𝖧 𝗎 𝗂 𝗍
Jungkook llevaba aproximadamente veinte minutos dándome un sermón sobre "no meterse con hombres casados y sus consecuencias". Él en verdad pensaba que me importaba cuando no era así, me daba igual si las personas me señalaban y deberían pagarme cada que decía eso.
—Hana, no me tires a loco. Debes entender que no es nada bueno estar en una relación como esas, te lo digo por tu bien. Los hombres casados nunca dejarán a su familia, puedo asegurarte que solo te quiere para un polvo. ¿Y después que? ¿Te enamoras? ¡Puede dejarte embarazada y ni siquiera le importará!—La ultima oración la grito fuertemente, rodeé los ojos y azote la puerta de mi habitación en sus narices.
Odiaba sus sermones y sus pláticas todas estupidas, debía entender que yo quería al señor Kim. Aparte, Youngmi no le daba lo que él tanto deseaba, podía asegurar que no era la única chica con la que se ha acostado desde que se casaron. Mira que, ¡dejar a un hombre sin sexo por más de un año! Es totalmente obvio que no estaría esperando sentado y cruzado se brazos la hora en que Youngmi se le antojara hacerlo. Juraba que esa chica a lo único que llegaba era a besos.
—¡Ya cállate! ¡No eres mi padre! ¡Recuerda que soy tu hermana mayor!—Decidí abrirle la puerta para que dejara de gritar como loco, Jungkook me miró con esos ojos de bambi que poseía pero de una manera tan furiosa. Solo lo había visto así la última vez que nos reunimos con nuestros padres.
—¡Lo hago por tu bien! ¡No quiero una hermana que se meta con hombres casados!
—Pues lo siento, tendrás que soportarlo. Porque no lo dejaré Jeon, esto apenas empieza—Me acerque a la mesita que estaba situada a un lado de mi cama para tomar la cajetilla de cigarrillos en busca de uno pero se encontraba vacía. Bufé y la lancé al bote de basura, solía fumar cuando un tema me estresaba demasiado.
—No quiero que día a día discutamos por este tema. Es solo que no me agrada que estés con un hombre casado, es decir, me preocupa todo lo que dirán de ti. Hana, he escuchado tantas cosas de ti en la universidad—Su tono de voz ahora era tranquilo, este chico sufría de bipolaridad en serio.
—Jungkook, no debes vivir del que dirán las personas ¿si? Solo disfruta de tu vida y haz lo que quieras, tal vez te arrepientas después o no, pero si es así solo supéralo y hazte una mejor persona. Estoy consciente de lo que hablan o hablaban de mí, sin embargo, nunca me ha importado. Nadie es un santo, somos humanos y cometemos errores día a día—Me tire en la cama con los brazos en forma de cruz, sabía que estaba cometiendo un error.
—De acuerdo, tienes toda la razón. Estaré aquí para apoyarte si algo sale mal, no quiero verte destrozada.
—No me enamoro fácil Jungkook, tranquilo—Cerré mis ojos empezando a reflexionar lo que había sucedido aquella noche en el cuarto de limpieza. Como él me acariciaba con mucho deseo, me había vuelto loca.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de mi celular que avisaba un mensaje. Mi hermano estaba a un lado de mí durmiendo como un niño pequeño, ¿tanto había pensado? Supongo que si. Extendí mi brazo hacía la mesita, tenía mucha pereza levantarme correctamente. Cuando por fin lo alcancé, leí aquellos cinco mensajes.
Desconocido
Aún sigo pensando en aquella noche, ¿tú no?
Deberíamos vernos para hablar
Ven a mi casa
Te mandaré la dirección
15:30
Solo treinta minutos habían transcurrido desde sus mensajes, me levanté rápidamente de la cama y me adentré a la habitación de baño para darme una ducha rápida. Pero antes de eso, le respondí. Estaba demasiado emocionada de verlo pero sabía que Youngmi estaría con él, eso quiere decir que haría todo lo posible para despegarla de nuestro lado por unos minutos. ¿Taehyung accedería a ser amantes? Al menos eso podía deducir con su mensaje.
No tuve tiempo de despertar a Jungkook y avisarle que saldría un momento por lo que opté por dejarle un mensaje en su celular. La casa del señor Kim se encontraba a quince minutos de nuestro departamento, se encontraba en una residencia totalmente vigilada las veinticuatro horas del día. El guardia me solicitó mi tarjeta de identificación, la cual le entregue sin protestar. Él anotó algunos datos y abrió el gran portón. "Casa" era una palabra corta, era una mansión maravillosa y extremadamente gigantesca, estaba tan segura que necesitaba una cubeta para toda la baba que me salía de lo preciosa que es.
