𝖰 𝗎 𝖺 𝗋 𝖾 𝗇 𝗍 𝖾





Aprendí que a pesar de todo lo que había hecho, no era una mala persona ¿o si? Quiero decir, entrar a ese negocio tan horrible fue decisión mía, por supuesto. En la universidad todos sabían lo que hacía, esto porque un chico que recién ingresaba había dado a conocer un video donde me encontraba en el club. Fui parte de burlas todo el tiempo, me insultaban y me llamaban de la peor manera posible. Es por ello que decidí hacerme "fuerte", con esto quiero decir que tuve una decaída, lloré demasiado y me prometí a mi misma ser totalmente diferente.

Tuve una semana para prepararme mentalmente, inicié por mi mejor amiga o así se solía llamar ella. Fue la primera en juzgarme, ni siquiera se acercó a mí para preguntarme qué sucedía o como eran las cosas por lo tanto, me enojé mucho. Y en cuanto había tenido la oportunidad de tener a Min Yoongi, lo hice. Un chico de veintidós años que tenía pinta de ser un total mujeriego, después lo confirmé cuando lo encontré en un bar con chicas al rededor de él. Se acercó a mi lugar pasado de copas, fue donde todo inició pero sabíamos que no era algo serio. Por lo tanto, no había problema. Hasta que después parecía que Min se había obsesionado conmigo pues me buscaba en todos lados e insistía en verme.

Después, volví a estar con Jimin. Quien en ese tiempo se encontraba en una relación demasiado perfecta, cualquiera quisiera tenerla pero... llegue yo. Para destruirla, Park había caído en pocos minutos, no me esforcé en coquetearle o algo parecido, de hecho, desde la primera vez que llegó al departamento siendo invitado por mi hermano junto a su novia, su mirada había permanecido en mí. No era ninguna tonta para percatarme de sus intenciones. Y tal vez, solo tal vez, su novia también se enteró de nuestras miradas y el tacto que teníamos entre los dos pues al abrazarme lo hizo de una manera distinta a como usualmente lo hacía. De hecho, aprovecho para tomar su mano e impulsarlo hacía atrás, la bonita sonrisa que llevaba en su rostro había desparecido.

Pero que ingenua era cuando le dije que Park debía verificar algunas letras que había escrito. Nos adentramos a la habitación y lo demás que sucedió dentro no es necesario contar. Y así comencé, me acercaba a los hombres con esas intenciones menos para tener una relación. Lo más curioso es que en mi mente aún seguía la imagen de Taehyung, no había regresado al bar desde aquella vez. Lo volví a ver después de un mes pero me escondí, él se encontraba en una zona VIP con chicas y hombres a su al rededor, podía deducir que se trataban de sus mejores amigos. Porque se encontraba Jung Hoseok. Él manejaba el club donde yo asistía, fue el primero en verme y darme el si después de que me había observado detenidamente.

— Jeon Hana, ¿te gustó el jefe? — Una chica se acercó a mí, llevaba un vestido diminuto que apenas y lograba tapar lo necesario. Su cabello estaba muy bien acomodado y los zapatos de tacón exageradamente altos, le hacían lucir mucho mejor su vestimenta y piernas.

— ¿Como me conoces? — Fruncí el entrecejo,  ella sonrió y tomó el vaso de cristal que estaba depositado arriba de la barra, el cual era mío.

— Se puede decir que el jefe no para de hablar de ti, supe que eras tú porque lo dijo hace unos minutos. Él ya te vio pero al parecer tratabas de esconderte, ¿no es así? — Alzó ambas cejas, miré sus ojos color azul totalmente falsos por llevar lentes.

— Me da igual, ¿y como porque habla de mí? No entiendo — Chasquee la lengua, ella ahora se estaba riendo pero por lo bajo. No entendía que sucedía ni porque actuaba de esa manera, la observé beber el líquido de un solo trago.

— Hay tantas cosas que debes saber, Hana. Mira... — Se acomodó en la silla y cruzó sus piernas. Inconscientemente mi mirada cayó en Kim quien nos miraba con curiosidad. Percatándome que él la había mandado  — Soy Kim Suni, mejor amiga de Taehyung. Se absolutamente todo, aquel día que estuvieran juntos, él llegó a mi casa hablando de ti y preguntándome que podría hacer para encontrarte. Aunque ya sabía a quien podría contactar para encontrarte, Jung Hoseok.

— ¿Necesita de mis servicios? — El barman me extendió un caballito el cual tome enseguida pero la chica frente a mí pidió por lo menos cinco más.

— No precisamente, Hana. El objetivo de Taehyung es que llegues a su vida, lo haré más corto. Quiere deshacerse de su actual esposa, no la quiere. Le repugna y todo lo demás que puedas imaginarte.

