Parte 6
No había pasado mucho tiempo desde que el mariachi comenzó a formar parte del equipo del cuervo motociclista y Frank. Cada día que pasaba se sentía mas agotado pero feliz al haber roto la monotonía en su vida
Aun seguía peleando al lado de Shelly y Colt por mas que las derrotas igualaban las victorias. Luego, el resto del día peleaba en los eventos junto al equipo de Crow por más que su amigo egocéntrico le insistiera en quedarse.
Solamente una semana. Una semana había pasado yendo de un equipo al otro. No tenia muchas razones para quejarse, lo que mas extrañaba era tomarse un tiempo para si mismo y tocar la guitarra por gusto y no por tener que defenderse o atacar en una batalla. Seguía habiendo momentos en los que se divertía junto a Shelly y a Colt. Estaba bien así.
Después de tantos días de batalla en los eventos llegó el día en el que todos se tomaban un descanso.
Era un nuevo día. Shelly abría los ojos solo para cerrarlos al instante al sentir los rayos de sol. No había despertado por la luz, si fuera por ella estaría durmiendo mucho más tiempo, sino por escuchar un dúo de guitarras y voces.
Ya vestida y peinada, caminó por el pequeño pasillo siguiendo la música. Su rostro molesto se relajó al reconocer la canción.
En el living, sentados en el sillón viejo, se encontraban sus dos amigos, cada uno con una guitarra, tocando “Cielito Lindo”. Shelly no se resistió y comenzó a tararear mientras los observaba. Poco se mostraba completamente sumergido en la música mientras Colt intentaba seguirle el ritmo por más que se equivocara de cuerda y no recordara partes de la canción.
Cuando la canción termina, Shelly les aplaude olvidando su enojo por despertarse más temprano de lo que acostumbraba.
– Wow, no sabía que tocabas la guitarra, Colt ¿Desde cuando? –
– Desde hace cuatro días – Responde Poco en su lugar – Le estoy enseñando. Aprende más rápido de lo que esperaba. –
– Ja, te dejaré sin trabajo – Dice gracioso Colt a Poco mientras tocaba cuerdas al azar.
– No manches, carnal. Búscate otro lugar, el bar de Barley es mío. –
– Será mío cuando noten mi potencial – peina su pelo rojizo hacia atrás y mira con superioridad y confianza al mexicano. Al notar que no estaba sonriendo mira a otro lado. – O quizás podríamos tocar juntos. Tu música combinada con mi belleza atraerá a millones. –
– Esa idea me gusta más – Vuelve a sonreírle al pelirrojo para luego dirigir su mirada a Shelly – ¿Te gustaría ser la cantante? –
– Ja ja, no gracias. Tengo suficiente con tener que salvarlos a todo momento en las batallas. – Shelly camina hacia la cocina buscando algo para comer.
A sus espaldas, Poco seguía explicándole y enseñándole a Colt como tenía que posicionar las manos Según cada nota de la canción. Shelly volvió a acercarse sin encontrar algo tentador en la heladera, acercó una silla para escucharlos y, de vez en cuando, para conversar. Se podía notar en los ojos de Poco lo fascinado que estaba por el aprendizaje rápido y el interés del joven más alto por la música. Para practicar, el mariachi le mencionaba el nombre de algunas canciones que recordaba dejando que Colt decidiera. El pelirrojo no reconocía ninguna, aun así, dejaba que el menor hablara por lo apasionado que sonaba cuando se refería a la música. Le resultaba muy tierno.
Siguieron así durante toda la mañana y parte de la tarde. Hasta que llego el momento en el que las manos del francotirador estaban cansadas y, por más que el esqueleto quisiera seguir, dejaron las guitarras a un lado y tomaron un descanso.
– ¿Tienen planeado algo para hoy? – Habló Shelly rompiendo el silencio.
– No, nada. –
– Pam me invito a cenar, ¿les gustaría ir? –
– Solamente hemos visto a Pam y a Jessie en las batallas… ¿No va a molestarse que caigamos a su casa de la nada? – Poco mira indeciso a Colt.
