Parte 4

El pelirrojo caminó por el pasillo hasta la habitación en la que habían descansado sus amigos. Se sentía como un modelo caminando por la pasarela deslumbrando a todos con su belleza. Con una bandana amarilla alrededor de su cuello y el sombrero del mariachi en su cabeza entra dramáticamente al dormitorio. Encuentra a Shelly buscando la tela amarilla y al esqueleto recién despertándose.

Buenos días, espero que hayan tenido una buena noche porque conmigo la pasaran mejor. – Dijo Colt con el tono que creía más encantador pero no termino como esperaba.

¿Qué haces con eso? ¡Es mío! – Shelly le arrebata su bandana al francotirador. No había dormido bien y no estaba de humor para los jueguitos del egocéntrico.

Debes de admitirlo, Shell, me queda bien. ¿O no, Poco?

El mariachi aun seguía en la cama acostado panza abajo con la cabeza encima de sus brazos cruzados mirando hacia Colt sin abrir los que eran considerados sus ojos. Todavía no había notado la ausencia de su sombrero.

¡Órale, que fabuloso estas! – Bosteza y vuelve a hundir su cabeza en la almohada buscando dormir cinco minutos más. Pero sus palabras no eran suficientes para su amigo, iba a insistir.

Puedo ser más fabuloso que eso – Se acerca al esqueleto durmiente, toma rápidamente el moño a medio desatar y logra quitárselo al primer intento. El pelirrojo corre hacia la cocina riendo pensando que el músico le seguiría el juego como Shelly lo había hecho muchas veces. Se detiene en seco y mira hacia atrás suyo esperando ver a Poco reclamando el moño. Su amigo no había reaccionado y ni se había molestado en levantarse de la cama.

Poco tarda en darse cuenta de que le faltaba su moño y su sombrero. No tenía idea de cuanto tiempo había transcurrido desde que vio a Colt en la habitación, no sabía cuando había llegado y tampoco recordaba haberle hablado por lo dormido que estaba. Se sienta en la cama tomándose un tiempo para despertar. Escucha unos susurros provenientes de la cocina y unas risas, su curiosidad hace que se levante y camina hacia ellas.

Hubiera reído si no fuera por la poca reacción que tenía apenas se levantaba después de dormir desmedidamente. El pelirrojo había hecho su mejor intento para hacer el moño pero por lo desastroso que le había quedado quedaba en claro lo poco y nada que sabia del nudo. Shelly estaba apoyada contra la pared intentando no reírse por lo gracioso que le parecía su amigo por la combinación extraña de ropa.

¿Ahora me veo mejor? – Dice Colt con un tono infantil en su voz y en sus movimientos. Vio como Poco se acercaba adormecido y en vez de recuperar lo suyo, tomo el moño mal formado y lo deshizo suavemente.

La brawler de mechones violetas dejo de reírse al percatarse de lo incomodo que se encontraba Colt y observar lo ruborizado que estaba. El mexicano estaba demasiado cerca y le parecía tierno que se tomara el tiempo para arreglar amablemente el moño con movimientos suaves, lentos y torpes por lo dormido que seguía. De todas formas, lo cariñoso que estaba siendo hacia que el pelirrojo se centrara más en lo positivo que en los defectos.

Ya quedó. – Se separa de Colt para admirar el nudo que había hecho como si fuera una obra maestra. – Así es como se hace un moño charro. – Le sonríe al más alto que se había perdido en el momento.

Tendrías que enseñármelo algún día. Así ambos podremos ir vestidos de mariachis a las batallas. – Responde con lo primero que se le ocurre.

¿Hace falta que lo haga de nuevo? Tenemos tiempo.

En realidad, ya usaste todo ese tiempo durmiendo. Tenemos cosas por hacer. – Shelly se mete en la conversación.

¡Tienes razón! Tengo una batalla que ganar contra mi hermana. Es hoy en atraco en el mapa saque de esquina. – El pelirrojo vuelve a hablar con seguridad y se emociona por ganarle la apuesta a su hermana.

Y que yo recuerde, el evento comenzará dentro de unos minutos. – Agrega Shelly.

¿Neta? ¿A que estamos esperando? ¡Vamos! – Poco, ya despierto, le arrebata su sombrero al pelirrojo y busca su guitarra mientras que Colt iba a por sus dos pistolas y Shelly a por su escopeta.

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Las cajas metálicas de ambos equipos ya habían perdido el veinte porciento entre varios ataques que habían realizado unos a los otros. Todo el grupo de Colt volvía a reaparecer en su parte del mapa y se encontraron con el grupo de su hermana acercándose velozmente a la caja fuerte.

Shelly se acerca primero con su súper cargada y la utiliza en los tres pequeños, lo único que consigue es destruir más de los barriles y vallas que servía como defensa, apenas había logrado dañar levemente a la osa, Jessie y Leon habían esquivado su ataque y aun seguían juntos hacia la caja.