Me estacione justo enfrente donde dos hombres de traje me abrieron la puerta del coche, esto en verdad me empezaba a fascinar aún mucho más. Acomode mi cabello y solté un suspiro antes de entrar en la vivienda de los Kim. Todo era muy tranquilo, me sentiría muy mal si ellos tendrían hijos corriendo por todos lados, agradecía que no fuera así. No tenía las palabras para describirla, todo era de dorado con blanco y demasiado lujoso. La verdad no esperaba menos de mi jefe.
—¡Hana!—La voz chillona se hizo presente en mis oídos. Ella no entendía lo tanto que odiaba su voz.
—Youngmi—Trate de sonreír sincera pero lo siento, creo que fue una mueca.
—Taehyung me aviso que vendrías y ¡me emocione demasiado! Ven pasa, estás en tu casa—Entrelazó su brazo con el mío y me arrastró «en pocas palabras» hacía el comedor donde en aquella mesa se encontraban demasiados platillos que se veían deliciosos.—Taehyung no tarda en bajar, toma asiento y come lo que tú gustes.
—Gracias, todo se ve delicioso—Una de las sirvientas o eso creía yo, me extendió un plato que con todo gusto le agradecí. Empece por un poco de ensalada con pollo, en verdad me encantaba. Youngmi era todo lo contrario, prefería comer pizza. No me quejaba, de vez en cuando hacía lo mismo, aún así ella era muy flaquita.
Por un momento todo se volvió silencio, solo escuchaba los sonidos al masticar y los pasos de una persona ajena a nosotras. Kim Taehyung se hizo presente en el comedor, sonreí de lado cuando lo observe por completo, vestía con ropa deportiva y su cabello se encontraba algo alborotado. Me levante e hizo una corta inclinación, después de todo tengo que mantener mi papel de "solo empleada" aunque próximamente mi apellido cambie a Kim, solo tal vez.
—Un gusto tenerla presente, Señorita Jeon—Pinché el tenedor en un pedazo de pollo y lo metí a mi boca, todo esto sin perderle la mirada.
—Se lo agradezco, Señor Kim.
—Hoseok me pregunto por ti, tal vez le gustaste—Hablo Youngmi con el ceño fruncido. A veces me parecía tierna, si, soy una hipócrita. La mirada de Taehyung se posó en mí con un semblante serio.
—Oh, no lo creo. No interactúanos mucho para que el señor Jung diga ese tipo de cosas—Quise reírme por mis palabras demasiado formales.
—Siempre hay posibilidades, eres muy guapa. Creo que cualquier hombre caería a tus pies.
Y tienes toda la razón chica, tú esposo ya lo hizo.
—Te doy la razón cariño, debería presentártelo—Esta vez Kim hablo con una sonrisa burlona, ¿porque mantenía ese gesto? ¿Que era lo que le hacía sonreír? Porque a mi no me causaba ningún tipo de risa ni ganas de sonreír.
—No, estoy interesada en otro hombre.
—¿Ah si? ¿Quien?—Taehyung tomaba de su copa con una su ceja izquierda levantada. Mi mirada bajo por todo su cuello hasta llegar a sus manos, era demasiado sexy.
—Un hombre, es guapo, alto y su cabello negro con algunas ondulaciones. En fin, el tipo perfecto para cualquier chica—Si, en pocas palabras lo describí. Pero Youngmi no se percató de eso, como siempre.
—Suerte con él, podrás conquistarlo.
—Gracias, apenas empezamos con algo más fuerte.—Mordí mi labio inferior observándolo frente a mi. Taehyung en ningún momento desvaneció su sonrisa.
Youngmi era tan tonta que no se daba cuenta de las indirectas tan directas que le mandaba a su esposo.
—¿Podrías darme un ejemplo?—Pregunto curiosa, me encogí de hombros y asentí.
—No preguntes cosas personales, Youngmi—La reprendió.
—Lo siento, espero algún día me muestres una foto.
—Claro, es guapísimo.—Mi pierna derecha empezó a buscar la de Taehyung por debajo de la mesa, observe cómo se colocaba algo nervioso por mi acto. Corrí mi silla hacia delante lo más que pude y escondí mi mano izquierda para encontrarse con sus muslos. Fingía prestarle atención a lo que Youngmi platicaba pero no tenía ni la más mínima idea de lo que hablaba. Decidí subir mi mano un poco más y acaricié su entrepierna. Reí por lo bajo cuando Taehyung bebió de un solo trago el vino de su copa, buscaba alternativas para cerrar su boca.
Seguía con mi travesura, Taehyung mordió su dedo índice mientras veíamos a Youngmi hablar sobre cualquier tema que no tenía importancia para nosotros. Observe el cuello de Kim por unos segundos y pude notar su nuez de Adán moverse al pasar saliva.
Esto pasó de encantarme a fascinarme y volverse en una ambición. Quería a Kim Taehyung conmigo.
Y eso implicaba no importarme hacer cualquier cosa pero estaría en mis brazos en un dos por tres, eso lo aseguraba.
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