- Estirar -
Ace se estiró como un gato en la cubierta, recibiendo el sol. Acababan de llegar a la isla, y eso significaría que un montón de esclavistas y algún desgraciado traicionero recibirían una gran paliza.
Con sus hermanos detrás de él, todos fueron bajando lentamente del barco. El aura era seria, gritándole a todo aquel que viera a la tripulación que esta tarde iban a tener problemas.
Thatch siguió despacio a los piratas. En ese tiempo viajando junto a ellos, más bien iba como un gato callejero. Descubrió que, en realidad, todas las cosas que Teach había dicho habían sido una vulgar y total mentira.
Y, por supuesto, no se va a salir con la suya, no cuando él le dijera a Oyaji todas las cosas que él hizo para traicionar a la familia.
¿Sabes dónde están Deuce? - La voz del capitán pecoso sonaba bastante afligida en ese momento. Ace quería saber que no había llegado tarde, que aún podía salvarlos.
En el centro de la ciudad. Según nuestra información, se supone que hoy comenzaban con la venta de esclavos - los dientes de Ace se apretaron llenos de furia.
Parece que ya saben que estamos en la ciudad - Saber advirtió. Todos levantaron la cabeza para ver a mucha gente mirando hacia su dirección, algunas personas con niños asustados. Estaba claro que esos no eran los esclavistas.
¡Señoras y señores, será mejor que se retiren de la ciudad porque aquí va a haber un desmadre! - Finamore lo dijo en tono de broma, pero aún así, la gente salió corriendo de la ciudad totalmente despavorida.
Es mejor así. No tenemos que preocuparnos de pelear con algún inocente alrededor - Barry miró los ojos de su capitán, tomó a Ducky Bree del brazo - Hermano, tú y yo vamos a ir por detrás de las celdas, así podemos liberar a los pueblerinos - Ducky asintió en silencio. Realmente estaba frustrado porque quería salvar a la pequeña niña, Susy tenía que estar bien.
Ella está bien, seguro que sabe que ya estamos en camino - Banshee calmó con una sonrisa a su hermano, quien asintió mucho más relajado.
Pero miren lo que tenemos enfrente. Es una bola de desgraciados que van a comer mierda esta noche - él levantó la vista de su sombrero, viendo a los esclavistas que trataban de poner a los esclavos dentro de sus jaulas para poder escapar como los demás.
¿¡Qué es lo que quieren de nosotros!? - gritó uno de los esclavistas con un aspecto bastante desagradable.
Y el muy imbécil se atreve a preguntar - Cornelia levantó su cuchilla contra los esclavistas, al igual que todos los demás que estaban listos para pelear.
Antes de partirle la cara en cuatro a cada uno de ustedes, me gustaría hacerles una pregunta. ¿Dónde está esa rata asquerosa de barba negra? - Ace tenía los ojos de un lince a punto de comerse una presa.
No lo sabemos - claramente la respuesta era una mentira, ellos lo sabían.
¡Ace, él iba a venir para presenciar la venta de esclavos, él está aquí! - Ace miró a una de las jaulas. Ahí estaba Susy. La niña se veía bastante sucia. Claramente había peleado; fue lanzada al suelo por uno de los esclavistas para que se callara de una vez.
No debiste haber hecho eso - cuando el esclavista iba a insultar al capitán pecoso, detrás de él aparecieron dos manos, tomando por cada lado su cabeza y dándole la vuelta en un perfecto sonido, como si de una gallina para un caldo se tratara. El esclavista murió.
Ducky - Dogya miró a su hermano reprochándole haber acabado con el primero de esas escorias.
Se lo merecía en su totalidad, además, no somos santos somos piratas - Thatch sentía cómo se le atragantaba la garganta. Él ya había escuchado esa frase un montón de veces en su propia familia. "No somos santos, somos piratas". Era la frase favorita de sus hermanos comandantes y de su padre.
Rápidamente, la tripulación comenzó a terminar uno por uno con los esclavistas. No fue de ninguna manera sangrienta. Simplemente acababan con ellos de manera rápida como lanzándolos al mar, que cayeran de algunos lugares, cuando rompían sus cabezas como ya había hecho uno de ellos.
Todo estaba listo y acabado. Entre todos, menos el médico, el capitán y el cocinero comenzaron a liberar a cada uno de los esclavos. Había algunos bastante maltratados, pero rápidamente fueron socorridos por la gente del pueblo que estaba regresando al ver a los esclavistas huir, los que habían logrado sobrevivir, claro.
¡Ducky! - la niña saltaba emocionada alrededor del pirata. Ni siquiera le importaba que esas escorias humanas hubieran terminado su vida frente a ella. A ella solo le importaba que ahora estaba con sus amigos y que podría volver a ver a su familia.
¡Susy, no vuelvas a hacer eso, tu madre nos dijo que saliste a la bahía sin autorización, cuando nos dimos cuenta de que había sido una de los desaparecidos, casi me da un paro al corazón! - la niña pequeña le sonrió con dulzura.
No tenía idea de que me iban a secuestrar, pero cuando lo hicieron, sabía perfectamente que ustedes vendrían por mí, porque lo prometieron - Susy tenía razón. Bajo la sonrisa de todos los piratas, la celebración comenzó, pero no bebieron ni una gota. Tenían a un pirata al cual esperar para darle una paliza.
Los piratas de Barba Blanca vienen en camino a esta dirección - Hublot le informó a su hermano y capitán.
Te lo advierto, cocinero, si tengo que pelear por mis hermanos, voy a hacerlo - Thatch lo entendía a la perfección, aunque en realidad, esperaba poder llegar a Oyaji antes de tiempo.
Ese desgraciado nos las va a pagar todas y con creces - Kukai y todos los demás estaban bastante enojados. Si tenían que pelear con la tripulación más fuerte del mundo para darle una paliza a ese desgraciado inhumano, entonces lo harían hasta las últimas consecuencias.
¡Ace le va a ganar a ese gordo feo! - los piratas rieron ante la ocurrencia de la pequeña.
¡Voy a ganar por ti entonces! - la niñita soltó una carcajada. Sabía que él ganaría por ella.
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