— ¿Y por qué debo hacerlo? Es decir, tiene a tantas mujeres ¿no? La última vez me hizo sentir mal.

— Ah, perdónalo por ello. Se encontraba cabreado por tanta presión que tiene constantemente encima, pero vamos Hana. ¿Acaso no te gustaría estar con una persona como él? Puede heredarte empresas, fortuna y sales del asqueroso negocio en donde te encuentras trabajando. Todo sera más fácil, solo lo complaces y listo.

— Solo lo complaces... — Susurré, soltando una risita. De algún modo u otro me sentía un objeto. Volví a beber un caballito pensando si sería buena idea.

— ¿Acaso me dirás que no te gusta la idea? Porque bueno, si Taehyung me hubiera hecho la propuesta a mí, ni siquiera lo pienso. Es difícil este mundo, Hana. Lo sabes, lo sabemos todos. Y salir de él, lo es aún más. Kim podrá ayudarte a desprenderte poco a poco sin ningún problema, sin embargo, si lo haces sola... las cosas no terminan bien — Realizó una mueca con sus labios tintados de rojo, volví a llevar la mirada hasta él. Se encontraba sentado con las piernas exageradamente abiertas y sus brazos recargados en el respaldo del sofá. Me sonrió, fue una gran y preciosa sonrisa la que lo caracterizaba. Me dedicó una seña para que me acercara, la chica frente a mí que «aún no sabía su nombre» me dio un empujoncito. Solté un suspiro y lo hice, Kim inmediatamente se levantó y le susurró en el oído al hombre que estaba en la entrada de aquella zona. Me permitió entrar sin problemas, Taehyung seguía con esa sonrisa que me había gustado desde la primera vez que lo había visto. Me extendió su mano izquierda donde en sus dedos adornaban anillos con piedras extravagantes. Ah, que buen hombre he encontrado.

— Jeon Hana, ¿quien lo diría? — Causó que diera un giro de trescientos sesenta grados. Me admiro por completo, recorría cada parte de mi cuerpo sin perderse en ningún momento. Después asintió como si estuviera convenciéndose así mismo de que había hecho una buena elección. ¿Acaso era un juguete que podías elegir y deshacerte de el, cuando ya no lo quieras más? Porque así me sentía, a pesar de ser una persona que se volvió fuerte y le importaba poco las opiniones de los demás, muy dentro de mi corazón, me duele demasiado lo que hacen conmigo. El como me tratan. Ninguna mujer debería pasar por esto.

— Kim Taehyung, pensé que ya no querrías verme más — Mordí mi labio inferior, Tae seguía sin desvanecer su sonrisa y agradecí por ello. Colocó sus grandes manos en mi pequeña cintura y acarició un poco, mis manos se posicionaron en su pecho y sin previo aviso, estampó sus labios con los míos. Una vez más.

Ah, como extrañé esta sensación. Fue como la primera vez que lo tuve conmigo en aquella habitación de su departamento.

— Ay, Kim. ¿Que ha pasado con Youngmi? — Un hombre desconocido para mí, nos interrumpió. Era muy guapo, alto, su rostro de verdad que era de envidiarse. Era el único que no llevaba consigo un traje, solo una camisa de botones ajustara al igual que sus pantalones oscuros,

— Ya lo sabes, Seokjin. Esa... niña, porque lo es. Me desespera demasiado, te he dicho que llames al abogado para comenzar los trámites — Me tomó de la mano, Kim tomó asiento en el sofá y yo quede en sus piernas.

— Entiendo, entiendo. Espero te quedes con ella, es muy guapa — Guiño el ojo, sonreí y el tal Seokjin me devolvió la sonrisa.

— ¿Por que no te importa que esté casado? — Susurró en mi oído, me acerqué a sus labios y los bese lentitud después hice un camino hasta llegar a su oído derecho y hablé:

— Por lo que escuché, no la quieres. Es un punto a mi favor, Taehyung. Además, quiero que tengas presente que siempre consigo lo que quiero. Y justamente desde hace un mes te he querido, ¿adivina que? Estas aquí, volviste a buscarme.

Me enderece para mirar sus ojos, Kim arqueo una ceja sin perderme la mirada.

— Se que estas aquí conmigo por el dinero, Hana. Y es precisamente lo que te daré con tal de que me obedezcas.

— Kim, no me gusta que un hombre me de ordenes — Coloque mi dedo índice en sus labios cuando quiso besarme y negué con la cabeza.

Asintió pasando su lengua por los labios delgados y bonitos que poseía, mi mirada siguió cada movimiento.

— Entonces hagamos esto a tu manera, Jeon Hana.



Subiré una historia llamada La Vie En Rose, sera con Taehyung pero es adaptada. Esta muy buena, de verdad. Espero les guste.

¡Se les quiere!

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