- Pileta -
Ace miraba la puerta del hombre más fuerte del mundo, sintiéndose un poco indeciso sobre si llamar o no. ¿Debería hablar con el hombre ahora o esperar a un momento más prudente? Ambos serán capitanes de diferentes bandas piratas, pero la situación ahora era un poco extraña. Tomando todo el aire que pudo en sus pulmones y exhalando para calmarse, se puso recto y tocó la puerta.
¡Adelante, mocoso! - Ace se sintió extraño con ese apodo. ¿Mocoso? Él ya tenía 18 años, no era ningún mocoso; era un capitán pirata. Aún así, no replicó el sobrenombre; de alguna manera, en el fondo de su estómago, se sentía como un niño pequeño.
Shirohige. - Ace entró lentamente, como si entrar a los aposentos del capitán fuera una trampa.
Vamos, mocoso, yo no muerdo. - El hombre de bigote rio.
Pero yo sí. - El hombre más fuerte del mundo miró a los ojos del capitán pecoso, esos ojos lo estaban retando una vez más. Mocoso divertido.
Necesitaba hablar contigo, hijo. - Barba Blanca notó el visible cambio en la expresión de Ace.
¡No soy ninguno de tus hijos! - Oh, eso en realidad fue una sorpresa.
¿Te molesta que te llame hijo? - Ace bajó un poco la cabeza; él no necesitaba un papá.
Ey, no deberías gritarle a Oyaji, él es el capitán en este barco, yoi. - Ace se dio la vuelta para mirar fríamente al comandante de la primera división de Barba Blanca. Ahí estaba el hombre cabeza de piña, los brazos cruzados, mirándolo con una sonrisa y ojos traviesos. ¿Qué se supone que pretendía?
No quiero ser ninguno de sus hijos. Espero que eso quede claro, señor. - Ace dio una mirada determinada al hombre más fuerte del mundo, que simplemente sonrió ante la valentía del niño.
No seas tan rudo, Marco. Entonces, Ace, ¿qué tal si tú y yo modificamos nuestro trato un poco? - Ace alzó su ceja realmente desconcertado. ¿Por qué iba a querer modificar su trato?
Eso no tiene ningún sentido. ¿Por qué voy a querer modificar un trato? Seguramente tienes algo bajo las mangas. - Shirohige rió; el chico era realmente desconfiado, pero tenía razón en ser desconfiado en un mundo de piratas. Después de todo, eran piratas y no santos.
Tienes razón, así que primero te diré el trato y después tú me dices si aceptas o no. - Ace tenía una mirada curiosa; no le haría daño escuchar la propuesta.
Está bien, habla. - El joven capitán pecoso cruzó sus brazos sobre su pecho mientras el comandante de la primera división de los Barba Blancas se acercaba a un paso ligero y liviano por detrás.
Esa es la actitud, yoi. - Ace miró de manera perspicaz al hombre con cabeza en forma de piña. Era realmente raro que todos estuvieran tan interesados en que cambiara el trato.
Te quedarás en el barco durante tres meses, y si te gusta, en lugar de largarte bajo nuestra bandera, te quedarás en el barco y formarás parte de nuestra familia. - Ace frunció sus labios.
¿Qué parte de que no quiero ser de la familia no se entendió? ¿Hablo chino mandarín o qué? ¿Siquiera mi opinión está contando aquí? - Ace vio cómo el rubio se estaba riendo de él, por lo bajo, pero por alguna razón, su risa le llenó el corazón y le hizo sonrojar.
Te entiendo perfectamente, Ace. Por eso te estoy dando la opción de soportar durante tres meses y luego irte. Me interesa cuidar a todos los miembros de mi familia. Después del gran incidente que tuvimos, creo que tú ya eres parte de ella, tengas la marca o no. Por eso te invité a subir a este barco. - Ace realmente se sintió halagado. Quería aceptar el trato, pero había algo que realmente lo incomodaba. Si este hombre realmente lo quería en su barco, tenía que saber la verdad desde el principio. En una situación como esta, tenían que ser lo más honestos posibles.
Antes de que hagamos cualquier trato, tengo que decirte algo... Soy el hijo del rey pirata, de tu peor enemigo. - Ace se paró recto frente al hombre más fuerte del mundo y al comandante de su primera división. Si tenía que pelear, entonces pelearía. Y si simplemente tenía que morir, entonces simplemente lo haría. Después de todo, ya había asegurado a su tripulación.
GURARARA, entonces lo sabía, yo tenía razón. - Ace abrió sus ojos desmesuradamente. Estaba totalmente sorprendido.
¿Qué? - Vamos, esto era realmente raro.
Oyaji lo sabía desde el momento en que te vio, yoi. - El cabeza... No, Marco le explicó con una sonrisa en el rostro.
Tu padre y yo fuimos grandes rivales de batallas. Sabía que había algo de él dentro de ti. Claro que tienes su fuerza, pero tu personalidad y tu apariencia son totalmente como tu madre. - Todo el cuerpo del chico pecoso tembló. ¿Cómo... cómo mamá?
¿Tú conociste a mi madre? - Ace miró esta vez a los ojos del hombre, que le dedicó una gran sonrisa.
Claro que sí, era una de las mujeres más fuertes que habré conocido en toda mi vida. Testaruda, tierna, inteligente, pero sobre todo, era como un gato callejero siempre. No entendí cómo tu madre pudo enamorarse de un hombre como tu padre. Después de todo, Roger nunca fue el más... caballero. - Ace se sintió realmente divertido ante la visión de su madre regañando al rey de los piratas. Todo esto no era tan malo; los Barba Blanca no eran tan malos.
Está bien, entonces modifiquemos nuestro trato. Pero te voy a ser sincero, de verdad no planeo quedarme. Y aunque no me quede, me gustaría mantenerme en contacto con ustedes... ¿Si aún es posible? - Ace ya no quería simplemente cortar el contacto desde la raíz. Ya está bien encariñado del chef y de algunos otros tripulantes que fueron realmente amables con él cuando llegó al barco. Si no llegaran a ser hermanos, le gustaría que fueran amigos.
Está bien, mocoso, así son las cosas ahora.
Ey, espero que la amenaza sobre que muerdes no sea realmente en serio, yoi. - Marco miró un poco nervioso al chico de fuego que le dio una sonrisa de travesura. Iban a seguir hablando, pero de repente, el chico desapareció como si fuera aire. Claro, hablando de aire, Ace estaba en el conducto de la ventilación.
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