– Tranquilo, Poco. Mi madre no va a molestarse por algo como esto. Es más, van a conocerlas. Y si es por la comida: siempre hace de más. – Responde Colt.
– Listo, me convenciste, iré. ¿Cuándo vamos? – Shelly mira con una semisonrisa y hambrienta a Colt.
– ¿Podría invitar a Crow? – Mira inseguro a Colt sabiendo que se molestaría con la pregunta. Shelly solamente se mostró indiferente.
– No sé si quiero a ese “legendario” cerca mio. – Intentó parecer tranquilo pero hasta Shelly que no estaba prestando atención notó su envidia.
– Colt, por favor, ni siquiera estas dando una oportunidad para conocerlo. Crow es genial, no tanto como tu, pero es un buen amigo. – Colt aún mantenía su expresión molesta. – ¿Podrías intentarlo por mi por lo menos? Quiero que se lleven bien. –
Colt se mantuvo firme ante sus palabras. Si desde lejos no le agradaba el mitad cuervo no sabía como sería cuando estuvieran cara a cara. Sintió la mirada de Poco sobre él. Le estaba haciendo ojitos de perrito como su último recurso para convencer al pelirrojo.
– Oh, no. No lo harás. – Miró a otro lado sintiendo aún la mirada sobre él. Buscó ayuda en su amiga pero, al verla a los ojos, esta también estaba suplicando con la mirada. – ¿¡Tu también!? – Shelly y Poco no apartaban sus ojos de Colt. – Agh, esta bien. –
– ¡Si! – Celebró Poco y abrazó fuertemente a Colt para soltarlo segundos después. – Se llevarán bien, ya lo verás. –
– Probablemente se lleve bien con Jessie, ella es amiga de todos. Si no es así, lo sacaré a patadas. – Bromeó aunque parte de lo que decía era cierto.
Al darse cuenta de que era tarde, Colt corrió en busca de un espejo para terminar de hacer unos últimos retoques a su cabello. El mariachi agarro su guitarra luego de acomodar su moño rojizo. Y Shelly fue a su habitación para ponerse un pañuelo, esta vez anaranjado, alrededor de su cuello.
●●●●
Un cactus caminaba alegremente por el desierto dando unos pequeños brincos mientras en su mano izquierda sostenía el hilo atado a un globo. Le gustaba dar largos paseos cuando no estaba peleando contra otros brawlers. Ahora estaba volviendo al pueblo pensando en visitar a su amigo Crow luego de no verlo durante un tiempo. Brincó nuevamente y al caer escuchó un estallido. Su globo había sido reventado. Su rostro paso de alegría a enojo en un segundo, miró a todos lados buscando al culpable.
Entre tantos cactus inmóviles vio uno que resaltó. Era de color rosa, vestía una remera blanca, un chaleco rosa fuerte con bordes verdes y un pantalón marrón claro, en su cabeza tenía dos flores blancas. Aquel cactus mantenía su mirada alegremente sobre Spike mientras de balanceaba suavemente de un lado a otro sin moverse de su lugar y con sus manos entrelazadas detrás de su espalda.
El cactus verde miró al rosado confundido y con una pizca de molestia por su globo. No recordaba haber visto a ningún brawler así en el pueblo por lo que pensó que se había perdido.
Conteniendo sus ganas de vengar a su globo, se acercó al otro cactus y le extendió la mano en señal de querer ayudar para volver al pueblo. Alegremente, el otro cactus agarró su mamo y tiró de él para que comenzaran a correr juntos hacia una dirección cualquiera. Spike le siguió el juego y volvió a sonreír.
El rosado señalo al cielo delante de ellos, a lo lejos se podía ver como un globo sin dueño que empezaba a descender lentamente. Sus manos se soltaron y comenzaron una carera hacia el globo amarillo.
