Parte 9

Como pudo, Colt caminó entre la nube de tierra que se había formado. No entendía lo que había ocurrido. ¿Acaso Brock lo había atacado? No podía creerlo, ellos eran buenos amigos por más que no hablaran o no se vieran tan seguido. Quizás su actitud era molesta por lo egocéntrico que llegaba a ser la mayoría parte del día pero nadie lo consideraba un mal hombre. Colt sabia eso, él era demasiado genial como para ser considerado el malo.
En medio de su tos puso escuchar láseres tanto cerca como lejos de él. Por lo que sabia, ninguno de los demás brawlers usaba algún arma de esas. Escuchó gritos, explosiones, disparos, rugidos, pasos cerca suyo, la aldea en la que vivía estaba en caos. Aun no era capaz de ver mas allá de tres metros, la nube de tierra no se dispersaba aún. Al notar que nada bueno pasaba terminó por avanzar sin saber realmente hacia donde iba, estaba desorientado. Se detuvo al instante al ver pasar una silueta pequeña y redonda delante de él. Llevó ambas manos a su cinturón y volvió a levantarlas con ambas pistolas.

Seguía viendo figuras que no reconocía moverse de un lado al otro enfrentadas. Solo tenía dos pistolas para la cantidad de siluetas que estaban a su alrededor. Entre todo lo que estaba ocurriendo, se fijó en un pequeño grupo que huía de una persona más pequeña, con instrumento de cuerda en mano y un sombrero que parecía casi del doble de su tamaño. Se sintió aliviado al saber que era uno de sus amigos.

¿Poco? – gritó mientras se acercaba rápidamente al más pequeño. Suspiro tranquilo al comprobar que si era él.

¿Colt? – miró al pelirrojo sorprendido.


¿Qué es lo que esta pasando aquí? – preguntó poniéndose espalda contra espalda con el mariachi como la primera vez que se conocieron para poder defenderse mejor.


¡No tengo ni idea! Solo vi una explosión ¿Andabas metiéndote en problemas de nuevo? – dijo gracioso.


Fue Brock ¡Quiso matarme! – respondió el más alto mientras disparaba a la silueta que se le acercaba sin ver si era algún conocido o no. Escuchó a Poco atacando al mismo tiempo. Rápidamente buscó una salida al notar que la nube de tierra se había dispersado. – Tenemos que salir de aquí ¡Sígueme!


Colt corrió hacia una de las construcciones que tenían más cerca mientras ambos atacaban a los que se acercaban. Al estar escondidos y seguros, el francotirador se asomó para ver lo que sucedía. Brawlers peleaban contra los robots. Aquellos que eran creados para utilizarlos como entrenamiento atacaban sin piedad a los brawlers que encontraban.


Dime que lo que ves es algo bueno. ¿Vamos ganando? – preguntó el mexicano cansado sentado apoyando la espalda en la pared.


Me gustaría que fuera así. Parecen no terminarse jamás. – vuelve a cubrirse usando la construcción como escudo. Se arrodilla para quedar más cerca de Poco y no tener que hablar a los gritos. – Deberíamos encontrar un lugar seguro.


Estamos muy lejos de otras aldeas y si vamos solo llevaremos el desastre allá. Creo que la mina no sería mala opción. – Volvió a levantarse al mismo tiempo que el pelirrojo.


Bien, entonces allí iremos. ¿Estas preparado? – Poco asiente y corren buscando salir de allí sin causarse más problemas para llegar completos a la mina. Aprovechan que los robots estaban distraídos con otros para pasar desapercibidos.


●●●●


¡Vengan y enfréntenme si se atreven! ¡Los destruiré! – Bull se había separado de su grupo al usar su super ataque y se encontraba rodeado de los robots francotiradores. – ¡Veamos que es lo que tienen, chatarras andantes! – dos de los robots disparan láseres, Bull se queja y avanza a ellos enfurecido eliminando a cada uno de un escopetazo. – ¿¡Quien más!? – otro disparo arde en su espalda como respuesta y recibe otros tres de camino al robot.


El Primo cae encima de tres robots boxeadores y los termina destruyendo a puños. A su espalda, Shelly dispara su super ataque a cuatro pequeños y redondos robots. La luchadora mira a todas direcciones buscando a Bull mientras el mexicano enmascarado seguía peleando.

¡Agh, Bull va a hacer que lo maten! – ve a Bull malherido aun peleando como si no sintiera nada. – Primo, necesito que me ayudes con-

Sin dejarla terminar de hablar, cinco botellas con un liquido misterioso y dañino cae alrededor de Bull destruyendo a todos los robots que quedaban. Barley los saluda con botellas en sus manos mientras Darryl y Rico se encargaban de otros robots que querían matarlos. Los otros tres brawlers se unen a ellos con la esperanza de que si unían fuerzas acabarían rápidamente la batalla.

