las vitaminas que debía ser y demás. No entendía como mi vida se volvió tan frustrante de un día a otro, las lágrimas habían parado desde hace mucho por que tenía que entender que Taehyung ya no era mío. El gusto fue poco. Pero aquella mujer que está ahora con él, de guapa no tiene nada. No es que yo sea la más hermosa...mentira, lo soy. Pero su atractivo se encontraba en el físico. Además, ¿por que solo se fijaba en eso? Que pesar.

Tome mi teléfono móvil en cuanto vibró dando aviso a un mensaje de texto. Se trataba de Hoseok, se encontraba trabajando muy duro desde las siete de la mañana y no permitía que yo trabajara más de ocho horas. Jung de verdad era demasiado guapo. La foto que había enviado lo confirmaba aún más. Baje del auto después de mirar aquella imagen y haberle respondido con un cumplido que sabía que amaría. Una camioneta se detuvo justo enfrente de mí y de ella salió un hombre de traje con una carpeta color negro en sus manos.

—¿Señorita Jeon, cierto?—Fruncí el entre cejo en cuanto me extendió la carpeta.

—¿Que es esto?—Pregunte con un tono tosco. El señor insistió en que debía tomarla y lo hice. La abrí para empezar mi lectura y ver de que se trataba todo esto.

Mi sangre hirvió en cuanto termine. Kim Taehyung me había demandado. Todo esto por que no permitiría ver a su hijo en cuanto naciera. Y ahora según estos papeles decía que estaba obligada a hacerlo por ser el padre del bebé.

Tome mi teléfono móvil rápidamente y presione el contacto para llamarlo. Con pasos firmes y los zapatos de tacón resonando en el asfaltó, me encamine hacía la entrada de la casa. En segundos se escuchó su voz.

—¿Que suce...—Lo interrumpí.

—Quiero que me escuches bien Taehyung, haré todo lo posible para que nunca veas a tu hijo. Grábatelo bien en tu torpe cabeza, ¡nunca!—El sonido de su respiración agitada de escuchaba pero no emitía palabra alguna. Hasta que después soltó una risita.

—Oh, Hana. No creo que puedas contra uno de los mejores abogados en todo el mundo. Aún así, te deseo lo mejor.

Lancé mi bolso al sofá con fuerza y eché mi cabello hacía atrás. Esto no se quedaría así.

—De acuerdo, solo espero que en el futuro no te coloques frente a mí llorando y suplicando como un niño para que te permita verlo. Porque no será así. No te confíes Kim, soy capaz de muchas cosas—Colgué y con ello lance el teléfono móvil. Ahora conocería a la verdadera mujer que soy. Y se arrepentirá por todo lo que me ha hecho sufrir.

——
Ojalá odien a la protagonista jiji pero es un capítulo más tranquilo antes de lo que se vendrá

Les pido disculpas por no actualizar rápidamente pero saben que la plataforma estuvo en falla por algunos días. Lo cual me tenia de los nervios

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