Spike perdió de vista al otro cactus cuando entraron a una zona con muchas piedras gigantescas posicionadas como si fueran parte de un laberinto. Por encima de los pilares rocosos vio al globo ya cerca del suelo y se apresuró por agarrarlo. El cactus rosado llegó tarde y aceptó su derrota levantando sus brazos y hombros manteniendo su sonrisa. El de flor roja le devolvió la sonrisa mientras golpeaba sin mucha fuerza el globo enviándolo hacia el otro brawler. Durante un tiempo jugaron hasta el cansancio. Spike agarró el globo al mismo tiempo que escuchó ruidos metálicos que estaban cada vez más cerca. Miró detrás suyo pero el ruido provenía de todos los lados. Asustado, volteó hacia el cactus de flores blancas y se quedo sin palabras por lo que vio.
Detrás de su nuevo amigo había cientos de robots, este aún sonreía y miraba a Spike inclinando su cabeza hacia un lado.
Spike retrocedió con el globo en una mano y señalando con la otra a los robots. Su espalda choco contra algo frio que lo hizo sobresaltar con el tacto. Estaban rodeados. Buscó lo más rápido que pudo con su mirada una salida. Encontró un pequeño espacio que aun no había sido cubierto. Fue rápidamente hacia el cactus rosado, tomó de su mano y tiro pero no logró moverse. Con nervios, volvió a mirar al contrario que aun le sonreía.
●●●●
– ¡Aw, Colt, tu también has traído a tus amigos! – Miró a su hijo enternecida para luego observar a los otros tres. – Si buscas a tu hermana esta en su habitación con Nita, Penny y Leon – con una pequeña sonrisa se acerca a Poco – Mi bebe no dejaba de hablarme de los deliciosos que eran los tacos que le preparaste ¿Me ayudarías a hacer unos? –
El mexicano dejó de sentirse intimidado por la enorme mujer sanadora al ver lo agradable que era fuera de las batallas. – ¡Claro que si, señora! – Respondió entre nervios mientras observaba como Colt estaba rojo de vergüenza.
– Vamos. Colt, te robaré a tu amigo unos minutos. –
Poco y Pam se dirigen a la cocina dejando a Shelly, Colt y Crow en el living. Un silencio incomodo se formó. Crow no dejaba de fulminar al pelirrojo con la mirada poniéndolo nervioso. La luchadora no estaba pendiente del duelo de miradas de su amigo al distraerse con fotos de un pequeño Colt colgadas en las paredes.
La sala se llenó de risas y gritos cuando Jessie, Nita y Penny entraron corriendo y se escondieron cada una detrás de uno de los mayores.
– ¡Que no me atrape! – Grito Nita detrás de Crow.
– ¡Hey, no me uses de escudo! – Crow se movía y Nita lo imitaba. Cuando se sentó en el sofá, Nita corrió gritando a la cocina.
– ¿A que están jugando? – Dijo Shelly mientras miraba a la pequeña Penny detrás suyo.
– A las atrapadas, Leon nos esta buscando. – Respondió Jessie detrás de su hermano atenta por si veía al camaleón.
– ¿Aún con esos juegos? Pensaba que ya eras una niña grande. – Colt miró a Jessie pero ella no estaba prestándole atención. – No veo a Leon. –
Penny y Shelly gritaron al mismo tiempo. La pirata casi cae al piso por el susto.
– Te atrapé – Leon miro alegre a Penny recibiendo un “fuck you” de esta. La pelirroja aprovecho la distracción y corrió hacia el patio. El camaleón volvió a hacerse invisible y fue a por su siguiente victima. Penny caminó rendida hacia la habitación de Jessie.
– ¿Acaso aquí solo se divierten los niños? Me aburro – Crow se levantó del sofá.
– ¿Quieres jugar a las escondidas, gruñón? – Respondió Colt con un tono infantil en su voz y poniendo sus manos en su cintura. Shelly seguía mirando las fotos detenidamente mientras los escuchaba.
– Esta bien, ve a esconderte ya que me tienes tanto miedo. – El mitad cuervo odiaba tener que mirar hacia arriba para poder mirar a Colt. Se sentía inferior.