¡Podía con ellos! – el de pelo azabache mira molesto al bartender pero estd sigue con su típica expresión alegre. – Aun así te lo agradezco. – dice en voz baja y palpando su escopeta preparándose para sus siguientes ataques.


¡Barley, pensé que no habías salido de esa explosión! Es un alivio… – Shelly destruye uno de los pequeños robots que habían alcanzado a pasar los ataques de Rico y Barley. – ¿Poco y Colt estaban contigo? ¿Están bien? – preguntaba dominada por la preocupación, sobre todo por el pelirrojo.


Colt nunca lo vi llegar y Poco se había ido con Crow. No sé donde pueden estar. – respondió con sinceridad pero no saber donde estaban solo preocupaba más a la morena.


Él no es tan idiota, debió de haberse ido. Debe de estar bien, tiene que estarlo, es Colt… ¿Pero donde?


Si yo fuera Colt – habló El Primo – me escondería en la mina rocosa. – otro robot boxeador se acerca a él pero lo destruye fácilmente con un ataque.


¿Para llevarles todas las gemas de la cueva a los robots? – Bull se ríe de su propio comentario y recibe un golpe por parte de El Primo.

No sería mala idea ir alla. – habla Rico ayudando a Darryl a destruir un grupo de robots. Su único ojo mira a la rubia de vestido celeste a lo lejos. Piper comenzaba a ser acorralada por los robots junto a Penny y Nita. – Todos deberíamos de ir.

Los tres brawlers robots se mueven hacia donde se encontraba la francotirador, Shelly, Bull y El Primo los siguen. Primero se asegurarían de que cada brawler estuviera a salvo.

●●●●

El sheriff y el mariachi habían encontrado la entrada a la mina y se quedaron allí con la esperanza de que más brawlers tuvieran la misma idea. Junto a ellos solamente habían unos carritos llenos de gemas. Poco no dejaba de apreciarlas, les parecían muy llamativas, aprovechaba ese momento para mirarlas, nunca antes lo había hecho.
El pelirrojo se quedo perdido mirando al pequeño mariachi, le resultaba tierno y aún más cuando estaban en completa tranquilidad. Era lo único que Colt le podía sacar de bueno a la situación. Estaban solos y aunque no le parecía el mejor momento pada una confesión sabía que pasaría mucho tiempo para que tuviera oportunidad de decirlo. Y quizás esa posibilidad en el futuro no existiera. Quizás Poco comenzaba a preferir al antropomórfico en vez de a él. Sentía una enorme necesidad de decírselo pero tenía ese nudo imaginario en la garganta que no le dejaba hablar.
Pasó tiempo intentando acomodar sus pensamientos, el cielo ya había comenzado a oscurecerse. Poco había dejado las gemas en su lugar y se quedó quieto apoyado en la pared de la mina mirando hacia la entrada, esperando que algo pasara. Colt de los nervios había comenzado a golpear con sus uñas una de sus pistolas en su cinturón al ritmo de una de las melodías que su amigo le había enseñado. Se puso firme y dio un profundo suspiro armándose de valor para acercarse al mexicano poniéndose delante de él para llamar su atención.


Poco, sé que no es el mejor momento para algo como esto pero tengo que decirlo. – con la mirada del mariachi sobre él toma sus manos frías lentamente esperando no ser rechazado. Al notar que el de menor altura se lo permitía las tomó con mayor seguridad y cortó un poco la distancia entre ellos para no incomodarlo. Colt sintió como sus mejillas sonrojadas ardían, sabía que podía hacerlo. Aun así, las palabras no salieron tan fácil de su boca, Poco lo miró con una sonrisa y le dio su tiempo para hablar. El pelirrojo dio otro suspiro y lo miró decidido. – Poco, yo- – Unos pasos acercándose a ellos lo detuvieron e hicieron que mirara a la entrada de la mina.

¿Colt?


El pelirrojo se quedó sin palabras al ver a Crow entrar a la mina acompañado por Poco, ambos tenían heridas por todos lados. Las miradas de los recién llegados se clavaron en el otro mariachi. El sheriff solo reaccionó para separar sus manos del otro, completamente confundido.

¡Colt, cuidado! – Gritó Poco, el que estaba al lado de Crow. Pero por más que le hubiera advertido el pelirrojo no tuvo tiempo de tomar sus armas. El mariachi que se encontraba cerca de él tomó su guitarra y golpeó con todas sus fuerzas al sheriff.

Tirado en el piso aturdido, solo llegó a ver como el carrito con menos gemas era arrastrado y utilizado como defensa por el músico al que casi se le confesaba. El mexicano y el mitad cuervo retrocedieron al no haberse recuperado de sus anteriores batallas recibiendo parte del daño de las tres onda de música.
Y como si no fuera suficiente, el brawler se volteó, al ver a Colt con los ojos abiertos mirándolo, tomó de nuevo la guitarra y volvió a golpear a Colt esta vez desmayándolo.

☆-☆-☆-☆

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top