La pelirroja y el camaleón le hacen daño a la caja con ayuda de la torreta que había puesto, el espacio que tenían les era demasiado pequeño, estaban cerca y se les complicaba esquivar los ataques de Colt y Shelly. Leon elimina a Shelly y lastima al pelirrojo lo suficiente como para hacerlo retroceder. Cuando esta por dirigirse de nuevo a la caja, Poco aprovecha lo juntos que estaban y los ataca, no tenían otra opción que correr de nuevo hacia la base. El esqueleto apenas se asomaba lanzaba sus tres ataques. A la pelirroja se la notaba muy herida, Leon estaba por arriesgarse para eliminar a Poco pero probablemente él también sería eliminado por el daño que había recibido y no haberse detenido para recuperarse. Se estaba olvidando de Nita, la busca rápidamente con la mirada y la ve correteando detrás de Colt queriendo derrotarlo. Con un silbido hizo que Nita mirara hacia ellos y al verlos en peligro no duda en invocar a su hermano oso justo al lado del esqueleto.

El pelirrojo escucha a Poco pedir ayuda. Con la mitad de sus fuerzas recuperadas, se acerca preparándose para utilizar su super. El mexicano aun no había acabado con el gran oso que lo perseguía. Mientras, el grupo de su hermana seguía atacando a la caja fuerte y Shelly reaparecía.

No lo pensó mucho y lanzo toda su super contra el oso y Nita que se encontraba también persiguiendo a Poco.

¿Qué haces? ¡No utilices tu super para ayudarme, úsala en-! – Un estruendoso disparo se escucha a sus espaldas. Ambos ven a Shelly empapada de elixir. No había Leon, Jessie o Nita atacando.

¡Ataquen su caja fuerte, ahora! – La de pelo violeta apresura a sus compañeros de equipo no sin antes revisar como estaba la caja fuerte de ellos, tenían que ser rápidos ya que estaban a unos golpes de perder.

Al llegar a la parte del mapa de sus oponentes, atacan juntos y ven como la caja fuerte comenzaba a romperse de tantos daños. Jessie y Nita intentan apartarlos pero el grupo de Colt se quedaría allí hasta conseguir su objetivo.

La batalla termina. Shelly observa todo con una sonrisa que va desapareciendo. No habían logrado destruir la caja metálica pero la batalla había terminado. Escucha a Jessie y a Nita celebrando y luego las ve corriendo hacia la otra parte del mapa para dar un abrazo grupal. El chico vestido de camaleón no había sido derrotado o eliminado, se había quedado en la base enemiga sin poder ser visto y atacó apenas el equipo contrario se había marchado.

¡Si! ¡Te ganamos! – La chica de trenzas se acerca a su hermano – Ahora debes de darme las cincuenta monedas que apostamos. – Mira victoriosa a Colt.

¿En que gastaremos tantas monedas? – Nita pregunta.

¿En dulces..? – Propone Leon con un tono de voz bajo y tranquilo.

¡En dulces! – Confirma Jessie y le dedica una sonrisa a su amigo camaleón. Leon le devuelve una sonrisa tímida.

Ustedes ganaron pero nosotros les dimos pelea. Y como equipo, pagaremos todos esa apuesta. – Colt se voltea y solamente ve a Shelly. – ¿A dónde se fue?

Me dijo que tenia algo pendiente… Ahora que lo recuerdo, yo también tenia algo muy importante que hacer. Nos vemos luego, Colt. – Shelly camina casi trotando mientras aguantaba una risita al escuchar a Jessie insistirle a su hermano sobre las cincuenta monedas que ni juntos Colt le podía pagar.


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¡Aaaaauuuggghhhh! – Se quejo el gigante de piel lila.

Ya basta, Frank. Solamente tienes que esperar. Tiene que venir. – Crow comienza a dudar de si Poco estaría con ellos. Las quejas de Frank solamente lograban acabar con su paciencia más rápido.

El pequeño mariachi no había confirmado que estaría en su grupo pero en su cabeza ya se había hecho la ilusión y se estaba negando a lo demás. Frank no podía resistirse las ganas de jugar a su evento favorito: Balón Brawl. La espera lo estaba matando y, solo por no querer empezar una batalla contra Crow, esperaría.

Varios brawlers se presentaron al evento, el legendario y el épico se distraían observándolos, aprendiendo sus estrategias y viendo debilidades. Aunque analizar lo hacia Crow, Frank solamente miraba para entretenerse.

Luego de observar varias batallas, Crow escucha una respiración cansada detrás suya y se voltea con brazos cruzados y con su típica expresión que lo hacia parecer serio para ver al brawler. Frank solo miraba por encima de su hombro y, cuando le interesaba, volvía a ver el evento.

Lo- Lo siento… – Poco se toma un tiempo para recuperarse – Estaba en otro evento con Colt y Shelly. No me habían avisado.