– ¿Quién te dijo que te tengo miedo? – No obtuvo respuesta por lo que asumió que había sido algo que le Poco había dicho. – No tengo porque tenerte miedo, soy mejor de lo que tu eres. –
Crow sacó tres dagas haciendo que Colt diera un grito agudo. El antropomórfico se hecho a reír al ver al egocéntrico de esa forma y volvió a guardar sus dagas.
– ¡No es gracioso! – Colt sacó ambas pistolas esperando asustar al cuervo pero no obtuvo nada.
– Nada de batallas en casa, hijo ¡Guárdalas! – Colt obedeció a su madre ganándose una risa que Crow hacia su mejor esfuerzo para contener. Pam pasó entre ambos, agarró el trapo que había olvidado en la mesa y volvió a la cocina. El pelirrojo comenzaba a saborear los tacos al sentir el olor que venía de la cocina.
– ¿Van a seguir actuando como niños o van a actuar como los adultos que son y se comportaran? – Shelly levanto su mano derecha mostrando una baraja de cartas que había encontrado en uno de los muebles. Sonrió al ver al cuervo y a su amigo hacer lo mismo. Sin Poco allí era la encargada de que no se mataran el uno al otro.
Sorprendentemente, las cartas habían funcionado. Quizás era porque ambos chicos estaban perdiendo pero había logrado que hasta se aliaran en un intento de ganarle a la de pelo violeta. Shelly mantenía su racha de victorias intocable. Se felicitaba a si misma al encontrar algo en lo que el legendario no era tan legendario. Por otra parte, Colt simplemente no tenía suerte y le tocaban las peores cartas sin importar a que jugaran.
Pam, al cabo de una hora, gritó que la cena estaba servida. Junto a Poco, miraban orgullosamente como todos los presentes disfrutaban y otros devoraban la comida. Todos excepto Leon que miraba el taco en su plato con cara de “¿Qué es esto?”. Jessie estaba a su lado intentando hacer que lo probara. A su lado, Nita devoraba el taco mientras Penny sacaba lo que no le gustaba del taco y se lo dejaba en el plato de la osa.
Colt estaba perdido en el delicioso sabor al igual que su amiga. Cuando ambos vieron que Crow solo le había dado dos picotazos a su taco se quedaron mirándolo fijamente. La única forma en la que lograron hacer que comiera más fue con una competencia. Quien comiera más tacos ganaría quince monedas. La idea había sido del pelirrojo. Era lo mejor que se le había ocurrido al estar frente a Poco. Al verlo sonreír, divertirse y haciendo su apuesta como todos, sabía que había hecho bien. Tampoco es que quisiera comportarse agresivo con el amigo de quien planeaba conquistar.
Al final, Colt ganó sus quince monedas. El mitad cuervo ya se había rendido en el segundo taco.
Ya era demasiado tarde, Crow se fue por su cuenta luego de haber pasado sus últimos minutos allí hablando con el mariachi y haberse despedido de Poco, Pam y Jessie, dejando de lado al francotirador y a la luchadora morena.
Shelly, Colt y Poco cuidaron de Nita y Penny todo el camino hasta que las chicas llegaron al edificio con forma de barco que compartían con Darryl. El resto del camino de regreso conversaron. El esqueleto estaba contento al saber que el pelirrojo y el mitad cuervo no habían terminado peleando. Aun así, Colt no aceptaba hacer equipo con Crow.
Esa noche, Colt fue a su hogar que había dejado abandonado todos los días en los que se quedó a dormir en la casa de su amiga. Shelly insistió para que Poco fuera a descansar a su hogar pero el mariachi prefería pasar la noche en la vieja casa de opera que estaba afuera del pueblo. Sin más que decir, cada uno fue por un camino distintos
☆-☆-☆-☆
Necesito un diccionario mexicano :'v ¿Una ayudita?
Espero que les haya gustado. Aviso para aquellos interesados en las parejas que no habrá mucho tiempo.
Y bueno... eso.
Nos leemos luego~
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top