Eso ya no importa. Lo que importa es que estas aquí. – Poco suspira aliviado al escuchar a Crow, pensaba que lo había enfadado su tardanza. – ¿Estas listo? La siguiente nos toca a nosotros contra Bo, Darryl y Carl.

¡Muy listo! ¡Hola, Frank! – Saluda al más grande del grupo y le devuelven el saludo con la mano.

Cuando entraron a la batalla, Crow peleaba a ganar pero se ponía limites. Era el más rápido en su grupo, podía esquivar ataques sin mucha dificultad y varias veces tuvo la oportunidad para hacer un punto para su equipo pateando la pelota al arco de lo rivales pero no lo hizo. Quería incluir a ambos brawlers en lo que estaba haciendo y de vez en cuando hacerlos el centro de atención. Jugaba a la defensiva cuando hacia falta aunque Frank y Poco estaban jugando mejor de lo que esperaba. A Frank le agradaba aplastar a sus enemigos con su martillo gigante y aturdirlos pero odiaba cuando lo eliminaban en medio de su super, para eso estaba el mariachi, para curarlo cuando hacia falta, defender, atacar junto a él y hacer puntos en equipo. Por su parte, Poco se sentía más seguro peleando al lado de ellos y se tomaba la batalla de forma más seria.

El mitad cuervo estuvo contento con lo que habían logrado. Ganaron varias batallas seguidas, algunas con dificultades, pero no tuvo la oportunidad de enfrentarse a Mortis o a Spike, siendo esto lo que más quería.

Después de bastantes batallas, ya había oscurecido y Frank se retiró dejando a Poco y a Crow solos.

Pareces cansado. – Dice Crow al ver a Poco descansando sentado contra una pared y tocando vagamente una cuerda al azar de su guitarra.

Con Shelly y Colt peleamos por diversión y, si es que podemos, nos esforzamos para ganar. No había peleado tantas batallas seguidas antes. – Le responde con su típica sonrisa.

¿Te gustaría ir a un mejor lugar para hablar? – Crow le presta más atención a los brawlers que estaban en el evento al escuchar la pelota rebotar cerca de ellos. Lo que menos quería en ese momento era un pelotazo.

Si, no esta cómoda la pared. – Se levanta y sigue al cuervo mientras inventaba alguna canción.

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Con su único ojo rojo un pequeño robot, el más redondeado de todos y con una antena, observaba los grandes contenedores en los que el constructor del pueblo almacenaba aquella sustancia lila que era querida por muchos y le servía para comercializar con pueblos cercanos. El mini robot no lo entendía pero ese liquido también era querido por los brawlers que destruían robots en unos de sus tantos eventos.

Sin más que pudiera hacer, el robot que era del tamaño de una pelota de football se aleja de los almacenes.

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Junto a las llamas de una pequeña fogata lejos del pueblo, sentados en unos troncos caídos, Crow escuchaba con los ojos cerrados la melodía simple pero relajante que el mariachi le dedicaba. Adoraba esos pequeños momentos que tenia para sentarse y respirar después de tantas batallas. Cuando sintió que la melodía llegaba a su fin, abrió lentamente los ojos relajado y miro al mexicano con una semisonrisa mostrándose satisfecho. Luego de un momento en silencio entre ambos en el que solo se escuchaba la madera siendo quemada por el fuego, el mitad cuervo nota despues de observar al esqueleto por un rato que le faltaba su moño rojo.

¿Perdiste tu moño? –Dijo con tal de romper el silencio que se le hacia incomodo.

No, le enseñé a Colt como hacer ese tipo de moño y terminé haciendo el nudo en él, así que anda por ahí con mi moño. – Poco nota la leve molestia que había causado en Crow al mencionar a Colt. – Él es mi cuate. – Crow no entiende lo que quiere decir e inclina la cabeza hacia un lado como forma de pregunta. – Es mi mejor amigo. – Responde Poco intentando mantener un lenguaje neutro. Se había acostumbrado a usar algunas frases y palabras de su México solamente con sus amistades.

¿Yo soy tu “cuate”? – Dice con un leve tono burlón. En realidad se lo preguntaba.

Me gustaría que así llegara a ser. – El mexicano responde ocultándose con su sombrero al mover su cabeza para esconder una pequeña sonrisa, estaba esforzándose por mantenerse serio y sincero. Ya veía a Crow como un amigo y tenia ganas de gritárselo.

Estamos en camino a eso, ¿no? – Cuando Poco se asoma para verlo le giña un ojo mientras le sonríe. Ver contento a su compañero le daba un “si” como respuesta.

El resto de la noche se la pasaron conversando del otro para despejarse y conocerse más hasta que Shelly y Colt los encontraron. Cansados se despiden y cada uno se va por su camino. Había logrado que Poco se uniera a su equipo y no le había resultado como un dolor de cabeza. Tendría que aprender a respetar el tiempo que el mexicano pasaría con sus amigos por más que no le llegaran a agradar por sus actitudes. Lo que más le importaba ya lo había logrado.

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